¿CÓMO LLEGA UNA
SUMISA A “SER“ SUMISA?
La primera pregunta que se hace una mujer que cree tener
tendencias sumisas es si realmente tiene vocación sumisa, si ES
sumisa o es sólo una fantasía .
Una sumisa lo es, cuando al menos se cumplen los siguientes
requisitos:
1)Que se sienta sumisa.
2)Que quiera ser sumisa.
3)Que quiera esforzarse en ser sumisa.
4)Que no haya nada que le impida finalmente SER sumisa.
*QUE SE SIENTA SUMISA:¿Cómo sabe una sumisa que es sumisa?, éste
es el primer problema con el que se enfrenta una sumisa, no sabe
si realmente es sumisa, no sabe realmente lo que quiere y de dos
maneras:
-Si es algo pasajero o profundo.
-Si sus sentimientos son sumisos, dominantes o ambos a la vez.
Se podría decir que una mujer “se siente“ sumisa si percibe,
siente, experimenta, sentimientos y necesidades sumisas en su
interior. Lo que primero se suele percibir, las vivencias sumisas
iniciales más conocidas e inmediatas son las FANTASÍAS sumisas.
Normalmente
se suele partir de ahí. La lectura de los relatos
BDSM puede ser un buen instrumento en la exploración de las
propias fantasías, con la condición de no perder de vista que son
sólo eso: fantasías.
Lo que realmente define la sumisión y lo que primero debes
preguntarte si tienes, es lo que ha venido en llamarse la
“esencia sumisa“, que en resumen es el deseo profundo de
conseguir la propia felicidad a través de la felicidad del Amo.
Es decir, cuando se da el hecho paradójico de que cuanto más te
despegues de tu propia satisfacción para entregarte a conseguir
la de tu Amo, más feliz serás en tu entrega. Ésta es la gran
PARADOJA de la sumisión . La otra gran paradoja la constituye el
hecho de que, la mayoría de las sumisas, experimentan una
sensación de mayor libertad cuanto más sumisas, sujetas y
entregadas se sienten.
Esta primera y aparente paradoja además, parece ir en contra del
Principio del Placer, por el cual, todo ser vivo tiende a la
satisfacción de sus necesidades y el placer que ello le
proporciona. Porque la sumisa como todo ser vivo, tiende a
conseguir su propia felicidad. Nada ni nadie, ni mucho menos su
Amo, deben apartarle de este empeño vital.
Pero además parece que va en contra del principio fundamental de
la sumisión por el cual, ésta debe proporcionar placer en sí
misma. No tiene sentido someterse a alguien, si esa sumisión no
va a darle satisfacciones a la persona sumisa.
El secreto de esta aparente paradoja y sus contradicciones está
en el RITMO y el NIVEL. Cada sumisa tiene un ritmo y un límite en
su entrega, límite a partir del cual ya no le resulta placentera.
Piénsese por ejemplo, que todas las sumisas no tiene vocación de
esclava, ni tienen porque tenerla. Suelen encontrarse Amos, que
estúpidamente se empecinan en lograr que sus sumisas superen un
nivel para el que su sumisa no tiene capacidad ni posibilidad. Su
nivel está muchas veces limitado simplemente por sus propias
circunstancias personales. A veces la impaciencia e inmadurez del
Amo le hace exigir a su sumisa un nivel superior demasiado pronto
y demasiado rápido.
En realidad si una persona tiene tendencia a la sumisión, tiene
la necesidad más o menos desarrollada de procurar la felicidad de
su Amo. Pero cualquiera puede comprender, que a una sumisa no se
le puede pedir desde el primer día que la satisfacción de hacer
feliz a su Amo supere la natural tendencia a conseguir su propio
placer inmediato.
Pero lo que sí puede pedírsele a una sumisa es que haga su
entrega a su RITMO. Un ritmo guiado y dirigido inteligentemente
por su Amo que poco a poco le ayudará a superar esta aparente
contradicción y a buscar y encontrar en su interior el placer de
la entrega. Y todo ello hasta un NIVEL, “su“ nivel, el que ella y
su Amo antes o después encontrarán, y que éste deberá respetar
como uno más de sus límites.
