habrá alguna mujer kinky por aquí a la que también le gusten otras mujeres?
El caballero desmonta y entra en la granja, donde encuentra a una dama tan hermosa como un amanecer en el Mediterráneo. Comienza así la seducción.
GRETHA: Uy, pues si yo me encuentro en el campo a un hombre así me desmayo
Maestro látigo: yo te recojo pero no puedo dejar de mirar tus piernas que asoman por el vestido y tu boca entreabierta me tienta
GRETHA: no te preocupes, me quedaré desmayada bastante rato, puedes tocar. En un pajar, en plan polvazo del siglo de oro
Maestro látigo: te deposito suavemente sobre la paja, el vestido se abre por abajo y tus senos pugnan por liberarse, el cuello extendido, los ojos cerrados
GRETHA: los ojos semicerrados, fingiendo, pero te estoy observando
Maestro látigo: y pienso: «Pardiez, que belleza serena, habré de ayuntar con ella, aprovechando lo del siglo de Oro, la perforo»
GRETHA: que maravilla, yo estirando bien el torso, a ver si consigo que se salga una teta del escote, mientras finjo el desmayo
Maestro látigo: qué hermosa estás cuando yaces
GRETHA: más hermosa estoy desnuda
Maestro látigo: acaricio tus tobillos, tus pantorrillas, desechando tela descubro tus muslos torneados
GRETHA: se me abren las piernas con tus caricias
Maestro látigo: con mi daga, hago saltar los botones del vestido desde abajo
GRETHA: uff pues me pone
Maestro látigo: aparto la tela, mis manos se enredan, tras escalar tus muslos, en tus caderas
GRETHA: (¿ya estoy despierta, mi señor?)
Maestro látigo: termino la tarea y, como quien inaugura, abro la tela. Os saludo, dama, os recogí cuando perdisteis el sentido, me presento, podéis llamarme Junger y deseo, como la más alta estima, ser caballero en vuestro servicio.
GRETHA: No puedo articular palabra, estoy tan deseosa de tu cuerpo que te miro y suspiro, mi señor
Maestro látigo: recojo tu pañuelo, lo mojo en un cubo de madera, y os refresco el rostro, el cuello y el pecho, os ofrezco del balde el frescor y de mí, el amor
GRETHA: no sé que me pasa que estoy contenida, pero en verdad deseando que me emputezcas
Maestro látigo: con palabras y mis manos o con mi acero toledano voy a folgar con vos bien temprano
GRETHA: a caballo, mi señor, ponme a cabalgarte
Maestro látigo: primero habéis de liberarme de tanta ropa e impedimenta, las calzas, las medias, la espada
GRETHA: ¿queréis que lo haga como vuestra sirvienta, o con el ansia que me embarga?
Maestro látigo: como os plazca
GRETHA: de todas las formas me place abrir tu ropa, mi señor, y besarte todo el cuerpo, lamerte por todas partes
Maestro látigo: seréis mi dama en el castillo pero voy a montaros como una puta de rastrillo
GRETHA: aaaaaa aaaaamm mmmm me gustaría que me violaras ahora, que no sería violación pero parecido, a la fuerza
Maestro látigo: os beso con ansia, os toco con pasión,
GRETHA: aaasssiiii mi señor
Maestro látigo: os echo en el jergón
GRETHA: sigue
Maestro látigo: separo vuestras piernas de un golpe de mis manos, rasgo vuestra bragas
GRETHA: mojadas
Maestro látigo: cato vuestro sexo
GRETHA: aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Maestro látigo: con mi lengua, ¡embeleso!
