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Blogs del usuario

LightYagami MODERADOR

Cuando leemos 50 sombras de Grey, no pensamos en discapacitados; pero también los hay

Raúl Gay 16/01/2014 - 19:56h


María Sejmet de Ra

 


María tiene 51 años y es discapacitada. A los 16 años le detectaron artritis reumatoide y tiene afectadas todas las articulaciones del cuerpo, desde las manos a la mandíbula. Eso no le impide llevar una vida normal y azotar con fuerza a sus sumisos.


Practica BDSM


 y se define como dominante y sádica. Vive su sexualidad de una forma diferente a la mayoría de la población. Le excita humillar, someter y causar dolor a sus sumisos. También ellos disfrutan al ser humillados, sometidos y se excitan con el dolor.

Llego a ella a través de su blog


. Quería escribir sobre discapacitados que hacen cosas fuera de la norma y me acordé del best-seller de la temporada, 50 sombras de Grey. Pensé: ¿habrá algún retrón o retrona al que guste este tipo de vida?

María me explica que BDSM es un acrónimo que engloba una serie de prácticas sexuales alternativas. Viene de Bondage


; Disciplina; Dominación y Sumisión; y Sadismo y Masoquismo. Quienes lo practican se meten en un rol determinado con el que se identifican. Como el sexo es cosa de 2 (como mínimo), necesitan una persona que les complemente. En el caso de María, que es sádica, necesita hombres (y a veces también mujeres) masoquistas. Siempre, me insiste, son relaciones seguras, sensatas y consensuadas. Todo está pactado de antemano y hay una palabra de seguridad en caso de que una de las partes quiera detener la sesión (el tiempo dedicado a realizar una serie de actividades BDSM específicas).




Sejmet y 2 sumisos


Si en la España de 2014 el BDSM es un tabú, una retrona practicando BDSM es un tabú al cuadrado. María utiliza muletas para caminar desde hace más de 20 años. Su Harley, las llama. Dentro de sus posibilidades hace lo que puede... y se atreve a un poco más.


Comenzó en el mundillo hace una década, después de estar 20 años con un hombre que no la satisfacía sexualmente. “Yo llegué a pensar que era lesbiana o frígida,” me dice a través de Skype. Un día conoció a un hombre a través de un chat, un periodista llamado José que le hizo descubrir su verdadera sexualidad. María no es dómina profesional, no cobra.. Tampoco ejerce como tal 24 horas al día, sólo cuando sesiona, cuando tiene encuentros de BDSM con sus sumisos. Entonces se convierte en Ama Sejmet


. Eligió este nombre en recuerdo a la diosa egipcia.

Como en otros ámbitos de la vida, la discapacidad a veces supone un freno a la hora de ejercer el BDSM... debido a la percepción del otro. Ahora Sejmet está reconocida como Dómina pero en el pasado le han dicho que no servía o que iban a utilizar sus muletas como consoladores hasta dañarla (por decirlo de forma suave). También hubo un militar con el que chateó durante un tiempo pero a la hora de dar el paso y conocerse cara a cara, se negó; argumentó que le había engañado al no hablarle de su discapacidad. Dos años después se encontraron y el militar reconoció que la discapacidad era una excusa: en realidad, tenía miedo.


Dice Sejmet que los insultos ya no le afectan; para evitar encontronazos y sorpresas ha escrito un aviso en su perfil de una red social especializada:


"Antes que nada decir que soy discapacitada, sí como lees.
 Si esto te horroriza, por el bien de los dos (sobre todo el mío) no hace falta que sigas leyendo. 
El poder de la dominación se ejerce con la mente, no con la fuerza bruta."




Sejmet y su máscara


Pero la discapacidad no es un obstáculo a la hora de sesionar. Si necesita ayuda, el sumiso se la da porque “un sumiso está para atender en todo momento a una dómina. Si se me cae un látigo, el sumiso debe recogerlo”. Cuando acude a locales liberales siempre hay alguien cerca para echarle una mano. “No me he cortado nunca en pedir ayuda. No voy de pobrecica... No lo soporto. Pero si la ayuda la necesito de verdad no dudo en pedirla”.


Termina la entrevista con una declaración de intenciones: “ Es necesario conocer a los discapacitados, tanto a los vainilla (los que practican el sexo de la forma habitual) como a los bedesemeros. A mí me han llegado a decir que soy un monstruo, que estoy tarada y debería ir a un profesional. La verdadera discapacidad es mental”.


Sejmet no es la única retrona


 que practica el BDSM. Conoce a una sumisa sordomuda, a un dominante que utiliza silla de ruedas, a un sumiso ciego... Me pone en contacto con Douce_sumisa, una universitaria de 21 años que va en silla de ruedas. Por privacidad, no quiere dar su verdadero nombre. Su Amo tampoco le permite mostrar ninguna imagen suya, aunque no le se reconozca.

