BLOG SOBRE TEMÁTICA E IMPRESIONES DE LA CULTURA BONDAGE & BDSM ASÍ COMO AFINES, DESARROLLADO EN LIMA PERÚ, TENIENDO COMO REFERENCIA EL CONTEXTO INTERNACIONAL. BLOG PARA COMPARTIR OPINIONES Y FOMENTAR LA UNIÓN ENTRE QUIENES COMPARTIMOS ESTE ESTILO DE VIDA. SE SOLICITA RESPETO, MODERACIÓN Y UNA MENTE ABIERTA A SUS LECTORES.
A continuación, veremos las diferentes personalidades de los Dominantes que integran el estilo de vida BDSM. Hay que tomar en cuenta que no todos encajan perfectamente con cada una de estas clases y tal vez, nos encontremos identificados con algunas de las características de cada uno.
El Macho/Hembra Alfa:
Esta persona tiene una absoluta confianza en sí misma, y eso no es malo, lo malo es cómo utiliza esta característica personal tan codiciada por muchos/as y cómo reacciona cuándo esa confianza, por alguna razón, desaparece. Siendo así, cuando ésta desaparece o simplemente nunca estuvo intenta, por todos los medios, que no sea visible.
Es un/a seductor/a nato y no tiene reparos en utilizar todo su carisma para conseguir atraer a quien se proponga, fundamentalmente para saciar un capricho fugaz que pocas veces fructifica en algo a medio/largo plazo.
Usualmente, no reconoce sus defectos y si lo hace es para mostrarse menos egocéntrico de lo que realmente es, esto con el fin de ganarse la confianza de los demás. Se cree con derecho a considerarse el/la mejor y bajo esa premisa hará lo que crea necesario para mantener sometida a otra/s persona/s a sus pies, es así que con ese objetivo es muy fácil que sus maneras y argucias caigan en actos deshonrosos o de ética claramente discutible.
Aunque exteriormente haga ver que le hacen gracia las actitudes rebeldes y contestatarias, en realidad le irritan ya que necesita aglutinar todo el protagonismo sobre sí mismo/a. Sin embargo, no se conforma con cualquier persona sumisa-pasiva y apocada; a su lado necesita a alguien de similar inteligencia a la suya y lo suficientemente atractiva físicamente como para resultar la envidia de otros Dominantes. Una persona que se cree una ganadora siempre desea el mejor premio y con frecuencia cambia de sumisa/o cuando tiene a la vista a “alguien mejor”. En contrapartida suelen ser los más atrayentes e intensos y, por si fuera poco, cuidan al máximo su imagen.
El Dom perezoso:
Este tipo de Dominante sería feliz si encontrase una “máquina para azotar” que le librase del esfuerzo de hacerlo personalmente. En casa suele ser desordenado y poco aseado, disfruta, especialmente, teniendo a un/a sumiso/a doméstico/a para ese tipo de labores.
No es riguroso con su aspecto físico y tampoco con el de los demás, porque disfruta de la apatía y de la calma como pocos. Aunque tiene gala ser un hedonista refinado también terminará por manifestarse como alguien relajado en sus costumbres y con tendencia a la inactividad.
Es poco proclive a imponer normas severas o rutinas diarias porque le supone tener que supervisar que se cumplan. En contrapartida suele ser alguien bastante afectuoso y tolerante, de alto nivel cultural y don de gentes.
El practicante ocasional:
Habitualmente es alguien casado/a e infrecuentemente proclive a mantener relaciones vinculantes con la persona sumisa. Prefiere tener encuentros una vez a la semana, o un par de veces al mes y, para cada encuentro, estudia concienzudamente las técnicas que requiera la sesión que tenga en mente.
Tiene más interés en considerarse el mejor practicante de algo en concreto que de mantener un estrecho vínculo con cualquier persona sumisa. Siendo así, este tipo de Dominante es denominado ‘Dominante del maletín’, propone en un tiempo récord realizar una sesión y viaja a cualquier lugar para llevarla a cabo. Con ellos resulta realmente difícil resultar lastimado, ya que saben lo que hacen dentro de la actividad elegida, pero no ofrecen mayor profundidad.
Suelen delegar, en la parte sumisa, la responsabilidad de buscar a terceras personas y enfatizan, especialmente, el compartir gastos cuando la “relación” se prolonga en el tiempo.