Todo esto no viene por arte de magia, porque sí. Para que la
sumisa encuentre su felicidad en la aparente negación de la suya,
necesita ante todo que su entrega sea reconocida y apreciada por
su Amo, necesita de su apoyo y estímulo positivo, además de un
comportamiento correcto de su Amo, con trabajo, dedicación,
honestidad etc.
Ocurre frecuentemente que los Amos olvidan que lo primero que un
Amo debe lograr de una sumisa es que sea feliz en su sumisión, lo
que a su vez redundará en un mayor deseo de ella de darle toda la
felicidad y satisfacción posible. Este maravilloso método de
dominación lo llamo “la Espiral Positiva“ y no me extiendo en él
porque está perfectamente descrito en este blog.
*QUE QUIERA SER SUMISA: Una sumisa puede que tenga deseos sumisos
pero puede que no quiera dejarlos salir, practicarlos. Las causas
pueden ser muchas. Quizá porque su necesidad no es lo
suficientemente perentoria para....
*QUE QUIERA ESFORZARSE EN SER SUMISA: Ser sumisa -como el ser
Amo- conlleva esfuerzos y renuncias que quizá una mujer no esté
dispuesta a hacer. También implica a veces riesgos físicos,
emocionales y de todo tipo que no le compense afrontar.
*QUE NO HAYA NADA QUE LE IMPIDA FINALMENTE SER SUMISA: Puede que
la sumisa tenga a su favor los tres requisitos anteriores, pero
es posible que no pueda llevar a cabo su sumisión de manera
práctica por motivos ajenos a ella. Las razones pueden ser
variadísimas: No encontrar el Amo que a ella le parezca
apropiado, su situación familiar, minusvalías físicas, etc .
En definitiva, no basta la fantasía de ser sumisa. Para SER
sumisa, se necesita sentirlo, querer serlo, esforzarse en ello y
que no haya nada que le impida finalmente SER SUMISA.
¿PERO, REALMENTE SOY SUMISA O TODO LO CONTRARIO?
Muchas veces he oído de Amos: “¡Bah!, mi sumisa no sabe lo que
quiere“. Sin pensar que éste es un proceso normal. Ocurre
frecuentemente. Al principio la sumisa no sabe identificar muy
bien lo que le pasa. Es labor de su posible Amo guiarle (sin
forzarle jamás), primero en la elección del lado de la fusta en
el que quiere quedarse y después en qué nivel quiere vivir su
tendencia. A veces ocurre que la mujer en cuestión, realmente no
tiene necesidades BDSM de ninguna clase. En este caso, un Amo
honesto y responsable debería expresarle su opinión en este
sentido.
El problema es, que todos somos switch, sólo que tenemos un
porcentaje mayor de una tendencia u otra. Decidirse a qué lado
quedarse a veces lleva tiempo.
No te inquietes ante la aparente paradoja de que tener un
caracter fuerte y sin embargo tener fantasías sumisas. Si tienes
fantasías exclusivamente sumisas, lo más probable es que tu
tendencia principal sea efectivamente sumisa. Esto ocurre porque
EL CARÁCTER NO DEFINE LA TENDENCIA. Puedes perfectamente tener un
carácter fuerte y tu tendencia ser sumisa, o viceversa en cuanto
al dominante.
Además, la sumisión no aparece con cualquier persona y en
cualquier lugar, se suele disparar en ciertos momentos y
situaciones, no en cualquier momento. De ahí que por ejemplo, una
actitud dominante de alguien que no conoces, que no te atraiga o
que esté fuera de contexto, se suele percibir más como algo
patético que como una situación excitante.
Jay Wiseman en su obra “BDSM“, Página 467, propone un criterio,
que aunque simple, es muy efectivo: “Si quieres saber qué es lo
que te va, presta una atenta mirada a qué es lo que estás
fantaseando justo antes del orgasmo cuando te estás masturbando“
Ser sumisa es en principio muy sencillo, consiste sólo en eso:
SER sumisa, es decir, que mientras desees serlo y ante la
presencia de tu Amo, tu cuerpo y tu mente reflejen una ACTITUD
sumisa, tener pensamientos sumisos, obedecer sumisamente, y sobre
todo, que se note tu felicidad de ser sumisa, junto con la
satisfacción de aumentar el bienestar de tu Amo. Una sumisa que
no es feliz de serlo, es una mujer que escenifica su sumisión,
pero NO es sumisa.
El Muro