GRETHA: me cimbreo con tu lengua en mi coño
Maestro látigo: os deshago el moño y os devoro el coño
GRETHA: concéntrate en mi coño, ya agito yo la cabeza para soltar mi pelo, que se que os gusta agarrarlo, mi señor
Maestro látigo: mis labios, mi lengua, toda mi boca recorre ese coño apetitoso que lamo, chupo y mordisqueo
GRETHA: asssiiiiiii
Maestro látigo: froto mi lengua en tu clítoris, chupo vuestros labios vaginales,
GRETHA: así en poco me corres, ya estoy ardiendo
Maestro látigo: mi cabeza entre tus piernas, agarrado a tus nalgas, levanto los ojos para miraros a la cara
GRETHA: quisiera corresponder con lo mismo, si me da la vuelta, mi señor, podré chuparle la polla y agarrarle bien de los huevos
Maestro látigo: sin dejar de chupar, lamer y frotar, meto un dedo en vuestra vagina, perforando
GRETHA: mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm
GRETHA: (lo estoy haciendo)
Maestro látigo: me giro, y pongo mi sexo ante tus rostro, vuelvo a hundir mi cara en tu sexo que lamo, lo recorro con la lengua e introduzco dos dedos para masturbarte sin dejar de atender a tu botón del placer
GRETHA: aaaayyyyyyy que gussto, te chupo la polla con muchas ganas
Maestro látigo: crece en tu boca, se endurece
GRETHA: mmmmmmmmmmmmmm me encaaaantaaaa assssiiiiiii aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaay
Maestro látigo: voy a devorarte el coño hasta que te corras en mi boca agarrado a tus muslos, sin descanso
GRETHA: lo mismo te digo, mi señor, voy a devorarte la polla a chuparte los cojones hasta que estallemos los dos de placer. Pon un aldeano o aldeana en la escena, que quiero ver arder al mundo entero por nuestro gozo
Maestro látigo: saboreo tu sexo, tu olor a hembra me impregna
GRETHA: (me estoy masturbando, me pones a mil)
Maestro látigo: una pareja de granjeros acude al ruido y nos mira, escondidos y sorprendidos, no interrumpen porque nuestras ropas son de principal
GRETHA: ssssssssiiiiiii
Maestro látigo: él se acaricia por encima de las ropas, ella mete una mano en su escote y yo grito: adoro comerte el coño, voy a devorarlo
GRETHA: y yo me retuerzo de placer con tu lengua y con tu polla en mi boca, la agito con mi mano, la rechupeteo muy perramente
Maestro látigo: hundo la lengua en tu vagina, la hago girar, la saco y la meto, recorriendo tus paredes, juego con un dedo en tu culo, haciendo círculos
GRETHA: aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Maestro látigo: con la barbilla froto tu clítoris
GRETHA: voy a correrme en tu boca y después te ruego que me folles
Maestro látigo: el granjero pone a la granjera a cuatro patas y la monta
GRETHA: aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Maestro látigo: la mujer con el culo en pompa dos agujeros presenta para que el cipote elija el que más le convenga
GRETHA: me gusta verlos follando, me calienta más si cabe
Maestro látigo: córrete para mí, córrete para mí y luego cabálgame
GRETHA: amor estoy a punto
Maestro látigo: el granjero azota el culo de su pareja, la perfora y la hace gritar. Mi hembra, te digo, derrama en mi boca tu néctar
GRETHA: me cooorrro en tu boca mi señor me corrooo me coooorrro aaaaaaaaa aaaaaaa aaaaaaaaaa aaaaaaaaaaaa
Maestro látigo: noto tu orgasmo en mi polla dentro de tu boca
GRETHA: aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa mi amo
Maestro látigo: te follo la boca sin dejar de masturbarte con mi lengua, muerdo tus labios vaginales con mi boca
GRETHA: como me gusta, te la chupo sin parar
Maestro látigo: ahora pone de pie y móntame, cabalga uncida a mi polla
GRETHA: SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII TODA TU POLLA DENTRO DE MI, PERFORÁNDOME AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAYYYYYYYYYYYYY
Maestro látigo: tus caderas rodean mi cintura, mi mano en tu clítoris, la otra magreando tus tetas, ya no hay suavidad, sólo deseo brutal y eterno, uso mis piernas para invadirte con fuerza
GRETHA: ooooooommmm me muero de gusto
Maestro látigo: te cojo del pelo para que agaches la cabeza y te beso
GRETHA: cariño pon a la granjera a chuparte los huevos mientras te monto
