– Safe (Seguro). Hace hincapié en que las personas encargadas de realizarlo tengan el conocimiento necesario para realizarlo, de la misma manera que del material que se usa para el desarrollo de la misma. Es, en definitiva, la capacidad de la persona que lo practica para poder prever los riesgos.
– Sane (Sensato). En cuanto a la capacidad de los actores implicados de saber diferenciar la realidad de la fantasía y conocer los límites de los participantes a la hora de poner límites a las prácticas realizadas. Es necesario que los encargados de realizar el BDSM sean profesionales y no tengan el juicio alterado por el alcohol o las drogas.
– Consensual (Consensuadas). Se trata de que tanto los profesionales como los clientes estén de acuerdo en la intensidad y márgenes de maniobra de la actividad, de la misma manera que de la posibilidad de rescindir el acuerdo en caso de que el cliente quiera.
Debido a que en una sesión de BDSM se confunden los límites de la fantasía y la realidad, era difícil conocer cuándo un cliente se quejaba de verdad y cuando era parte del rol adoptado por el mismo dentro de la práctica para su disfrute y morbo. Por eso se desarrolló un sistema para que este pudiera comunicar que quería parar la sesión o establecer un límite; una palabra clave (o un gesto en caso de no poder hablar)
Aún no hemos estado muertos pero eso no quiere decir que no nos de curiosidad saber que se siente o que no se siente.
Por eso junto con un experto en tanatología
quisimos descubrir y experimentar el BDSM desde la morgue.
Antes de entrar al sarcófago es necesario
que tengamos claro que es la muerte, como y cuando sucede.
¿Qué es, como y cuando sucede?
La muerte es el estado final de un
desequilibrio homeostático en el cuerpo, es decir que el cuerpo no logra el
equilibrio necesario para mantener funcionando los órganos y sistemas que nos
mantienen con vida. Eso desde el punto de vista médico.
Hay muchas ideas al rededor de la muerte,
algunos consideran que es el fin de nuestro camino en la tierra, que es el
inicio de una vida en el paraíso, que es el castigo que nos merecemos por
pecadores, entre muchas otras teorías que dependerán de la cultura, región,
educación y creencias de cada persona.
Pero básicamente morirse es dejar de tener
actividad cerebral y no tener signos vitales.
Son relativos el lugar, el horario, el día
y la forma, lo único que si es seguro es que sucederá, a todos nos pasará.
Pareciera que viviéramos para morir.
¿Placer o Enfermedad? ¿Locura o Variedad?
Literalmente se entiende por necrofilia
"amor a los muertos".
Es una conducta psicológica caracterizada
por el acto sexual entre vivos y muertos. Algunos autores refieren que es la
obtención de placer sexual con cadáveres, generalmente por medio de la cópula
con o sin mutilación subsiguiente. Otros, definen la necrofilia como el
acoplamiento más o menos completo de un hombre con un cadáver de mujer más o
menos fresco. Y por ultimo encontramos que la necrofilia consiste en hallar el
máximo placer, cuando no el placer exclusivo, por medio de tocamientos y
fogosidades con personas ya fallecidas. O sea, la necrofilia es la excitación
sexual provocada por la contemplación, el contacto, la mutilación o la
evocación mental de un cadáver.
De lo anterior se deriva que la necrofilia
es "OCASIONAL" cuando alguien con tendencias necrófilas coincide con
un cadáver que le atrae y hace lo que quiere con su cuerpo. Y es
"SADICA" cuando primero mata a la víctima para copular post-mortem
con el cadáver.
Si la víctima primero es asesinada y
posteriormente violada, el acto en sí constituye un sadismo extremo, siendo el
objeto sexual un fetiche. Si el cadáver es violado directamente eso implica que
la patología es un trastorno profundo de la personalidad y frecuentemente de la
percepción del mundo de parte del agresor, en quien es común que se aloje una
psicosis o algún otro tipo de trastorno mental grave.
El problema recae principalmente en la
necesidad de un necrófilo de tener relaciones sexuales con una persona sin
vida, a partir de aquí, surgen las siguientes incógnitas: ¿Por qué no con un ser
vivo? ¿Qué problemas conllevan a este tipo de comportamiento? ¿Que busca la
persona que padece de Necrofilia al realizar este acto?
Existe en estas personas una tendencia a
buscar empleos en las morgues o funerarias que les den una posición en que
puedan practicar su parafilia sin demasiado riesgo a la exposición frente a la
sociedad.
Aunque presentan escaso interés en las
personas vivas, existen aquellos que pueden llegar a tener relaciones con una
si ésta permanece quieta, como si estuviera muerta, aunque esto es sólo una
imitación de lo que realmente les proporciona una gratificación erótica.
Las tendencias a la perversión existen en
toda persona sólo que en forma latente, y no se manifiesta fácilmente - los
mecanismos por medio de los cuales se hace franca, son dudosos.
De lo anterior se puede deducir que todos
tenemos una parte necrófila latente o manifiesta, ya sea como individuos o como
sociedad. Y prueba de ello es que de una u otra manera todas o casi todas las
sociedades rinden tributo a la "Santa Muerte”. O como es el caso de la
sociedad mexicana que destina un día al año para adorar a nuestros muertos.
Muerte + sexo + BDSM =Necrofilia
La necrofilia es el fetiche o parafilia que
consiste en el gusto, la necesidad o el
deseo de tener contacto o estimulación sexual con un cadáver.
Parece terrorífico y aunque muchos dirán
que es un límite para ellos, es algo que se practica y de lo cual queremos
hablar un poco en este texto.
En la mayoría de los países la necrofilia
es delito y se paga con cárcel ya que no es correcto profanar un cadáver.
Estaríamos mintiendo si dijéramos que es lo
más normal del mundo o que es algo que se ve todos los días por la calle. La
necrofilia, el scat y la zoofilia son quizás las parafilias mas rechazadas,
juzgadas y a las cuales la mayoría intenta huirles. Tienen el top numero uno en
la escala de limites de los bedesemeros y fetichistas.
Esto se debe a diversos factores, algunos
de ellos son:
- Repulsión: la mayoría siente fastidio o
asco al imaginar un cadáver.
- Temor: el temor a la muerte y a los
muertos existe en la mayoría de las culturas, se teme que el muerto resucite o
que nos quiera llevar con el, entre muchas otras cosas.
- Valores inculcados por la sociedad: la
cultura en la que hemos crecido nos ha enseñado que solo existe una forma de
amor y una forma de sexualidad y es la de hombre y mujer, las demás
conjugaciones aun son criticadas duramente y no son aceptadas en la mayoría de
los casos.
