El caballero desmonta y entra en la granja, donde encuentra a una dama tan hermosa como un amanecer en el Mediterráneo. Comienza así la seducción.
GRETHA: Uy, pues si yo me encuentro en el campo a un hombre así me desmayo
Maestro látigo: yo te recojo pero no puedo dejar de mirar tus piernas que asoman por el vestido y tu boca entreabierta me tienta
GRETHA: no te preocupes, me quedaré desmayada bastante rato, puedes tocar. En un pajar, en plan polvazo del siglo de oro
Maestro látigo: te deposito suavemente sobre la paja, el vestido se abre por abajo y tus senos pugnan por liberarse, el cuello extendido, los ojos cerrados
GRETHA: los ojos semicerrados, fingiendo, pero te estoy observando
Maestro látigo: y pienso: «Pardiez, que belleza serena, habré de ayuntar con ella, aprovechando lo del siglo de Oro, la perforo»
GRETHA: que maravilla, yo estirando bien el torso, a ver si consigo que se salga una teta del escote, mientras finjo el desmayo
Maestro látigo: qué hermosa estás cuando yaces
GRETHA: más hermosa estoy desnuda
Maestro látigo: acaricio tus tobillos, tus pantorrillas, desechando tela descubro tus muslos torneados
GRETHA: se me abren las piernas con tus caricias
Maestro látigo: con mi daga, hago saltar los botones del vestido desde abajo
GRETHA: uff pues me pone
Maestro látigo: aparto la tela, mis manos se enredan, tras escalar tus muslos, en tus caderas
GRETHA: (¿ya estoy despierta, mi señor?)
Maestro látigo: termino la tarea y, como quien inaugura, abro la tela. Os saludo, dama, os recogí cuando perdisteis el sentido, me presento, podéis llamarme Junger y deseo, como la más alta estima, ser caballero en vuestro servicio.
GRETHA: No puedo articular palabra, estoy tan deseosa de tu cuerpo que te miro y suspiro, mi señor
Maestro látigo: recojo tu pañuelo, lo mojo en un cubo de madera, y os refresco el rostro, el cuello y el pecho, os ofrezco del balde el frescor y de mí, el amor
GRETHA: no sé que me pasa que estoy contenida, pero en verdad deseando que me emputezcas
Maestro látigo: con palabras y mis manos o con mi acero toledano voy a folgar con vos bien temprano
GRETHA: a caballo, mi señor, ponme a cabalgarte
Maestro látigo: primero habéis de liberarme de tanta ropa e impedimenta, las calzas, las medias, la espada
GRETHA: ¿queréis que lo haga como vuestra sirvienta, o con el ansia que me embarga?
Maestro látigo: como os plazca
GRETHA: de todas las formas me place abrir tu ropa, mi señor, y besarte todo el cuerpo, lamerte por todas partes
Maestro látigo: seréis mi dama en el castillo pero voy a montaros como una puta de rastrillo
GRETHA: aaaaaa aaaaamm mmmm me gustaría que me violaras ahora, que no sería violación pero parecido, a la fuerza
Maestro látigo: os beso con ansia, os toco con pasión,
GRETHA: aaasssiiii mi señor
Maestro látigo: os echo en el jergón
GRETHA: sigue
Maestro látigo: separo vuestras piernas de un golpe de mis manos, rasgo vuestra bragas
GRETHA: mojadas
Maestro látigo: cato vuestro sexo
GRETHA: aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Maestro látigo: con mi lengua, ¡embeleso!