También por Skype, Douce_sumisa me cuenta que sufre una enfermedad genética que afecta al sistema nervioso. No camina desde la adolescencia y tiene poca fuerza en las manos. Hace algo más de un año, descubrió el BDSM a través de novelas eróticas y quiso saber más. Ella asegura que tiene mucho carácter y en su vida cotidiana no es nada sumisa.


Conoció a su actual Amo a través de su cuenta ordinaria de Twitter. Fue instantáneo: “Sus tuits eran muy interesantes, y sensatos. En esto la sensatez es primordial. Era misterioso. Yo me considero una mujer muy inteligente y valoro eso en un hombre, mucho, y sus respuestas lo eran”. Comenzaron a hablar a todas horas. Douce_sumisa no consideró necesario plantear de entrada su discapacidad: “Como no me impide estar integrada, no voy diciéndolo por ahí. No lo dije por eso, no porque tuviera miedo”. Al tiempo, antes de quedar cara a cara, se lo anunció. Reaccionó bien. “Lo que me gusta de Él también es que no tiene eso en cuenta para nada”.


Douce_sumisa no puede caminar pero tiene movilidad. Realizan las sesiones en la cama, el sofá, el suelo. Doy vueltas a la relación entre sus sexualidad y su discapacidad y finalmente pregunto: “¿Tu discapacidad influye en algo en tu relación con tu Amo?”. La respuesta llega rápido: “No”.

amadeuss

Hoy aprovechando que es Miércoles y toca vídeo, voy a escribir sobre vídeos, o mas bien sobre lo que no sale en ningún vídeo. La información audiovisual tiene una ventaja sobre el resto de información, entra por los ojos y por los oídos, es clara, evidente, lo estas viendo y oyendo y en este aspecto los vídeos de spanking, el porno en general, es lo que es, muestra lo que muestra.

Es por decirlo de alguna modo, contundente, a veces impactante, otras que no siempre excitante y sobre todo, no es necesario pensar, solo ver y oír. Pero tiene un fallo, su propia contundencia, hace que sea una información sesgada, una verdad a medias, si os fijáis la mayoría de los videos, son excitantes cierto, pero lo son sobre todo porque mucho de nosotros conocemos, los pormenores de este juego, por experiencia propia o por haberlo hablado y leído, a alguien ajeno es muy difícil que llegue a entender algo y puede ver algo mas allá de la típica escena y si le pidiéramos un resumen de lo que ha visto razonable, o bien nos diría que de razonable nada o bien nos diría, que ha visto un vídeo de una practica sexual, entre un/a sadic@ (se excita produciendo dolor) y un/a masoquista (se excita sintiendo dolor), difícilmente a través de un vídeo se pueda ver  mas allá de esto, si no conoces el juego.

Y es que la inmensa mayoría, recurren a plasmar un juego de rol, es la salida fácil, sin comerse mucho la cabeza y ademas en caso de intentar mostrar alguna cosa mas, que un momento muy determinado de este juego, se necesitaría de un presupuesto mucho mas elevado, de actores y directores de calidad y aun asi, dudo mucho que se pudiera transmitir esa otra realidad, mas allá de ese momento. A Dagmar Rasmussen una danesa, conocida en los ambientes del d/s mundial se le atribuye una frase: ” Amo mas la siutacion antes del castigo, que todo lo que pasara después, pero claramente menos, que los minutos entre una y otra situación”. Es una frase corta, pero claro, de algo difícil de mostrar, pero que estoy seguro que much@s de nosotros entendemos y sobre hemos sentido y la verdad veo imposible, mostrar lo que expresa esta frase con un vídeo, es algo que solo se puede sentir, en carne propia, sin mas.

amadeuss

Hoy cuando pensaba hace un rato en que escribir, me ha venido el recuerdo de una conversación reciente, con una spankee, que me confesaba, que en muchas ocasiones se le planteaba el dilema de que hacer, con respecto al juego, por una parte me decía que muchas veces esta tentada a desobedecer al spanker, a provocar el desarrollo del juego y a la vez también siente la necesidad de obedecer y contentar al spanker.

Este mismo dilema, muchas veces lo he tenido yo como spanker, por una parte, muchas veces pienso y deseo que la spankee incumpla, que me provoque, incluso deliberadamente, que no es lo mismo el pecado por acción, que por omisión y por otra parte, también me hace sentir bien sentir bien, que me obedezca, percibir como mejora aquello en lo que hemos decidido intervenir, como avanza esa “educación”. Ciertamente es contradictorio, por una parte necesitas de esa parte, traviesa y rebelde, que es indispensable para jugar, pero por otra es gratificante que se cumplan esas normas consensuadas. Pero como en todo en la vida, la clave esta en el equilibrio, tener ambas partes sin renunciar a ninguna, usar la imaginación, improvisar, inventar y progresar, para no dejar morir el juego, para así poder seguir sintiendo siempre esas dos partes, tan diferentes pero necesarias ambas, este es un juego lleno de contradicciones, de pequeños dilemas eternos y de una también eterna búsqueda de ese equilibrio, que nos permita seguir sintiendo esas mariposas, sea cual sea el camino.

