No aguanto más...
Abro los ojos y estás ahí, observando en la ventana...
Con esa sonrisa ligera, no alcanzo a ver tu mirada. Tan sólo esa barba, la espalda ancha y en tu mano un cordón de calzado.
Despierto de mi trance y escucho el sonido de la puerta, intrigada y nerviosa, decido abrir y eres tú... imponente, formal, de corbata y con ese cordón entrelazando las manos, sonríes y... dices, ¡Te he visto!...
Sonrojada, imaginando que aquello no fue mi mente, que estabas ahí, en la ventana, observandome.
Respondo, co como?.
Dices, si, te he visto!!!, se lo que deseas, se porque lo haces, y se que te gusta que te observen.
Mis piernas tiemblan, algo extraño que no puedo controlar, que no puedo detener, recorre mi cuerpo.
Puedo pasar?, dices.
Claro!, digo con nerviosismo.
Desnuda!!!, dices.
Qué?, respondo.
Desnuda te vi, Sucu.
Qué?, cómo pudo ser?, me vio!!!, siento curiosidad por saber que más observó, será que alcanzo a ver...
Te vi completamente, no podrás ocultar nada. Esa prenda que llevas puesta es necesaria?.
Mi cabeza explotara, que pretende?, a qué a venido a tocar mi puerta?, por qué mis pezones sienten frío, por qué su porte es tan imponente, por qué tiemblan mis piernas?, que es lo que deseo? Y qué es lo que el quiere de mi.
Uhm... Si?... respondo.
NO!!!Y no deberías avergonzarte de tu desnudez, esas caderas anchas, tus curvas que se confunden en las sombras y la luz, esos senos prominentes, cómo globos que quieren explotar, esos pezones grandes, piernas tonificadas y tu culo de azote.
Cu... culo de azote?.
Si!!!
Me encanta tu figura prominente, abierta al placer, a la lujuria, deseas ser poseida. Lo sé, he visto tu alma, la quiero para mi. Quiero que mojes tus bragas al escuchar mi nombre, que tiembles al darte una orden, que gimas cuando lo pida, que vistas como deseo, te quiero desnuda, quiero tu piel, tu sexo, tu mente...
Bajo el efecto de ella...
Después de inhalar en la ventana esa escencia afrodisíaca y con los sentidos alerta: olfato, gusto, tacto, oido, vista múltiplicados al cuádruple, las sensaciones eran más intensas... sumergida en la oscuridad de la noche, sólo alumbraba la majestuosidad de la luna llena, reflejando con sus brillosos destellos mi cuerpo, que se escabullia entre sombras y luz.
La cortina abierta y tú observandome desde la otra ventana, apenas veía tu sonrisa pues la oscuridad te envolvía.
Deseaba que me observaras. Me recoste sobre la cama, tome aceite y lo empecé a gotear por mis senos, abdomen, brasos, piernas, muslos, esas gotitas ligeras que abren los poros de la piel para estar lista a nuevas e intensas sensaciones.
Deslice mis dedos sobre mi cuerpo lentamente, haciendo masajes circulares, desde el cuero cabelludo, cuello, abdomen, muslos, piernas, lento, mi cuerpo se arqueaba en cada tacto, en cada presión leve, un pequeño gemido se escapaba, deseaba tocar mis senos, tocar mi clítoris pero era muy pronto para eso...
Imagine aquel hombre que me observaba por la ventana, transportarse a mi alcoba y colocarme la mordaza en la boca, apretarla y decir, ¡Quieta!... recorrer mis senos con sus dedos, jalar mis pezones, estirarlos, hacerme gemir y pinzarlos, pinzarlos fuerte.
Vendarme los ojos e inmovilizar mis piernas, recogidas y muy abiertas, expuesta mi vagina a su juego.
Recorrerme con la fusta delicadamente y posteriormente, pequeños y ligeros azotes en los pezones mientras tira de las pinzas, y me dice... "¡Serás mía!"... mientras me cuelga de las pinzas y mis pezones se estiran, continúa recorriendome con la fusta hasta tocar mi clítoris y azota con un golpe seco, pero ligero.
Húmeda sedienta, jadeando, salivando, mis babas llegan a mis pezones, mi vagina desea ser penetrada. Pero juegas conmigo, sonries y dices... ¡Aún no!...
