Después de unos cuantos besos más tomo su top y se deshizo de el, lo mismo hizo con sus leggis y para su sorpresa no llevaba nada bajo ellos, su pelvis no estaba depilada al 100%, había vello en ella, sin embargo no era abundante, y sus vellos crecían como si a diario fueran peinados, lo cual lo excitaba aún más, la alzo en sus hombros de tal forma que sus piernas quedaran hacia el frente y su rostro hacia atrás a sus espaldas, la dejo caer sobre una de las bancas en la cual se postraba una barra con discos de peso a cada lado, acomodo sus piernas entre la barra y la banca de tal forma que sus pies lograba verlos acostada, se dirigio hacia la zona de calentamiento y tomo 3 de los lazos que allí se encontraban, con uno amarro ambos pies a cada costado de la barra y con los otros dos cada brazo al lateral de la banca impidiéndole el movimiento, su nalgas quedaron levantadas, de tal forma que su acceso a su vagina era realmente fácil, saco la corbata de su bolso y vendo sus ojos, le planto un beso en los labios y mientras jalaba uno de sus pezones le susurro al oído- eres perfecta- ahhh- solto ella sin poder contenerlo, rodeo la banca y llego al otro costado, paso su lengua por su vagina, de principio a fin, haciendola estremecer, lo cual provoco que flujo de su vagina saliera, se quedo observando su vagina, el como salia flujo de ella, lo recogio con su lengua probándolo, su sabor contenía una mezcla de dulce acido, de esos que te hacen querer más y más, su sabor era embriagante y delicioso, volvio a pasar su lengua por vagina, esta vez con un poco más de presión, repitió el proceso nuevamente pero está vez no se detuvo al llegar a la entrada su vagina, se abrió camimo dentro de ella, metiendola hasta el fondo -ahhhh - gimio ella, la saco y volvió a introducirla, una, dos, tres veces y continuo con el vaivén de lengua entrando y saliendo de su vagina - ahhh ahhh ahhh aaahhh- gemia ella con cada embestida, una de sus manos jugaba con su clitoris haciendo que los gemidos aumentarán, saco su lengua, con una de sus manos subio la piel cercana a su clitoris logrando un acceso directo a el, llevo su lengua a su clitoris y empezo a dar suaves lengüetazos mientras dos de sus dedos de la mano libre entraban en vagina, inicio a a hacer la seña de "ven" con ambos dedos dentro de su vagina - aaaaaahhahahahahhhhh, ahhh ahhh ahhha aahahahahah ahahahaha aahahha aaaaha ahahhha ahhha- gemia ella con cada ida y venida de sus dedos, su lengua aumentaba los lametones al mismo ritmo de sus dedos y gemidos de ella
“Te parece si vamos a tomar algo cuando salgas”.
Alicia, lee el mensaje que acaba de recibir, medio a escondidas (está en la oficina), contesta.
“Ok, saldré pronto si puedo, quedamos donde siempre, muuuuuaaaaaaks”.
Alicia sale a la hora de siempre, se monta en el coche y se
dirige al lugar de la cita desenfadada, escuchando música y cantando a viva
voz, apenas 15 minutos más tarde ya está aparcando el coche en el centro de la
ciudad, un pequeño paseíto y llega al lugar de la cita, Sergio ya está allí, un
abrazo y un beso, en forma de que ganas tiene de verte mutuo.
-Que tal el día mi niña?
-Uffffffff, no me hables, he tenido a mi jefe todo el día
encima….
-Que pesadito esta últimamente….cada día me caer peor.
-No te preocupes….ya se le pasara….y tú que tal el día?
-Bien, con muchas ganas de verte y salir un rato…esta mañana
cuando me fui estabas bien dormida.
Alicia, no dice nada, baja un poco la mirada y medio sonríe…
-Jooooooooooo, es que tenía mucho sueño, se esta tan bien en
la cama.