- Peligro: no es un secreto que es
peligroso desenterrar un cadáver y abusar de el, o matar a alguien para
posteriormente atacarlo sexualmente. Además de ser peligroso es un delito.
A pesar de los riesgos que conlleva y de
todo lo que podría llegar a suceder, es una practica que se realiza, es una
parafilia real y se vive al igual que se viven muchas otras.
¿Necrofilia sin cadáver?
Pseudo-necrofilia
A diferencia de la necrofilia real, esto es
realmente legal y es como muchos lo practican.
Un miembro de la pareja permanece
tranquilo, pasivo, absolutamente quieto, mientras que el otro tiene relaciones
sexuales con el. Para mayor realismo, el pseudo-muerto se puede poner en agua
fría durante un tiempo antes del acto, puede también maquillar su piel como lo
hacen con los cadáveres en las funerarias, incluso hay quienes crean olores artificiales
similares a los de un cadáver en descomposición y se bañan en ellos para darle
realismo a la escena.
Momificación
La momificación es una práctica que implica
el restringir el cuerpo de una persona viva, de una manera no perjudicial,
envolviéndolo de pies a cabeza con materiales como papel film, film
transparente, tela, vendas, tiras de goma, cinta adhesiva, vendas de yeso o camisas de fuerza.
El resultado final es una persona
completamente inmovilizada y luciendo como una momia. Pueden entonces o bien
dejarse atados en un estado de privación sensorial efectiva por un período de
tiempo, o ser sensualmente estimulados en su estado de esclavitud, antes de ser
liberados de sus envoltorios.
Ninguna de estas dos opciones incluye un
cadáver, así que si nos apegamos al término como tal, eso no seria necrofilia.
Pero existen quienes defienden que no van a profanar un cadáver o que no pueden
conseguir uno, entonces que así lo recrean y para ellos es real.
¿Es normal practicar necrofilia?
Si es o no normal practicar necrofilia,
lluvia dorada, spanking, yoga, karate, gimnasia artística, budismo, taoísmo,
canto o teatro, será algo relativo de la perspectiva de quien lo mire,
actualmente somos conscientes algunos de que nadie tiene la verdad absoluta
sobre las cosas, podemos considerar que aquel dicho que dice que el lobo solo
será malo si escuchamos la versión de caperucita, es cierto.
Si nos sentamos en un juzgado con un hombre
acusado de asesinato en frente y nos cuenta porque lo hizo, cuales fueron sus
motivaciones, incluso podríamos terminar estando de su lado. Todo eso gracias a
la empatía, que es la virtud de ponernos en los zapatos del otro, ver con sus
ojos y pensar como pensaría el.
Hay quienes dirán que la muerte hay que
respetarla, otros creerán que luego el muerto vendrá en la noche y los
asustara, algunos simplemente no sentirán ningún tipo de atracción y estarán
quienes tiene curiosidad pero no se atreven, con este texto lo único que se
quiere es dar una vista superficial de lo que es esta practica y quizás mostrar
que no es tan descabellado como parece.
Haremos una pequeña comparación:
Un cadáver es un objeto sin vida, un zapato
de tacón también lo es.
Un fetichista de zapato toma su objeto
(tacón), lo adora, lo besa, lo abraza, lo cuida, tiene sexo con el, le habla y
lo venera.
Un necrófilo toma su objeto (cadáver) lo
besa, lo abraza, lo cuida, tiene sexo con el, le habla y lo venera.
A ustedes que nos leen les preguntamos,
¿acaso no es lo mismo?
Vamos con otro ejemplo:
Hay quienes dicen que la necrofilia no es
BDSM porque no existe el consenso, la entrega y la voluntad.
Según tenemos entendido cuando existe una
relación Am@/esclav@ este ultimo no tiene voluntad, es posesión exclusiva de la
figura dominante y será el objeto de su placer.
También esta el caso de un experto en
Shibari que decida atar a una persona, ¿acaso esta practica no es BDSM solo
porque ellos no tienen una relación D/s?
Hay mucha tela de donde cortar,
sencillamente queremos demostrar que es una practica que merece el mismo
respeto que otras, que también se puede hablar de ella y que no hay nada que
temer, al fin y al cabo algún día todos estaremos muertos. ®
La muerte es algo que no debemos temer
porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no
somos.
(A.M)
Por: Sátiro Demencia y Paulina San Juan
Texto publicado originalmente en la revista BDSM Colombia Digital, edición No. 3
http://www.bdsmcolombiadigital.tk/
Antes de proceder a determinar el significado del término manipulación que nos ocupa, queremos dejar patente cuál es el origen etimológico del mismo. En concreto, podemos exponer que emana del latín, y más exactamente del vocablo manipulus, que venía a emplearse para referirse a aquel comando militar que era “manipulado” o dirigido por un mando determinado.
Manipulación es la acción y efecto de
manipular (operar con las manos o con un instrumento, manosear algo, intervenir
con medios hábiles para distorsionar la realidad al servicio de intereses
particulares).
La manipulación mental está asociada a la
toma de control del comportamiento de un individuo o de un grupo mediante
técnicas de persuasión o de la presión psicológica. El manipulador intenta
eliminar el juicio crítico de la persona, distorsionando su capacidad
reflexiva.
A través de diversas técnicas, el
manipulador logra influir en las acciones, el pensamiento y las emociones del
sujeto. La manipulación puede desarrollarse en cualquier tipo de ámbito y
relación.
Definición de manipulación - Qué es,
Significado y Concepto http://definicion.de/manipulacion/#ixzz4KMbn6NXh
Quién no se ha topado alguna vez con un
lobo con piel de cordero?
Esas personas que te convencen de que lo
mejor para ti, casualmente es lo mejor para ellos, hasta que finalmente te
encuentras haciendo cosas que realmente no deseabas hacer.
Esas personas que no tienen ningún reparo
en pedirte que antepongas sus necesidades a las tuyas “por el bien común” o por
cualquier otra estratagema. Esas
personas que después de lograr lo que querían de ti, ni siquiera se muestran
agradecidos…
Esas personas son manipuladoras, y son muy
comunes en nuestra sociedad actual. Dichos sujetos tienen grandes habilidades a
la hora de distorsionar tus capacidades, haciendo que dudes de ellas y
haciéndote sentir frágil o inferior. Esa distorsión les da fuerza a la hora de
llevarte a su terreno y de convencerte de que no eres capaz de hacer algo o de
que deberías seguir su consejo ya que a él todo se le da mejor que a ti.