Finalmente, desaparecen, casi como por encanto, cuando la parte sumisa comienza a dar señales de frustración emocional o cuando encuentran a alguien geográficamente más próximo.
DaddyDom/MommyDommes
Suelen ser personas de edad madura, muy amables y afectuosas, interesadas en personas muy jóvenes que asuman el rol de hijas o hijos, como la extensión de un incesto positivo.
Suelen mimar, proteger, enseñar con paciencia e incluso malcriar a las personas a su cargo, pero, de alguna manera, se ven afectados por los complejos de Electra/Edipo de la otra persona y terminan siendo fácilmente manipulables.
Contrariamente a los anteriores tipos de Dominantes no encuentran en el comportamiento de su sumisa/o algo hiriente, dado que asumen que el amor/odio es intrínseco al tipo de relaciones que prefieren y habitualmente saben protegerse emocionalmente. Los Daddy’w y Mommy’s son Mentores/Protectores por excelencia, pero en muchas ocasiones su deseo de proteger puede conducir a que la contraparte sumisa se sienta obligada a ofrecer algo a cambio, y a que ellos/as no rechacen lo “inaceptable” con la firmeza necesaria. Prefieren relaciones donde la sinceridad y la confianza sean primordiales y, con el paso del tiempo, cuando la relación ya no existe, se convierten en el mejor consejero. Por desgracia, también son proclives a las multi-relaciones y a formar “familias” puramente sexuales, del mismo modo tienen tendencia a practicar un BDSM de baja intensidad.
El Master o La Mistress (Am@)
Este tipo de Dominante suele esperar algo más de quien se le somete. En comparación con los anteriores, prefiere una relación en la que el/la esclavo/a acepte sus normas y sus preferencias, con escaso margen para modificarlas. Literalmente, desea a alguien que haga y pase por cualquier cosa, por él/ella.
Podría sentirse igualmente feliz con una sirvienta doméstica o con una persona sumisa altamente bien entrenada dado que lo que más le interesa es la especialización, en lugar de alguien ‘bueno para todo’.
Acepta, sin titubeos, asumir cualquier tipo de responsabilidad y es muy posesivo con las personas a su cargo, pero nadie más puede tomar decisiones. Se caracteriza por preferir relaciones estrictas y sólo aceptará lo mejor de la persona sumisa, a la cual terminará por conocer mejor que ella misma.
Suele ser alguien muy curioso (especialmente con el pasado de los demás), carece de complejos y tienen tendencia al perfeccionismo. Este tipo de persona mira más allá del aspecto físico porque el aspecto mental le atrae más que cualquier otra cosa.
Ha investigado con profundidad el BDSM y sabe qué hacer con la mayoría de “juguetes” aunado a ello cuando encuentra novedades no duda en probarlas en sí mismo/a para conocer, con exactitud, el efecto que causan, antes de probarlas en/con otras personas.
Suele dedicarse a aconsejar o enseñar de manera altruista, no obstante se siente más a gusto con personas ya iniciadas. Aunado a todo lo anterior este tipo de Dominante antepone la honorabilidad de sus actos por encima del hedonismo o el narcisismo y suele practicar el BDSM de más alta intensidad.
Los/as Sádicos/as
Poco se puede explicar sobre este tipo de Dominantes. Para estas personas el dolor es la base de sus juegos, en el BDSM.
Dentro de esta tipología pueden encuadrarse tanto los de sadismo moderado como extremo. Establecen tanto relaciones ocasionales como altamente vinculantes con personas en concreto. Cuando se trata de alguien con experiencia son meticulosos hasta lo indecible por saber qué umbrales de dolor acepta la otra persona y en el caso de sádicos mentales, suelen ser personas muy inteligentes y observadoras.
Finalmente, este tipo de Dominante generalmente posee altas dosis de autocontrol, lo que le convierte en un “torturador” exquisito y refinado.
Dioses Menores
Este tipo de Dominante exige ser tratado como un dios en su casa y adorado como tal. Muchos de ellos son ritualistas y tienen actividades claramente definidas, en gran parte, basadas en la gratificación de su ego.
El acto sexual con estas personas tiende a ser unidireccional: la deidad recibe la adoración y el deber de quien se somete es ante todo complacer, sin pensar en sí misma/o.
