Esclava de mis pensamientos lujuriosos, lluviosa de deseo desperté ansiosa y expectante al nuevo día...
Era un día soleado, caluroso. Decidida a salir a la calle sin sostén, me puse una blusa con escote pronunciado, al mirarme al espejo, mi blusa tomaba la forma de mis senos y al caminar, tambaleaban de lado a lado, libres. ¡¡¡Nooo!!!, demasiado para mi psiquis, no podría soportar la humillación.
Así que busque el sostén más voluptuoso para resaltar mi escote, me vestí con la blusa y un jean rojo ajustado a la cintura, sin bragas. El día era muy caluroso, desee tener falda en ese momento para sentir la frescura del aire ventilando mi vagina pero no me es posible estando en la ciudad.
Salí con la misma expectativa del día anterior. Al dar algunos pasos, el roce de las costuras del jean comenzaban a hacer lo suyo. Sólo a unas cuadras de mi casa, ya empezaba a mojar mi intimidad. Llegue al taller donde repararian mi bicicleta. Toque al timbre y me abrio aquel hombre de apariencia descuidada, barba blanca, pelo corto y de aproximadamente unos 60 años de edad. Me fijé en que mi escote no pasó desapercibido ya que fue lo primero que observó de mi, aquel hombre. Conversamos poco y me dijo que aún faltaba incorporar el porta caramañola, así que se agacho casi a la altura de mi pelvis y me pidió sostuviera la bici. Me puse algo nerviosa al intuir que podía oler mis jugos, mi humedad, mi excitación, mis feromonas... esas anhelantes de carne fresca, de ser poseída... pero sólo respondió, alzando su mirada y sonriendo...
Le agradecí con sonrisa tímida y me sugirio probar la bici antes de irme para comprobar que su trabajo estaba bien hecho. No había considerado subirme y no era mi plan hacerlo, pues ésta acción podría causarme mayor humedad. Sin embargo, lo hice.
Monte mi bici como si fuera una verga, rozando la silla con expresión de placer, y el culo abierto, expuesto (también ansioso de ser follado). Me perdí un segundo en éstos pensamientos y volví a la realidad. Comencé a pedalear y recorrer las calles, sentía las miradas en mi culo, que al no llevar bragas, se hundía la costura del jean en medio del ano.
Llegando a casa, estaba completamente húmeda, humillada en mis propios jugos. Fui al baño, baje mi jean mojado, lo oli un poco, oli mi placer, un olor suave, atrapante y orine. Seque mi humedad, respire y mire mi celular. Era un mensaje tuyo, un mensaje guía para contenerme y magnificar mi placer. Me indicabas que podía pellizcar mis pezones y labios mayores de la vulva para tranquilizar mis deseos de tocarme y contenerme hasta la noche, cuando estuviera sola, desnuda. Fueron excitantes tus palabras y al mismo tiempo, una tortura, cada día quería más de ti.
Terminé de sacarme la ropa y me duche con agua tibia para tranquilizar mi mente pervertida. El jabón resbalaba con suavidad en mi piel y al llegar mis dedos a mi vulva y entrada de mi vagina la sentí húmeda y caliente. No fue suficiente haberla secado o lavado, parece que cobraba vida propia y quería más. No logré secarla completamente. Así que me entregué a su terquedad y la deje así. Al abrir mis piernas, noté que salían pequeñas burbujas en la entrada de mi vagina y hacian ruido, me hablaba. Pero recordé que debía contenerme, que debía aprender a aceptar ser el objeto de placer de su dueño. Respire. Suspire.
Me vestí entonces con un pantalón suelto para evitar rozar mi vagina y tranquilizarme un poco y como lo indicaste, me quedé sin sostén en casa para acostumbrarme a la sensación. Quizá de esa forma, mis pensamientos lujuriosos me dejarían en paz, al menos un rato. Pero no fue así. El pantalón suelto hizo que más aire entrara a mi vagina y que al abrir las piernas deseara ser chorreada de semen e intercambiar fluidos. Pero recordé, que debía contenerme lo más que pudiera pues entre más me contuviera, más puta, más zorra, más deseosa. Así que fui al baño, me seque, pellizque mis pezones y mis labios mayores para tranquilizarme. Subí mi pantalón. Respire.