De la misma manera, su fuerte es la
explotación emocional, es decir, el manejo de tus emociones para conseguir que
te sientas culpable (por algo que seguramente ni siquiera has hecho) y que por
ello accedas a sus peticiones o intereses.
De esta y otras maneras, las personas
manipuladoras logran tomar el control y beneficiarse de las víctimas que le
rodean de forma consciente y deliberada.
¿Cómo son las personas manipuladoras?
Son especialistas en identificar tus
debilidades
Todos las tenemos y son su mayor arma para
herirte, ya que si flaqueas en tus convicciones, si hay algo de lo que no te
sientas orgulloso, el manipulador lo encontrará y te torturará con ello,
dándole mil vueltas hasta convertirlo en un proyectil en tu dirección.
Son implacables a la hora de alcanzar sus
objetivos
Eso significa que pasan por encima de quien
sea necesario y por supuesto, el fin
justifica los medios. Cuando trazan un plan de acción, no les tiembla el juicio
para hacer o decir lo necesario, sea cruel, sádico o despiadado, con tal de llegar a donde querían.
Eso si, casi ni te enterarás gracias a sus
brillantes y magistrales interpretaciones, que te harán aplaudir de emoción.
Nunca tienen suficiente
Manipular es sinónimo de poder, y por lo
tanto, siempre quieren tener más, llegar más lejos, conquistar más almas.
Alcanzar nuevos horizontes a costa de los demás.
Cuando ven que sus habilidades les permiten
(sin escrúpulos morales) alcanzar metas que por medios propios no podrían, se
les llena el corazón de ambición y ansias de más, una adicción que les lleva
inevitablemente a la eterna insatisfacción por lo logrado.
La sensación de control
La que se procuran con todo este juego, les
hace sentirse superiores al resto de mortales. Ese es un licor que embriaga a
la vez que encadena en la búsqueda constante de mantener o mejorar el nivel
alcanzado.
Por otro lado, las personas que necesitan
sentirse superiores, especialmente a través de pisar a los demás, reflejan un
interior podrido y pobre, lleno de carencias e inseguridades que protegen con
esa falsa apariencia de poder y control.
¿Todos los manipuladores siguen el mismo
patrón?
Ya que el arte de la manipulación engloba
multitud de actitudes y cualidades, podemos diferenciar varios subtipos de este
género:
La pobre víctima
Es un clásico. La persona es una víctima
del mundo. Todo le pasa a ella y los demás se aprovechan de forma perenne. Este
tipo de manipuladorhace que te sientas culpable de sus desgracias y de lo
injusta que es la vida con él, hasta que finalmente accedes a sus peticiones
por una mezcla de pena y culpa que te embargan.
Después te sientes hastiado y ciertamente
decepcionado porque no es lo que tú deseabas, pero de alguna manera ha
conseguido convencerte con sus lágrimas de cocodrilo.
El eterno dependiente
Este manipulador juega con tu ego. Hace que
te sientas muy superior, el mejor, mientras que él es poca cosa, débil e
inútil, y por supuesto, incapaz de hacer cosas que tu si que puedes hacer… Ahí
te ha pillado.
Tu compasión hacia su debilidad sumada a tu
ego personal de fortaleza y capacidad te pierden, obligándote sin que te des
cuenta a hacer cosas que la otra persona puede hacer, pero que no hará porque
se las haces tu. Así se libra de las consecuencias que puedan tener esos actos
que te incita a realizar y se evita también el esfuerzo que suponen.
El provocador
Este manipulador juega totalmente al revés.
No deja de mostrar tanto su fuerza como su agresividad, de tal modo que
prefieres acabar cediendo a tener que enfrentarte a él o generar una disputa.
Utilizando esta baza, el manipulador siempre se lleva el gato al agua,
consiguiendo “un consenso” a su favor en la inmensa mayoría de los casos, y
anulando al resto en su favor.
Los demás, a su vez, cada vez se sienten con
menos capacidad de decisión o de convocación, por lo que poco a poco acaban
allanándole el camino al macho alfa dominante.
El interpretador
Este sujeto resulta mucho más enrevesado y
maquiavélico, ya que extrae las palabras de tu boca, para transformarlas en
otra cosa, la cual supuestamente has dicho, pero que va a perjudicarte
contundentemente.
Con sus malas artes, al final, acabarás
sintiendo remordimientos por haber presuntamente dicho algo inapropiado o por
haber herido a alguien con esos imaginados comentarios. También así,
modificando levemente tus dichos, haciéndoselos llegar a la persona idónea y
tergiversando ligeramente la perspectiva e intencionalidad del contenido,
siendo el malo, sin haber tenido siquiera un papel en la función. ¡Bravísimo!
El desprestigiador
Este individuo se siente simplemente
perfecto. Una deidad en estado puro. Cada vez que hagas un comentario que pueda
aprovechar, va a hacer notar que te has equivocado, va a resaltar cuando se le
de oportunidad tus defectos y va aridiculizarte con sus ácidos comentarios
hacia tus particularidades. Son los jueces del mundo y si estás en su punto de
mira, cierran la sesión a golpe de mazo, sin posibilidad de réplica o defensa.
¿Cómo defendernos de las personas
manipuladoras?
Primero: Hacernos conscientes
El primer paso es hacernos conscientes de
que nos están manipulando. Existen unos derechos que son inviolables entre los
que se encuentran:
-Derecho a ser tratado con respeto.
-Derecho a expresar tus sentimientos, opiniones e ideas.
-Derecho a establecer tus propias prioridades.
-Derecho a decir NO sin sentirte culpable.
-Derecho a defenderte de las agresiones externas, sean físicas o
emocionales.
Si sientes que cuando te relacionas con
algunas personas, no puedes ejercer estos derechos, plantéate que puedes estar
siendo manipulado.
Segundo: Mantener la distancia
Aprende a mantener la distancia (emocional)
de seguridad. Igual que en la carretera, si estás cerca de personas que puedan
dar “frenazos o volantazos” de forma brusca e inesperada y lastimarte con ello,
simplemente retrocede y mantente en una distancia adecuada que evite su
aproximación estratégica. Nadie puede herirte sin tu consentimiento.
Tercero: No eres culpable
Si te respondes NO a alguna de las
preguntas antes citadas, plantéate que es posible que la víctima no sea el otro
sino que seas tú. De la misma manera no puedes tener la culpa de todo lo que
pasa a tu alrededor así que si eso empieza a pasar, averigua qué es lo que está
pasando.
Cuarto: Preguntas clave
Hacer una serie de preguntas clave a tiempo
puede salvarte de un manipulador:
– ¿Crees que lo que me pides es razonable o
mínimamente justo?