GRETHA: me cimbreo con tu lengua en mi coño
Maestro látigo: os deshago el moño y os devoro el coño
GRETHA: concéntrate en mi coño, ya agito yo la cabeza para soltar mi pelo, que se que os gusta agarrarlo, mi señor
Maestro látigo: mis labios, mi lengua, toda mi boca recorre ese coño apetitoso que lamo, chupo y mordisqueo
GRETHA: asssiiiiiii
Maestro látigo: froto mi lengua en tu clítoris, chupo vuestros labios vaginales,
GRETHA: así en poco me corres, ya estoy ardiendo
Maestro látigo: mi cabeza entre tus piernas, agarrado a tus nalgas, levanto los ojos para miraros a la cara
GRETHA: quisiera corresponder con lo mismo, si me da la vuelta, mi señor, podré chuparle la polla y agarrarle bien de los huevos
Maestro látigo: sin dejar de chupar, lamer y frotar, meto un dedo en vuestra vagina, perforando
GRETHA: mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm
GRETHA: (lo estoy haciendo)
Maestro látigo: me giro, y pongo mi sexo ante tus rostro, vuelvo a hundir mi cara en tu sexo que lamo, lo recorro con la lengua e introduzco dos dedos para masturbarte sin dejar de atender a tu botón del placer
GRETHA: aaaayyyyyyy que gussto, te chupo la polla con muchas ganas
Maestro látigo: crece en tu boca, se endurece
GRETHA: mmmmmmmmmmmmmm me encaaaantaaaa assssiiiiiii aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaay
Maestro látigo: voy a devorarte el coño hasta que te corras en mi boca agarrado a tus muslos, sin descanso
GRETHA: lo mismo te digo, mi señor, voy a devorarte la polla a chuparte los cojones hasta que estallemos los dos de placer. Pon un aldeano o aldeana en la escena, que quiero ver arder al mundo entero por nuestro gozo
Maestro látigo: saboreo tu sexo, tu olor a hembra me impregna
GRETHA: (me estoy masturbando, me pones a mil)
Maestro látigo: una pareja de granjeros acude al ruido y nos mira, escondidos y sorprendidos, no interrumpen porque nuestras ropas son de principal
GRETHA: ssssssssiiiiiii
Maestro látigo: él se acaricia por encima de las ropas, ella mete una mano en su escote y yo grito: adoro comerte el coño, voy a devorarlo
GRETHA: y yo me retuerzo de placer con tu lengua y con tu polla en mi boca, la agito con mi mano, la rechupeteo muy perramente
Maestro látigo: hundo la lengua en tu vagina, la hago girar, la saco y la meto, recorriendo tus paredes, juego con un dedo en tu culo, haciendo círculos
GRETHA: aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Maestro látigo: con la barbilla froto tu clítoris
GRETHA: voy a correrme en tu boca y después te ruego que me folles
Maestro látigo: el granjero pone a la granjera a cuatro patas y la monta
GRETHA: aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Maestro látigo: la mujer con el culo en pompa dos agujeros presenta para que el cipote elija el que más le convenga
GRETHA: me gusta verlos follando, me calienta más si cabe
Maestro látigo: córrete para mí, córrete para mí y luego cabálgame
GRETHA: amor estoy a punto
Maestro látigo: el granjero azota el culo de su pareja, la perfora y la hace gritar. Mi hembra, te digo, derrama en mi boca tu néctar
GRETHA: me cooorrro en tu boca mi señor me corrooo me coooorrro aaaaaaaaa aaaaaaa aaaaaaaaaa aaaaaaaaaaaa
Maestro látigo: noto tu orgasmo en mi polla dentro de tu boca
GRETHA: aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa mi amo
Maestro látigo: te follo la boca sin dejar de masturbarte con mi lengua, muerdo tus labios vaginales con mi boca
GRETHA: como me gusta, te la chupo sin parar
Maestro látigo: ahora pone de pie y móntame, cabalga uncida a mi polla
GRETHA: SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII TODA TU POLLA DENTRO DE MI, PERFORÁNDOME AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAYYYYYYYYYYYYY
Maestro látigo: tus caderas rodean mi cintura, mi mano en tu clítoris, la otra magreando tus tetas, ya no hay suavidad, sólo deseo brutal y eterno, uso mis piernas para invadirte con fuerza
GRETHA: ooooooommmm me muero de gusto
Maestro látigo: te cojo del pelo para que agaches la cabeza y te beso
GRETHA: cariño pon a la granjera a chuparte los huevos mientras te monto
Maestro látigo: tú, zagala, dame servicio en los cojones con tu boca