-Valeeeeeeeeeeeee, todo el mundo tiene derecho a hacerse el
dormido un día, pero princesa, no te acostumbres, ya sabes que no me gusta,
después vas con prisa y de malhumor todo el día…
-Sí, de verdad, que si…
-Pues dame un beso
Alicia y Sergio se besan y juguetean un rato….
-Y bueno, miraste lo del viaje?
-Ufffffffffffff, que va no he tenido tiempo
-No si ya veras, al final, nos quedamos sin reserva.
-Ya lo sé, pero ni he
tenido tiempo y tampoco me he acordado…
-Princesa, haberme avisado y lo miro yo
-Jooooooooo, no me regañes por eso ahora….ya lo haré!!!
-Pero si no te estoy regañando, solo te estoy diciendo, que
si no puedes me lo digas y lo hago yo
-Pues no me he acordado ni de una cosa, ni de la otra.
-Alicia, si no puedes hacerlo, para que te comprometes?
-Lo ves, como me estas regañando? Fufé!!!!!!
-Alicia!es que siempre es lo mismo, no te das cuenta?
-Pero si no puedo, no doy abasto, entre el trabajo, la
familia, tu….no puedo más!!!
-Ves en eso estoy de acuerdo contigo, deberías empezar a
organizarte un poco y donde no llegues delegar, quieres abarcar todo y luego
pasa lo que pasa.
-Encima, que hago lo que puedo, acabo recibiendo yo, me voy
fuera a fumar...
Alicia, se levanta, deja
a Sergio con la palabra en la boca y sale fuera del local, enfadada. Sergio
resopla, ya se le pasara piensa, lo mejor ahora es no hacer nada, al poco entra
Alicia, se sienta no dice continua enfadada.
-Ya te ha dado el aire un poco?
-es que no es justo!!!!
-Quieres saber lo que no es justo??
-No empieces…..que estoy cansada.
-Yo si estoy cansado princesa, estoy cansado que a la
mínima, te portes como una mocosa caprichosa, malcriada y orgullosa, estábamos
hablando, te estaba aconsejando, porque me preocupo por ti y tu en vez de al
menos escucharme, te levantas con una pataleta y me dejas con la palabra en la
boca.
-Pero, es que te pones muy pesado
-Si eso encima pesado, llevas tres semanas haciendo lo que
te gana, estoy siendo muy comprensivo, porque sé que estas bastante agobiada y
ahora el malo soy yo?
-Pues, si después, me vas a echar las cosas en cara, prefiero
que no perdones nada!!!!!
-Baja el tono de voz, estamos en un sitio público y que sea
la última vez, que te levantas y me dejas con la palabra en la boca está claro?
Alicia, baja la mirada, el tono de Sergio lo conoce
perfectamente.
-Voy a pagar y nos vamos a casa, no te muevas de aquí.
Sergio, paga la cuenta vuelve a la mesa.
-Vámonos
Alicia se levanta, salen los dos y van de camino a casa
dando un paseo, Alicia coge la mano de Sergio, miran algún escaparate, charlan
y la tensión, se rebaja. Al llegar casa los dos se dan una ducha, se ponen
cómodos.
-Cariño, que te apetece cenar?
-Cualquier cosa no tengo mucha hambre, pero antes ven que
quiero hablar contigo.
Alicia cierra los ojos y piensa.
-Dime cariño
-Siéntate por favor
-Princesa sigo dándole vueltas a lo que paso en el bar.
- vaya olvídalo…un mal día, ya está.
-Pero es que no puedo, sabes que no puedo cuando te dan esos
ataques de niña malcriada, no lo soporto.
- tampoco ha sido para tanto….
-No te das cuenta verdad?, que no se puede hablar contigo
con calma, que a la que te digo algo, te lo tomas a la tremenda, esto no puede
seguir así, no voy a permitírtelo más.
-Cariñoooooo……
-Lo siento mucho Alicia, pero tienes que aprender como son
las cosas aquí, tienes que aprender a respetarme y a obedecer.
-Si ya lo intento cariño, pero a veces…
-Pues a partir de ahora con el intento no vale, vas a tener
que aprender a medirte, porque este tipo de reacciones, no te las voy a
permitir más, van a empezar a tener consecuencias.