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Fantasías de Violación Consensual

La violación es un crimen terrible que no tiene nada que ver con el sexo y sí todo que ver con alguien que usa el sexo como un medio de alcanzar poder personal mediante la subyugación de otra persona. Es un juego de poder de alguien que probablemente siente que no tiene ningún poder personal, así que usa la violación como un medio de sentirse poderoso. Es un acto horrible, devastador para la víctima, sea varón o mujer. Curiosamente, la violación sigue siendo una fantasía común entre las mujeres. No estoy diciendo que las mujeres que piensan o fantasean sobre la violación deseen de verdad experimentar una violación real. En general estas mujeres prefieren ser dominadas, sentirse desvalidas, y de alguna manera este escenario les libera de toda responsabilidad por disfrutar de los actos sexuales a que son “obligadas”. Pero lo desean de un modo seguro. Con alguien que saben que no les hará daño de verdad.

 

Estas fantasías tienen un papel en el BDSM. Muchos lo consideran uno de los aspectos más oscuros del BDSM. Mucha gente representa estas fantasías de violación consensuada con sus compañeros, y yo me he visto envuelta en discusiones sobre ellas. Un grupo de gente con el que lo he discutido prefirió llamar a estas fantasías “raptos”, porque la palabra “violación” tiene una bien merecida reputación de violencia.

 

Para algunas personas la representación de una fantasía de violación es una manera de recuperar el propio poder que perdieron a causa de una violación o abuso en el pasado (no es un tratamiento que yo recomendaría, pero sí puedo entenderlo). Para otros el desvalimiento y el “predominio” del varón sobre la mujer en tales escenas es la fuente principal de excitación, mientras que saben siempre que en realidad están a salvo de cualquier daño real. Puede ser una escena muy liberadora. También es algo muy delicado, y nada que deba hacerse sin una cuidadosa planificación y mucha discusión previa. Es un “juego de rol”, como los de profesor / alumna, papi / hija, o jefe / empleada; pero una escena de violación tiene características específicas propias. Por ejemplo, para que parezca real las personas que intervienen deben interpretar sus papeles correctamente, mientras que a la vez vigilan atentamente en busca de signos de que la escena va mal. Para la “víctima”, es fácil que se desencadene un ataque de pánico al emerger algún antiguo abuso reprimido. Si hay episodios de abuso en el pasado de la persona sumisa, es extremadamente importante que se discutan en profundidad antes de intentar siquiera una escena semejante. Intente encontrar cualquier posible “disparador” y evítelos en la escena.

 

Una fantasía de violación bien hecha puede ser una escena muy intensa para todos los participantes. Incluye efectos psicológicos además de físicos; los participantes deben ser conscientes de estos efectos. Es una buena idea que ambos investiguen algo los efectos psicológicos de la violación; esto puede hacer más fácil al dominante la detección de cualquier posible disparador, o el darse cuenta de que la escena va mal antes de llegar al punto de producir daño real. Recuerden, estas escenas son peligrosas psicológica y emocionalmente, además de físicamente. Creo que nunca deben hacerse sin palabra de seguridad. Es demasiado fácil que se pierda el control y la persona sumisa debe tener una manera de detenerla si surge la necesidad. Si se está discutiendo una escena de violación y el dominante no ofrece una palabra de seguridad, en mi opinión la sumisa debería pedirla. Si no se le da, no debería consentir en la escena. Recuérdese que todas las escenas (excepto el castigo) se hacen por mutuo placer, y para alcanzar el placer los participantes deben sentirse seguros y tan relajados como sea posible. La palabra de seguridad ayuda a conseguir ambas cosas.

 

Una escena de violación requiere cuidadosa planificación y desarrollo. Creo que no debería hacerse pronto en una relación, porque sencillamente los participantes no se conocen tan bien cuando la relación es aún incipiente. Los cuidados después de la escena son muy importantes. La persona sumisa puede haber entrado en un auténtico estado mental de “víctima” (dominado por el miedo) y tener problemas para reajustarse cuando la escena ha terminado. Es imperativo que la persona dominante haga sentir a la sumisa que está segura, que le quiere y le cuida. Cosas como abrazos, masajes, algunos mimitos u otras acciones calmantes pueden ayudar a la transición del juego de la violación al funcionamiento normal. Después de la escena es también imperativo que los participantes discutan la escena; qué ha ocurrido, qué ha ido mal, qué les ha gustado, qué no les ha gustado y todo lo que salga. Lo más probable es que estas conversaciones se repitan.