– Según tu… ¿qué tendría que responder?
– ¿Me lo estás pidiendo o solo me lo estás
comentado?
Preguntas de esta índole harán plantearse
al manipulador que su plan ha sido descubierto y por lo tanto, es posible que
busque a otra víctima más sensible a sus encantos.
Quinto: Tomarse el tiempo necesario
Tómate tu tiempo para responder a sus
demandas. Ellos suelen jugar con la presión para obtener respuestas inmediatas.
No te permiten pensar y la presión hace que finalmente cedas a sus peticiones.
Solo hay prisa para amar, para el resto, tómate tu tiempo.
Sexto: Ser firme
Se firme en tus afirmaciones. Son grandes
expertos en la lectura de tu comunicación no verbal, por lo que si titubeas o
vacilas, lo notarán, aumentando sus esfuerzos a la espera de tu caída.
Así que ya lo sabes, si te encuentras con
uno de estos perversos delincuentes de almas y logras reconocerlo, no dudes en
utilizar todas las armas de las que ahora SI dispones para reducirlo a un mero
y vulgar chorizo en paro.®
Sátiro Demencia
UNAS
PEQUEÑAS IDEAS SOBRE
EL B D S M.
P o r: T
X I R I A
Quiero
escribir estas líneas por una sensación que tengo de que cada vez desvirtuamos
más lo que es y lo que deja de ser el BDSM.
En este
sentido, veo que cada vez está más extendida la frase “dentro del BDSM cabe
todo”; y Yo he de decir que “dentro del BDSM cabe todo; pero… todo lo que sea
BDSM”.
No sé si
estáis mayoritariamente de acuerdo conmigo pero creo, por lo que he hablado con
más de una persona, que muchos sí que consideráis que nos estamos viendo
envueltos en una situación que no nos convence en absoluto. Es por ello, que he
decidido reflexionar un poco sobre este tema e intentar presentar unas
definiciones que puedan ser discutidas y pensadas con el fin de que sepamos a
que nos referimos al hablar del BDSM y de sus practicantes.
Entonces
volvamos un poco a la base, y preguntémonos que es lo que consideramos BDSM y
que es lo que no lo es; vayamos a la
definición de las cosas, a ver si lo que estamos llamando BDSM lo es o no lo es; recurramos a definir lo que
es cada una de las prácticas y formas de vida y cada uno de los practicantes
del BDSM, lo que es un spanker (azotaina), un bondager, un hard-corer, un
masoquista, un sádico, un Dominante, un sumiso, etc… con el fin de saber en qué
punto nos situamos cada uno de nosotros.
Sé que
las definiciones están mal vistas pues representan el hecho de que, de alguna
forma, coartamos a las personas en su libre aceptación de sí mismos, pero
debemos considerar que las etiquetas no deben servir más que para
identificarnos y evitar confusiones; para que si Yo digo que soy Ingeniero,
esto represente que estoy habilitado para hacer informes, para enfrentarme a
situaciones técnicas determinadas o, incluso, para generar y firmar proyectos.
De la misma forma, debemos aceptar que si una
persona se autodenomina como sumisa o como Dominante deberá representar con
ello unas características mínimas que correspondan a su sentir. Es en este
sentido en el que las etiquetas en vez de coartar nuestra libertad la enriquecen
y la mejoran; en el sentido de que cada uno seamos lo que decimos ser y que,
además, entendamos lo que decimos ser de una forma y manera generalmente
aceptada.
Dicho todo esto, quiero dejar claro que Mi intención
es traer a estos “Cuadernos BDSM” una serie de reflexiones personales que
espero nos ayuden a profundizar sobre lo que somos o dejamos de ser cada uno de
nosotros. Dentro de estas reflexiones incluiré definiciones haciendo, desde
este mismo momento, la salvedad de que no son excluyentes y de que una persona
puede ser abarcada por varios conceptos de forma simultánea.
Voy a empezar por intentar acotar el campo más amplio
de las situaciones que es el que engloba el acrónimo BDSM para, en artículos
posteriores, desarrollar lo que es y representa cada una de las prácticas
incluidas para finalizar con un conjunto de definiciones de los roles asumidos
que, espero, clarifiquen las cosas ayudando a dignificarlas y que una persona
pueda decir con orgullo “soy un Dominante sádico que Me gusta el bondage” o
“soy una persona sumisa que sólo lo soy en el aspecto de la cama” pero evitando
que se confunda la entrega en el tálamo con la entrega vital.
Por lo tanto, empiezo Mi presentación con esta
pregunta:
¿Qué es el BDSM?
Si seguimos el artículo
sobre este tema que publica la Wikipedia veremos que nos dice:
“BDSM es la denominación
usualmente empleada para designar una serie de prácticas y aficiones sexuales
relacionadas entre sí y vinculadas a lo que se denomina sexualidad extrema
convencional.
El término se emplea a menudo, de forma equivocada,
como sinónimo de sadomasoquismo. En realidad, es una sigla que da nombre a lo que hoy en día es
considerado como una subcultura específica entre sus practicantes. El BDSM se
halla estrechamente asociado con la subcultura leather. El acrónimo está
formado por las iniciales de algunas de dichas prácticas:
Bondage
(Amarres y sujeción): B
· Disciplina y Dominación: D
· Sumisión y Sadismo: S
· Masoquismo: M”
Desde Mi punto de vista (tan
criticable como el de cualquier otro) esta es una definición que está muy bien
para cualquiera que, de nuevas, se acerque a nuestro mundo, aunque se olvide de
uno de los supuestos que Yo siempre he leído asociado a la letra S que es el
spanking o azotaina. Sin embargo, Yo
defino el BDSM como algo que puede transcender de la sexualidad para afectar a
toda nuestra forma de vida y que, por lo tanto, constituye un estilo de vida
propio y personal de aquellas personas que lo llevamos a la práctica.
Así mismo, doy gran
importancia, y quiero resaltarlo, al hecho de que defina que el acrónimo
representa las iniciales de “algunas de sus prácticas” indicando de que es el
resultado de una serie de definiciones que son parte de lo que podemos llevar a
cabo pero que no abarcan todas las posibilidades existentes.
Decía en el primer párrafo
de esta definición que “Yo defino el BDSM como algo que puede transcender de
la sexualidad para afectar a toda nuestra forma de vida”. Es, sinembargo,
evidente que los practicantes del BDSM, podemos optar (y Yo de hecho heoptado
a lo largo de Mi vida por varias formas de practicarlo) por mantener relacionesestables y permanentes, relaciones esporádicas con las mismas personas,
encuentrosocasionales con personas en un punto dado, centrarnos en la
parte sexual de la práctica,centrarnos en cada uno de los aspectos de
las prácticas o un largo etcétera.
