Este relato, sobre algo que muchos conocemos y sabemos lo
difícil y emocionante que es, cuando conoces a alguien, que intuyes especial y
entre los dos hay eso que llamamos distancia, que puede frenar muchas cosas, pero
que no es nada frente al deseo ,el deseo no conoce de distancias. Espero que
les guste.
Inés mira a la ventana, ya no siente nada y busca algo en la
inmensidad del espacio, no sabe bien qué es. Héctor recoge sus cosas y se
marcha. Esa misma noche, ambos encienden sus portátiles y entran al chat.
MissSunshine: Ya te echaba de menos por aquí.
FiveMinuts: No me lo puedo creer.
MissSunshine: Creételo.
Cuando Inés vio que Héctor se había conectado el corazón le
dio un vuelco. No había dejado de pensar en la conversación del último día.
FiveMinuts: Pequeña Inés, ¿pensaste en lo que te dije?
MissSunshine: Cuando estaba tocando el piano esta mañana, no
dejaba de pensar en la comparación de mi cuerpo con las teclas que tú tocarías
en armonía.
FiveMinuts: ¿Eso es un sí?
MissSunshine: ¿Cuánto tiempo llevamos hablando, Héctor?
FiveMinuts: Como un mes, ¿por qué?
MissSunshine: Porque necesito sentir tus labios contra mi
piel, necesito sentir tu delicadeza y tu brusquedad, yo no puedo quedarme sin
probarte.
FiveMinuts: Mi dulce Inés… ¿aguantarías?
MissSunshine: ¿Lo dudas? Alomejor el que no aguanta mi ritmo
eres tú.
Tras la conversación de esa noche Inés se tumbó en la cama.
Sus pequeñas y blancas manos trataban de apartar el enmarañado pelo negro de la
cara. ¿Qué podía haber visto Héctor en su figura etérea? Pero algo muy fuerte
tenía que ser para que él se decidiera a coger el coche, ir a por ella, y
llevársela a un hotel. Hacía tiempo que sus ojos grises miraban al techo de la
solitaria habitación en la que se encontraba, buscando un Héctor que quisiera
besar sus labios.
Mientras tanto él hacía la maleta pensando en ella.
Imaginando desnudar suavemente su fina piel, imaginando pasar los dedos por su
negro pelo y apartárselo de la cara, imaginando tener a Inés en su cama. Vivía
convencido que con solo cogerla muy fuerte ya le dejaría marcas, que era el ser
más delicado que conocía, que podía hacerle daño solo con mirarla. Pero
necesitaba sentirse entre sus piernas. Ponerla a prueba, saborearla, palparla,
verla entregada a él. Necesitaba sentirla suya aunque solo fuera una noche.
Un coche paró frente a la puerta de Inés. Ella salió
colocándose el abrigo a toda prisa y olvidando liberar al pelo del cuello del
jersey. Cuando Héctor la vio enmudeció. Era más bella aún ahora que podía
sentir su perfume. El deseo candente se marcaba en sus ojos, deseaba a esa
pequeña ninfa de mirada traviesa y despreocupada como probablemente no había
deseado nada en mucho tiempo.
-Estás preciosa. –Los ojos le brillaban.
-Tú pareces el mismísimo Diablo.-Reía.
Y es que Inés hubiese hecho un trato con el Diablo solo para
verse en los brazos del moreno de ojos verdes. Habría hecho lo imposible por
acariciar su pelo, su pecho, besar su cuello. Confiaba en él, quería dejarse en
sus manos. Enloquecía pensando en ese momento.
-Mejor nos saltamos la cena.-Apartaba un mechón rebelde de
su cara.
-Buena idea, tengo más hambre de ti que de pasta.-La miraba
con ternura.