GRETHA: te beso locamente, con ansia de tu boca
Maestro látigo: te sigo follando, la granjera me chupa los huevos, mi polla te embiste y te hace saltar sobre mí, voy de tus tetas a tu clítoris
GRETHA: mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm
Maestro látigo: el granjero se acerca y se pajea mirándonos
GRETHA: aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Maestro látigo: fóllate a tu hembra sin que deje de comerme los huevos, rufián
GRETHA: aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa que escena tan placentera, te cabalgo aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Maestro látigo: yo boca arriba, tu sentada y empalada a mi polla, la zagala chupándome los huevos y el rústico follándosela
GRETHA: sssssssssssssssiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
Maestro látigo: los caballos del establo huelen el sexo y se montan entre ellos. Mi hembra, mi amada, te quiero sometida a mi lascivia por ti
GRETHA: me voy a correr otra veeez mi señooooooooooooor
Maestro látigo: aprieta tu coño, aprisiona mi verga, extrae de ella el semen, voy a inundarte hasta que la leche de deslice desde tu coño a tus muslos, me semi incorporo y te como la tetas, atropo tus pezones, embisto
GRETHA: <Multimedia omitido>
Maestro látigo: granjera, cómele el culo a mi dama, presto
GRETHA: me desmayo que gusto cariño ayyyyyy
Maestro látigo: no sabes cuánto me gusta oirte correrte, me pone mucho
GRETHA: ay que escena pastoral tan brutal, como me ha gustado, estoy sin aliento, sigo tocándome
Maestro látigo: salgo de debajo de ti, la granjera sigue comiéndote el culo y el sexo, yo llevo mi polla entre tus pechos
GRETHA: abro la boca para recibir tu leche
Maestro látigo: Cañonazos de semen caliente, los huevos rozando tus pechos, mi semen en tus labios, en tu boca
GRETHA: aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Maestro látigo: la granjera se corre con su lengua en tu culo
GRETHA: mientras te chupo todo lo que queda en tu polla, succiono y yo me corro con la lengua de la granjera en mi culo y tu polla en mi boca aaaaa aaaaaaaaaaa aaaaaaa aaaaaaaa mi señor, te adoro, me matas de gusto
Maestro látigo: me pones como un animal en celo
GRETHA: y tú a mi aaaaayyyyyy
GRETHA: contrata a la granjera, mi señor, nos servirá más tarde, que quiero ver cómo te la follas y ser yo quien te chupe los cojones, me emputeces de una manera...
Maestro látigo: Ato a la granjera a una viga de madera y la azoto con mi látigo mientras el rústico la masturba, un entremés para que te recuperes
GRETHA: Me has hecho gozar mucho
Si ya estás familiarizado con el arte de la
restricción corporal, es probable que tengas una idea de cuáles son tus
accesorios favoritos o cuáles te gustaría probar.
Pero la variedad que hay en las tiendas es
tan grande que puede ser un poco difícil decidirte por el más conveniente para
ti. Por ejemplo, ¿sogas naturales o sintéticas? ¿tobilleras y esposas o un
conjunto que retenga todo a la vez?
La respuesta a esto depende de varios
factores: desde tus gustos y los de tu acompañante hasta el tipo de fantasía
que quieran cumplir.
¿No sabes cómo elegir? Sigue leyendo esta
nota.
Tipos de
accesorios para Bondage
Antes de aventurarte en tu búsqueda,
repasemos cuáles son los accesorios para la inmovilización corporal más
utilizados:
·
Esposas: son básicas para estas
prácticas. Las suelen usar los principiantes para irse adaptando, pero también
son utilizadas incluso por los más avanzados.
·
Collares: es un símbolo de la
sumisión, y acompañado con una cadena puede darle el control al amo sobre su
sumiso.
·
Arneses corporales y cinturones
de sujeción: son sistemas un poco más complejos que te permitirán inmovilizar a
la otra persona en la posición que desees. O, por el contrario, podrás sentir
la adrenalina de tener limitaciones en el movimiento de tu cuerpo.
·
Otros complementos: como las
plumas sensitivas, por ejemplo. Estas pueden agregar un toque divertido durante
la sesión.
Cómo
comenzar en el Bondage
Meterte de lleno en el arte del Bondage es
un proceso que puedes hacer poco a poco según te sientas cómodo. Así que para
empezar no es necesario que adquieras los últimos y más avanzados accesorios.