 

Así como la principal diferencia entre violencia doméstica y BDSM es la elección informada de consentir en las actividades, lo mismo se aplica aquí. Un opción informada de consentir en la realización de estas fantasías es lo que evita que sean una violación real. Una víctima de violación no ha tenido elección. Una persona sumisa que participa en una fantasía de violación ha elegido hacerlo.

Author:Raven Shadowborne © 1998

 

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¿Qué es un collar?, ¿Cuál es su sentido? Me he hecho estas preguntas a menudo; intentaré responderlas aquí.

 

Los collares pueden tener multitud de formas: cualquier banda que se ajuste al cuello es un collar. Los collares clásicos están hechos de cuero o metal, y tienen anillo(s) que penden de ellos. También hay collares hechos específicamente para ser exhibidos: estos poseen normalmente un diseño más elaborado y no están pensados para ser usados en una sesión real (aunque algunos puedan serlo.

 

Como quiera que llevar un collar clásico sería excesivamente engorroso en la vida cotidiana, algunas / os sumisas/os llevan colgantes de distintos tipos: un collar de perlas, una banda, una gargantilla, o cualquier cadena que se ajuste al cuello. También haysumisas/os que llevan una cadena en el tobillo como collar simbólico, y también algún tatuaje. Como se puede ver, la elección es muy variada, limitada solo por vuestra imaginación y lo que tú y tu dominante consideréis apropiado.

 

Personalmente, considero el collar como un honor tanto para el/la sumiso/a como para su dominante. Es un honor para el/la sumiso/a que su dominante le permita llevar su collar, y para el/la dominante, que el/la sumiso/a acepte llevarlo. El collar es propiedad del dominante que lo coloca y si, por alguna razón, es retirado, debería ser devuelto al/la dominante, aunque esto no deja de ser una cuestión de elección personal.

 

Las razones por la que se lleva puesto un collar son muy diversas: para mostrar tu condición de sumiso/a, para demostrar que eres poseida/o, para recordarle al sumiso/a su estatus, y para mostrar de forma visible el compromiso entre el/la dominante y el/la sumiso/a. Llevar tu collar puesto, no importa que forma tenga, debe tomarse con seriedad y orgullo. Mientras lleves el collar de tu dominante, tu conducta dirá tanto de el/ella como de ti mismo/a. El collar de alguna manera dice quien es tu dominante, y puede ser algo tan simple como su primera inicial o su símbolo personal.

 

Un/a sumiso/a con collar es normalmente intocable a menos que su dominante de permiso expreso. He presenciado reuniones de dominantes en las que el sumiso/a del grupo podía ser castigado por cualquiera de los dominantes, si su dominante no estaba presente cuando el/la sumiso/a cometió la infracción. Supongo que debe haber también grupos en los que el sumiso/a puede ser usado/a sexualmente por cualquier dominante, aunque personalmente no he conocido ningún grupo así. La mayoría de las relaciones con las que me he encontrado son relaciones de pareja entre un/a dominante y su sumisa/o, en las que el/la sumiso/a con collar es intocable por los demás sin el consentimiento del/la dominante.

 

La mayoría de las parejas establecen un contrato entre las partes en el que se detallan las responsabilidades de cada una, antes proceder a colocar el collar. Estos contratos pueden ser tan extensos o tan breves como la pareja lo desee. El desarrollo del acto en sí de la colocación del collar es una elección personal. Puede ser una ceremonia pomposa y solemne, similar a una boda con invitados y demás, o solo estar presentes los miembros de la pareja a solas, diciéndose las palabras que para ellos son significativas de su compromiso. La ceremonia es un acto personal que debe reflejar el vínculo que el collar simboliza.

 