Pero hagamos lo que hagamos para
convertirnos en practicantes de BDSM deberemos aceptar que el BDSM es una
actividad personal que llena profundamente nuestro ser y que llevamos a cabo de
forma frecuente (no esporádica, al menos); estando incluida en la misma,
como mínimo, una de las siguientes prácticas:
· La atadura: (bondage, shibari,
suspensiones con cuerdas, atado con cadenas, momificaciones y un largo etcétera
de prácticas relacionadas).
· La disciplina:(incluyendo la vara, los castigos en
posiciones dolorosas o humillantes, los castigos dolorosos, el control de
horarios y actividades -caso del fumar, comer, beber, etc.-, control del gasto,
control de la forma de vestir y todas aquellas prácticas relacionadas con la
disciplina individual que deseemos, control de los orgasmos, etc.).
· La Dominación y su complemento de la
sumisión (consistente en la actividad que hace que la persona Dominante
guíe, eduque y dirija la actividad de la persona sumisa en cualquiera de los
aspectos vitales dentro de los límites y limitaciones de esta segunda durante
el periodo definido de mutuo acuerdo, pudiendo llegar a ser el mismo de
duración indefinida. El tipo de actividades en las que la persona sumisa somete
su voluntad podrá ser, así mismo, definida; por ejemplo, en el vestir, en el
trato sexual, en el servicio privado o público, la forma de expresarse, etc.)
· La azotaina o
spanking: (consistente en el
disfrute derivado de azotar tanto con la mano como con diversos instrumentos a
la otra persona; tengo que indicar desde ya que muchos de los practicantes de
esta técnica de forma exclusiva suelen intercambiarse los papeles siendo
azotados o azotando a la otra persona de forma alternativa).
· El sadismo y su complemento el masoquismo:
(que es la obtención del placer a partir de la aplicación de dolor a la otra
persona o de recibir ese dolor aplicado convirtiéndolo en placer).
· El resto de prácticas relacionadas como el
medical, la cera, las pinzas, la humillación pública o privada, el uso de
sustancias urticantes, la utilización del vacío, la tortura eléctrica, etc… que
son complementarias con las anteriores, reforzándolas. Es decir, prácticas que,
de una u otra forma, se incluyen dentro de los apartados anteriores
reforzándolos y haciendo que la gama de actuaciones a llevar a cabo pueda ser
casi infinita.
Puede ser que alguien se
pregunte cómo se complementa todo esto y Yo le contestaré que, al fin y a la
postre, el medical, la cera, las pinzas, la humillación, etc. no son más que
formas y maneras de demostrar la entrega o de la obtención del placer por
medio del dolor o de generar una situación de disciplina o complementarias
a un bondage.
Debo insistir en una de las
ideas expuesta al inicio y es que, estas prácticas, no son excluyentes entre
sí y que siempre se pueden practicar más de una de ellas a lo largo del desarrollo
de la actividad dada.
También debo de insistir en
que, la utilización de estas prácticas y técnicas, tiene como objetivo la
obtención del placer y de la plenitud personal quedando excluida del BDSM toda
tendencia enfermiza que genere daño tanto al que aplica una de estas técnicas
como al que la recibe o sufre. Considero que tampoco deberíamos incluir en
el BDSM la realización de prácticas de forma ocasional o tendente sólo a tener
una explosión de placer en un momento dado sin que ello afecte a nuestro
sentimiento de plenitud personal.
La razón de evitar incluir
la realización de forma ocasional viene dada por el hecho de que algo que se
realiza con esa falta de frecuencia no responde a un sentimiento de que la
actividad vital se llevará por un camino dado sino que es como el que, sin
haber bebido, brinda una vez con champán francés o como el que practica
paracaidismo o puenting pero… lo ha llevado a cabo dos veces a lo largo de su
vida.
Es evidente que esta última
persona habrá tenido un gran subidón de adrenalina en el momento de llevarlo a
cabo pero creo que nadie consideraremos que esta persona es un paracaidista
sino que diremos algo así como “que valiente es haciendo este salto” o “mira lo
bien que se lo ha pasado en este momento” pero sin considerarlo alguien cuya profesión
o afición es el “paracaidismo”.
Para hacerlo, para
considerarlo como tal, tendrá que tener una disciplina tendente a llevar a cabo
el paracaidismo tanto desde el aspecto físico como desde el emocional. Un entrenamiento,
una práctica continuada que mida y controle los riesgos asumidos y asumibles;
un conocimiento de sí mismo y, en lo posible, de la persona o personas con las
que va a saltar. Pues bien, este mismo esquema es perfectamente aplicable al
BDSM pues, en Mi opinión, también nosotros debemos tener en cuenta todos estos
factores.
No creo que podamos
considerar practicante de BDSM a una persona que tiene una vez cada año o año y
medio una noche o una tarde loca de pasión y placer, mientras que en el resto
de su vida se dedica a arrinconarlo y/o obviarlo; que no se preocupa ni de conocerse
ni de saber el motivo por el que lo hace más allá del placer encontrado de forma
puntual; más aún, que no se preocupa de hablar y conocer a la persona o
personas con las que lleva a la práctica estos hechos, no vaya a ser que se den
implicaciones emocionales.
Creo que queda claro que
esta realización debe ser algo que llene nuestro ser y haga que nos sintamos
realizados. Para que esto sea factible debemos entender que las personas que lo
practicamos deberíamos tender a hacerlo de una forma y manera que sea libre y consecuente,
conociéndonos a nosotros mismos (aunque sigamos descubriéndonos día a día) y
dispuestos a aceptar la libertad de los demás.
Por lo tanto, para Mí, el BDSM consiste en la
realización de una serie de actividades y prácticas de tipo extremo tendentes
tanto al disfrute de los que las llevan a cabo (tanto desde el punto de vista
sexual como sensorial y psicológico) como a la realización personal, pudiendo
llegar a convertirse, como consecuencia de esta realización, en un estilo de
vida.
Dentro de esta denominación
podemos observar a un gran número de personas integrantes que iré definiendo,
en otros artículos, en función de la práctica principal que lleven a cabo.
Deseo dejar claro que, desde Mi punto de vista, todas
las prácticas realizadas son respetables siempre que se cuide del equilibrio y
la integridad tanto física como psíquica y emocional de las personas que las
llevan a cabo.
T x i r i a
Muchas veces hablamos de lo mal que se ve
una sumisa al terminar su relación D/s, el cambio de collar como de bragas,
yendo de cama en cama o por mejor decirlo de fusta en fusta.