De hecho, es normal si los primeros días te
sientes un poco extraño o apenado. Eso no quiere decir que el Bondage no sea
para ti, sino que quizás necesitas comenzar con algo más sutil.
Incluso, un conjunto de lencería de cuero
puede dar pie a nuevas experiencias en el área. Pero si ya estás un poco más
preparado, puedes adquirir un kit compuesto por todos los accesorios necesarios
para una práctica completa, como esposas, tobilleras, una suave venda para los
ojos y una pluma para experimentar cosquilleos.
Prácticos
consejos para una mejor selección
·
Ten una conversación previa con
tu socio. Definan qué quieren lograr, qué les gustaría experimentar, cuáles son
los límites. Todo esto les ayudará a elegir de forma más fluida.
·
Evita el uso de accesorios
improvisados en casa, porque no solo pueden arruinar tu pequeña aventura, sino
que además podrían resultar peligrosos. Los objetos especializados para Bondage
están diseñados para proteger tu piel y evitar las molestias durante su uso.
·
Te recomendamos dar preferencia
a los accesorios hechos de cuero y silicona por encima de los de acero. Los
últimos no son nada flexibles y aumentan las posibilidades de crear fricción.
·
Si no confías 100% en la
persona con quien vas a compartir esta experiencia, te sugerimos utilizar
accesorios que cuenten con sistemas de seguridad integrados, como aquellos que
cuentan con un “botón del pánico”. También puedes optar por tener unas tijeras
a mano para poder soltarte cuando quieras. Sin embargo, lo más aconsejable es
que realices este viaje con alguien en quien puedas confiar.
¿Quieres saber más sobre los accesorios
para Bondage y cómo elegirlos?
Lee la guía completa. BONDAGE - BONDAGE - ¿CÓMO ELEGIR UN ACCESORIO DE INMOVILIZACIÓN CORPORAL?
Empezaremos por desmentir algunos mitos acerca del
tratamiento de las cuerdas.
Mito 1. Como los Gremlings,
las cuerdas de yute no se pueden mojar.
Si bien no es recomendable hacerlo todos los días, si se
mojan no pasa absolutamente nada. De hecho para suavizar uno de mis primeros
kits de cuerdas un buen amigo me recomendó meterlas al lavavajillas durante
media hora enrolladas en zig zag. Aquellas cuerdas quedaron
espectaculares y aun las conservo. Eso si, tras mojarlas es importante
secarlas muy estiradas con nivel alto de tensión y sin dobleces. De lo
contrario se nos podrían quedar marcadas o con un trenzado muy suelto.
También he tenido el placer de practicar water bondage. Tras atar y empapar a
la modelo las cuerdas siguieron siendo usables durante mucho tiempo.
(Nota: Si practicas water bondage si que debes tener en cuenta que las
cuerdas se aprietan más sobre si mismas y luego resulta mucho más difícil
desatarlas. ¡ten a mano unas tijeras de
seguridad siempre a mano por si las moscas!)
Mito 2. Hay que echar cera a
las cuerdas.
Teóricamente permite “impermeabilizarlas y darles
brillo”. La realidad es que aun usando ceras especiales las cuerdas se
quedan en cierto modo pastosas, se arruina la fluidez y ademas se convierten
en un imán perfecto para la suciedad.
Mito 3. Los aceites orgánicos son lo mejor para las
cuerdas
Hace relativamente poco, antes de comenzar a vender
cuerdas, me compré unas cuerdas maravillosas online. En aquella tienda
recomendaban aceites orgánicos para tratarlas porque según ellos “son más
naturales, igual que las fibras”. ¡ERROR!. No es que las cuerdas no tuvieran
buen aspecto, que lo tenían, pero cogieron un olor a
rancio insoportable. De hecho con el tiempo llegue a la conclusión de que
no soportaba más el olor y aun a riesgo de estropearlas las lavé con detergente
de ropa. (Había que quitar el aceite, un elemento graso, y no valía solo con
aclararlas). Así que las dejé en remojo durante un rato y conseguí eliminar
casi del todo el olor. Lección aprendida.