Con la llegada de Internet, mucha gente esta entrando en contacto con este estilo de vida a través de este medio. Desgraciadamente, mucha de la información disponible en la red no es exactamente muy precisa. Para algunos el collar no es mas que una joya, sin mayor significado o importancia, y fácilmente retirable. Pero para la mayoría de nosotros el collar es un símbolo importante en nuestro estilo de vida. Algunas personas comparan el collar con un anillo de bodas, como símbolo del compromiso que los miembros de la pareja tienen el uno con el otro. Aceptar un collar no debería por tanto hacerse sin pensarlo, a la ligera. Antes de colocar el collar las partes debe discutirse ampliamente cómo entienden cada una de ellas la relación. Estas discusiones (normalmente denominadas “negociaciones”) deben incluir lo que el collar significa para cada una de las partes, qué faltas podrían dar lugar a que el collar fuese retirado, y cómo se va a llevar a cabo la ceremonia de aceptación del collar. Algunas personas opinan que el/la dominante debe ser siempre quien ofrezca su collar, para otras en cambio el/la sumiso/a puede suplicar que le sea concedido el honor de llevarlo. A lo largo de las discusiones / negociaciones con un posible dominante/sumiso/a, deberá también quedar claro cual será la mejor manera de abordar el tema de la colocación del collar. Por ejemplo, para aquellos que prefieren una entrega del control más completa, como en las relaciones Amo/a/esclava/o, el esclavo/a suplicará poder llevar el collar. De nuevo, y como en tantos otros casos, se trata de una cuestión personal que debe ajustarse siempre a lo que más convenga a vuestra relación.

Author:Raven Shadowborne ©

 

amadeuss

Hablar de BDSM, es hablar de una infinidad de prácticas para realizar en la alcoba, es hablar de un universo tan amplio y diverso que a veces es muy fácil perderse cuando iniciamos. Ya sea que iniciemos por que traemos estos gustos desde pequeños o lo adquiriéramos de mayores, lo más importante al iniciar es aprender y no olvidar el sentido común.

Cuando te inicias en el BDSM la mayoría de las veces nos sentimos raros, pensamos que podemos estar enfermos o que estamos locos. Porque ¿a quién en su “sano juicio” le gustaría que le peguen o, “peor aun”, pegarle a alguien? Todo esto sumado a lo que nos enseña la tv nos confunde y es cuando nos enfrentamos a una etapa de soledad al creernos los únicos bichos raros.

Si tienes la suerte de encontrar información y platicar con gente que ya practica, nos comenzamos a dar cuenta que no estamos solos, que hay muchas personas con gustos parecidos a los nuestros. Entendemos que tener gustos por el BDSM no nos hace enfermos, porque de hecho la práctica del BDSM NO está catalogada como un trastorno psiquiátrico, entonces llega la aceptación de nuestros gustos.

Una vez que nos aceptamos comenzamos con la búsqueda, tanto de una contraparte para “jugar”, como de información para realizar las prácticas correctamente. Es aquí en donde hay que tener mucho cuidado y ser prudentes. Lo primero que hay que aprender es que las prácticas BDSM tienen que ser sensatas, seguras y consensuadas y que es responsabilidad de cada uno cuidarse en todos los sentidos, esto independiente al rol con el que te identifiques.

Hay que aprender también que las prácticas BDSM tienen sus reglas y las reglas en este caso no siempre están para romperse, porque si las rompes literalmente se te puede ir la vida en ello. Si bien es cierto que todas las practicas BDSM conllevan un riesgo asumido, también es verdad que esos riesgos pueden minimizarse si se hace de forma adecuada, por eso es tan importante nutrirse con lecturas y es altamente recomendado asistir a talleres para aprender

Hay que entender que el BDSM no son solo golpes, detrás de todas las relaciones BDSM hay comunicación, confianza, cariño y en muchas ocasiones amor.

Si comienzas la búsqueda de una pareja ocasional o fija, vete despacio. Conoce a la persona antes de sesionar con ella. Platiquen, pregúntense qué quieren, qué buscan, qué pueden ofrecer. Sé sincero: si la persona que estas conociendo quiere una relación de pareja y tu no, es importante decirlo.

Una vez que conozcan qué quieren y que están dispuestos a ofrecer, hay que sentarse y hacer acuerdos reales, olvídense de la fantasía. Y por favor no olvides poner límites. Los límites ayudan a tener una sesión más segura.

Por último: Profundiza, No te quedes con lo primero que leas, pregunta aprende, comprende y disfruta todo el proceso; como en cualquier práctica sexual el objetivo del BDSM siempre debería de ser la búsqueda del placer.

Y algo sumamente importante que no debes de olvidar cuando inicias en el BDSM: es que todo lo que hagas te debe de provocar además de placer, bienestar.

Nunca hagas algo que realmente no deseas ni siquiera por complacer. Se trata de pasarla bien y que te sientas feliz contigo mismo.


(Editado - Adrenaline)

amadeuss

¿Bondage o Shibari o Kinbaku?

Cuerdas y más cuerdas: Recorriendo el vasto mundo del Bondage como concepto universal de ataduras eróticas, he pasado por el shibari-kinbaku, platicado con puristas del kinbaku y con liberales occidentales del Bondage.

Es un mundo tan simple o tan abstracto como se le desea ver y no todos se consideran practicantes de BDSM; muchos de ellos se autodenominan RiggerBondagerBondageeTopBottomNawashi y Dorei, entre otros.