Son personas muy afines a crear complejos y detallados escenarios, decorados según la temática que elijan: gótica, vampírica, mitológica, oriental, etc. y sus aficiones vainillas se enfocan a estas temáticas también.
Finalmente, suelen ser imaginativos, misántropos y en ocasiones, solitarios, sin embargo no pasan desapercibidos en el mundo convencional, ni por su imagen ni por sus actitudes.
Osos
Este apelativo se destina, únicamente a hombres, Dominantes y homosexuales, involucrados en el movimiento ‘leather’ (cuero), por lo que no son exclusivos del BDSM; también se encuentran en el mundo motero, por ejemplo. Son fetichistas del cuero y suelen tender a acentuar una imagen de hipermasculinidad, acompañada de mucho vello. Dominan a los hombres con tendencias femeninas, con los que sacian sus elevados apetitos sexuales, aunque algunos también son bisexuales.
Ayer se escribió aquí, sobre las sensaciones de una de las
partes del juego, así que no sería de justicia, pasar a otro tema sin escribir
algo, sobre la parte que falta.
¿Qué sensaciones obtiene el spanker de su rol?, es una buena
pregunta, que ignoro el motivo, pero es
bastante tabú, cuando se habla o escribe sobre el tema, supongo que la
imposición de lo políticamente correcto también ha hecho mella, incluso en la
intimidad. Pero partimos siempre de la idea, que estos tipos de juegos, son
consensuados entre dos adultos, por lo tanto cualquier otra consideración
sobra. ¿Cuál es el motivo, entonces?, mi opinión es que de nuevo los
prejuicios, de nuevo la gente que no conoce el juego o incluso que lo conoce un
poco, pero no ha entrado o no ha querido entenderlo del todo, juzga al spanker,
como sádico, que se excita provocando dolor o humillación, de nuevo nada más
lejos de la realidad, estoy convencido que incluso entre la gente “vainilla”, la
idea de dar o recibir unos azotitos, en plan preliminar, les pone a la gran
mayoría y también estoy segurísimo que a la inmensa mayoría de spankers, la
cantidad o intensidad de los azotes ,no es motivo de mayor o menor excitación.
Entonces, ¿qué es?, pues en mi opinión, es todo el juego en sí, es toda la gama
de sensaciones que produce, que alguien se ponga en tus manos voluntariamente, que
por decirlo de algún modo te ceda la responsabilidad, sentir esa confianza y
esa entrega es algo especial y mágico, que en mi modesta opinión puede ir mucho
más allá, que una simple fantasía de tipo sexual. La posición del spanker, puede
parecer a priori la posición fácil dentro del juego, nada más lejos de la
realidad y en ciertos aspectos del juego lo es, pero en otros es la posición difícil,
cuando alguien decide, darte esa licencia, la de en cierto modo cederte el
control, la responsabilidad también es grande, te está diciendo que confía
ciegamente en ti y esa confianza y entrega debe ser correspondida, esto es una
vía de doble sentido, donde confianza se paga con confianza y entrega se paga
con entrega, debes observar, intuir, anticiparte en cada momento, debes
interpretar todos los códigos y mensajes, algunos evidentes otros no, que tu
compañeros de juego te va a dar en cada momento, debes escuchar, comprender, ser
cómplice y a la vez saber imponerte, saber
decir basta, cuando así se te está pidiendo, hay alguien que confía en ti,
confía en que vas a ser capaz de darle, lo que te pide, si lo consigues, te
pagara con su entrega, con su confianza y con muchas cosas más.
El objetivo es simple, que cuando se juegue, por un momento,
el tiempo se pare, no exista nadie ni nada más en el mundo, que spanker y
spankee. Una vez alguien que me dijo, que no entendía el rol spanker, que el
suyo(es spankee), era mucho más divertido, que las sensaciones, se las llevaba
ella, me llevo mucho rato y paciencia explicárselo y a día de hoy lo sigue
pensando, pero menos, incluso a veces se ha puesto en mi piel, eso deberíamos
hacer todos de vez en cuando, ponernos en la piel del otro, quizás así, los
prejuicios serian menos.
Hay una frase del pensador húngaro Thomas Szasz, que resume
en pocas palabras, lo que he querido explicar, si alguien se anima a pensar un
poco sobre ella aplicada al juego, seguro que saca sus propias conclusiones “Un
maestro debe tener la máxima autoridad y el mínimo poder”.