La cena estaba prevista en un restaurante italiano, el
favorito de Inés, pero ya no importaba. El hotel era sencillo y discreto, los
típicos a los que van los amantes. Inés amaba eso, no quería una habitación
lujosa y con jacuzzi o champán y rosas, ella solo quería cualquier cama en la
que entregarse a Héctor. Con una ventana a la que mirar de madrugada, mientras
él durmiera desnudo entre las sábanas mojadas. Y es que se compenetraban tan
bien. Sus largas conversaciones habían dado frutos, y ahora creían que se
conocían el uno al otro lo suficiente. La mirada que dio inicio al desnudo fue
arrolladora. Héctor la miraba como quién mira al mayor logro de su vida. La
blanca y fina piel de la ninfa iba siendo más visible a medida que el Diablo le
arrebataba primero el jersey, luego la camisa, luego la falda, más tarde la
dejaba en completa desnudez. De pie frente a él mientras la observaba, era una
mezcla de pasión contenida y temor lo que corría por sus venas, un temor
inexplicable, tal vez a acabar convirtiendo ese esperado encuentro en algo
decepcionante. Entonces la fémina se acercó. Comenzó a despojarle de cada una
de las prendas de ropa con habilidad y rapidez. Hasta que por fin pudo entrar
en contacto con su fuerte y oscura piel.
Abrazados dos desconocidos, desprendidos de cualquier
atuendo en un hotel. Inés jura que jamás ha sentido mayor armonía. Héctor la
coge en brazos y la tiende sobre la cama, se abalanza sobre ella, lleva tanto
tiempo esperando este momento que no se podrá contener. Los labios de ella se
entreabren dejando escapar jadeos cuando las manos de su dueño bajan desde el
vientre hasta el sexo. Y el Diablo besa a su presa con mayor fuerza, juegan las
lenguas, se eriza la piel. Inés también acaricia, también sostiene, también
enciende. Y cuando menos lo espera la pequeña ninfa suelta un grito. Y el
cuerpo del uno embiste el de la otra y agarra con fuerza sus muslos.
Cuando separa los dedos han dejado marcas, tal y como él
esperaba. La convierte en su gata y a ciegas y a gatas ella simula que escapa y
él la agarra, la coge del pelo, acaricia su cuello, besa su espalda y la
tranquiliza con suavidad. Y son sus manos las que agarran las nalgas y con
fuerza arremete la cintura, y la gata no cesa en sus gritos. Y de placer la mata.
Y cuando él así lo siente, la abraza. La besa. Mira con la esmeralda al
lapislázuli. Roza los rojos labios con los dedos, sonríe y hasta se le escapa
un te quiero.
Si tuviera que existir, (igual existe ya, con tanta
tontería un día internacional del
pijama, sin duda el más adecuado sería hoy, el 1 de Enero. Vamos estoy seguro, que
muchos y muchas, no se la van a quitar en
todo el día y bien que hacen.
Así que de pijamas voy a escribir, más que nada porque es
uno de mis fetiches ,más raros, me parecen eróticos los pijamas….y no hablo de
camisones de seda cortitos, ni culotes ajustados y camiseta de tirantes, no ,no,
pijama de invierno gordo afelpadado, de pantalón y camiseta de manga larga. Sé
que para mucha gente seguro que es el anti morbo, pero a mí me parece todo lo
contrario morboso. Para empezar son muy caseros, como muy de hogar, de
calorcito, de intimidad. Luego se prestan mucho y además es fácil, meter unas
manos juguetonas por dentro y en los días de frío inviernos calentarlas con el
mejor calor y más ecológico que existe, el calor de la piel. Es relativamente
sencillo de quitar si la ocasión se pone más caliente aun, los pantalones con
goma, de un tirón están en los tobillos y muchos encima tienen unos enormes
botones en la camiseta también muy sencillos de quitar. Y para jugar a nuestro juego se prestan
mucho, son o al menos yo así el percibo como muy “spankos”, solo imaginar se me
viene a la mente una imagen. Un rincón ocupado, con alguien en pijama, esperando
instrucciones, con el pantalón del pijama bajado hasta las rodillas, mientras
yo observo la escena sentado en el sofá……o me acuerdo como alguien fue capaz de
excitarme como nunca por Skype, sin enseñarme nada, sin sugerir nada, simplemente
poniéndose boca abajo en el sofá, vestida con un pijama y con cara de picardía……
Pues bien, feliz día del pijama a tod@s
Hoy primer día del año, Es viernes 1 de Ene. de 16 y quiero escribir algo sobre prácticas o juegos
alternativos, al central del blog. Pero en este caso más bien, es un juego
complementario, como varios usos, como puede ser provocación, preparación, o
recordatorio de lo ya pasado.