¿Pero cuál es la diferencia entre Bondage y Kinbaku (omito la palabra Shibari, ya que ésta sólo significa ataduras en japonés y no hace referencia a la atadura erótica o de sometimiento y/o predicamento)?

Podría decirse que inicialmente se trata de cultura, ya que el Kinbaku implica una conexión de dos almas mediante una cuerda. ¿Pero no hay conexión en occidente? Por supuesto que la hay. ¿Pero en occidente el Bondage también se usa para sexo, en oriente no? Claro que sí. Las atmósferas y concepciones de la sexualidad, erotismo y tortura erótica son muy diferentes y, aunque en todo el mundo se puedan recrear las mismas ataduras, podría decirse que en el “Bondage oriental” se perfecciona más la técnica, aunque no implica que sea mejor o peor.

Los puristas del Kinbaku hacen mención que sólo siendo discípulo de un Nawashi y viviendo años en Japón podrás aprender Kinbaku.

Actualmente los occidentales atan como orientales y los orientales como occidentales, incluso muchos Nawashis japoneses dicen que hacen Bondage, lo cual crea aún más confusión.

Si bien la cultura japonesa ha podido mantener sus tradiciones e historia, otros países por diferentes guerras y conquistas no. Esto no demerita que otras culturas, como la azteca, maya, inca, indios americanos, egipcios y otras culturas más, hayan tenido su tradición de sometimiento con el uso de las cuerdas tal y como se realizaba en el antiguo Japón con los samuráis.

¿Entonces cómo se llama lo que hacemos con las cuerdas? Llámalo Bondage, Shibari o Kinbaku; el fin es el mismo.

En la actualidad todo se ha globalizado y muchos Nawashis hacen ataduras muy estéticas buscando algo más que las típicas escenas del Bondage oriental, así como muchos Riggers buscan realizar ataduras orientales.

Platicando con un gran amigo amante de las cuerdas (Wan Madrid), me comentaba que en el mundo el arte de las ataduras había evolucionado mucho y se podría decir que las nuevas corrientes son el Bondage erótico y el Bondage de predicamento (sin omitir que en ambos se busca la estética simétrica o asimétrica). Con lo anterior podría llegar a decirse con afán de unificar conceptos y hacer a un lado “la escuela oriental” y “la escuela occidental”, que uno define si su práctica es erótica o de predicamento con todas sus variantes posibles.
amadeuss

Un gran tabú dentro del BDSM es el referente a la cuestión de los tributos y la Dominación financiera. Para muchos el que la persona Dominante controle o reciba el dinero de un sumiso es prostitución, sin embargo es una realidad que a muchos sumisos les excita que su Dominante controle sus finanzas y, mientras todo sea consensuado y sensato, esta práctica puede acoplarse a cualquier relación independientemente si se trata de una relación Ama-sumiso o Amo-sumisa.

 

Me parece importante hacer algunas distinciones entre el tributo como un regalo para quien domina- que sirve como un medio para agradar al Dominante y rendirte adoración y que al realizar el pago o dar el regalo no provoca una excitación sexual-, el tributo como pago de un servicio– en este caso a las Dominas profesionales, que no lleva otro objetivo que pagar el tiempo, conocimientos y servicios ofrecidos por ellas- y el tributo como parte de la Dominación Financiera que puede estar incluido en una dinámica mucho más compleja que un simple pago.

 

La Dominación financiera tiene como principal base la excitación del sumiso al ser controlado o “abusado” económicamente por el/la Dominante.

 

En la Dominación financiera en mayor o menor grado pueden presentarse los siguientes comportamientos:

 

La persona sumisa informa al Dominante cuáles son sus ingresos y gastos, puede incluir la entrega de estados de cuenta, recibos de nómina, etc.

El Dominante lleva el control de los gastos y decide en qué puede o no gastar el sumiso

El sumiso entrega el control de las cuentas financieras al Dominante, dejando a su consideración en qué gastar el efectivo y cuánto dinero le corresponda para sobrevivir

El sumiso da una extensión de su tarjeta de crédito a su Dominante para que pueda hacer uso libremente de ella

La Dominante exige regalos o una pensión-tributo regular al sumiso y éste lo da porque le excita

El sumiso pone a nombre del Dominante cualquier propiedad o inmueble

En todos los casos anteriores el sumiso se excita con sus propios comportamientos y con los del Dominante.

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Palabras de Seguridad

 

A continuación se detallan algunas de las preguntas más frecuentes que me han hecho sobre el uso de palabras de seguridad. Vaya por delante que no todo el mundo usa palabras de seguridad. Como en muchos otros aspectos del BDSM, es una cuestión de elección personal. En cualquier caso, el tema de las palabras de seguridad debe discutirse ANTES de la primera sesión. Además, conviene tener en cuenta que la mejor palabra de seguridad es siempre el instinto: si algo te dice o te hace pensar que hay gato encerrado, no sigas adelante, con o sin sin palabra de seguridad. Las palabras de seguridad también cambian con el paso del tiempo, a medida que se consolida la relación. Deben discutirse con cierta frecuencia y, en su caso, revisarse para adecuarse a las nuevas necesidades de la pareja.