Maestro látigo: tú, zagala, dame servicio en los cojones con tu boca
GRETHA: te beso locamente, con ansia de tu boca
Maestro látigo: te sigo follando, la granjera me chupa los huevos, mi polla te embiste y te hace saltar sobre mí, voy de tus tetas a tu clítoris
GRETHA: mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm
Maestro látigo: el granjero se acerca y se pajea mirándonos
GRETHA: aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Maestro látigo: fóllate a tu hembra sin que deje de comerme los huevos, rufián
GRETHA: aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa que escena tan placentera, te cabalgo aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Maestro látigo: yo boca arriba, tu sentada y empalada a mi polla, la zagala chupándome los huevos y el rústico follándosela
GRETHA: sssssssssssssssiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
Maestro látigo: los caballos del establo huelen el sexo y se montan entre ellos. Mi hembra, mi amada, te quiero sometida a mi lascivia por ti
GRETHA: me voy a correr otra veeez mi señooooooooooooor
Maestro látigo: aprieta tu coño, aprisiona mi verga, extrae de ella el semen, voy a inundarte hasta que la leche de deslice desde tu coño a tus muslos, me semi incorporo y te como la tetas, atropo tus pezones, embisto
GRETHA: <Multimedia omitido>
Maestro látigo: granjera, cómele el culo a mi dama, presto
GRETHA: me desmayo que gusto cariño ayyyyyy
Maestro látigo: no sabes cuánto me gusta oirte correrte, me pone mucho
GRETHA: ay que escena pastoral tan brutal, como me ha gustado, estoy sin aliento, sigo tocándome
Maestro látigo: salgo de debajo de ti, la granjera sigue comiéndote el culo y el sexo, yo llevo mi polla entre tus pechos
GRETHA: abro la boca para recibir tu leche
Maestro látigo: Cañonazos de semen caliente, los huevos rozando tus pechos, mi semen en tus labios, en tu boca
GRETHA: aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Maestro látigo: la granjera se corre con su lengua en tu culo
GRETHA: mientras te chupo todo lo que queda en tu polla, succiono y yo me corro con la lengua de la granjera en mi culo y tu polla en mi boca aaaaa aaaaaaaaaaa aaaaaaa aaaaaaaa mi señor, te adoro, me matas de gusto
Maestro látigo: me pones como un animal en celo
GRETHA: y tú a mi aaaaayyyyyy
GRETHA: contrata a la granjera, mi señor, nos servirá más tarde, que quiero ver cómo te la follas y ser yo quien te chupe los cojones, me emputeces de una manera...
Maestro látigo: Ato a la granjera a una viga de madera y la azoto con mi látigo mientras el rústico la masturba, un entremés para que te recuperes
GRETHA: Me has hecho gozar mucho
Asteria {mi señor}
Sólo tú sabes cómo excitarme. Sólo tú sabes qué me gusta. Sólo tú sabes cómo hacerme perder el control. Sólo tú sabes qué hace revolverme en el placer. Sólo tú me haces llegar al clímax. Sólo tú puedes hacerme mezclar sentimiento con carne. Sólo tú sabes qué palabras me excitan. Sólo tú sabes qué espero.
Sólo tú conoces mis secretos. Sólo tú conoces mis deseos más ocultos. Sólo tú conoces mis más profundos defectos. Sólo tú sabes sacar las mayores de mis virtudes. Sólo tú me das confianza. Sólo tú me la puedes quitar.
Sólo tú me sabes domar. Sólo tú me sabes controlar. Sólo tú sabes abrirme o cerrarme. Sólo tú tienes el poder.
Sólo tú. Tú.
Arkadia {mi señor}
Comparezco ante ti con la cabeza gacha y con ojos implorantes de castigo. He tenido miedo y he escapado, en esta era lamentablemente es muy fácil hacerlo para los cobardes, y yo lo soy. También es cierto que hay que ser valiente para volver sobre los propios pasos y agachar la cabeza cuando corresponde, como es en este momento mi caso.
Mis miedos pasan por caminar sola y libremente, mi miedo es equivocarme y que no haya quien me diga que lo he hecho mal, mi miedo es que no haya nadie a quien le sean indiferentes mis tareas y me obligue así a trabajar con rabia y con ahínco para en algún momento destacar por el verdadero esfuerzo. Mi miedo en definitiva, soy yo en soledad; otro de mis miedos y a la vez de mis pasiones es cambiar.
