Bueno me presentó soy señorito drogo, tengo 24 años, soy sumiso hace 5 años, hace 1 año estoy libre de posesión, tuve una relación estable con una Domina es decir D/s con la que dure 3 años, tengo experiencia en mazmorras, sumisión pública y en prácticas como pegging, spank, chasity, torture, facesitting, analfisting, asfixia, petplay, strapon, humillación física y verbal, entre otras más, la razón por la que estoy aquí es porque me interesa mucho encontrar a una Domina para relación llevada al BDSM en la categoría D/s , ya que este mundo es mi vida y lo deseo en mi propia piel, saludos a todos...
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Ama Luna - Mistress Moon.
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Desde hace años, mi Ama me dice cariñosamente “mi perrito”. Es un nombre que me encanta porque señala que soy de su propiedad, señala su posesión sobre mí y mi lugar a sus pies y es además una muestra de cariño. Por supuesto, a veces escuchar “perro” en un tono severo anticipa un castigo o un regaño, o simplemente un poco de tortura, de esa que a mi Ama le encanta impartirme.
Sin embargo, realmente nunca me he comportado como perro, más allá de usar un collar y estar desnudo en el piso a los pies de mi Ama. Eso va a cambiar, esta noche mi Ama me anunció que mañana sería un día de perro, lo que implica que tendría que comportarme como perro el día entero. Y que me entrenaría severamente pues no quería una mascota malcriada.
A media madrugada, mientras dormía a su lado, mi Ama me despertó a fustazos y me dijo “perro malcriado, que haces durmiendo en la cama”. Me bajó de la cama y me señaló una frazada en el piso, donde debía dormir el resto de la noche. Cuando intenté decir algo, me calló con un severo fustazo recordándome que los perros no hablan.
Dormí mal en el piso, y temprano en la mañana mi Ama despertó y me enganchó una correa al cuello, me despertó con otro par de fustazos y me hizo seguirla al baño, donde ella orinó por un rato y luego abrió las piernas para que la limpiara con cuidado.
Bajamos a la cocina y, aunque normalmente yo hago el desayuno y la sirvo, esta vez mi Ama ató mi correa a un gancho en la pared y se puso a cocinar. De vez en cuando me acariciaba la cabeza o con sus pies acariciaba mis bolas y mi pene encerrado en la jaula de castidad. Mientras esperaba que todo estuviera listo, se acercó a mí, se puso de espaldas, levantó su ropa y me mostró su delicioso trasero, que yo sin dudar comencé a besar y lamer. Estuve así unos minutos adorandola y cuando el café y el resto del desayuno estaba listo ella sirvió un solo plato para ella y lo llevó a la mesa, volvió a la cocina y me desató y me hizo seguirla en cuatro patas
Mientras desayunaba, yo estaba en cuatro a sus pies, en una ocasión me lanzó un trozo de pan, que yo recogí del piso con mi boca, sin usar las manos. Ella sonrió y volvió a lanzarme un trozo de comida, pero esta vez colocó su pie sobre él. Yo entendí el juego y comencé a lamer su pie hasta lograr sacar el trozo de comida, y así seguimos por varios minutos, yo comiendo la comida aplastada que lograba sacar de sus pies, y luego limpiando la adorada piel de mi Ama.
Cuando había terminado de darme las sobras de su plato, mi Ama se pasó la mano por su sexo y luego me mostró los dedos húmedos, yo inmediatamente me lancé a chuparlos, disfrutando el delicioso sabor de sus fluidos y el fuerte aroma, ya que la noche anterior la había llevado a varios orgasmos y mi Ama no se había duchado aun. “Es la hora de tu desayuno, perro” dijo mi Ama y abrió las piernas, a lo que yo inmediatamente procedí a lamer sus muslos, su sexo y llevarla a varios orgasmos, mientras mi Ama acariciaba con su pie mi sexo en castidad y me azotaba con la fusta. Mi sexo estaba que explotaba en su jaulita. Cuando mi Ama estuvo complacida, me dijo si necesitaba liberarme de la jaula y yo chillé suplicando como perro. Me dijo: “no, no” y en cambio me ordenó lavar los platos y limpiar la casa mientras ella subía a ducharse.