 

P: ¿Qué es una palabra de seguridad?

 

R: Es una palabra o serie de palabras decididas entre el/la dominante y el/la sumiso/a para ser utilizadas, en caso de necesidad durante una sesión, por cualquiera de las partes para finalizarla. La fórmula que más he visto es: rojo (parar), amarillo (frena, precaución), verde (adelante). Tan simple como un semáforo.

 

P: ¿Cómo escojo las palabras de seguridad?

 

R: La palabra que escojas debería indicar claramente al/la dominante que algo no va bien en la sesión. Por ello, probablemente, la palabra “NO” no sea una buena elección. Llevadas por la excitación del momento, algunas personas puede decir que no cuando en relidad quieren decir que si. La elección de la palabra es una cuestión a tratar siempre entre las dos partes de la relación. Basta con asegurarse de que sea una palabra fácil de recordar y que no sea de uso corriente durante las sesiones, para que funcione.

 

P: ¿Qué pasa si estoy amordazado/a y no puedo hablar?

 

R: En esos casos es buena idea tener también establecida lo que se llama una "acción de seguridad". Si el sumiso/a va a estar amordazado/a, debe definirse un gesto o una acción que pueda usarse como señal para parar la sesión. Las acciones más corrientes que conozco consisten en que el/la sumiso/a tenga algún objeto en la mano para que lo deje caer si desea parar; unas llaves, una campanilla, una pelota o cualquier otra cosa que haga ruido y que atraiga la atención del/la dominante.

 

P: ¿Cúal es el mejor momento para fijar las palabras de seguridad?

 

R: Preferiblemente antes de que se produzca la primera sesión, durante el proceso de negociación que debe darse entre las partes que desean entablar unarelación de D/s.

 

P: ¿Es cierto que una palabra de seguridad supone una limitación o pérdida del control por parte del/la dominante?

 

R: Si y no, depende del punto de vista. En mi opinión, el/la dominante es quien posee el control de la sesión, quien decide lo que sucede en ella y la dirección que va tomando la sesión. Una palabra de seguridad es simplemente una forma de expresar que se ha alcanzado un límíte o que algo va francamente mal. Muchas de las actividades y prácticas que se llevan a cabo en una relación de D/s conllevan una serie de riesgos y nadie es perfecto, de manera que la posibilidad de que se inflinja daño físico es real. Las palabras de seguridad son una buena manera de prevenir ese riesgo. (En la valoración de una relación como "segura y mutuamente consentida", la existencia de palabras de seguridad es uno de los elementos importantes).

 

P: ¿Qué ocurre si dejo de utilizar palabras de seguridad en mi relación?

 

R: Normalmente, en una relación de D/s duradera, el uso de palabras de seguridad suele desaparecer poco a poco con el tiempo, porque la persona dominante conoce tan bien a la otra persona, que sabe cúales son sus límites y qué ritmo debe imprimir a las sesiones para no ir demasiado deprisa. Igualmente, una multitud de pequeños detalles permiten saber lo que pasa en todo momento entre ambos, haciendo que se sientan tan cómodos que ya no sea necesario utilizar la palabra de seguridad. Si es éste tu caso, ¡enhorabuena! Tienes suerte de tener una relación que funcione así de bien.

 

P: ¿Cuándo debo usar la palabra de seguridad?

 

R: Esos detalles deberías hablarlos y discutirlos con tu pareja durante el proceso de negociación previo a la relación. Las palabras de seguridad se usan con más frecuencia en aquellos momentos en los que se está alcanzado el límite, bien síquico o físico, y no aguantas más.

 

También hay personas que usan la palabra de seguridad en otras situaciones. Hay quien la usa como una especie de “tiempo muerto” en la sesión. Por ejemplo, una sumisa con la que conversé una vez y que estaba iniciándose en la D/s, me comentó que su dominante quería que ella usase su palabra de seguridad en cualquier situación en la que se encontrase verdaderamente incómoda, como un tiempo muerto para discutir la situación entre los dos, aunque él tuviese la última palabra. El mejor ejemplo que me dió estaba relacionado con un castigo que tuvo que sufrir una vez. Ella, sinceramente, no entendía cúal había sido su falta, así que invocó la palabra de seguridad para discutirlo con su dominante. Este uso de la palabra de seguridad me parece extremadamente beneficioso, tanto para la evolución y aprendizaje del/la sumiso/a, como para incrementar la confianza mutua entre las partes.