Pero a los pocos minutos, de nuevo estaba húmeda y ya no podía aguantar hasta la hora de dormir o estar desnuda. De modo que me recoste boca abajo, deslice mi mano hacía mi vagina, húmeda, caliente y palpitante... leí tus palabras... "Despertar en la mañana, sentirse sucia , pero completa , sentir el cansancio de sus piernas , el temblor de ellas , como si el placer al cual fue sometida fue inmenso . Saber esta para complacer , su único objetivo es complacer . Salir con una falda , en la noche , una mano en los cachetes de su cola , una falda corta pero suelta , si el viento es memorable se puede ver parte de su sexo , su clítoris al presente , y solo seguir caminando , obligada a dar mamadas a su dueño en el parque , sabiendo otros estan pasando cerca pero no distinguen la forma de lo que sucede , ser tomada y usar sus agujeros luego , exibir su singular humedad , levantarse y seguir caminando , sentir como cae el chorro de semen por entre sus piernas al dar cada paso" e ida en el éxtasis... Me corrí en un orgasmo profundo e intenso....
Quisiera poder usar bragas de vez en cuando para no sentirme tan húmeda y puta todo el tiempo....
En medio de las conversaciones sugeriste elegir una prenda: sostén o bragas. La humillación que despierta exponerse en público sin ropa interior es más potente cuando la seguridad del sostén se desvanece y el movimiento de los senos subiendo y bajando al caminar y el frío erecta los pezones. La mente engañada trae a alusión toda clase de pensamientos pervertidos y al mismo tiempo, humillantes. Distorsionada, comunica a los sentidos que está expuesta a todas las miradas de los transeúntes, que es vulgar, que es el centro de atención, que es obscena, y que es una puta de fácil acceso. Una jugada mental mediada entre la realidad y la fantasía.
Bragas. Dispuesta y atrevida a salir a la calle sin bragas, llevaba un jean y una camiseta de tiras con un escote pronunciado pero con sostén. En la curiosidad de arriesgar un poco más de lo sugerido, abierta a más experiencias, en un primer intento, pobré lubricando e insertando un tapón anal debajo de mi jean pero al sentirlo dentro mi cuerpo, éste exigía más sensaciones, más placer. Empezaba a hablar mi vagina. Así que tome un vibrador y sin pensarlo, lo introduje en mi vagina. Entró con suavidad, por la expectativa lujuriosa de mi mente. Sentí incertidumbre y temor por la salida involuntaria de aquellos dos objetos, así que deslice una cuerda por mi cintura, ano, labios mayores y sostén para sujetar aquellos objetos y que no cobraran vida en un infame acto por soltarse.
Me subí el jean. Al inicio el morbo era demasiado, salí a la calle y sentí la necesidad de tocarme pero no podía puesto que estaba al frente de mi casa un vecino que me observaba por la ventana. Tuve que agacharme para recoger las llaves y sentí temor porque el tapón y el vibra decidieran salirse. Me empecé a sentir incómoda con el tapón, comenzó a apretarme y la sensación era de un dolor molesto. Así que decidí que no era el día de portar éste objeto. Entré nuevamente a la casa, lo saqué suavemente y dejé únicamente el vibrador.
Salí finalmente con el vibra en mi vagina, sin bragas, con sostén y un escote pronunciado. Las sensaciones fueron varias... por temor a que saliera el vibra, contraí y aprete mi vagina fuertemente mientras caminaba. Al agacharme fue la misma sensación... de temor... además iba acompañada, así que, se incrementó ésta sensación. El hecho de andar sin bragas en general, fue liberadora, de seguridad y confianza... como cuando he estado en medio del bosque, desnuda.
Al regresar a casa, corrí al baño, saque el vibra y lave la vagina y la cuerda... decidí quedarme sin bragas durante todo el día. En general, me sentí empoderada y dueña de mi cuerpo donde el otro (con el que tuve contacto, vendedor, distribuidor, transeunte, etc) se hizo pequeño a mi lado.
El no llevar bragas en la casa y con el jean me ha resultado excitante y es difícil contener el deseo de tocarme, con cada roce, al sentarme, la sensación es casi imperceptible pero al agacharme y abir mis piernas, siento como se abren mis labios mayores dejando al descubierto mi clítoris con ganas de ser rosado y al cerrar las piernas siento también un pequeño roce, o al caminar, un poco después de haberme agachado y mis labios abiertos, la cremallera del jean, rosa mi clítoris y me es difícil contenerme, no desnudarme, no tocarme, todo ello no lo percibía con bragas.