Maestro, a menudo me pregunto si sirvo para algo o si por el contrario sólo es que no quiero servir para nada. También podemos imaginar que en esos mundos sueñan con un mundo como el nuestro. Maestro, por imaginar también puedo fantasear con alguien que tape los huecos de mis miedos y que me haga sentirme un poco más agradecida de tener los pies sobre la Tierra. Quiero mucho a quienes me rodean, pero ellos no saben hacerme sentir agradecida, no por falta de esfuerzos sino porque yo no soy como ellos, no les culpo. Soy tuya, ahora lo sé.
Maestro, he pensado mucho, te admiro aunque siento que apenas te conozco, te tengo miedo por desconocimiento, te quiero por aquello que me has mostrado y te respeto por lo que sé y por lo que no sé. Ahora me arrodillo ante ti y te ofrezco mis muñecas para que me tomes como esclava, porque en dos meses me has sometido sin una sola palabra, tómame y átame fuerte porque no quiero poder escapar. No me creo digna y mucho menos capaz, pero espero que la fortuna me sonría.
Hoy me someto a la voluntad de mi Señor, con fe en lo que me es desconocido y con la confianza de que va a hacer de mí mejor persona. A pesar del miedo, a pesar del orgullo de una niña caprichosa, se me puede observar a los pies de mi amo. Y es él y no otro porque cumple todas las características que admiro y deseo para mi, tiene un carácter fuerte y firme con el que quedas embelesada porque riega cada una de sus palabras con amor y convicción; explorador nato de conocimientos, territorios y experiencias. Así lo veo yo.
Me gustaría poder decir que todo aquello que me mande lo voy a acoger con alegría y devoción, lo que creo es que acabo de adquirir unas obligaciones que en muchos casos no quisiera hacerlas porque “no van conmigo”, pero las cumpliré porque son su voluntad y él tiene la obligación de saber qué es lo mejor para mi; entonces, después de realizarlas es cuando sentiré la alegría, alegría de haber satisfecho a mi Señor y alegría propia de haber superado un obstáculo. Y poco a poco iré levantando la cabeza para poder mirarme al espejo y no quedar espantada, y si algún día a mi amo le place, podré ser dueña de mi misma con la tranquilidad de saber que mi amo me ha enseñado a no hacerme daño propio.
Debo postrarme, es mi primera obligación y tengo inquina, aunque no la puedo razonar. Lo hago, por amor a él y por amor a mi.
Maestro, mi Señor.
Compártelo:A la muchacha:
La sumisión se ha practicado entre personas desde el amanecer de los tiempos. Se sanciona en escrituras y filosofías religiosas; ha sido el hecho más notable de la vida para mucha gente en esta tierra. La esclavitud es una condición humana.
El castigo de tu señor es un símbolo de interés y de preferencia por ti, sumisa. Anhelar a tu señor y sus días de castigo es una experiencia que demuestra una voluntad madura. Dedicas tu mente y tu cuerpo a tu señor y a su voluntad. Muchacha, no te entregas a una causa, no lo haces ni por dinero o gloria. Hay una semilla que empieza a crecer en ti.
La ceremonia
Esta ceremonia es importante. Hay que ir a ella convencida y resueltas las preguntas y las dudas con tu señor. Con este rito te entregas a una persona que será tu señor por un tiempo convenido. Antes de someterte debes entender que el cambio de tu estado actual al de sumisa será profundo y te afectará. El contrato no puede ser roto durante ese periodo y puede ser renovado o no a su finalización.
En la mesa se fija una vela encendida sin ninguna otra luz en el cuarto. Se coloca en frente el regalo. El señor está quieto a un lado de la mesa, la muchacha frente a él. Ella tiene los brazos caídos a lo largo del cuerpo y muestra las palmas de sus manos a su señor.
El consentimiento de ella
Señor: ¿Vienes aquí por tu propia voluntad libre?
Sumisa: Sí, vengo libremente.
Señor: ¿Aceptas libremente que te someterás a mi hasta la medianoche del día X del mes de X y del año XXXX?
Sumisa: Sí, soy desde ahora tu esclava hasta entonces.