 

P: ¿Puede un/a dominante ignorar una palabra de seguridad en alguna ocasión?

 

R: La respuesta a esta pregunta es sencilla y rotunda: NO. La palabra de seguridad tiene su razón de ser. Si es usada, lo será con motivo y no debe ser ignorada.

 

P: ¿Qué ocurre si tengo la sensación de que mi sumisa/o está abusando de la palabra de seguridad?

 

R: Si crees que tu sumisa/o está usando la palabra de seguridad de forma abusiva, deberias sentarte con el/ella y hablar del tema juntos. Puede que algo le esté molestando seriamente, haciéndole/la sentirse incomodo/a o inseguro/a.

 

P: ¿Podría un/a dominante castigar alguna vez a su sumiso/a por usar la palabra de seguridad?

 

R: La respuesta lógica a esta pregunta es NO. Castigar a un sumiso/a por haber usado la palabra de seguridad honestamente, de acuerdo con las condiciones establecidas para su uso, es algo que merma la confianza. El/la sumiso/a confia en que el/la dominante respetará lo pactado. Castigarle/a por usarla le hará sentir que la palabra de seguridad carece de sentido. Por lo tanto, generará desconfianza y sensación de inseguridad, perjudicando la relación. Sin embargo, si se ha usado la palabra de seguridad sin motivo, podría aplicarse un castigo. Pero, por supuesto, eso depende de cada relación.

 

P: Me siento culpable cuando uso la palabra de seguridad ¿he decepcionado a mi dominante?

 

R: La respuesta a esta pregunta es NO. No has decepcionado a tu dominante, aunque sentirse ligeramente culpable es una reacción perfectamente normal. Un/a sumiso/a intenta honesta y duramente satisfacer y dar placer a sudominante, de todas las maneras en las que se le pide que lo haga. Muchos consideran que parar así una sesión va a disgustar al/la dominante. Cuando se pronuncia la palabra de seguridad, el/la dominante debe actuar en consecuencia e interrumpir la sesión, para apoyar y cuidar al/la sumiso/a, haciéndole saber que no ha ocurrido nada malo.

 

P: Mi dominante y yo hemos decidido conscientemente eliminar la palabra de seguridad, ¿es normal?

 

R: No seré yo quien diga lo que es normal o deja de serlo, pero conozco casos como ese. Mucha gente se refiere a esta situación con la expresión “quebrantar a una/un sumisa/o”, otros lo denominan “explorar los límites”. En la mayoría de los casos de los que he tenido conocimiento, el/la sumiso/a era novato/a y no conocía sus propios límites. Este tipo de sesión se realiza para ayudar a que la/el sumisa/o encuentre sus límites. También he oido que, a veces, este tipo de sesiones se realizan adrede para que el/la dominante consiga que la/el sumisa/o pronuncie la palabra de seguridad. En estos casos, la intención del/la dominante puede ser muy variada. Puede que el/ella esté comprobando si el/la sumisa/o usará la palabra, quizás con la intención de comprobar si se han ampliado los límites del/la sumiso/a. Otras personas hacen esto, con consentimiento previo, buscando una sesión más fuerte. Como puedes ver, como casi siempre en el D/s, no hay respuestas del tipo "correcto/incorrecto" a esta pregunta. Es una decisión personal, y cada relación es diferente.

 

Recuerda que el propósito de la palabra de seguridad es crear más confianza entre las partes que componen la relación. Ninguna relación de D/s funciona sin que exista una confianza mutua. No abuses de la palabra de seguridad, porque eso destruirá la confianza en la relación. El/la dominante confia en que no abusaras de esa palabra, y el/la sumiso/a confia en que el/la dominante la respetará. Asi que úsala con sabiduría y mantendrás viva la confianza. En algunas relaciones no se usan palabras de seguridad. Eso no significa necesariamente que sea una relación insegura. Las palabras de seguridad tampoco te dan una garantía absoluta y nunca pueden sustituir a la comunicación entre las partes.

 

Un/a sumiso/a debe poder comunicarse con su dominante durante la sesión para expresarle que algo está fallando. Por ejemplo, que unas esposas están demasiado apretadas o cosas así. Este tipo de comunicación ayuda a prevenir que una sesión acabe antes de lo que verdaderamente les hubiese gustado a las dos partes.

 

La palabra de seguridad es, asimismo, una forma de comunicarle a tu dominante dónde están tus límites. Mediante su uso en cualquiera de sus sentidos, el/la dominante también puede comunicarte lo mismo, sus límites. No usar la palabra de seguridad cuando realmente es necesario hacerlo rompe la comunicación. Usarla cuando no es necesario, también perjudica la comunicación y la confianza.

Author:Raven Shadowborne

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