Sumergida en mis perversidades, fui por más. La situación pública me había dejado cachonda durante todo el día. Aplique una pequeña cantidad de pasta de dientes en el ano, de acuerdo a sus indicaciones y en los labios superiores y entrada de la vagina. El efecto fue inmediato. Comence a sentir ardor en mi ano y vagina, deseo de sacarme la pasta dental y a la vez, contenerme. Me contuve, no estaba sola, el ardor en ano y vagina se incrementaba, al tiempo que una rara excitación. A los pocos minutos sentí un calor profundo y ganas de desnudarme, deseos de quitarme el sostén y rodear los pezones con pasta. Al primer momento sola, baje mi sostén y aplique pasta en mis pezones, el efecto de la pasta en mi ano disminuía así que aplique un poco más. La sensación no era tan intensa como la primera vez, pero mis deseos de tocarme y ser penetrada crecían aún más...
Entonces, baje me jean, saque un dildo, una mordaza que puse en mi boca, aceptando ser una puta, tome la cámara y comencé a grabarme. Me puse la mordaza en la boca, el dildo en el piso, de rodillas en el piso, de espalda a la cámara comencé a saltar sobre el dildo, gimiendo desenfrenada, me poseía el deseo. Pero recorde sus palabras acerca de verme a la cara, verme puta... así que me di vuelta, de frente a la cámara, montando el dildo, saltaban mis tetas y chorreaba baba, goteaba muchísimo. Sentí que hacía falta algo... así que me puse las pinzas en los pezones, pero éstas se soltaban de mi fuerte cabalgada y no apretaban lo suficiente. Así que fuí al patio de la casa y tome un par de pinzas de plástico de ropa. Las puse de inmediato y era justo la sensación deseada. Subí de nuevo a mi habitación. Activé nuevamente la cámara y vi como babeaba aún más, apretaban las pinzas, tome mi vibra y continúe cabalgando. Las tetas saltando, mi rostro de puta ido en el placer, deseaba más y más, babeando, escurría saliva a mis tetas, a mis pezones, me chorreaba entera. Tome el vibra y lo puse en mi clítoris, mientras seguía gozando y saltando, gimiendo, babeando, hasta que tuve un largo e intenso orgasmo, fue tan intenso que no logré mantener el vibra en el clítoris y lo solté. Quizá si lo hubiera mantenido me hubiera meado o quizá otro orgasmo, no lo sé... pero fue muy intenso.
El próximo paso, dormir desnuda, salir sin sostén y permanecer sin bragas.....
¿Puedes imaginarte en el siguiente escenario? Si puedes, ¡entonces sabes qué hacer!
Te despiertas antes que yo, ducha y ducha. Arregla tu cabello y maquillaje y vuelve a la cama para chuparme la polla para empezar mi día. Una vez que haya terminado, te vestirás con tu uniforme (sirvienta francesa, sin bragas), asegúrate de que la jaula de tu pene esté cerrada e inserta el tapón anal. Me traerás mi té y me servirás en mi oficina en nuestra casa. A continuación, comenzará a limpiar nuestra casa habitación por habitación.
A la hora del almuerzo, me prepararás algo de comer, y mientras como, jugaré con tu pequeño clítoris enjaulado y tu coño para ver lo emocionado y agradecido que estás de que te preste atención. Después del almuerzo saldré de la casa y no regresaré hasta la hora de cenar. Mientras estoy fuera, terminarás de limpiar y luego harás ejercicio para mantener tu figura de gurlie en forma para mí, luego te ducharás y te ducharás nuevamente, y te pondrás un vestido de cóctel negro transparente con tacones de puta que te propuse que te pongas.
Tendrás la cena lista antes de que yo llegue a casa y estarás de rodillas frente a la puerta, esperándome. Tendrá una correa atada al collar (que SIEMPRE usará) y tendrá la correa en la mano para presentármela cuando entre por la puerta. Tomaré la correa y te llevaré a cuatro patas al comedor donde me estará esperando una copa de vino. Te pongo sobre mi regazo para jugar con tu trasero una vez más mientras bebo mi vino. Luego quito el tapón anal y juego más con tu vagina hasta que esté lista para comer. Después de la cena, se pondrá un sujetador de arnés de cuero y un conjunto corporal de sumiso, volverá a insertar el tapón anal y se preparará para el entretenimiento nocturno.