Tomás un guante de látex, sabes como me pone el látex... Mmmm... lo lubricas y das ligeros masajes en la entrada de mi ano, poco a poco, siento como se dilata y te pide más, lo introduces un poco más y se contrae, entonces, te detienes, sientes la presión de las paredes del ano esa contracción involuntaria que te impide continuar, entonces, te detienes y lo mueves un poco, circularmente.
Dejas un hielo en mi clítoris por unos segundos y lo retiras, mi cuerpo, arqueado, gimiendo, estremecido, no puede más, te desea... entonces aprovechas el momento para introducir aún más, el dedo, mi ano te pide más, desea más, así que sacas el dedo y me penetras con un dildo... lo dejas allí... y...
Me dices... !quién es tu amo ahora!?... No lo digo, te torturo, me torturo, no quiero que el placer termine, no quiero un orgasmo que finalice la tortura placer pero mi cuerpo lo exije y sabes que no me correre sino lo digo, me torturas.
No aguanto más...
Abro los ojos y estás ahí, observando en la ventana...
https://cuadernosbdsm.blogspot.com/2013/07/cuadernosbdsm-especial-n-2.html?m=1
Me he encontrado con diversas personas en ésta página. En su mayoría, sólo desean experimentar, conocer, aprender y otras, exhibirse. Lejos de vivir realmente como un estilo de vida sexual, el bdsm.
Respeto y aprecio la buena disposición de much@s pero existe un sólo tipo de personas que NO tolero!!!... los seudo dominantes.
Bajo mi experiencia, aquella persona, generalmente identificado con el género masculino que bajo una etiqueta, la de "dominante", se hace pasar por aquel, exhibiendo su currículo como si de postular a un trabajo se tratase. Algunos, se presentan imponentes, desde el primer momento, sin educación, ni una presentación previa, pretendiendo a la fuerza generar un estado de control sin ningún grado confianza. Otros, más sutiles, pero no menos seudo, se presentan amables y experimentados en el tema, y a los segundos de conversación, pretenden que les envies una foto o buscan un encuentro. He observado que muchos se aferran a ésta página, intentando obtener sexo fácil bajo la ignorancia respecto al bdsm y bajo la apariencia de "dominante" o "amo".
Quieres sexo fácil? Paga.
Dudo que las sumisas más experimentadas caigan en el juego. Llega a ser cómica tu desesperacion por obtener sexo fácil.
Lejos de considerar todos los rasgos psicológicos de los seudo dominantes como su inseguridad, falta de atención, carencias afectivas y frustraciones sexuales, que no vienen al caso.
Quiero decirte que...
1. Tú ausencia de tacto, no te hace más o menos dominante.
2. Lejos de atraer a las sumisas, las espantas.
3. Tu desesperación por sexo casual y fácil, es tan evidente que resulta ser cómica.
4. El nivel de confianza previo es fundamental para establecer una relación dominante - sumisa.
5. El dominante no elige la sumisa. Es la sumisa quien selecciona a su dominante pues es, a partir del punto anterior que se establece dicha relación.
6. Las sumisas tienen límites que debes respetar.
7. Las sumisas tienen códigos que debes respetar.
8. El auto control es fundamental (pero para esto no estás preparado si solo pretendes disfrutar tú y obtener placer tú).
9. Ves mucho porno y haz confundido a la sumisa con un objeto que no piensa que no decide.
10. No soy sumisa.
11. Y las sumisas piensan y deciden.
12. Así que ahorrate el discursito barato respecto a que estoy obligada a servirte y complacer tus deseos.
13. Porque no es así.
14. Y jamás será así.
15. Quieres sexo fácil? Paga.
16. Y a las sumisas les digo.
17. Si encuentran a un seudo dominante, chicas, mejor cobren. Sean más astutas.
18. Pero si encuentran un verdadero dominante, disfruten de su experiencia, al máximo.
Me saludaste tímidamente, ocultando tu lado perverso, aquel que posteriormente, me embrujaria y es que en el mundo virtual, toda fantasía es válida y cualquiera precisa de ángel enmascarado.
Me presenté ante ti con un arnés de cuerpo entero que había diseñado y confeccionado, el cuál sólo cubria lo necesario, ligado a una tanga negra, descubriendo mis senos. Tenía unas panti medias de malla de color negro ajustadas hasta un poco más allá de la rodilla y cubriendo mi cuerpo tímido, una camisa de botones masculina, de esas anchas y largas que cubrían mi trasero. Un amigo me había regalado la camisa y aún conservaba su perfume mmmm.
Verme así despertó en él sus más oscuros deseos...
en su mente pensaba atarme, vendarme, colgarme de los brazos con la mordaza y las pinzas en los pezones, darme nalgadas...