Señor: ¿Juras solemnemente por todas las cosas que me darás cuanto pida totalmente, sometiéndote sin trabas a mi disfrute de ti durante ese tiempo?
Sumisa: Sí, lo juro por todo, mi señor.
Señor: Repite estas palabras: Juro solemnemente someter a tu voluntad, mi corazón.
Sumisa: Juro solemnemente someterme a tu voluntad, mi corazón (toca su pecho y toca el de su señor), mi mente (toca su frente y la de su señor) y mi alma (toca sus labios y luego los de su señor). Juro solemnemente obedecerte inmediatamente, sin reserva y sin vacilación en lo que me pidas. Juro solemnemente parecer hermosa a tus ojos, sonar graciosa en tus oídos.
(El señor levanta la barbilla de la esclava, que echa los pechos adelante)
Señor: Soy tu señor.
Sumisa: Eres mi señor.
Señor: Soy tu amo.
Sumisa: Eres mi amo
Señor: Soy tu dueño. Eres mi sierva. Eres mi esclava. Tu cuerpo es mío. Sirves mi voluntad. Tu boca es mía. Sirves mi palabra. Tu sexo es mío. Sirves mi placer.
Sumisa: Eres mi dueño, soy tu (el nombre elegido), soy tu esclava. Mi cuerpo es tuyo (la sumisa abre los brazos y lo deja en el aire en forma de T), mi boca es tuya, mi sexo es tuyo. Tu voluntad es la mía. Tus palabras son órdenes. Sirvo a tu placer.
(Después de esta declaración, el señor puede dar una palmada a la muchacha en la cara o la otra parte de su cuerpo y ella baja los brazos)
Señor: Ahora que he tomado la posesión de ti para el período, llevaré tu regalo como símbolo de todo lo que deseo gozar en ti. (El señor coge su regalo que la sumisa le ofrece con dos manos). Dame tu flor, símbolo de tu sometimiento (la sumisa da su flor y se arrodilla ante su señor, con las manos a la espalda de ella. El señor deshoja la flor, pétalo por el pétalo y la sumisa mira caer los pétalos). De la misma forma que he hecho uso esta flor, hago uso de ti. Ahora desnúdate. (La sumisa se quita la ropa y los adornos y vuelve a arrodillarse ante su señor, las manos unidas detrás de ella y las piernas levemente separadas).
(El señor fija sus condiciones)
Señor: Viniste desnuda a mí. (El señor pone en el cuello de la sumisa el collar del dominio). Lo usarás siempre que te lo ordene. (El señor coge la venda negra y con ella tapa la boca de la muchacha). Hablarás cuando lo ordene. Tu cuerpo está para mi placer. Muéstralo. (La sumisa alza sus caderas ofreciendo su sexo). Mi voluntad penetra las barreras de tu cuerpo. Ahora póstrate ante mí. (La sumisa de rodillas pone la cabeza en el suelo). Soy tu señor. No aceptarás más señor y sólo a mi me rogarás que te posea. (Pone un pie sobre la espalda de ella como símbolo del derecho de pernada).
El final
La sumisa ofrece al señor la posibilidad de azotarla, lo cuál hace éste o no, a su voluntad. La sumisa elige el instrumento de azote: fusta, látigo, toallas, las manos… Tras los azotes, el señor pone una cadena al collar de la sumisa y la conduce al lecho. Allí le quita la mordaza y con ella le venda los ojos. Es atada a la cama. El señor decide si dar o recibir placer. Puede hacerlo el tiempo que desee o hacer sencillamente un gesto ritual. Termina la ceremonia cuando la sumisa baja de la cama y se abraza a las piernas de su señor.
Cosas para el rito
Una mesa de altura normal.
Vela, blanca.
Regalo de sumisa a su señor: algo que la muchacha elige ofrecer porque simboliza la esencia de su sumisión.
Collar auxiliar y cadena (no unidos).
Azote, fusta o toalla no muy grande.
Consolador.
Venda negra para los ojos (colocada junto a la cama).
Vendas o cuerdas (atadas ya a las cuatro esquinas de la cama en la preparación).
Flor roja que la muchacha lleva como símbolo de su entrega.