Vestido y SIEMPRE luciendo sexy para mí, elegirás qué tipo de encierro (puños, cuerda, cadenas, cruz) se usará para la noche. Además, su elección de un látigo, una paleta o un látigo determinará cuánto dolor (pero nada demasiado extremo para que lo maneje) que está dispuesto a soportar por mí. Después de elegir y confinar empezaré a administrarte lo que necesites hasta que tu culo esté al rojo vivo.
Quitándome el tapón anal criaré tu coño hasta que me corra disparándolo duro en ese culo caliente. (Si te corres sin que yo toque tu clítoris, eso está permitido. Si no te corres, ¡no se te permitirá hacerlo hasta que yo lo diga!) Una vez que me corra, serás liberado del confinamiento y cuando entre en el Baño caliente que te prepararás, te quitas el sostén de cuero y el arnés corporal.
Usted se asegurará de que su cabello y maquillaje estén hechos a la perfección y luego me acompañará en el baño. Mientras te acuestas sobre mí en la bañera, te sostengo en mis brazos y te hago sentir seguro y amado. Te libero de tu jaula de castidad y acaricio tu clítoris mientras me ruegas que te deje correrte. Sabiendo que no lo permitiré, jugamos y nos besamos más hasta que llegue el momento de follar ese coño tuyo de nuevo. Azotando tu trasero por preguntar eso, me acerco y tomo tu clítoris viendo que está listo para vomitar cuando empiezo a correrme en tu coño de nuevo. Mientras me corro, gritas mientras te dejo correrte por primera vez ese día. Relajándonos en la bañera después del coito nos besamos y nos acariciamos hasta que es hora de prepararnos para la cama. Cuando me meto en la ducha, vuelves a poner la jaula, vuelves a insertar el tapón y te pones un osito negro sexy que había elegido para ti. Te aseguras de que tu cabello y maquillaje estén hechos a la perfección nuevamente y una vez terminado, te retiras a los pies de nuestra cama, arrodillándome y esperándome.
Una vez que regrese a la habitación (y puede que me lleve algún tiempo llegar allí porque tengo algún asunto que atender o un juego que ver) me meto en la cama, enciendo el televisor y lo llamo, en ese momento te arrastras a mis brazos, me besas apasionadamente, agarras mi polla, mientras me duermo por la noche, solo para repetirse de alguna manera cuando te despiertas a la mañana siguiente.
Can you picture yourself in the following scenario? If you can, then you know what to do!
You awake before me, douche and shower. Fix your hair and makeup and return to bed to suck my cock to start my day. Once I am finished, you will dress in your uniform, (french maid, no panties), make sure your cock cage is locked and insert your butt plug. You will get me my tea and serve me in my office in our home. Next you will begin cleaning our house room by room.
At lunch time, you will make me something to eat, and as I eat, I will play with your little caged clit and boipussy to see how excited and grateful you are to have me give you some attention. After lunch I will leave the house and will not return until dinner time. While I am gone you will finish cleaning and then exercise to keep your gurlie figure in shape for me, then shower and douche again, and put on a sheer black cocktail dress with slut heels that I set out for you to wear.
You will have dinner ready before I get home and will be on your knees in front of the door, waiting for me. You will have a leash attached to the collar (that you will ALWAYS wear) and will have in hand the leash to present to me as I enter through the door. I will take the leash and will lead you on all fours to the dining room where a glass of wine will be waiting for me. I put you over my lap to play with your ass once again as I drink my wine. I then remove the butt plug and play more with your boipussy until I am ready to eat. After dinner, you will change into a submissive's leather harness bra and body outfit, reinsert the butt plug and prepare for the evenings entertainment.
Dressed and ALWAYS looking hot for me, you will choose which type of confinement (cuffs, rope, chains, cross) will be used for the evening. Additionally, your choice of a flogger, paddle, or whip will determine how much pain, (but nothing too extreme for you to handle) that you are willing to take for me. After choosing and confined I will begin to administer what you need until your ass is red hot.
Removing the butt plug I will breed your pussy until I cum shooting it hard up that hot ass. (If you cum without me touching your clit that is permissible. If you don't cum, you will not be allowed to, until I say so!) Once I have cum, you will be released from confinement and as I get into the hot bath that you will prepare, you take off your leather bra and body harness.