Pero como mi mente no se puede quedar
quieta, y por supuesto mis dedos si no vomitan lo que llevan dentro, no están
en paz hasta plasmarlo, hablemos un poco del cambio continuo de sumisas que
hace el rol Dominante.
Llevo días pensando y analizando, qué nos
diferencia de los cazadores, acosadores o “pseudos” a los que casi quemamos en
la hoguera, cuando nos enteramos que agrede textualmente a alguna conocida.
Somos los primeros en dictar una serie de
estupideces en contra de esos seres que buscan sexo fácil, de acosar a sumisas
inexpertas, de seducir cuando nos damos cuenta que tienen baja autoestima o
están en momento difícil después de un doloroso rompimiento, de intentar
manipular su mente para obtener el todo de sí, de toda la sarta de mentiras que
dicen para poder lograr el control de su alma y cuerpo…
(Donde he visto eso?
Caray, me parece que el nombre del texto
debió ser Autoretrato.)
Porque somos efectivos para juzgar a los
demás, pero pocas veces nos paramos frente a un espejo y decimos “mierda, pero
si somos como dos gotas de agua”
Pero no basta con saberlo, o sí?
Hay alguna forma, tope, regla, protocolo
que permita al ser sumiso poder mostrar su inconformidad, o por el hecho de ser
un Dominante conocido, con camino recorrido o por miedo a “manchar” su
reputación, es que deben guardar silencio?
Desafortunadamente hemos rebasado límites
al grado de llegar al abuso de confianza, muy fácil encontramos personajes que
ocultos detrás de un monitor, pasan horas tras horas, seduciendo sumisas con la
voracidad de una serpiente.
Y claro, no debe ser mal visto o juzgado
porque un nick nos da el poder para hacer lo que queramos, creemos que todo eso
está bien porque como Dominantes podemos hacer lo que deseemos.
De cierta forma esto de tener contacto con
todo tipo de gente en las redes sociales, nos ha convertido en unos auténticos
Don Juanes.
La falta de humildad, el ego agrandado, la
excesiva autoconfianza y la poca empatía al no ponernos en su zapatos nos lleva
al abuso de poder.
En muchas ocasiones he visto críticas para
los sesionistas, por su forma tan libre de actuar, de desenvolverse en este
estilo de vida, pero pocas veces podemos comprender que jamás juegan o dañan a
alguien, tras una o mil mentiras para lograr su placer.
Todo lo contrario del Dominante abusador
que ya tiene una relación D/s, donde jura y perjura que es lo que ha esperado
por largo tiempo, casi otorgando las perlas de la virgen para firmar sus
acuerdos o sellar su compromiso, y en sus momentos de ocio, pasa las horas
buscando una nueva víctima.
Existen pocas cosas en las que todo el
mundo esté de acuerdo en el BDSM, pero afortunadamente una de ellas es la
necesidad de demarcar claramente la diferencia entre una relación BDSM sana y
una relación basada en el abuso y la explotación.
“Mucha gente piensa que ser Dominante es
sencillo y sin complicaciones, puesto que es el que ordena y le obedecen a
ciegas.
Tienden a concluir que son seres con
tiranía en su máxima expresión hasta llegar a pensar que muchos sufren de
sociopatía, situación lamentable por la proliferación de personajes con malas
intenciones y con distorsión de la realidad que se visten de Dominantes para
llevar a cabo actos denigrantes y abusivos en contra de la voluntad de la otra
persona.
Aún con la mala fama que se ha creado de
Dominantes desalmados y despiadados, no todos somos inhumanos.
El ser Dominante no es un rol fácil puesto
que implica el doble de responsabilidad, ya que en nuestras manos han sido
depositadas la confianza y la voluntad del rol sumiso, quien espera con ansías
que su entrega sea valorada por parte nuestra.
A su vez nuestro tiempo, nuestras
enseñanzas, adiestrarlos, cuidarlos es una muestra de nuestra entrega al ser
sumiso.
También somos personas que tenemos temores,
lloramos y sufrimos por engaños, por extorsiones y por malas pasadas por parte
de personas que toman el rol de sumiso para hacer de las suyas.”
Tan bonito que se lee, y tan difícil de
llevar a cabo.!
Personalmente, no me ha sido nada sencillo,
puesto que en el camino que llevo en el
mundo BDSM me he topado con distintas experiencias, tanto dulces como amargas,
de disfrute y de sufrir, porque aún manteniendo el autocontrol y la fortaleza,
algunos dardos con malas intenciones han logrado que medite si estoy haciendo
las cosas tan mal como para hacer un cambio completo en mi comportamiento.
Ser Dominante también implica que no
debemos obviar que somos seres humanos con sentimientos, que sí nos afectan
situaciones que no llevan buen rumbo y que no somos dioses para creer que somos
intocables.
Me parece que ya va siendo tiempo de abrir
los ojos y dejar de ser idiotas, comiendonos todo lo que está a nuestro paso
hasta atragantarnos.
Para considerarse un buen Amo, pienso que
debemos dejar de ver a la sumisa como un par de tetas o un coño húmedo.
Es exquisito Dominar a una mujer, también es exquisito y delirante tener el
Dominio de las decisiones, de las elecciones y la forma de disfrutar de este
estilo de vida, pero si seguimos poniéndonos piedras en el camino, llegará el
momento en que con esas mismas nos apedreen.®
Sátiro Demencia
¿Alguna vez han notado que hay ciertas
rivalidades, rencillas, recelos y prejuicios entre grupos de humanos?
Por ejemplo dentro de un país una región
mira a otra con cierta condescendencia, propiciando imágenes o estereotipos
negativos, y así mismo un país lo hace con otro de diferente cultura y
desarrollo. Y podríamos llevar ese ejemplo a casi cada grupo o incluso a cada
individuo que intenta mirarse con respecto a otro.
Y eso también se ha aplicado más
últimamente en el BDSM.
Se notan los comentarios, las hostilidades,
las segundas intenciones o sentidos ocultos en una frase, y claro, luego
bruscamente escuchamos algo así como "tu no eres como nosotros".
Me llama la atención el hecho de que siendo
practicantes y siempre aprendices del BDSM, en el cual se supone haya
diversidad, respeto y tolerancia, se vea tan a menudo la falta de comprensión,
consideración y hasta sentido común.
En varias webs he visto batallas campales y
peleas solapadas por comentarios que no deberían generar mayor cosa, si estamos
o no de acuerdo con algo deberíamos mostrar nuestro punto de vista, pero
aceptando el de los demás, aceptando siempre que al final nadie tiene la verdad
absoluta y que por ello no hay que matar a nadie.