Es una práctica, que puede generar reparos o en cambio mucho
morbo. Es la fotografía erótica, como juego erótico Hoy en día todos tenemos al alcance, dispositivos
que nos permiten realizar fotos de calidad decente, instantáneas, sin necesidad
de revelados y que encima podemos compartir, desde el mismo momento que se
hacen y sin que la distancia sea impedimento alguno, para el disfrute de las
mismas. Y esa facilidad hace que todos seamos un potencial fotógrafo erótico, incluso
auto fotógrafo en un momento dado. Jugar con enviar fotos, como provocación
para producir mariposas, fotos que pueden ser sugerentes, evidentes o muy
evidentes, fotos que transmitan que deseamos, que produzcan mariposas y
sonrisas. Podemos fotografiar reacciones, momentos y una foto también nos puede
servir, para ver a esa persona, cuando por el motivo que sea no lo podemos ver.
Podemos hacer un reportaje fotográfico con distintos vestuarios, es distintas
posiciones, o guardarnos un recuerdo de aquel “juego”, para revivirlo después
al volver a verlas. Eróticas artísticas o directamente porno, cada cosa tiene
su momento. A mí personalmente es algo que me atrae, aunque entiendo que
requiere de confianza, dejarse fotografiar, en situaciones comprometidas, es
algo que solo se debería hacer en confianza, desgraciadamente todos hemos
escuchado, sobre casos, donde después se han utilizado sin permiso y se han
publicado a la vista de todo el mundo. Y hay que ser muy hijo de puta, para
hacerle eso a quien tanto confió en ti.
Pero haciendo un buen uso, me parece un jueguecito, la mar
de sugerente y divertido.
Cuando llega este tiempo y en especial este día, queramos o
no todos hacemos un repaso al año que en horas dejaremos atrás y también es
inevitable iniciar el nuevo año con planes y propósitos, que luego todos
sabemos que la mayoría no se cumplen, al final acaban mandando las
circunstancias sobre los deseos muchas veces.
Esta semana, me estoy acordando mucho, de esta misma semana
hace justo un año el 2014, toda la ilusión y energía que tenía puesta en el
2015, año para el que había un proyecto que debía ser el definitivo, pero al
poco de empezar el año nuevo todo se fue al traste y eso trajo una seria de
efectos secundarios casi todos malos, pero alguno bueno, como crear este blog.
La idea inicial fue la cerrar un circulo que yo pensaba incompleto en aquel
momento y ha tenido que llegar la última semana del año, para darme cuenta que
no era así, que el circulo se cerró el mismo que día, que aquellos proyectos
quedaron en suspenso y que el final de un ciclo aunque en ese momento no
queramos darnos cuenta, es a su vez el inicio del siguiente, así es la vida.
Por eso hoy día 31 de Diciembre, sé que este blog no fue el fin de nada, si no
el principio de mucho y que espero puedan seguir acompañándonos en este camino,
el año que empieza en unas horas.
Una vez alguien me dijo, que para que los sueños se cumplan,
lo primero es creer en ellos y lo siguiente luchar por ellos, yo solo deseo de
corazón para el año que viene, que crean y luchen por todos sus sueños, quien
me lo dijo hace muy poco cumplió el suyo, en el que siempre creyó y por el que
nunca dejo de luchar. También agradecerles de corazón a todos y cada uno de ustedes,
que han perdido unos minutos de su tiempo en leer a quien aquí escribe, estoy
seguro que muchas veces han entrado en busca de algo interesante y a cambio
solo han encontrado una retahíla paranoico-filosófica y aun así repiten,
muchísimas gracias estas las hago extensivas a todos, gracias también a todos
los que encima han comentado y expresado su opinión, que sepan que son la
gasolina que me hace sentarme cada día delante de teclado, espero seguir
contando con su aportación y su energía el año que viene.
La filosofía oriental dice aquello, que dentro de lo malo, siempre
hay algo bueno y dentro de lo bueno, siempre hay algo malo, quizás por eso
dentro de un año malo, he tenido un último mes de esperanza, espero y deseo que
ustedes, tengan un año completo que ya nos toca a todos y por supuesto que se
cumplan todos sus, sueños, esperanzas y fantasías.