Al cabo de una hora tenía hecha la limpieza y ella bajó muy fresca y relajada, me dijo, “perro, es hora de bañarte”. Me tomó de la cadena y me llevó al jardín de la casa, donde me ató a una reja y luego fue a traer unas cosas. Regresó con la manguera del jardín y una esponja y un jabón. Me mojó con el agua fría de la manguera y procedió a enjabonarme con dureza, de vez en cuando dándome una nalgada o una bofetada, por sucio. Afortunadamente, en nuestra ciudad hace calor, pero igual sentía frío con la brisa del jardín. Cuando terminó y me secó, me examinó la jaula de castidad y me mostró luego una caja que trajo de adentro. Era un tapòn anal de goma, con una cola de perro añadida, me dijo “¿te gusta tu colita, perrito?” y yo respondí con un ladrido alegre. Procedió a insertar el tapón lentamente, sin lubricarlo porque sabía que con lubricante me sería muy difícil retenerlo largo rato. Cuando estuvo dentro, lo empujó, lo giró y cuando estuvo satisfecha, se puso de pie y me dijo que moviera la cola. Yo lo hice y ella me dijo molesta que lo hiciera con más energía mientras me daba algunos fustazos.
Luego me dijo que iría a la peluquería, por lo que me dejaría atado en el jardín. Aseguró la cadena a mi cuello con un candado y el otro extremo a un árbol, dejándome un par de metros para moverme. También acercó un plato de perro con agua y me dijo que volvería en un par de horas. Yo estuve ahí largo rato, sin poder medir el tiempo, sintiendo el calor de los rayos de sol que se filtraban por las hojas y los insectos que se posaban en mi piel. Al final me dormí. Desperté de nuevo sintiendo algunos fustazos, mientras mi Ama me decía perro perezoso. Yo la vi y estaba muy bella, con su cabello arreglado y los pies recién hechos. Habían pasado varias horas y se acercaba el momento del almuerzo. Me desató y me dijo que preparara la comida, mientras ella se iba a su cuarto a leer y chequear la computadora.
Cuando terminé de preparar el almuerzo y la mesa, subí y me asomé a la puerta en cuatro patas, besé y lamí sus pies y ella mi preguntó si la comida estaba lista, yo ladré en asentimiento y ella se dirigió al comedor. Yo le serví y luego me postré a sus pies. Ella comió leyendo en su teléfono, mientras yo besaba y adoraba sus pies. Al terminar, se dirigió a la cocina y sacó de la gaveta un plato de perro. Sirvió un poco de comida en él, las sobras de su plato y algo de pan, lo mezcló todo y lo puso en el piso y me dijo que comiera. Yo me dirigí al plato y tomé algo con la mano, grave error, mi Ama se puso furiosa y me dijo que los perros no usan las manos. Me azotó fuertemente con la vara algunas veces y luego me puse a comer usando solo la boca, ensuciándome mucho, me sentía horriblemente humillado y con ganas de llorar. Cuando terminé, mi Ama me preguntó si sentía sed, yo asentí con la cabeza y entonces hizo algo inesperado, se puso en cuclillas sobre el plato, se levantó el vestido (no llevaba bragas) y orinó sobre el plato de perro. “Bebe, perro”, yo vacilaba pero la vara me convenció de acercar la boca al plato y comenzar a beber su orina caliente. Aunque muchas veces la he limpiado con mi boca en el baño, era la primera vez que me tocaba beberme toda su orina. Me la bebí toda, lentamente y con varios golpes de la vara para terminar de convencerme. Cuando terminé mi Ama me ordenó lavar los platos y asearme, y luego subir.
Cuando estuve listo encontré a mi Ama sobre la cama, vestida solamente con un arnés con un dildo ajustado. Me dijo “perro, ven acá y chupa”. Yo me acerqué y tímidamente empecé a lamer el dildo, mi Ama me dijo “a ver, con más pasión, perro estúpido” y me regaló dos fustazos, yo comencé a hacerlo con más energía, y luego a meterlo en mi boca, mi Ama me ayudó tomándome del pelo y haciéndome meterlo y sacarlo de la boca, lo que me provocó el reflejo de asfixia y toser, eso enojó mucho a mi Ama quien me azotaba. Cuando se cansó de verme luchar con el dildo me dijo que me pusiera en cuatro y trajo un flogger, una paleta y una fusta y se dedicó a azotarme el trasero, la espalda y las piernas hasta que sació su sadismo y mi piel estaba roja y lastimada. Finalmente, sacó el plug con cola de mi trasero y comenzó a meter el dildo que tenía puesto. Yo gemí y ella dijo “veo que te gusta, perro”. Me folló primero lenta y luego rápidamente y con violencia, mientras yo gemía y me sentía estallar.