Me pregunto ¿ganamos algo descalificando a
otro para demostrar lo muy experimentados que podemos ser?
Nadie es dueño de la verdad absoluta y
nadie está errado totalmente. El saber escuchar, el saber decir, el saber
comprender, ese es un verdadero arte de humanidad.
La tolerancia no es aguantarse lo que los
demás digan, sino aceptar que cada quien tiene su cuota de verdad y de error.
La tolerancia es respeto y no aguante. Está por encima de roles y estilos de
vida, no es solo cuestión de aceptarlo por estar dentro de una comunidad BDSM,
tiene que ver con ese YO que existe por encima de su sexualidad, tiene que ver
finalmente con ese ser que vemos cada día al espejo.
La humildad es la virtud que consiste en
conocer las propias limitaciones y debilidades y actuar de acuerdo a tal conocimiento.
El prejuicio es una actitud negativa. El
problema es que es algo que tenemos incorporado y que realizamos casi
inconscientemente, porque se nos ha establecido así, y porque siempre hemos
vivido en un entorno donde el prejuicio es moneda corriente.
Pero ¿cómo podríamos solventar esas cosas,
lograr esa aceptación de la diversidad de la cual formamos parte?
¿Qué podemos hacer para que al menos en
nuestra comunidad BDSM podamos escucharnos sin ofendernos o agredirnos?
¿Qué podemos hacer para no necesitar pasar
por encima del otro?
¿Qué podemos hacer para no necesitar
denigrar al otro por no pensar igual que nosotros?
¿Qué podemos hacer para no etiquetar al
otro?
Hace unos días leía un post en el que
alguien pidió opiniones sobre un planteamiento y al principio cada quien dijo
lo que consideraba, lo cual ayuda a
permitirnos conocer diferentes puntos de vista. Pero de repente
empezaron comentarios muy cargados de “superioridad de la verdad verdadera”,
siguieron comentarios de ida y vuelta, lo cual no solo hizo perder el sentido
sino que mato el interés en el verdadero tema.
Tristemente y en mayor escala se pueden ver
post en los que alguien dice algo que va contra la percepción que otro tiene y
la respuesta que aparece es para denigrar faltando el respeto o tildando de no
conocedor sin importar nada mas.
Y ojo que este tipo de cosas se ven en
todas las webs relacionadas al BDSM y fuera de él también. Comentarios en los
que si no es como dice el manual, pues es falso porque aunque se trate de roles
y personalidades, la verdad ya está escrita y punto!
Ahora bien lo que existe es cierta puesta
en valor por miembros de la comunidad entre los que son experimentados y los
que no, para la mayoría de la "vieja guardia" el protocolo debe ser
seguido y respetado, es decir hay distintas maneras de entender el BDSM en
función de donde te posiciones.
Si por esta disparidad de criterios hay
personas que se consideran a otro nivel, que sus practicas son más extremas y
por tanto ellos pertenecen a una casta superior, yo diría solamente que son
esclavos de su propio Ego.
Este es un mundo bello y apasionante, es un
aprendizaje continuo sin necesidad de llegar a medir grados de pureza, que yo
entienda no somos potros de pura sangre.
Me parece suponer que pertenecemos a una
generación intermedia, no estoy hablando de generación cronológica, sino de
generación BDSMera, no es que esto me plantee una duda existencial ni mucho
menos, pero yo me autodefino como un amante de los protocolos y medianamente
participe de la New Guard y después me encuentro haciendo o diciendo cosas que
me harían merecedor de arder en la hoguera para los ¨BDSMeros de verdad¨.
La era de la comunicación sin dudas
modificó por completo las relaciones interpersonales, conocimos practicas y
practicantes con mayor experiencia, los llegamos hasta a idolatrar por la
veracidad de sus ideales y forma de vivir este estilo de vida.
Y no es que sea malo que existan referentes
para aprender, comprender, comunidades que nos muestren lo que es el verdadero
BDSM fuera de las webs, lo desalentador es que existan seres que piensen que
deba hacerse tal y como lo han planteado, sí, hay protocolos que debemos
conocer al pie de la letra, sin embargo cada cabeza es un mundo y el BDSM cada
quien lo vive según su criterio, tiempo y posibilidades.
Prejuzgar tiene mucho que ver con la
intolerancia. O una cosa lleva a la otra. Si nos ponemos a pensar, ¿cuántas
veces quizás el prejuicio nos privó de conocer a una persona que podría haber
aportado mucho a nuestras vidas?.
Es que juzgar antes de conocer es ser
intolerante, y es negar la diversidad.
Es cerrarse ante la posibilidad de la
existencia de otros grupos sociales, o de otras ideas morales, o de otras
etnias raciales, o de otras preferencias sexuales, casi siempre de lo que nos agarramos
para prejuzgar suele ser tan superficial que a veces es hasta vergonzoso
reconocerlo.
No hagamos a los demás lo que no nos gusta
que nos hagan.
Si no nos gusta que nos critiquen sin
motivo, no hagamos lo mismo.
Cada uno tiene derecho a ser como quiere
mientras que no haga daño a los demás.
Respetar las distintas opiniones y las
diferentes maneras de enfrentar la vida, es la clave fundamental.
Aprendemos más de las diferencias que de
las igualdades.
Nadie es mejor persona por vestirse, hablar
o actuar de tal o cual manera.
No caigamos en el error de creer que
estamos capacitados para actuar como jueces frente a las personas.
Como seres humanos, todos somos distintos y
todos somos capaces a nuestra manera.
Al BDSM no le hacen daño tres novelas
eróticas que se hicieron virales, al BDSM le hace daño el D/S místico, el D/S
románticon y empalagoso, las frases escritas sin ser analizadas previamente, el
ser egocéntricos, el yo soy mas que tu, el yo soy autentico y tu no, el yo
tengo la experiencia suficiente para acorralarte en un debate y dejarte por los
suelos, el BDSM se vive de tal manera porque yo lo digo, el yo vivo el BDSM y
tu no! ®
Sátiro Demencia
Cada Dominante tiene su propio método de
enseñanza, es válido para él siempre y cuando le ayude a facilitar el
aprendizaje de la persona sometida.
El Dominante busca un mecanismo mediante el
cuál el sub aprenda y vaya perdiendo el miedo a los juegos, entre otras cosas,
con este método se busca tambien que no se corran riesgos innecesarios.
Este proceso de aprendizaje debería ser
algo placentero, satisfactorio y necesario para ambos.