-Me vas a castigar?
- perdóname, venia nerviosa del trabajo….
-Yo no tengo la culpa, me parece que he sido bastante
comprensivo con eso, así que no me vale de excusa y encima levantarte y
dejarme, sin pedirme permiso….señorita así conmigo no.
Alicia se levanta orgullosa.
-Vete al rincón de rodillas a pensar un rato.
Alicia, no se mueve desafiante,
-Alicia, que te acabo de decir?
Alicia, sigue sin moverse, Sergio se levanta la coge del
brazo, Alicia se resiste y Sergio le da un par de azotes, mientras tira de
ella.
-No te compliques más el día señorita!!!!!!!
Al final, Alicia cede un poco y a regañadientes se deja
llevar al rincón.
-De rodillas ya!!!
Alicia, hace lo que Sergio le dice de mala gana y
refunfuñando.
-Te voy a tener ahí, hasta que me canse….al final
aprenderás.
Durante un buen rato Sergio hace sus cosas ignorando a
Alicia, que con el tiempo, empieza a estar incomoda, aburrida y nerviosa.
-Puedes venir
Alicia se levanta, ya empezaban a doler las rodillas…se
dirige a donde esta Sergio. Sergio se levanta y se desabrocha el cinturón, cuando
Alicia esta delante, sabe perfectamente que esa visión aterra a Alicia.
-Ya puedes bajarte el pantalón del pijama y ponte sobre al
apoya brazos del sofá!!!
-Sergio…cariño…. perdóname, por favor….
-Alicia bájate el pantalón o lo hago yo.
Alicia, hace un mueca de desaprobación, pero obedece, la
capacidad de disuasión que tiene el cinturón en su mente es muy importante.
-Sergio….con el cinturón no porfaaaaaa
-Bájate la ropa interior también
-Sergio…no….no estas siendo justo….
Sin tiempo a terminar la frase, un plan resuena en la
habitación, Sergio da un bofetón a Alicia, que inmediatamente se da cuenta, que
ha colmado la paciencia de Sergio, así que decide que es mejor colaborar.
Se coloca donde Sergio le ha dicho y recibe un severo
castigo y largo castigo a base de cinturón doblado.
Cuando Sergio crees que es suficiente detiene el castigo.
-Ahora, te levantas y te vas a la habitación, hasta que
tengas algo que decirme, mientras no salgas para nada de allí, está claro??
Alicia, asiente sin articular palabra, se viste como puede y
se encierra en la habitación.
Al rato, vuelve a aparecer, está cansada, dolorida, arrepentida
y triste…
-Tienes algo que decir?
-Si…..que lo siento mucho…que no debí pagar el día malo
contigo, que me perdones por favor.
-Ven aquí anda, sabes que te voy a perdonar, pero espero que
esto no se vuelva a repetir de acuerdo?
-Si cariño….voy a intentarlo al menos.
-Entonces, te vas a portar como una mujer?
-En ello estamos, quieres que te lo demuestre?
“Alicia, acuérdate que esta semana, te toca a ti el piso, que
ayer no te mataste mucho”
Son las 10 de la mañana, Alicia está haciendo un café en la
oficina, cuando recibe este SMS.
“No te preocupes bicho, soy consciente”.
Alicia, responde el día transcurre con normalidad, desde
hace unos días, Alicia hace el horario de verano, cuando llegan las 4 de la
tarde, sale de trabajar, piensa en el mensaje, Sergio no llega hasta la 7, así
que tiene tiempo de sobra y se va a tomar algo con las compañeras.
Son las 7 de la tarde, cuando Sergio llega a casa, ha sido
un difícil, está cansado le apetece darse una ducha y salir un rato a tomar
algo para desconectarse.
-Alicia, estas???
No obtiene respuesta, Alicia no está y no solo eso sino que
la casa esta tal y como la dejaron por la mañana “será posible, cada día mas
niña caprichosa”, piensa.