You will make sure your hair and makeup is done to perfection and then join me in the bath. As you lie on me in the tub, I hold you in my arms and make you feel safe and loved. I release you from your chastity cage and stroke your clit as you beg me to let you cum. Knowing that I won't allow that, we play and kiss more until it is time to fuck that pussy of yours again. Spanking your ass for asking that, I reach around and jack your clitty seeing that it is ready to spew as I start to cum in your pussy again. As I cum, you scream as I allow you to cum for the first time that day. Relaxing in the tub post coitus we kiss and fondle each other until it is time to get ready for bed. As I jump into the shower, you put the cage back on, re-insert the plug again, and put on a black sexy teddy that I had picked out for you. You make sure your hair and makeup is done to perfection again and once finished, retire to the foot of our bed, kneeling and waiting for me.
Once I return to the bedroom, (and it might take some time for me to get there because I either had some business to attend to or a game to watch) I get into bed, turn on the TV and summon you, at which time you crawl into my arms, kiss me passionately, grab hold my cock, as I fall asleep for the night, only to be repeated in some fashion when you wake up the next morning.
Arkadia {mi señor}
Preparo la mesa mientras tú haces la comida, nos metemos mano con cualquier excusa. Yo llevo un ligerísimo vestidito, corto y sencillo, y unas chanclas, nada más. Tú llevas un buen calentón encima y una sonrisa de oreja a oreja, vistes cómodo. Me ordenas sentarme y esperar, por el rabillo del ojo veo que conforme vas terminando de cocinar te tocas más frecuentemente la polla. “Mi señor tiene ganas” pienso y me siento en la gloria.
Dejas un plato de tortellini carbonara frente a mí. Vas a por el tuyo con la mano dentro del calzoncillo, lo dejas en tu sitio. En pie y a mi lado me miras fijamente mientras sacas tu verga inhiesta, te masturbas lentamente, “No dejes de mirarme, esclava”. Coges unos tortellinis con la mano y la llevas a mis tetas, están muy calientes y tengo un escalofrío, con tu mano aún llena acaricias mi cuello hasta que llegas a aplastar la comida en mi garganta dificultando mi respiración. Sigo mirándote fijamente, sabes que me gusta y sé que te encanta. Pones ahora en mi boca los tortellini destrozados, “Come, perra”, tengo que lamer tu palma para hacerlo.
Cuando estás complacido por tu mano limpia quieres que coja un puñado, “Frota tu coño con ellos”. Me sonrojo aunque te obedezco desafiante, sin dejar de mirarte ni un instante a los ojos, observas que cumplo con deseo de complacerte, con gusto y con descaro. “Cómeme, Arkadia, tienes hambre de tu dueño” me dices mientras metes tu polla en mi boca, te como la verga con ansia y deleite, sabes que voy a correrme pronto, pellizcas mi pezón todavía pringado, succiono más fuerte tu falo, me abofeteas cuando sabes que ya me estoy corriendo, lo haces fuerte y no paras hasta que mi orgasmo termina.
Sacas tu polla de mi boca, coges mi plato y vas al otro lado de la mesa, te pones frente a mí para que te vea con todo detalle, para ver a mi señor correrse en mi plato, para que mi señor vea lo atenta que observo, para que sientas mi placer en lo que haces. Te viertes en mi plato, no contento sólo con eso ordeñas tu pene hasta que no queda ni una gota de semen. Guardas tu miembro entre los calzoncillos y me retornas el plato.
“Tu plato, cariño” y me das un beso, comemos sonrientes.
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Me sentí avergonzada, aterrorizada al descubrir mi maestro mi impúdico secreto, pero reaccioné de la única manera posible frente un macho como él, grande y fuerte: me di la vuelta, y mirándole con ojos turbios... qué hermosos labios tiene, mmmmmmmm, que delicia sus piernas fuertes y esbeltas, encendida de pasión le dije: “fóllame, mi señor, fóllame, maestro”. Entonces de un solo zarandeo me subió a sus muslos dejando mi culo en pompa y comenzó a azotarme con la mano muy fuertemente. Unas veces su mano caía sobre el nacimiento de mis nalgas, otras sus dedos alcanzaban mi húmedo y tembloroso coño como pequeños latigazos.