La pareja deberia tener un proceso de
conocimiento mutuo previo al inicio de la relación, para identificar
fortalezas, debilidades, temores, límites y expectativas.
En el contexto BDSM adquiere una dimensión
podría decirse más especial, porque el Dominante es alguien que disfruta
controlando al sumiso y ha hacerle experimentar el gusto por dicho control,
procurando que se sienta seguro, confiado y cuidado al practicar cualquier
actividad y que de esta forma la pueda llegar a disfrutar.
Aunque en principio algunos de los
iniciados en el arte de la Dominación parecen "nacer sabiendo" de
ciertas técnicas aparentemente conocidas y sencillas, la realidad es muy
distinta.
Los comienzos de muchos de nosotros se han
alimentado de libros, fotos, internet o incluso conversaciones con otros más
avanzados, pero pocos somos los que nos interesamos por averiguar, preguntar y
practicar antes de, aquellas cuestiones que se presumen simples y a la hora de
la verdad no lo son.
Cualquiera que empiece a leer sobre BDSM o
a interactuar con Dominantes y sumisos, se encontrará con el término SSC
(sensato, a menudo traducido como sano, seguro y consensuado), que se ha vuelto
uno de los eslogan más importantes en este mundillo, defendido a capa y espada
por gran parte de los Dominantes y los sumisos, incluso hasta el punto de considerar
que aquello que no es SSC, no es BDSM.
Sin embargo, el eslogan SSC tiene el
problema de la subjetividad, ya que no para todo el mundo las mismas prácticas
son sensatas o seguras.
Hay que tener en cuenta que de opiniones
diversas esta vestido el mundo.
Muchos practicantes afirman que el BDSM es
como una droga, entre más la practicas más y más deseas seguir haciéndolo,
cuanto más estas a punto de llegar a límite, más deseas y sigues intentando
para rebasarlo.
Y no es que este mal superar los limites,
al contrario es positivo ir dejando miedos, superando obstaculos siempre y
cuando traigan beneficios y se de de manera consensuada, por lo que las medidas
de seguridad deben reforzarse y amoldarse a cada paso nuevo que se da.
Cuando no se dan esas medidas de seguridad
mínimas y básicas, ello conlleva a situaciones peligrosas que se traducen luego
en marcas permanentes, lesiones, o incluso visitas al doctor, eso desde el
puntode vista fisico, ya en la parte emocional y psicológica se genera una
sensación de inseguridad que se proyecta, afectando la relación y posiblemente
otros factores en la vida de ambos.
Actuar de manera sensata es la mejor medida
de prevención para evitar que se corran riesgos innecesarios, esto acompañado
del consenso hará que prevengamos problemas y secuelas no deseadas.
Conocer los riesgos, consensuarlos y
prevenirlos es un tema que debe negociarse antes de cada encuentro.
Otro requisito esencial para impedir el
riesgo innecesario es el respeto de los límites que cada cual haya establecido.
Traspasar esos límites es ponerse en
peligro y arriesgarse a caer en una situación incómoda, indeseada e inesperada.
En estos caso el uso de la plalabra de
seguridad, el conocimiento mutuo, la comunicación eficaz y el entendimiento son
importantisimos, porque al notar un movimiento, algún sonido, una reacción
diferente, podremos notar que se está rebasando el umbral de aguante del sub y
se debe detener un momento la actividad y verificar si todo esta bien o si la
pausa debe prolongarse más, se debe hacer algún cambio o incluso si se debe dar
por terminada la sesión. ®
Sátiro Demencia
Encuentro placer y goce de ser sumisa en una relación de pareja (BDSM).
No soy débil o estúpida. Soy una mujer fuerte,
con pensamientos claros y un concepto definido de cómo quiero que sea mi vida.
No sirvo a mi Amo por ser débil sino por mi fuerza y orgullo.
Busco a mi Amo para que me de amor y protección ya que nunca me siento tan llena como cuando El está conmigo.
Sé que el protegerá mi cuerpo, mi alma, y mi mente con su fuerza e inteligencia.
Él lo es todo para mí y yo lo soy todo para Él. Su tacto me despierta y sus pensamientos me liberan.
Solo sirviéndole me siento completamente feliz.
Sus castigos son duros, pero los acepto gustosamente sabiendo que siempre desea lo mejor para mí.
Si desea mi cuerpo, se lo doy, satisfecha, y me da un enorme placer saber que estoy haciéndole feliz.
Sin embargo, el placer carnal es solo una faceta de nuestra relación. El amor, la confianza, el compartir,
también conforman una parte muy importante de nuestra relación.
Mi cuerpo es suyo y si Él dice que es bonito, lo es. No importa cómo me vean los demás,
soy bella a sus ojos, y por eso camino con la cabeza bien alta, porque,
¿quién puede decir que mi Amo no está en lo cierto cuando dice que soy bella?
Si me dice que soy su princesa, lo soy... Si me dice que soy su juguete,
lo soy, su perra, su sirvienta, lo soy… tan sensual, lujuriosa y lasciva como Él lo desea,
y si otros no lo ven, es que están ciegos.
Mi mente es suya, y solo Él la conoce por completo. No tengo secretos para Él,
porque los secretos me apartarían de ser suya por completo. Los secretos pondrían una barrera
entre mi Amo y yo, y yo, no quiero barreras. Sus enseñanzas no son algo que yo busque o imagine,
son algo que ha decidido que yo necesito y yo aprendo de Él.
Mi alma es suya, tan desnuda como puede estarlo mi cuerpo cuando estoy postrada a sus pies.
No hay un solo momento en el que no note su presencia, incluso cuando no está conmigo.
No se me ocurriría jamás enfurecerle ni traicionarle ya que sería un castigo horrible para mí,
peor incluso que cualquier latigazo. El desconcierto de mi alma, cuando lo enfado,
es peor de soportar que la angustia física que siento cuando me golpea con su cinturón.
Pasó mis días sabiendo que la energía y la fuerza que pone en nuestra relación,
es beneficiosa tanto para Él como para mí. Su parte es mucho más dura que la mía,
y le agradezco enormemente que se preocupe por mí y me regale todo su tiempo.
Yo tengo la parte más sencilla: experimentar, sentir, dejarme ir y abandonarme en Él.
Soy su placer y su responsabilidad y así me trata.
Soy una mujer sumisa. Estoy orgullosa de serlo.
Mi sumisión es un regalo que no doy a la ligera sino que solo puedo dárselo a alguien
que lo aprecie por completo y lo recompense. Solo a Él me entrego por completo
porque soy fuerte y orgullosa. En resumen: soy una mujer sumisa.