Suena el móvil de Alicia, está sentada en un terraza al
solecito de la tarde, echando una risas con las amigas “Se puede saber dónde estás?
en 15 minutos te quiero en casa”
Alicia, se pone blanca mira el reloj y piensa “que mal, se
me fue la hora, a ver cómo me libro de esta”, muy apresurada de despide de sus
amigas, con una mala excusa y se va.
En apenas 10 minutos aparece en casa, sin dar tiempo a
Sergio a decirle nada, dice
-Perdóname cariño…se me fue el rato, fui a tomar un café con
las compañeras y al salir me llamo Marta, no me di cuenta de la hora,
perdóname.
-Mi niña, ayer no hiciste nada y ya te lo pase, pero es que
hoy encima te he avisado.
-Ya…cariño... pero no te preocupes, yo me pongo ahora y lo
hago todo, no pasa nada.
-Pero eso no es princesa, tenías tiempo de sobra, que sales
a las 4!!!!
-Joooo si ya lo sé…pero entiéndeme…me entretuve, lo siento.
-Mira mi niña, ayer ya te columpiaste mucho, pero bueno un
día no pasa nada, pero dos seguidos, como que no, además por tu culpa ahora se
me estropean los planes, me apetecía mucho, darnos una ducha vestirnos, salir
un rato a cenar o al cine y después ir a tomar algo y ahora por los caprichitos
de la niña, me tengo que quedar!!!!.
-Que no, que me pongo y nos da tiempo, ya verás.
-Si es que ya se me quitaron las ganas señorita…ya veo que
contigo no puedo tener manga ancha, solo entiendes una cosa.
-Que noooo!!!
-No me contestes así, maleducada
-Tú también lo has
dicho
-Que no me repliques te digo!!!! Yo digo lo que me da la
gana, que sea la última o te enteras! que ya bastantes problemas tienes esta
tarde, así que no te busques más.
-Joooo, cariño…no te pongas así.
-No me dejas más opción, que castigarte.
-Jooooooooooooooooooo, dame una oportunidad….
-Sabes perfectamente que lo mereces, así que yo de ti lo
acataría sin rechistar.
Alicia, se queda mirando el suelo, juega nerviosa con las
manos, sabe que se lo ha ganado, pero también le gustaría librarse o al menos
intentarlo.
-Me das una oportunidad??
-Otra? Anda y vete el rincón a pensar, pero vuela!!!!
Mientras esta, en el maldito rincón del salón, ese que tiene
ya tan visto, oye como Sergio mueve las sillas, abre la puerta de un
armario y la vuelve a cerrar.
-Has pensado algo mi niña?
-Si….cariño
-Pues soy todo oídos
-Pues…que tienes… razón que debí hacer mis tareas, tú las
hiciste la semana pasada y esta me toca a mí, me sabe muy mal, que yo lleve 3
horas sin hacer nada y que cuando tu llegues este la casa patas arriba, cuando
me toca a mí.
-Entiendes que merece el castigo verdad?
-Si…..lo entiendo
-Bien, pues ya sabes, colócate apoyada en la silla, para
recibir tu castigo
-Si cariño.
Alicia, sabe perfectamente lo que Sergio quiere decir y sabe
que si el castigo es en la silla, es ella misma, quien debe bajarse los
pantalones y la ropa interior ,antes de colocarse, lo hace a sabiendas que en
caso de no obedecer, solo puede empeorar su situación.
-Bien, mi niña, me parece que tu falta de hoy, es bastante
seria, es una falta de disciplina, que debe ser corregida severamente, vas a
recibir 12 azotes con la vara.