_ ¿Qué es todo esto, esclava? Cuéntame tus fantasías ahora mismo! – y lanzaba su mano contra mis nalgas dejando dolorosas marcas
_ ¡Ay, amo, siiiigueee, no pares... maestro!
_ ¿Qué estabas imaginando? Cuéntamelo ahora mismo!
_ El toooro, mi señor, ayyyyy, maestro, aaamoooo – me ardían las nalgas, pero deseaba aquel castigo. Con cada azote mi coño jugoso rebotaba sobre su muslo. Yo me retorcía cual furcia gozosa restregándome contra él. Junger se puso de pie y me hizo caer al suelo. Me arrastré hasta sus piernas, me agarró del pelo y me dio un bofetón, pero yo no podía parar ni siquiera por el dolor, estaba poseída de un frenesí, deseaba al amo más que nada en el mundo. El toro era el maestro, joder, era él. Me agarró de las axilas y me puso en pie, metió su mano derecha entre mis piernas para luego mostrármela mojada.
_ Tienes el coño palpitando, zorra – sus ojos estaban encendidos, me tiró de un empujón en la cama – ¡Mastúrbate, esclava, enséñamelo bien abierto! Lo hice. Jadeaba mientras imploraba que me montara.
Se quitó el bañador, que era la única pieza de ropa que llevaba, dejando su erecta polla al aire. Sujetó mis tobillos con fuerza alzando mis piernas de golpe. Fue tirando de ellos hasta tener mi sexo a la altura de su boca y empezó a mordisquearlo y a lamerlo entre gruñidos, saboreándolo. Yo estaba enloquecida de placer, por dos veces llegué al orgasmo con la lengua y los dedos del maestro entrando y saliendo rápido de mi sexo. Luego él volvió a tirar de mis piernas para acercar mi cuerpo al suyo, y a horcajadas, agarrándome por las caderas me penetró vigorosamente, a lo bestia. Sus huevos chocaban contra mis heridas nalgas, su polla me reventaba por dentro a cada embestida, quemando como una brasa. Cuando noté el temblor de su orgasmo, y su semen corrió por mis entrañas como un río caliente, una ola de placer me subió del sexo a la garganta atravesándome toda. Grité. Me agarré fuerte a sus nalgas para extraer con las convulsiones de mi coño hasta la última gota de su semen, que luego chorreó largamente por mi raja cuando ya reposaba en la cama, tan satisfecha. Él estaba empapado de sudor. Se tiró boca arriba con las piernas abiertas y los brazos extendidos.
Cuando recuperó el aliento, me pasó el brazo por detrás de la cabeza y me atrajo hacia él. El vello de su pecho me hacía cosquillas en la cara. Aspire el penetrante olor a macho que desprendía, mis fosas nasales se abrieron para ser inundadas por esa delicia de hormonas. En sus brazos me sentía en la gloria, tan tierna, tan amada, amando tanto
_ Maestro– susurré
Esclava Arkadia: Te miro con tranquilidad, noto que mis pezones se endurecen, me cosquillean los labios de abajo.
Señor: me recuesto y me bajo los pantalones para liberar mi sexo, agarro mis huevos con una mano y con la otra empiezo a frotarme pasando el pulgar por la punta y por el frenillo.
Esclava Arkadia: se me abre la boca que la tengo llena de saliva, esperaba ese momento, poder verte la verga; un escalofrío me recorre la espalda y con una mano me acaricio la barriga y me abrazo a mi misma yo.
Señor: doy la vuelta y me pongo boca abajo, me sujeto con los brazos sobre el sofá para aumentar la presión y froto mi polla entre el sofá y mi cuerpo, despacio, muy despacio.
Esclava Arkadia: Deseo ir hacia tu cuerpo, inclinarme, besarte una vez en la nalga, inclinarme más y lamer tus testículos, pasar la lengua entre los cachetes y morderte. Pero me quedo donde estoy, instintivamente al imaginar mi lengua un dedo se me ha escurrido entre mi sexo.
Señor: giro y miro al frutero, cojo una sandía y, con un cuchillo, le practico una abertura que quiere ser redonda. Boca arriba, con las piernas recogidas, meto mi polla por el agujero de la sandía, húmeda, y comienzo a follarla sujetándola con una mano mientras la otra recorre mi vientre y mi pecho. Ahora la agarro con las dos manos y la embisto mientras mis manos la empujan arriba y abajo, mis ojos miran tu cuerpo mientras siento el líquido de la fruta resbalar por mi verga y mis testículos, paso la lengua por mis labios, mis caderas se agitan cadenciosas, mi culo se eleva.
