El subspace es un estado alterado de la conciencia en el que el cuerpo sufre diferentes manifestaciones originadas por a liberación de adrenalina por las glándulas suprarrenales, así como de encefalinas y endorfinas. Claro, cabe mencionar que las reacciones y manifestaciones varían de persona a persona. Estas sustancias también se liberan en situaciones de pánico y son las que nos hacen luchar o correr como respuesta inmediata. Sin embargo, al no estar en situaciones de alerta, sino al contrario, placenteras, podemos notar que producen un efecto similar a la heroína.
El tener estas sustancias en la sangre provoca diferentes reacciones; uno de ellos es el aumento de la tolerancia al dolor (umbral de dolor) y la otra es un frenesí de euforia y éxtasis, y en ese preciso momento es cuando inicia el trance y la persona sumisa comienza a volar. Lo llamamos trance porque literalmente se aísla de todo: dolor, problemas, noción de espacio, presente, pasado, y futuro , así como se altera el habla y los demás sentidos.
Aquí es fundamental la sensatez de la persona dominante quien, ahora si, literalmente esta a cargo de los dos, porque su contra parte carece de total voluntad.
En el momento que se quiera traer de vuelta a la persona sumisa, hay que lograr que verbalice para que poco a poco tome conciencia de tiempo y espacio; lo anterior puede realizarse con cambios brusco en impactos, palabras fuertes, tonos de voz, cambios de temperatura, cambios en la intensidad de la luz o bien llamándole por su nombre. ¿ y porque es importante traerla de vuelta? porque la persona sumisa podría hacerse daño cayéndose, golpeándose, orinarse, desmayarse, que haga movimientos involuntarios que puedan comprometer sus extremidades o cabeza.
Si bien el estado subspace es muy placentero, debe aterrizarse bien a las personas en cuestión ya que puede quedar aparentemente consciente de tiempo y espacio, pero totalmente aturdida, incluso sin tener conciencia de lo que hace y el resplandor puede durar desde horas hasta semanas. Sin embargo, si se realiza bien el aterrizaje de la persona sumisa, tendrá una sensación de bienestar por varios días .
para finalizar, algo que se debe tener presente es que las sumisas se vuelven adictas a esta sensación, por lo que hay que delimitar claramente cuando inicia y cuando termina la sesión; cuándo inicia y cuándo termina el subspace. La labor de la persona dominante es lograr que esa experiencia sea maravillosa, porque, al final de cuentas, todo se resume en como volar y como aterrizar: o se aterriza bien o con un tremendo choque.
" La humillación forma parte de nuestros juegos. Un juego no es simplemente recibir azotes en el culo, también es aceptar nuestro pecados, ser reprendido, desnudado, expuesto....etc. Este componente de humillación puede generar rechazo e incomprensión en algunos sectores, y esto se debe principalmente porque se asocia con la degradación algo lógicamente inaceptable. Sin embargo muchas veces nos valemos de la humillación para salir reforzados de algo, enfrentándonos a ella.
Recuerdo que cuando estaba en la época final del instituto, la época de las clases preparatorias (sic), preparando el ingreso a la Universidad. Fue un periodo difícil, recuerdo que en dos años, nos saturaron de conocimientos, muchos de los cuales nunca he tenido que usar en mi vida profesional. Sin embargo recuerdo aquellos años como muy instructivos y no por la cantidad de trabajo que teníamos que hacer. Cada semana teníamos que pasar la prueba de una serie de preguntas orales con cada uno de nuestros profesores, una de esas veces recuerdo que en general el nivel de la clase era bajísimo y en cada turno delante de los demás, el profesor nos regañó duramente por nuestra falta de trabajo, lógica....Y unos cuantos acabamos volviendo al pupitre entre lagrimas en especial las chicas. El objeto de esa supuesta crueldad era endurecernos para la prueba oral de ingreso y ciertamente se mostró muy útil y eficaz. Este ejercicio de humillación (real), nos enseñó a manejar nuestro estrés, a no tener miedo del reto del examen, ya que pase lo que pase, cualesquiera que sean las dificultades, sabemos que al final de todo vamos a salir indemnes. A través de eso aprendimos a que el miedo no influyese en nuestras capacidades y sin bien no fue nada agradable el aprendizaje, si fue muy eficaz.
Pero volvamos al juego, al igual que en mis tiempos de estudiante, la humillación me ayuda a superar alguno de esos miedos, por ejemplo el miedo a la desnudez, a los complejos físicos, y es precisamente la prueba de la humillación la que evita esos "complejos inhibidores de la líbido", es violento cierto, pero una vez traspasado el umbral, se obra el milagro y esos complejos desaparecen. Estas desnudo y expuesto y el mundo no se ha derrumbado, todo sigue en su sitio. El sigue ahí disfrutando de la vista y de estar acomplejado, pasas a sentirte deseado.
Pero cuidado manejar la humillación es mucho mas difícil que manejar un instrumento para azotar. No tienes ninguna referencia física de que puedas estar llegando a los limites de tolerancia y en caso de exceso, las consecuencias no sanan después de unas horas o días como las físicas. Por lo tanto es esencial conocer y comunicarse, saber leer como encaja la otra persona, esos azotes en su ego, a veces la diferencia entre un juego excitante, que te hace crecer el deseo y verte de repente fuera de juego, la marca la entonación de una simple frase.
Y en este caso, derivo la responsabilidad a ambos lados, yo puedo tener ciertas fantasías en mi mente que aunque me son muy humillantes, cuando las imagino me resultan muy excitantes, por ejemplo masturbarme delante de una mujer. Sin embargo reconozco que a día de hoy, no seria capaz, que tal vez con tiempo y dedicación pueda conseguirlo, pero lo que es seguro es que en este momento, si recibiera la orden de hacerlo me bloquearía, así que esperare al día en que me sienta lo suficientemente seguro con alguien para llevarlo a cabo. Se que es difícil de entender, pero se trata de saber moverse siempre por ese tan difícil limite entre el deseo que te empujen a ir un poco mas allá en tus limites sin traspasar a aquello que resulte degradante.
Jugar a la humillación, cuando se hace desde la inteligencia y la empatía es cualquier cosa menos degradante. Es algo que nos puede aportar mucho, que nos fortalecerá y nos hará adquirir una increíble confianza en nosotros mismos".