Esclava de mis pensamientos lujuriosos, lluviosa de deseo desperté ansiosa y expectante al nuevo día...
Era un día soleado, caluroso. Decidida a salir a la calle sin sostén, me puse una blusa con escote pronunciado, al mirarme al espejo, mi blusa tomaba la forma de mis senos y al caminar, tambaleaban de lado a lado, libres. ¡¡¡Nooo!!!, demasiado para mi psiquis, no podría soportar la humillación.
Así que busque el sostén más voluptuoso para resaltar mi escote, me vestí con la blusa y un jean rojo ajustado a la cintura, sin bragas. El día era muy caluroso, desee tener falda en ese momento para sentir la frescura del aire ventilando mi vagina pero no me es posible estando en la ciudad.
Salí con la misma expectativa del día anterior. Al dar algunos pasos, el roce de las costuras del jean comenzaban a hacer lo suyo. Sólo a unas cuadras de mi casa, ya empezaba a mojar mi intimidad. Llegue al taller donde repararian mi bicicleta. Toque al timbre y me abrio aquel hombre de apariencia descuidada, barba blanca, pelo corto y de aproximadamente unos 60 años de edad. Me fijé en que mi escote no pasó desapercibido ya que fue lo primero que observó de mi, aquel hombre. Conversamos poco y me dijo que aún faltaba incorporar el porta caramañola, así que se agacho casi a la altura de mi pelvis y me pidió sostuviera la bici. Me puse algo nerviosa al intuir que podía oler mis jugos, mi humedad, mi excitación, mis feromonas... esas anhelantes de carne fresca, de ser poseída... pero sólo respondió, alzando su mirada y sonriendo...
Le agradecí con sonrisa tímida y me sugirio probar la bici antes de irme para comprobar que su trabajo estaba bien hecho. No había considerado subirme y no era mi plan hacerlo, pues ésta acción podría causarme mayor humedad. Sin embargo, lo hice.
Monte mi bici como si fuera una verga, rozando la silla con expresión de placer, y el culo abierto, expuesto (también ansioso de ser follado). Me perdí un segundo en éstos pensamientos y volví a la realidad. Comencé a pedalear y recorrer las calles, sentía las miradas en mi culo, que al no llevar bragas, se hundía la costura del jean en medio del ano.
Llegando a casa, estaba completamente húmeda, humillada en mis propios jugos. Fui al baño, baje mi jean mojado, lo oli un poco, oli mi placer, un olor suave, atrapante y orine. Seque mi humedad, respire y mire mi celular. Era un mensaje tuyo, un mensaje guía para contenerme y magnificar mi placer. Me indicabas que podía pellizcar mis pezones y labios mayores de la vulva para tranquilizar mis deseos de tocarme y contenerme hasta la noche, cuando estuviera sola, desnuda. Fueron excitantes tus palabras y al mismo tiempo, una tortura, cada día quería más de ti.
Terminé de sacarme la ropa y me duche con agua tibia para tranquilizar mi mente pervertida. El jabón resbalaba con suavidad en mi piel y al llegar mis dedos a mi vulva y entrada de mi vagina la sentí húmeda y caliente. No fue suficiente haberla secado o lavado, parece que cobraba vida propia y quería más. No logré secarla completamente. Así que me entregué a su terquedad y la deje así. Al abrir mis piernas, noté que salían pequeñas burbujas en la entrada de mi vagina y hacian ruido, me hablaba. Pero recordé que debía contenerme, que debía aprender a aceptar ser el objeto de placer de su dueño. Respire. Suspire.
Me vestí entonces con un pantalón suelto para evitar rozar mi vagina y tranquilizarme un poco y como lo indicaste, me quedé sin sostén en casa para acostumbrarme a la sensación. Quizá de esa forma, mis pensamientos lujuriosos me dejarían en paz, al menos un rato. Pero no fue así. El pantalón suelto hizo que más aire entrara a mi vagina y que al abrir las piernas deseara ser chorreada de semen e intercambiar fluidos. Pero recordé, que debía contenerme lo más que pudiera pues entre más me contuviera, más puta, más zorra, más deseosa. Así que fui al baño, me seque, pellizque mis pezones y mis labios mayores para tranquilizarme. Subí mi pantalón. Respire.
Pero a los pocos minutos, de nuevo estaba húmeda y ya no podía aguantar hasta la hora de dormir o estar desnuda. De modo que me recoste boca abajo, deslice mi mano hacía mi vagina, húmeda, caliente y palpitante... leí tus palabras... "Despertar en la mañana, sentirse sucia , pero completa , sentir el cansancio de sus piernas , el temblor de ellas , como si el placer al cual fue sometida fue inmenso . Saber esta para complacer , su único objetivo es complacer . Salir con una falda , en la noche , una mano en los cachetes de su cola , una falda corta pero suelta , si el viento es memorable se puede ver parte de su sexo , su clítoris al presente , y solo seguir caminando , obligada a dar mamadas a su dueño en el parque , sabiendo otros estan pasando cerca pero no distinguen la forma de lo que sucede , ser tomada y usar sus agujeros luego , exibir su singular humedad , levantarse y seguir caminando , sentir como cae el chorro de semen por entre sus piernas al dar cada paso" e ida en el éxtasis... Me corrí en un orgasmo profundo e intenso....
Quisiera poder usar bragas de vez en cuando para no sentirme tan húmeda y puta todo el tiempo....
El Muro