Esclava Arkadia: Abro la boca, rozo mis pechos, chupo el dedo impregnado de mis fluidos. Me pellizco los pezones y abro las piernas, te contemplo, me muerdo el labio, quiero ir a ti pero me reprimo también reprimo el placer más allá de rozarme para tentarme.
Señor: abandono la fruta y me pongo de pie, mis dos manos recorren mi sexo impregnado del zumo de la sandía, mis brazos se tensan, mis manos aprietan mi verga y la hacen crecer y brillar, mis ojos se entornan.
Esclava Arkadia: “Ojalá viniese a por mi” pienso mientras aguanto la respiración
Señor: digo tu nombre, te ordeno que te arrodilles ante mí.
Esclava Arkadia: termino de abrir la puerta despacio, avergonzada, te miro a los ojos, me pongo de rodillas sosteniendo la mirada, apoyo las manos en el suelo mientras me miras, avanzo a cuatro patas esta vez con los ojos fijos en tu polla.
Señor: detengo tu avance con una mano, pego mi pie a tu sexo, y sigo masturbándome mirándote fijamente a los ojos. De tarde en tarde, como por descuido, mi falo roza tu cara, miro recorriendo tu cuerpo con los ojos, mis dedos abren tu boca, estoy llegando al paroxismo.
Esclava Arkadia: con mucho esfuerzo y un nudo en la garganta te desafío, me quedo impasible, aunque obedezco estoy enfadada.
Señor: recojo el cinturón y te azoto mientras continuó masturbándome, mi verga está a dos centímetros de tu hermosa faz.
Esclava Arkadia: ahogo cualquier quejido como puedo.
Señor: grito tu nombre, me vierto en tu cara, en tus pechos.
Esclava Arkadia: abro la boca, recibo lo que caiga, cuando deja de llover te miro.
Señor: entonces me tumbo a tu lado pero al revés y mi boca se abre camino entre tus muslos, mi lengua saluda a tu clítoris antes de bucear en tu coño, mordisqueo tus labios vaginales a la par.
Esclava Arkadia: gimo, no puedo evitar gemir, mis caderas se mueven poco a poco.
Señor: mis manos aprisionan tus nalgas para acercarte más, abrirte más y mi lengua camina en todo tu sexo, cojo el clítoris con los labios y lo chupo, mi lengua lame todo tu sexo.
Esclava Arkadia: “muérdeme, mi señor” te digo.
Señor: meto dos dedos en tu cuerpo, uno en tu coño, otro en tu ano y mi lengua gira y golpea tu botón mágico, bombeo con mis manos en tu interior.
Esclava Arkadia: me estremezco, me muevo a tu ritmo, quiero sentirlo todo, lleno, hondo.
Señor: mis dedos describen círculos en tu coño, otro profundiza en tu culo, mi lengua abrasa tu monte de Venus mientras mi falo golpea tu rostro, con el dedo corazón acaricio la pared frontal de tu vagina.
Esclava Arkadia: lamo, lamo allá donde alcanzo, deseo que me tomes y que lo hagas fuerte pero despacio.
Señor: el pulgar entra y sale de tu culo apretado.
Esclava Arkadia: estoy en un punto crítico, quiero que me folles pero no quiero que pares.
Señor: mi verga resucita en tu boca, me tumbo y te ordeno que te sientes sobre mi polla de espaldas a mi
Esclava Arkadia: la animo con la lengua, aprieto los labios.
Señor: llevo el ritmo agitando tus caderas, buscando tus tetas, magreándolas, torturando tus pezones, empujándote por los hombros para entrar más en ti.
Esclava Arkadia: me sujeto a mis caderas.
Señor: te sujeto del pelo para hacerte girar la cabeza.
Esclava Arkadia: abro la boca, quiero besarte y que me penetres con la lengua.
Señor: azoto tus nalgas con mis manos antes de ordenarte que gires, de rodillas nos abrazamos, te beso con fuerza, con ganas, antes de empujarte y quedas boca arriba y vuelvo a penetrarte metiéndotela despacio y con fuerza agarro tus tetas, te beso, aprieto tu cuello, te abofeteo suavemente sin apartar mis ojos de los tuyos, muerdo tus labios.