Alicia traga saliva, sabe perfectamente que Sergio solo usa
la vara, para castigarla, cuando está enfadado de verdad, solo la ha usado un
par de veces anteriormente y solo en casos extremos, es consciente que el
castigo va a ser duro, se agarra con fuerza al respaldo de la silla, siente
como Sergio apoya la fría vara, en sus nalgas, calculando donde va a aplicar
los azotes, de repente el silbido de la vara cortando el aire y el impacto del
primer azotes resuenan en todo el piso, Sergio decide poner algo de música ,no
es cuestión de desvelar intimidades a los vecinos, aplica el castigo con
energía y sin compasión, esta vez Alicia, ni se mueve aguanta su castigo con
entereza, a pesar de que a cada azote, es como si unas cuantas avispas, la
picaran en sus nalgas, cuando termina el castigo, Sergio deja recuperar el
aliento unos instantes a Alicia, mientas observan las 12 líneas que las
atraviesas, algunas cruzándose entre sí.
-Levántate princesa.
Alicia lo hace buscando consuelo….no ha llorado, pero se
siente vulnerable necesita que la reconforten y la perdonen, hace el gesto de
ir en busca de un abrazo.
-Desnúdate de cintura para abajo!!!!
Alicia.. Obedece desconcertada….
-Ahora, vas a recoger la casa, que es lo que tenías que
haber hecho antes.
-Si cariño….
Alicia, abandona el salón, desnuda de cintura para abajo y
se pone a hacer lo que debería haber hecho antes ,al cabo de algo más de una
hora la casa esta impecable, Alicia vuelve al salón donde esta Sergio mirando
la tele.
-Ya he acabado, puedo vestirme ya?
-No aun, no de hecho no lo vas a hacer en lo que queda de
día, pero ven aquí siéntate conmigo y dame un abrazo.
Alicia, hace lo que Sergio le pide, de hecho lleva un buen
rato deseándolo…
-Sabes mi niña, al menos con algo de lo que había pensado
para esta tarde, no me voy a quedar con las ganas.
Los dos se miran y sonríen, pero lo que sigue ya es otra
historia, si alguien quiere seguirla en su imaginación es libre.
Fin.
Este relato, sobre algo que muchos conocemos y sabemos lo
difícil y emocionante que es, cuando conoces a alguien, que intuyes especial y
entre los dos hay eso que llamamos distancia, que puede frenar muchas cosas, pero
que no es nada frente al deseo ,el deseo no conoce de distancias. Espero que
les guste.
Inés mira a la ventana, ya no siente nada y busca algo en la
inmensidad del espacio, no sabe bien qué es. Héctor recoge sus cosas y se
marcha. Esa misma noche, ambos encienden sus portátiles y entran al chat.
MissSunshine: Ya te echaba de menos por aquí.
FiveMinuts: No me lo puedo creer.
MissSunshine: Creételo.
Cuando Inés vio que Héctor se había conectado el corazón le
dio un vuelco. No había dejado de pensar en la conversación del último día.
FiveMinuts: Pequeña Inés, ¿pensaste en lo que te dije?
MissSunshine: Cuando estaba tocando el piano esta mañana, no
dejaba de pensar en la comparación de mi cuerpo con las teclas que tú tocarías
en armonía.
FiveMinuts: ¿Eso es un sí?
MissSunshine: ¿Cuánto tiempo llevamos hablando, Héctor?
FiveMinuts: Como un mes, ¿por qué?
MissSunshine: Porque necesito sentir tus labios contra mi
piel, necesito sentir tu delicadeza y tu brusquedad, yo no puedo quedarme sin
probarte.
FiveMinuts: Mi dulce Inés… ¿aguantarías?
MissSunshine: ¿Lo dudas? Alomejor el que no aguanta mi ritmo
eres tú.
Tras la conversación de esa noche Inés se tumbó en la cama.
Sus pequeñas y blancas manos trataban de apartar el enmarañado pelo negro de la
cara. ¿Qué podía haber visto Héctor en su figura etérea? Pero algo muy fuerte
tenía que ser para que él se decidiera a coger el coche, ir a por ella, y
llevársela a un hotel. Hacía tiempo que sus ojos grises miraban al techo de la
solitaria habitación en la que se encontraba, buscando un Héctor que quisiera
besar sus labios.
Mientras tanto él hacía la maleta pensando en ella.
