En mis juegos diría que hay tres tipos bien definidos de
azotes, que aun formando parte de un todo, juegan un papel distinto y le dan a
cada juego un enfoque diferente.
El primer tipo serian los que se dan por pura diversión y
cuyo único objetivo es la búsqueda de una mutua excitación sexual. Estos no
necesitan de desencadenante, ni ritual alguno.
El segundo tipo son los que yo denomino por “pecado venial”.
En este caso serian su causante ciertas actitudes mas que actos en concreto,
por ejemplo comportamiento orgulloso, nerviosismo, mal carácter…con lo que el
objetivo de los juegos en este caso, seria el de aliviar esas tensiones, que
provocan esas actitudes. En este caso, si hay un desencandenante y tienen que
tener también su ritual, para que quede claro el motivo de llevarlos a cabo.
Aunque también ese alivio de tensión del juego, va a terminar seguramente
debajo del edredón.
Y el tercer tipo serian los de “corrección”. En este caso se
busca o se pretende corregir un acto “real” y concreto. Un comportamiento
nocivo o peligroso, el incumplimiento de una norma…En este caso, también hay un
desencadenante y tiene que haber un ritual en consecuencia a la gravedad de la “falta”, donde no pueden
faltar una reprimenda, con su consiguiente azotaina y terminar con el tiempo de
reflexión en el rincón. En este caso el objetivo no es sexual, aunque es cierto
que toda la fase “consuelo” lo mas probable es que termine en la cama, no sera
de inmediato, puesto que el objetivo es una corrección “real”.
El Muro