Cómo lobos en celo, se fueron abriendo paso entre la oscura selva, salivando, mostrando los salvajes colmillos, sacando sus garras, impregnadolas en la húmeda tierra. Su mirada intensa, roja, penetrante, corriendo sin mirar atrás, seguros de atacar a su presa, seguros de enfrentar una guerra a MUERTE!!!. Sólo habían dos opciones: perder o ganar. No había otra opción. Una competencia exclusiva a fuego, a sangre. Con toda la furia y cada paso marcaban su poder, su fuerza interior, con cada paso demostraban su grandeza, con cada mirada reflejaban su pasión. Combatientes dignos. Todos combatientes talentosos. Lobos hambrientos. Lobos celosos.
Llega el momento...
Se juntan en mitad del bosque entre el sonido de las hojas de los árboles y la lluvia que se aproxima tormentosa....
Se miran a los ojos, sudorosos por la corrida. Cada uno desafíante, imponente, musculoso. Sacan sus colmillos. Uno de ellos, él mayor de todos, tiene poderes psíquicos, puede leer la mente de los otros y anticiparse a sus movimientos lo que le da una ventaja en el combate. Otro, es ingenuo, confía en sus rivales, prefiere el diálogo, antes que el conflicto, es el más débil y sabe que tiene la batalla perdida, por lo que recurre a la sensatez, sin untarse las patas de greda. Otro de ellos utiliza sus visiones. Puede recurrir a evocar los sueños de sus rivales y transformarles en lo que desee quiere, vean, o transformar su cuerpo físico sí así lo desea. Otro, es el protector innato: la mezcla perfecta entre dulzura y dominio. Con el poder de usar, desde la ternura más profunda, limpia y transparente enamorando a cualquiera hasta la fuerza de un lobo hambriento salvaje capaz de matar al que sea por obtener su presa, arrancandoles el corazón de un sólo mordisco de ser necesario.
Poderosos, imgeniosos, todos tenían poderes psíquicos y todos deseaban lo mismo....
Se miraban astutos, suspicaces, anteponiéndose al primer paso. El mayor de todos creía estar 1000 pasos por encima, les ganaba en experiencia y con sus poderes psíquicos podía intuir cualquier acción qué atentara contra su integridad. El lobo más delgado, pensaba que podía ganar, ideando una conversación tibia entre todos, y así no tendría que enfrentarse a ninguno. El lobo orironauta pensaba que podía ganar al despertar las pesadillas inconscientes de aquellos lobos hambrientos y acomodarlas a su conveniencia para transformar las historias de las pesadillas y así generar un caos interno en cada uno del cuál les fuese difícil escapar. Un torbellino de pesadillas sería suficiente. Y, finalmente, el lobo más equilibrado. El lobo dulce y salvaje pensaba que podía ganar sí demostraba la sabiduría del equilibrio entre ambas características de igual intensidad pero con la misma serenidad y confianza.
Inquietos, pensaban en el objetivo, se aferraban en poseer a la presa, encadenarla, devorarla. Todos la amaban, la habían buscado hace mucho y ninguno estaba dispuesto a perder la guerra....
Se preparan, todos están dispuestos a morir si es necesario, todos están dispuestos a entregar su alma ahí en esa selva oscura y húmeda corriendo el riesgo de ser devorados por la hienas...
Sacan sus garras, se empinan en dos patas, muestran su pecho. Todos se observan. Ninguno quiere iniciar la guerra. Ninguno toma la iniciativa...
El lobo mayor lanza un rugido estrepitoso, resuena a 100 kilómetros, demostrando su experiencia, muestra sus colmillos, intenta robarse a la presa... Pero... el lobo equilibrado, se avalanza delante de ella, rugiendole aún más fuerte, protegiéndola, e impidiendo el paso de aquel lobo que ha tomado las riendas. Los otros dos, quedan observando. El lobo mayor usa sus poderes psíquicos, e intenta atraer a la presa, con promesas de libertad, cuidados y sexo. Pero el lobo equilibrado se interpone en medio y le hace ver la ilusión de la realidad. Con una mordida en el cuello hace reaccionar a su presa, para que no caiga en la fantasía de la ilusión de poder, en la telepatía. Le muestra que es una fantasía. Que no es realidad, lo que le muestra el lobo mayor. Mientras se encuentra nublada y confundida, el lobo menor aprovecha la situación para convencerle de que con él no será una presa pero mientras lo hace....
En una acción inesperada el lobo onironauta, decide atacar introduciéndose en los fantasmas de sus rivales, cuando...
Llega una manada de hienas flacas y pálidas acompañadas de una manada de aves carroñeras, ríen por el festín que están por darse....
Es justo en ese momento que el lobo onironauta tiene un sueño lúcido
Y
Con un leve rugido pronuncia ...
- La guerra no conducira a nada con la presa muerta!!! - les dice.
- el verdadero peligro a llegado - les afirma angustiado.
- las hienas y las aves carroñeras no vienen a protegerla, vienen a acabar con ella!!! - insiste.
- Déjenla!!! Les dice fuerte
Es tiempo de enfrentar al verdadero rival. Hay que unirse!!! -
Los cuatro eran tan poderosos juntos que ni porque 5 millones de aves carroñeras e hienas juntas al unisono los atacaran, podrían destruirlos, jamás.
.... Continuará............
El Muro