Todo ello paso por su mente en tan sólo un segundo al verme y al volver a la realidad, sólo tuvo deseo de expresarlo...
No se contuvo y me dijo, quiero follarte como a una puta. Ordenó, ponte el vibrador en el coño. Sólo así, no preguntó mi nombre, tampoco quería conocerme, como un diálogo fisiológico, mi química ya le hablaba y lo deseaba, era un llamado mudo, un llamado donde las palabras no tenían lugar, solo los gestos, sonidos, expresiones corporales.
Fue entonces que me ordenó. «"Ponte el vibrador en el coño y arrodillate en el suelo"», lo hice y enfáticamente me dijo, «abre tu camisa, lento, para mi, muestrame tu cuerpo»...
lento comence a desabrochar los botones de mi camisa ancha cuando se asomaron mis senos, mis pezones ya erectos por una orden que no comprendia el por qué me excitaba tanto, tome un poco de lubricante y meti el vibrador en mi coño, con fuerza, empujando...
Me dijo, «buena perra tengo»... ahora, «arrodillate y camina a 4 patas hacía la pared, lento, quiero ver menear ese culo, te pondría el collar en el cuello y te pasearia como mi perra».
Sin pensarlo y estando a su merced, sin cuestionar y en confianza absoluta, hice lo que me ordenó y empezó a hacer vibrar mi juguete (si, el tenía el control), salieron de mi boca pequeños gemidos y sentía pequeñas pulsaciones en mi coño, ligeras que me obligaban instintivamente a poner mi mano sobre mi clítoris, pero el enfáticamente decía, «"no te he autorizado a que te toques, alto, no puedes tocarte"», eso, definitivamente, me puso a mil, no fue una orden con desprecio sino para aumentar mi placer, una orden casi que consentida y deseada.
Me di vuelta, y regrese a 4 patas, estaba muy cachonda sin entenderlo, mis jugos empezaron a brotar de mi coño y me ordeno «Alto! ahora, chupa la polla, tragatela entera cuando vibre tu coño, sólo cuando vibre!!!», estaba en éxtasis, sólo deseaba lamerle la polla, tragarmela toda y no parar de hacerlo.
Las vibraciones me hacían desear devorarme su polla.
Fue entonces que después de algunas vibraciones, se detuvo y me dejó babeando, casi suplicando comerme su verga. Me dijo, "buena perra, escupe tus tetas, te quieres tocar?, puedes hacerlo ahora", comencé a frotar mi clítoris, mientras él, le subía la intensidad a mis vibraciones, mi coño gozaba en jugos hasta que se detuvo y preguntó quieres otro juego? Jadeando le dije, si!!!, AMO!!!.
Por primera vez y naturalmente, esa palabra cobraba sentido y salía espontáneamente de mi boca, sin que él, si quiera hubiera considerado la posibilidad de pedirme que lo llamara de tal forma.
Posteriormente, me dijo, «eres una zorra, te recompenzare si te portas bien».
Expectativa, a lo que iba a suceder, continuaba jadeando y esperando en 4 patas.
Me dijo, «ahora pensarás un número del 1 al 10, y lo escribire en una hoja para tener respaldo, si aciertas, te premiare, si no lo haces, no serás castigada pero tampoco premiada».
Continuaba tan excitada, que accedí.
Inicio el juego. En una hoja blanca escribió el número, alce la cabeza y me dijo, «baja la cabeza zorra, no mires».
Sumisa, baje la cabeza y me dijo, listo, tienes 4 oportunidades. Dije, «está bien, amo».
Dije un número, en seguida el otro, el tercero y un cuarto, todos, fallidos, lo mire y le suplique, «por favor, una última oportunidad amo» (pues su ausencia de premio no era total, pequeñas y sutiles vibraciones me hacían desearlo más) haciendo suplicar más. Dijo, «quieres jugar de nuevo?». Le dije «si!!!, por favor amo!!!». Me dijo, «ok. Nuevamente tienes 4 oportunidades», le dije, «5 oportunidades?». Dijo, «ok. Iniciemos».
La primera, piensa bien, dije un número y falle nuevamente. Decidida a acertar y obtener mi premio, (añoraba correrme), le dije, 3, y en seguida, un conjunto de vibraciones continuas en mi coño, me hacían saltar y gemir de placer, «¿acerte amo?», pregunté y el sólo respondió.... «correte para mi, puta, meate, ahora eres mía»......