Esclava Arkadia: no sé si gimo o si grito, estoy al límite.
Señor: busco tu lengua con la mía, mi cuerpo se funde con el tuyo en las caderas, mi falo en tu vagina entra y sale ansioso, te sujeto de las muñecas.
Esclava Arkadia: el baile de lenguas me hace sujetarte la cabeza para que no te vayas, mis caderas ayudan a tu ritmo.
Señor: ato tus manos a la pata de la mesa y mordisqueo tu cuerpo sin dejar de cabalgarte, te ordeno que saques la lengua y la lamo, la chupo, la succiono.
Esclava Arkadia: quiero sufrir una larga agonía, que no me dejes llegar hasta que no aguante más…
Señor: hago que la base de mi polla al entrar y salir roce tu clítoris, cuando te veo a punto de llegar, te abofeteo sin dejar de follarte, mis manos van de tus nalgas a tu pelo, a través de tus caderas, de tu vientre, de tus senos.
Esclava Arkadia: me desconciertas, me vuelves loca.
Señor: muerdo tus hombros, lamo tu cuello, succiono tus pezones, los rozo con los dientes.
Esclava Arkadia: te pido más, mis caderas se mueven más rápido, mi boca se abre.
Señor: levanto tus piernas y paso mis hombros bajo ellas ahora estás tumbada pero te follo arrodillado, pellizco tus nalgas, afianzo tus caderas.
Esclava Arkadia: intento escapar de los pellizcos.
Señor: te grito la lujuria que me invade, saco la polla y aporreo con ella tu sexo, vuelvo a meterla pero ahora te sodomizo.
Esclava Arkadia: voy a reventar, me hierve tu calor.
Señor: mientras meto dos dedos en tu coño y se retuercen vibrantes en él.
Esclava Arkadia: me cuesta respirar, estoy acelerada.
Señor: meto la otra mano en tu boca.
Esclava Arkadia: mi piel te pide a gritos.
Señor: los dedos húmedos relevan a los anteriores en tu sexo, me acelera sentir el choque de mis huevos contra tu cuerpo.
Esclava Arkadia: a mi me encanta, me pone, me dan ganas de comérmelos.
Señor: libero tus manos y vuelvo a follarte, abrazado a tí, sujetando tu cabeza, tirando de tu adorable pelo, el ritmo crece imparable.
Esclava Arkadia: te susurro que estoy a punto de correrme, que quiero correrme.
Señor: te beso, lamo tu cara, muerdo tu cuello, tus orejas, te susurro en ellas mi deseo, todo lo que haremos esta noche y cuando amanezca la fuerza de mis embistes te arrastra por el suelo.
Esclava Arkadia: te susurro que te quiero, mi señor, mientras el orgasmo llena mi boca y engordan las palabras.
Señor: al escucharte me vierto de nuevo, en tu interior, una explosión de dicha, te beso mientras continuo, quiero beber tu orgasmo.
Esclava Arkadia: se me humedecen los ojos, no lloro, estoy emocionada, soy feliz.
Señor: te miro fijamente a ellos mientras sigo haciéndote mía.
Esclava Arkadia: me encanta que sigas, soy tuya, disfruto con la fricción, le da un gusto más agradable al orgasmo, lo hace más largote beso por todos los sitios que alcanzo de tu cuerpo, te huelo y te aprieto, me aprieto a ti.
Señor: me tiendo a tu lado feliz, te miro expresando mi deseo: haz lo que quieras con mi cuerpo.
Esclava Arkadia: me pongo de costado, te acaricio el pecho con la nariz, te hago cosquillas en la cara con mi pelo.
Señor: me hace sonreir.
Esclava Arkadia: recorro tu torso con mi mano abierta, rozo tu vientre con la yema de los dedos, abro la palma para atrapar tu muslo, te beso la barriga, te miro los ojos, te miro la boca y te beso los ojos y la boca.
Decido vivir libremente mi sexualidad sin ninguna limitación o prejuicio, eliminando cualquier rastro de timidez o pudor con el objetivo único de proporcionar placer a mi Amo.
Por tanto, me comprometo a:
Con el deseo de convertirme en tu perra, tu hembra, tu puta, tu esclava, suscribo este compromiso ajustándome tu collar.