Iniciándose en el BDSM
Siempre
que alguien comienza a aprender algo nuevo, se produce una sensación de
entusiasmo, ese refrescante efecto vigorizante de lo nuevo. Uno puede sentir
una sensación de impaciencia, queriendo saberlo todo ya. A medida que pasa el
tiempo y la persona empieza a adentrarse por el vasto mundo del BDSM, va
descubriendo una cantidad de información abrumadora. Todo el mundo tiene su
propia opinión, sus propias ideas y todas son diferentes. Escuchando todos
esos puntos de vista de quienes tienen más experiencia y ya ha recorrido esa
senda antes, uno puede sentirse confuso e incluso tremendamente
descorazonado. Esas personas te recomiendan libros que puedes comprar para
intentar entender mejor este estilo de vida. Pero enseguida te das cuenta de
que lo que lo que tu pensabas que era sólo cuestión de hacer realidad tus
fantasías se convierte, de repente, en toda una forma de vida montada y
reglada. Ello puede hacerte sentir más confuso aún, abrumado por tantas
reglas y normas, incluso puedes llegar a sentirte desilusionado al comprobar
que no es tan fácil como pensabas en un principio.
A medida que sabes más, más inseguro te sientes. Ya no sabes bien qué debes hacer, hacia dónde debes dirigirte ahora y posiblemente empieces a dudar de tus propias ideas y sentimientos, porque no se corresponden a los de los que han hablado contigo o a los que has leído. Pero tranquilo, no estas sólo ni eres la primera persona a la que le pasa eso.
La mayoría
de la gente que se inicia en el BDSM lo hace para satisfacer sus necesidades
sexuales. El sexo convencional, normal, sin morbo, aunque resulta agradable,
suele terminar siendo aburrido cuando se cae en la rutina. Las personas
suelen desear algo más y, en lo más hondo de su ser, sienten la necesidad de
algo más. Sus fantasías tienden hacia esos aspectos más morbosos de la
actividad sexual. Pueden sentirse culpables o avergonzados por tener esas
inclinaciones y esas necesidades. La sociedad nos inculca que somos seres
inteligentes y capaces, todos iguales. Aquellas personas que sienten
inclinación por la sumisión pueden tener serios conflictos con la educación
que han recibido y con las normas sociales, donde no está bien visto que te
guste obedecer a una persona que te domine, arrodillarte ante él, que te ate
o te unos azotes.. Para los que tienen tendencia a la dominación resulta un
poco más fácil conciliar sus gustos con las normas sociales*. En cualquier
caso, esa contradicción entre lo que a uno le han enseñado y lo que uno
siente en su interior puede generar una gran confusión, un sentimiento de
culpa y de miedo. Uno puede empezar a dudar de su propia cordura (durante
mucho tiempo, pensé que estaba loca). Puedes sentirte frustrado
emocionalmente en la medida en que no consigues satisfacer esas necesidades.
Esa insatisfacción puede hacerte incluso tremendamente infeliz en la vida.
Pero también puedes dejarlo estar, enterrando esas fantasías y esos deseos y
olvidándote de ellos para llevar una vida digamos "normal" o
socialmente correcta. Pero, de repente, algo sucede, algo pasa que hace
aflorar de nuevo todo eso que habías dejado latente en el fondo de tu mente.
Puede ser un artículo de periódico, una revista porno, una página web o un
canal de chat, ahora con la aparición de Internet, o cualquier otra cosa.
Entonces tomas conciencia de que no estas solo, ni estas enfermo o mal de la
cabeza. Una vez más se produce en uno esa contradicción entre el deseo y la
confusión.
Todo esto son reacciones normales cuando se introduce uno en algo tan bien asentado como es el BDSM. Qué hacer al respecto es tan subjetivo como cada persona es. No hay nada realmente bueno o malo cuando se trata de lo que te haría feliz. Pero antes debe saber uno exactamente lo que es. Se honesto contigo mismo y con quienes hablen contigo. No te sientas avergonzado si tienes sentimientos de culpa, de cólera o de miedo por esa necesidad que subyace en ti. Procura no dejar que otros dicten tus emociones. Expresa honestamente tus necesidades y deseos, así como tus pensamientos y sensaciones, especialmente si tienes una pareja o compañero. Esa comunicación abierta y sincera es crucial en el BDSM, tanto como el proceso de aprendizaje. Intenta mantener una mentalidad abierta a las experiencias que otros te cuentan. Ten presente que tus propios límites personales, lo que te gusta y no te gusta en un determinado momento, pueden cambiar con el tiempo a medida que avanzas y aprendes más cosas.
Las
personas que viven este estilo de vida no son menos humanas de lo que uno es.
Tienen trabajos de lo más variopintos que compaginan con esta forma de vida.
Este modo de vida no tiene nada que ver con conductas sexuales enfermizas, ya
sean patológicas o sicóticos, de carácter delictivo. No se trata de un grupo
de sicópatas. La inmensa mayoría de las personas que practican el BDSM son
personas normales y corrientes. Están casadas, trabajan, tienen hijos, como
la gran mayoría de la sociedad. En algún momento, también sintieron una
sensación igual o similar a la que experimentas tu ahora.
Mucha
gente dirá "adelante, vamos a ello", pensando que "bueno, ya
me he leído un libro o dos, he hablado con un par de personas sobre el tema.
Ya se lo que me hago". No tienen ni idea de lo duro que es el camino.
Una vez que sabes cuales son tus deseos, lo mejor que puedes hacer es ser
paciente y no obsesionarte. Tómate tu tiempo. Empezar a conocerse a si mismo
es un camino duro y a veces doloroso. Aplaca esos deseos insensatos de
empezar enseguida y vete despacio. Es mejor ir lentamente. Habla con mucha
gente, de lo más diversa y lee toda la información que caiga en tus manos.
Conversa con la gente que lleva más tiempo metida en este modo de vida sobre
lo que has leido y las conclusiones a las que has llegado. Asimila lo que
lees, reflexiona sobre ello y compáralo con tus propias ideas y sensaciones.
Conócete a ti mismo y cómo te sientes. Se consciente de tus deseos y cómo
exteriorizarlos y hablar de ellos. Acepta y trata de entender dónde estas y
adonde quieres llegar. Plantea las preguntas, no las ocultes. Recuerda que
las preguntas estúpidas son sólo aquéllas que no se hacen.
Intenta
recordar que, al igual que cuando eras un bebé, hubo un tiempo en el que
tuviste que aprender a caminar y hasta entonces tenías que andar a gatas,
arrastrándote, Iniciarse en este modo de vida es lo mismo. Uno debe aprender
a gatear antes de andar. Piensa que todos los que ya están metidos en esto tuvieron
que aprender las mismas cosas que tú en algún momento. Pregúntales por ello,
algunos no se acordarán, pero otros muchos si y estarán dispuestos a
compartir contigo sus comienzos. Recopila toda la información que puedas,
compárala con tus propios pensamientos y sensaciones y decide lo que está
bien para ti. Tómate tu tiempo y espacio para aprender y también llegará el
momento en el que tú también te sentirás cómodo y seguro con tus emociones y
podrás expresarlas igualmente.
Has
iniciado un viaje de descubrimiento. Una travesía que puede proporcionarte a
menudo gran placer, al igual que mucho dolor. Un camino que se adentra
profundamente en el lado oculto del corazón y del alma. Se trata de un viaje
de aprendizaje y de aceptación. Crecer lleva tiempo, asi que tómate tu tiempo
y serás mucho más feliz durante el largo recorrido.
Author: Raven
Shadowborne © 1998
El Muro