Después de lo que pareció una eternidad, mi Ama se recostó, se quitó el arnés y me ordenó complacerla. Pasé horas lamiendo su sexo y llevándola a más orgasmos. Finalmente, estuvo satisfecha y me ordenó bajar y prepararle un té, mientras ella revisaba el teléfono y publicaba fotos de mi trasero penetrado. Cuando regresé con el té, me acarició la cabeza y me dejó descansar a sus pies, mientras veíamos televisión. En un momento dado se dio cuenta de que no llevaba el plug con cola puesto y se molestó, me dio un par de bofetadas y me lo colocó de mala manera, lo que me dolió sobremanera porque tenía el culo muy lastimado de la follada previa. Me ató las manos a la espalda y me sujetó la cadena del cuello a la pata de la cama, luego de lo cual se relajó y durmió.
Cuando despertó, me desató y me preguntó cómo me sentía, yo asentí con la cabeza y traté de expresar que me sentía bien, aunque adolorido. Ella me acarició y besó, y me dejó estar un rato con ella en la cama. Luego bajamos, ella preparó café y me dio algunos tragos de su taza. Luego me dijo que le mostrara mi colita y la moviera mientras ella se terminaba su café. Yo lo hice y luego ella me colocó una mordaza, me tomó de la cadena y me llevó al jardín, donde me hizo pasear jalándome de la cadena y dándome fustazos, orinar como perro en un árbol, y finalmente, me dejó de nuevo atado a la reja.
Al final de la tarde llegó a casa Delia, la amiga de mi Ama que conoce todo sobre nuestra relación. Ellas se pusieron a conversar y tomar café, se reían mucho mientras yo las veía en la terraza. En un momento se pusieron de pie y Delia se acercó y me preguntó si me gustaba ser el perro de mi Ama, yo asentí y ella dijo que necesitaba un perro así, a lo que mi Ama le respondió que tenía que conseguirse el suyo. Mi ama le contó todo lo que había hecho conmigo y Delia se reía mucho, mi Ama me dijo que moviera la cola para Delia, yo lo hice y luego me ordenaron, como muchos sábados, que le hiciera el pedicure a Delia. Pasé media hora así mientras mi Ama le pasaba a Delia la fusta para que me azotara. Luego pidieron comida a la casa para cenar y Delia se quedó, quería ver cómo yo comía como perro. Ellas cenaron mientras yo las servía, y cuando terminaron lanzaron sus sobras al plato de perro, me quitaron la mordaza y me dijeron que comiera. yo lo hice lentamente y mi Ama de vez en cuando me pateaba o azotaba para estimularme. Delia no lo podía creer y reía mucho, e incluso me puso más comida cuando había terminado, lo que me pareció un suplicio tremendo.
Después que se despidieron, mi Ama me dijo que estaba muy complacida de que fuera su perrito y que repetiríamos esto muchas veces. Me mostró la cadena que estaba usando y me dijo que siempre que enganchara esa cadena a mi collar, debía comportarme como perro. Yo asentí y besé sus pies. Después de limpiar todo, yo subí a donde mi Ama y la complací un par de veces más. Mi Ama me liberó de la jaula de castidad y me dejó frotar mi pene en sus pies y tener un orgasmo, aunque luego me hizo comer todo el semen. Me colocó la jaula de castidad y me llevó a la cocina, donde me ató y me dejó durmiendo encima de una frazada. Había sido un día agotador.
"-¿Es en serio que tenés experiencia? porque con verdadera experiencia en Femdom sabrías que el hecho de chatear con alguien que se dice sumiso, no me obliga a ser su Ama o Dominante sólo porque lo pida, y que los criterios que utilizo para seleccionar a quien quiero bajo mi consideración o a mi servicio, son muy personales y no tengo por qué dar explicaciones de ellos.
-Por cierto, esa actitud tuya de juzgarme porque no hice lo que vos querías (ser tu Dómina), pretender que por ser joven automáticamente sos mejor que una persona madura, y poner en entre dicho quién soy como Dominante porque no cedí ante tu insistencia, no es lo que se llamaría una actitud respetuosa, madura y mucho menos, una actitud propia de un sumiso.
-Terminaste de convencerme de que mis criterios de selección funcionan.
-Para terminar, Yo soy una persona, NO soy un EBAIS como para tener la obligación de atender a todo el que hace la fila."
Sumis, echen para su saco: pretender que alguien les domine sólo porque ustedes quieran, es irrespetuoso, contradictorio, y va en contra de todo lo que una relación D/s es y representa.