Un gran tabú dentro del BDSM es el referente a la cuestión
de los tributos y la Dominación financiera. Para muchos el que la persona
Dominante controle o reciba el dinero de un sumiso es prostitución, sin embargo
es una realidad que a muchos sumisos les excita que su Dominante controle sus
finanzas y, mientras todo sea consensuado y sensato, esta práctica puede
acoplarse a cualquier relación independientemente si se trata de una relación
Ama-sumiso o Amo-sumisa.
Me parece importante hacer algunas distinciones entre el
tributo como un regalo para quien domina- que sirve como un medio para agradar
al Dominante y rendirte adoración y que al realizar el pago o dar el regalo no
provoca una excitación sexual-, el tributo como pago de un servicio– en este
caso a las Dominas profesionales, que no lleva otro objetivo que pagar el
tiempo, conocimientos y servicios ofrecidos por ellas- y el tributo como parte
de la Dominación Financiera que puede estar incluido en una dinámica mucho más
compleja que un simple pago.
La Dominación financiera tiene como principal base la
excitación del sumiso al ser controlado o “abusado” económicamente por el/la
Dominante.
En la Dominación financiera en mayor o menor grado pueden
presentarse los siguientes comportamientos:
La persona sumisa informa al Dominante cuáles son sus
ingresos y gastos, puede incluir la entrega de estados de cuenta, recibos de
nómina, etc.
El Dominante lleva el control de los gastos y decide en qué
puede o no gastar el sumiso
El sumiso entrega el control de las cuentas financieras al
Dominante, dejando a su consideración en qué gastar el efectivo y cuánto dinero
le corresponda para sobrevivir
El sumiso da una extensión de su tarjeta de crédito a su
Dominante para que pueda hacer uso libremente de ella
La Dominante exige regalos o una pensión-tributo regular al
sumiso y éste lo da porque le excita
El sumiso pone a nombre del Dominante cualquier propiedad o
inmueble
En todos los casos anteriores el sumiso se excita con sus
propios comportamientos y con los del Dominante.
Comprendiendo las Complejidades del Después
Dentro del vasto espectro del BDSM, el subdrop es un fenómeno que merece ser explorado con profundidad. Más que una simple reacción física o emocional, el subdrop representa una fase crucial en el viaje de autoconocimiento y conexión emocional que muchos practicantes experimentan.
Sumergiéndose en el Subdrop
Cuando hablamos de subdrop, nos referimos al estado emocional y físico que puede experimentar la parte sumisa después de una sesión intensa de BDSM. Durante la escena, la liberación de endorfinas y adrenalina puede inducir una sensación de euforia y bienestar, proporcionando una experiencia gratificante y estimulante. Sin embargo, una vez que la sesión ha concluido y los niveles de estimulación disminuyen, es común que la parte sumisa experimente una caída en el estado de ánimo y un agotamiento emocional o físico.
La Manifestación del Subdrop
El subdrop puede manifestarse de diversas formas y su intensidad puede variar significativamente de una persona a otra. Algunas personas pueden experimentar una sensación de vacío emocional, una tristeza repentina o una ansiedad persistente. Otros pueden experimentar fatiga física, dolores musculares o sensibilidad en las áreas donde se aplicó el juego BDSM durante la sesión.
Factores que Influyen en el Subdrop
La intensidad y duración del subdrop pueden estar influenciadas por una serie de factores. La naturaleza de la escena, la profundidad de la conexión emocional con la pareja, el nivel de confianza y la gestión de los cuidados posteriores son aspectos cruciales que pueden afectar la experiencia del subdrop. Además, la sensibilidad individual y la disposición mental también pueden influir en cómo se experimenta y se maneja el subdrop.
Manejando el Subdrop con Cuidado y Atención
Es fundamental abordar el subdrop con cuidado y comprensión. La atención posterior a la escena es esencial para ayudar a mitigar los efectos del subdrop y apoyar el bienestar emocional y físico de la parte sumisa. Esto puede incluir brindar apoyo emocional, ofrecer abrazos reconfortantes, proporcionar hidratación y alimentación adecuadas, así como garantizar tiempo suficiente para descansar y procesar las experiencias.
La Importancia de la Comunicación y el Apoyo Comunitario
La comunicación abierta y honesta con la pareja es crucial para comprender las necesidades individuales y satisfacerlas de manera efectiva después de una sesión BDSM. Además, buscar apoyo dentro de la comunidad BDSM puede ser invaluable. Participar en grupos de apoyo en línea, discutir experiencias con otros practicantes y acceder a recursos educativos pueden ayudar a normalizar la experiencia del subdrop y proporcionar herramientas para enfrentarlo de manera saludable.
El subdrop es una parte integral del viaje BDSM y merece ser abordado con respeto y cuidado. Reconocer y comprender la complejidad del subdrop es esencial para cultivar relaciones seguras, respetuosas y satisfactorias dentro de la comunidad BDSM. Con el apoyo adecuado y la comunicación abierta, el subdrop puede transformarse en una oportunidad para el crecimiento personal, la conexión emocional y el fortalecimiento de los lazos entre los participantes en la escena.
esa soy yo.
Ésta es posiblemente una de las frases sobre el tiempo más repetidas y más famosas que existen en el mundo, pero hay muchas más que recalcan la importancia de estar presentes, de disfrutar de la vida pausadamente y de aprovechar cada momento que tenemos en la tierra antes de que sea tarde…
Cuando la oí entrar en la habitación mi cuerpo se estremeció, solo su presencia ya me provocaba respeto.
- “¿Qué haces aún vestido perro? Desnúdate y de rodillas.”
- “Mis disculpas mí señora.”
Una vez desnudo y de rodillas en posición de espera, ella se acercó y
procedió a ponerme el collar, ya le pertenecía íntegramente.
Esta vez no me puso la correa, apresó mis pezones con unas pinzas unidas por una cadena, tiró de ella y dijo:
- “Sígueme cachorro, y que no tenga que volver a poner esas pinzas.”
Y a gatas me llevó hasta una silla al otro lado de la habitación. Se sentó en ella. Mientras yo quedaba esperando a sus pies.
Me levantó la cabeza y me puso una venda de seda negra en los ojos y ordenó que me tumbara en sus rodillas.
Ya estaba preparado para recibir mis azotes cuando de repente me
sorprendió un calor que fue invadiendo mi espalda. No tardé en reconocer
que era ese goteo. Cera caliente que distribuía por cada centímetro de
mi piel.
- “¿Está disfrutando mi sumiso?” Me dijo con tono irónico.
- “Si, mi señora.” Le contesté con la voz entrecortada al sentir como la palma de su mano empezaba a azotar mi culo.
Después de 10 azotes en cada nalga, alternativamente, se detuvo un momento para introducirme un plug.
Empezó a moverlo, sacándolo casi fuera y volviendo a introducirlo totalmente, haciéndolo girar y dándole golpecitos.
Sin sacarme el plug, cogió su pala de cuero negro decorada con letras rojas en el centro “D O G” y volvió a azotándome.
Con mi culo rojo y dolorido ordenó que me pusiera de rodillas frente a ella, abrió sus piernas y ofreciéndome su sexo dijo:
- “Disfruta de tú premio perro.”