FELIZ 2016!!!!!!!!!!!!
Sí, ya. Todo de lo que hablamos acaba resultando ser “un
pilar fundamental en cualquier relación BDSM”… Básicamente porque todo son
distintos aspectos de lo mismo y están todos tan íntimamente interrelacionados
que no es posible unos sin los otros. Y de hecho, es así en cualquier tipo de
relación, sea bedesemera o no, de pareja, familiar, de amigos, de negocios,…
Pero aquí hablamos de relaciones BDSM, que para eso es un blog del tema.
Las relaciones BDSM en cualquiera de sus posibles versiones
y variaciones (D/s, Sm, larga duración, encuentros ocasionales, pareja,
múltiples, abiertas, cerradas, acuerdos para bondage, o lo que sea) requieren
un importante ajuste entre sus miembros de las necesidades, deseos y
expectativas de cada uno de ellos, ya que el éxito de la relación está en que
ambas partes se complementen y todos encuentren lo que buscan y desean de forma
satisfactoria. Si no hay una comunicación fluida y exhaustiva, ¿cómo hacerlo?
El dar por entendidas las cosas, el presuponer que el otro
piensa lo mismo que yo sobre cómo va a discurrir nuestra relación, qué vamos a
hacer y qué no, bajo qué parámetros… puede llevarnos a descubrir, cuando ya es
tarde, que hay importantes incompatibilidades entre nosotros. Que nuestros
irrenunciables y nuestras limitaciones no cuadran, que no buscamos lo mismo.
Tal vez hablamos mucho de cosas que nos emocionaban o nos ponían a cien, pero
nos dejamos temas en el tintero que ahora suponen un importante obstáculo, y
ahora resulta que “es que esto no era lo que yo creía que iba a ser…”.
Entonces llega la frustración, los desengaños, la
desilusión, los reproches…
No vale aquí el “todo el mundo sabe que cuando se dice tal
cosa, quiere decirse…” ni cosas parecidas. No basta con decir “todo será muy
SSC”. Hay que hablar, hablar de todo lo que podáis imaginar, llamando al pan
pan y al vino vino. Y después de hacerlo, hay que pensar en más cosas que
puedas imaginar y hablarlas también.
La sutileza, la retórica y los adornos están muy bien para
algunos momentos, son también fórmulas de comunicación, más románticas o
poéticas y alimentan ciertos aspectos de muchas relaciones, pero para construir
y luego mantener una relación, no podemos fundamentarla en poesía. Hay que
COMUNICARSE mucho y bien. Y por desgracia el comunicarse de forma asertiva no
es una habilidad que generalmente las personas dominemos y ejerzamos de forma habitual.
.
En ocasiones, en una relación D/s, un mal entendido deber de
acatamiento de la parte sumisa respecto a los deseos y órdenes provenientes de
la parte dominante, genera una incomunicación que acaba siendo letal para la
relación. Tal vez menos frecuente, pero igual de peligrosa, es la suposición de
que la parte dominante es todopoderosa y no tiene dudas, ni nada que deba
comunicar y compartir con sus sometidas.
Por muy estricta y protocolaria que sea la relación que
hayáis elegido mantener, siempre debe haber una vía para la comunicación. Tiene
que haber espacios y momentos para que se puedan plantear con sinceridad las
necesidades de todos los implicados, para que los desajustes y problemas sean
conocidos por todos, puedan solucionarse de forma constructiva y sea posible
continuar avanzando. El “yo mando y tú obedeces”/”yo sólo estoy para obedecer
sin hablar”, no sirve de nada cuando uno de los miembros de la relación no es
feliz, por mucho que se haya acordado previamente un intercambio de poder más o
menos intenso.
Las personas sumisas SI tienen necesidades, deseos,
problemas,… y deben encontrar en la relación la satisfacción real de ellos o la
cosa no funcionarán.
Y la parte dominante, además de tener también necesidades
más allá de empuñar una fusta, NO es adivina. No es verdad eso tan bonito de
que con ver el palpitar de tu piel y mirar el profundo de tus ojos va a saber
qué necesitas en cada momento.
La comunicación no verbal es importantísima, pero no puede
sustituir la eficacia de cien conversaciones transparentes y sin tapujos.