Imaginando desnudar suavemente su fina piel, imaginando pasar los dedos por su
negro pelo y apartárselo de la cara, imaginando tener a Inés en su cama. Vivía
convencido que con solo cogerla muy fuerte ya le dejaría marcas, que era el ser
más delicado que conocía, que podía hacerle daño solo con mirarla. Pero
necesitaba sentirse entre sus piernas. Ponerla a prueba, saborearla, palparla,
verla entregada a él. Necesitaba sentirla suya aunque solo fuera una noche.
Un coche paró frente a la puerta de Inés. Ella salió
colocándose el abrigo a toda prisa y olvidando liberar al pelo del cuello del
jersey. Cuando Héctor la vio enmudeció. Era más bella aún ahora que podía
sentir su perfume. El deseo candente se marcaba en sus ojos, deseaba a esa
pequeña ninfa de mirada traviesa y despreocupada como probablemente no había
deseado nada en mucho tiempo.
-Estás preciosa. –Los ojos le brillaban.
-Tú pareces el mismísimo Diablo.-Reía.
Y es que Inés hubiese hecho un trato con el Diablo solo para
verse en los brazos del moreno de ojos verdes. Habría hecho lo imposible por
acariciar su pelo, su pecho, besar su cuello. Confiaba en él, quería dejarse en
sus manos. Enloquecía pensando en ese momento.
-Mejor nos saltamos la cena.-Apartaba un mechón rebelde de
su cara.
-Buena idea, tengo más hambre de ti que de pasta.-La miraba
con ternura.
La cena estaba prevista en un restaurante italiano, el
favorito de Inés, pero ya no importaba. El hotel era sencillo y discreto, los
típicos a los que van los amantes. Inés amaba eso, no quería una habitación
lujosa y con jacuzzi o champán y rosas, ella solo quería cualquier cama en la
que entregarse a Héctor. Con una ventana a la que mirar de madrugada, mientras
él durmiera desnudo entre las sábanas mojadas. Y es que se compenetraban tan
bien. Sus largas conversaciones habían dado frutos, y ahora creían que se
conocían el uno al otro lo suficiente. La mirada que dio inicio al desnudo fue
arrolladora. Héctor la miraba como quién mira al mayor logro de su vida. La
blanca y fina piel de la ninfa iba siendo más visible a medida que el Diablo le
arrebataba primero el jersey, luego la camisa, luego la falda, más tarde la
dejaba en completa desnudez. De pie frente a él mientras la observaba, era una
mezcla de pasión contenida y temor lo que corría por sus venas, un temor
inexplicable, tal vez a acabar convirtiendo ese esperado encuentro en algo
decepcionante. Entonces la fémina se acercó. Comenzó a despojarle de cada una
de las prendas de ropa con habilidad y rapidez. Hasta que por fin pudo entrar
en contacto con su fuerte y oscura piel.
Abrazados dos desconocidos, desprendidos de cualquier
atuendo en un hotel. Inés jura que jamás ha sentido mayor armonía. Héctor la
coge en brazos y la tiende sobre la cama, se abalanza sobre ella, lleva tanto
tiempo esperando este momento que no se podrá contener. Los labios de ella se
entreabren dejando escapar jadeos cuando las manos de su dueño bajan desde el
vientre hasta el sexo. Y el Diablo besa a su presa con mayor fuerza, juegan las
lenguas, se eriza la piel. Inés también acaricia, también sostiene, también
enciende. Y cuando menos lo espera la pequeña ninfa suelta un grito. Y el
cuerpo del uno embiste el de la otra y agarra con fuerza sus muslos.
Cuando separa los dedos han dejado marcas, tal y como él
esperaba. La convierte en su gata y a ciegas y a gatas ella simula que escapa y
él la agarra, la coge del pelo, acaricia su cuello, besa su espalda y la
tranquiliza con suavidad. Y son sus manos las que agarran las nalgas y con
fuerza arremete la cintura, y la gata no cesa en sus gritos. Y de placer la mata.
Y cuando él así lo siente, la abraza. La besa. Mira con la esmeralda al
lapislázuli. Roza los rojos labios con los dedos, sonríe y hasta se le escapa
un te quiero.