Ayer recibí un mensaje de una seguidora de la pagina en la que me decía con esas palabras que había vivido la mejor experiencia de su vida, me comentaba que gracias a mis publicaciones había podido convencer a su marido para iniciarse en los juegos D/s y que finalmente habían tenido su primer juego.
Evidentemente cuando te sientes bien, la serotonina (hormona de la felicidad) está presente y eso nos hace entrar en un estado de bienestar increíble.
El BDSM bien jugado desde sus inicios, nos brinda esa posibilidad. Es un juego que nos une tanto a nuestra pareja que la hace prácticamente irrompible, pero siempre debemos tener presente y recordar que debe ser un juego en los que ambas partes disfruten de igual forma (algo que no me cansaré nunca de repetir).
Otro factor importate y que la denominada «gente vainilla» no conoce es que las pinceladas de dolor unidas al placer hacen que cualquier experiencia posterior ausente de esas pinceladas pierda fuerza e intensidad. Por ello si, entiendo perfectamente cuando me dicen «Señor he podido tocar el cielo».