Es deber de la muchacha asegurarse de que todo lo necesario está listo.
La muchacha
Vestido
La muchacha debe vestir con ropas donde deje claro que ella está ofreciendo su cuerpo a su señor y deben complacer su gusto. Ella debe perfumarse con cuidado. Vestirá al señor si él así lo desea.
Comportamiento general
La muchacha se comporta con humildad, sin ocultar sus partes sexuales a su señor. Su voz debe ser baja pero no un susurro y ella mantiene la cabeza baja en actitud de sumisión. En ningún caso puede corregir a su señor.
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¿Qué haces? ¿qué no harías? Aquí tienes el test para saber tus límites
La sumisa encara la forma correcta de ejercitar cada tarea desnuda con la mayor naturalidad ante su Maestro. La desnudez del sometido ha de ser total : corporal, mental, y espiritual.
Es importante que una persona sumisa aprenda a sentirse cómoda desnuda; a unas les humilla, a otras les da rubor, otras disfrutan… pero las sumisas sabrán que es una obligación que complace al amo y demuestra su disponibilidad a sus deseos.
La desnudezPrescindir de las prendas de ropa interior, para estar en disposición de ofrecerse; pensar siempre como sumisa y con atención a lo que el maestro desea. Pensar siempre que un amo orgulloso de la educación, docilidad y obediencia de su sometido, tiene el control absoluto sobre el cuerpo de la sumisa, y por ello puede disponer de él para disfrutar mirándolo o mostrándolo a otros, ayuda a enfrentarse al aprendizaje sobre la desnudez con mayor energía a pesar de que el exhibicionismo no sea una cualidad propia de la naturaleza especifica de su sumisa.
Todo se aprendeTanto en su presencia física, como cuando no se puede dar; cuando hablan por teléfono, chatean, etc. la sumisa acata las órdenes de su Maestro sobre como presentarse ante él, cada maestro puede tener gustos propios.
Para inculcar en la sumisa la disponibilidad, el Maestro le impondrá ejercicios y pautas de conducta y comportamiento que debe observar en todo momento, aunque con dependencia de la oportunidad o la situación, puedan ser modificadas en momentos puntuales.
Lo adecuado es mostrarse siempre desnuda ante el Maestro, esté presente físicamente o por Chat, mensajes de mail, el teléfono, etc. Completamente desnuda, si por algún motivo de importancia no fuera posible, (situación familiar, enfermedad, clima) al menos sin ropa interior y con las piernas abiertas, en señal de disponibilidad. Se puede completar la desnudez mediante el uso de cámara web o mostrando al Maestro fotografías o grabaciones de vídeo de su sumisa obedeciendo las órdenes recibidas, los “deberes” realizados o cualquier actividad que pueda agradar a su Amo.
Acostumbrarse a la desnudez puede resultar complicado al principio si se comparte casa y no se conocen los horarios de cada persona que viva en ella, es imprescindible controlar los momentos en que se pueden efectuar los ejercicios para el Maestro con tranquilidad y concentración, si se tiene la precaución de tener siempre cerca un batín o algo que permita cubrirse, los problemas derivados de ser sorprendida dejarán de ser un obstáculo.
EjerciciosComenzar por permanecer una hora seguida desnuda haciendo las tareas cotidianas es adecuado, se irá ampliando el número de horas y momentos, adoptando costumbres nuevas en cuanto a la forma de dormir, (desnuda siempre) por ejemplo. Si no hay problemas para vivir desnuda, un ser sumiso debe permanecer así en su casa en perfecta disposición de obedecer al instante las órdenes que puede recibir de su amo en cualquier momento.
El EspejoEnsayad ante el espejo, mejorad la postura, controlad cada día más la gracia y la desenvoltura al adoptar las posiciones básicas de espera, humillación, servicios concretos. Prueba a controlar el lenguaje corporal, diviértete haciéndolo, juega… sé una puta viciosa, una dama o un perrito faldero para tu amo, un criado, etc. La sumisa crecerá en seguridad al poder ejecutar correctamente cualquier cosa que el Maestro le demande. Verse reflejado en un espejo en actitud y postura de sumisión, ayuda a que el sentimiento se vaya afianzando en el sometido.