Para que tus cuerdas tengan un aspecto saludable te recomendamos algunos consejos que ayudarán a que tus cuerdas y tus atados luzcan impecables
Consejo 1. Utiliza aceites
minerales.
Son igual de efectivos, inoloros y además más baratos.
¿Una marca que puedes encontrar en todos los sitios? Jhonson’s Baby. ¡Además la
versión de aloevera huele genial! (Y sigue sin ser orgánica).
Consejo 2. Ata mucho.
Al atar conseguirás ir reduciendo la rigidez inicial de las cuerdas. Con el uso irán ganando flexibilidad y suavidad.
Consejo 3. No dejes las
cuerdas empaquetadas durante mucho tiempo.
De esta manera evitarás que cojan deformidades. Si
vas a estar más de uno o dos meses sin atar lo mejor es que las
dejes anudadas de manera más suelta de la habitual, de lo contrario será
difícil que consigas eliminar totalmente la forma con la que fueron
empaquetadas.
Consejo 4. Como el buen
vino; conservarlas en un lugar adecuado.
Cuando no las estés utilizando, intenta dejarlas en un
lugar fresco, sin apretar con excesiva firmeza y sin que sufran las
inclemencias del tiempo. ¡La humedad, o sequedad del ambiente son factores muy
influyentes para la conservación de las cuerdas!
Consejo 5. Suaviza las
cuerdas nuevas con las tareas más intensivas.
Dependiendo de tu nivel como rigger puede que hagas
semisuspensiones o incluso hagas suspensiones. Utiliza las cuerdas nuevas para
las lineas de vida (las centrales). De esta manera cogerán presteza
ellas mismas, y podrás utilizar las más suaves en el cuerpo de tu modelo.
¡Además al estar más nuevas son más seguras!
Consejo 6. No realices el
tratamiento únicamente al principio.
Si notas que tus cuerdas tienen algún pelillo de
más, o tras un par de usos les ha vuelto a salir algo de pelusilla puedes
quemar esas hebras salientes de nuevo. Si notas que están especialmente secas
vuelve a darles algo de aceite. Si por lo que sea cogen suciedad pasale un
trapo húmedo para capturar la capa más exterior. Siente tus cuerdas y
cuídalas cada día.
Consejo 7. Alimenta tus
cuerdas con el sudor, piel y “fluidos” de tus modelos.
Vale, quizás no deberías tomarte este punto al pie de la
letra, pero de verdad que las cuerdas se van cargando de esencia vital a medida
que atas. Con el tiempo les cogerás cariño, tendrán valor sentimental y odiarás
prestarlas. “¡Mis cuerdas son mías!”.
Consejo 8. Experimenta.
Pon en duda todo lo que aquí te estoy contando. Lo que funciona para unas personas puede no funcionar para otras. Algunos insensatos (¡Un besito para ellos!) hasta prefieren el cáñamo al yute
Consejo 9. Revisa tus
cuerdas de vez en cuando.
Por mucho que alarguemos su vida útil a veces nos toca
jubilar cuerdas. Si atamos con frecuencia a un nivel normal, lo habitual es que
nos duren dos años o incluso más, pero con el uso alguna fibra se puede ir
rompiendo, perdiendo consistencia y por lo tanto acabar siendo peligrosa. Sobre
todo si haces suspensiones, no dudes en renovar las cuerdas. La
seguridad debe de ser lo primero.
Consejo 10. Elige bien tu
forma de empaquetarlas.
De nuevo es un asunto muy personal. Hay muchas variantes,
cada una con sus pros y sus contras. Pero sobre todo ten en cuenta que
prefieres. Si practicidad a la hora de usarlas y soltarlas durante
tus atados o empaquetados menos agresivos con menos presión que aunque
dificulten los atados permitan tener cuerdas más uniformes sin deformaciones.
¡Hasta aquí los
shibari-consejos, recuerda que esto es lo que me ha funcionado a mí, siéntete
libre de echar cera a tus cuerdas, empaquetarlas a lo bruto dejarlas al sol y
echarles aceites orgánicos! Eso sí, ¡no digas que no te lo avisé!