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como dar azotes from DomOctavio's blog

Una azotaina siempre tiene un doble objetivo, que se fusiona durante la misma: dolor y placer o más bien hacer de dolor un placer, pero la forma en la que se aplica puede variar mucho la supremacía de una sensación sobre la otra. Si se desea que predomine el placer, la azotaina debe de aplicarse de forma gradual, dándole la oportunidad a la carne de aceptar su entrega. Si lo que se pretende es potenciar la sensación de dolor, se trata de crear una coreografía, para resaltar el dolor y la humillación (dentro de un límite).

 

Para ello la posición de la azotaina juega un papel fundamental, si queremos que predomine el placer, una posición cómoda y relajada, es lo ideal, Cuanto menos se dobla la cintura, el relleno natural de las nalgas mejor absorbe el impacto, cuanto más se dobla la cintura, la piel y los músculos quedan más tensos y mayor es la picadura de cada azote. Entonces si buscamos una azotaina que potencie el placer no ha mejor posición que otk (sobre las rodillas), ya que permite un vinculación directa y además la sensación de luchar sin que tener que luchar contra la reacción instintiva de huida, para así concentrarse en las sensaciones que está sintiendo y transformarlas en placer. El contacto corporal directo que otorga esa posición es tranquilizador y relajante, ya no solo la palma de la mano, si no que la mano libre en la espalda o las piernas debajo provocan un contacto físico constante, eso lleva a conseguir un disfrute del dolor, permanecer en la cima del mismo, sin caer al abismo, que queda tapado por una bruma de endorfinas que difuminan la dualidad entre dolor y placer.

 

“Si la intención es que domine el dolor, la posición elegida será con la cintura más doblada, hay muchísimas posiciones con más o menos grados de inclinación, en este caso no hay sujeción de ningún tipo, salvo la orden de que debe mantener su posición hasta que se le diga, eso provocara una lucha entre la reacción de huida y la reafirmación de su presentación y cada segundo que permanece inmóvil aumenta la sensación de humillación y vergüenza. En cuanto a mí, el placer de control absoluto ante la escena es inigualable.

 

Cuando se azota potenciando el placer, los azotes se empiezan a aplicar de manera suave y progresiva, me gusta la idea de empezar con la ropa puesta, seguir por encima de la ropa interior, para terminar con la piel desnuda, haciendo pausas, para acariciar y comunicarse durante las mismas, esas pausas son fundamentales, para que la próxima tanda se genere una natural resistencia al dolor y se pueda aumentar el ritmo y la intensidad, conforme vayamos notando un aumento del dolor, esas caricias se pueden transformar en más íntimas, estimulando directamente la zona genital, mezclando así el ardor de los azotes, con el placer de la estimulación sexual, con el objetivo de mantenerse siempre en esa invisible frontera de dolor y placer, disfrutando de como la piel va mutando del ligero rosado al brillante escarlata.

 

Cuando se trata de potenciar la experiencia dolorosa hay una norma a tener en cuanta, el efecto de un azote, no puede diluirse antes de recibir el siguiente, tal vez la mejor manera de asegurarse esa sensación, es usar instrumentos, también hay que insistir en algunas zonas en especial, más sensibles, como el pliegue de las nalgas con los muslos. También se trata de aumentar la humillación y la vergüenza y contar los azotes por ejemplo es un buen sistema, ya que se toma conciencia de cuantos más tiene que soportar y de alguna manera es consorte de su propio castigo.

 

Una vez terminados los azotes, también debemos asegurarnos de una correcta vuelta a la normalidad. Dependiendo de la intensidad del juego, esa vuelta puede ser de muchas maneras, a veces basta con un abrazo o simplemente con tiempo de silencio para permitirle que ella sola vuelva al estadio inicial, otras puede derivar en sexo casi inmediato, en una larga sesión de caricias con la aplicación de cremas o refrescar la zona, algo que puede ser un placer en sí mismo. Otras veces se impondrá un periodo de cuarentena, que alargue psicológicamente el castigo, un tiempo en el rincón, la prohibición de aliviarse el escozor de ninguna manera, tener que sentarse en una áspera silla o incluso ser poseída en la misma posición de la azotaina, haciendo que a cada embiste las pieles choquen, la variedad de finales es muy amplia y debemos elegir el que mejor se adapte a las sensaciones que queremos crear.


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