El aftercare, como bien lo dice la palabra es el cuidado posterior a una sesión, ambos, tanto dominante como sumi estarán en un estado diferente, se necesita un tiempo y un espacio para volver a normalidad, para reconectar con la realidad.
En lo personal creo que siempre debe de haber un aftercare, dependiendo de la intensidad de la sesión serán las necesidades físicas o emocionales que deban ser cubiertas pero hay pautas que siempre deberíamos tener en cuenta.
* Quitar (si hubieran) restricciones, vendas, vestimenta, cualquier accesorio que el sumiso haya llevado puesto durante la sesión.
* Hidratar, ambos deberían tomar agua luego de una sesión (posiblemente también sea necesario algo de comer).
* Ir al baño, en especial el sumi, esto lo ayudará a estar más relajado.
* Cuidados físicos, higienización (que puede ser una ducha si está en condiciones de estar de pie y recibirla o en primera instancia un lavado con una toalla húmeda tibia), masajes para aliviar los músculos, hidratación de la piel con cremas o pomadas dependiendo las prácticas realizadas, abrigo, etc…
* Descanso y relajación, lo mejor sería estar acostados o sentados en una posición cómoda y cercana, para que haya una conexión física que ayude a la conexión emocional.
* Comunicación, mucho diálogo sobre cómo fue la sesión, sobre cómo se sintió el sumi y si sintió alguna molestia física o emocional, etc…
* Mimos, caricias, contención. Cuanta más intensidad haya tenido la sesión, más intensos deben ser los cuidados también.
Hay quienes no se ven afectados a un nivel en que necesiten de estos cuidados, si no que más bien necesitan un tiempo de silencio o soledad para recuperarse por lo que deben ir viéndolo para proveer al sumi de lo que realmente le haga bien.
Siempre dependerá de las prácticas realizadas, la intensidad de las emociones y el caracter y necesidades del sumi (y del Dominante también) por lo cual cada uno debe ir viendo que pasos a seguir serían los más oportunos.
A cuidarse y vivir el BDSM plenamente, que siempre nos de placer y no problemas.
Les dejo además la reflexión de un sumi al respecto:
“EL aftercare: mi momento, su momento, ese en el que puedo reposar sobre su pecho, cuando me permite escuchar los latidos de su corazón, el silencio solo roto por los latidos, los suyos con los míos, acoplándose mientras volvemos a la normalidad. Y buscar sus senos, acariciarlos mimosamente, besarlos y chuparlos, ese momento de sentirme niño otra vez, acunado por Usted, amantado por Usted mientras sus manos me acarician y esperar que sea una de esas raras veces en las que me canta en voz baja, tan suave, tan dulce, tan Usted. O escuchar como me pregunta cosas, como me deja preguntar, como me explica con paciencia sin romper ese momento de paz. Cada momento con Usted es hermoso, pero esa hora en sus brazos es la gloria misma para mí.” (JPR)
Hola estoy en lima quiero pertenecer a un grupo de BDSM para seguir aprendiendo y conocer gente afines
¿Qué es el juego castidad?
La sexualidad es tan diversa que no existe una única respuesta, pero en general, este juego es una fantasía, un fetiche. Algunas parejas disfrutan de la dinámica de poder que existe con la privación de la masturbación y el orgasmo. La parte dominante disfruta de tener este poder y control y la parte sumisa disfruta renunciando este control.
Hay quienes creen que esta privación ayuda a centrar la atención de la parte sumisa, aumentando su deseo de intimidad, afecto y sumisión, aunque cabe aclarar que no es el único camino , es solo un juego más entre tantos.Resulta muy atractivo tener a la pareja durante horas, incluso días, sabiendo que está desesperadamente encendida y lista para explotar, y mantenerla en este estado elevado de excitación por un tiempo, sabiendo que cuando llegue finalmente al clímax , será muy intensa, satisfactoria y gratificante para los dos.
Durante el juego, cada toque se siente mucho más intenso y cada pensamiento acelera el pulso. El uso de un dispositivo de castidad pone un énfasis diferente al de los genitales, todo contacto sexual directo, desde la masturbación hasta el sexo, está restringido, una vez que los genitales están encerrados y se vuelve inaccesible, todas las otras partes del cuerpo se convierten en un campo de juego del erotismo, se vuelven más conscientes de sus otras zonas erógenas.
Vale aclarar que así como se usa para jugar con la excitación también se usa como castigo, por haberse masturbado sin permiso o por haber sido infiel, para dar solo dos posibles ejemplos…
Otro uso posible es la humillación, en el caso de los hombres puede llegar a sustituirse el pene encerrado en la jaula por uno artificial teniendo sexo y penetración con un arnés con un dildo relegando su propio pene. No existe ningún dispositivo de castidad que de un 100% de certeza de prevenir el orgasmo.
Cuando se está altamente excitado es la mente el mayor órgano sexual, órdenes sugerentes, caricias seductoras, lenguas juguetonas, juegos de burlas y la privación de todo pueden provocar un orgasmo sin tocar los genitales, por tanto llevar algo impidiendo el acceso a la vagina o el pene no va a impedir la excitación ni el orgasmo.
Para algunos dominantes (o keyholders) todo esto es la parte más interesante del juego.
Para los hombres hay una amplia gama de diseños diferentes, cada uno con sus propias ventajas para experimentar, para las mujeres no hay tantas opciones, básicamente sólo el diseño tradicional: Cinturón Estilo Florentino y el uso de piercings.
Encontramos tres tipos principales de dispositivos de castidad:
Cinturón de castidad Florentino (tanto para hombres como para mujeres)
Este es el estilo tradicional del cinturón de castidad, que es como si fuera ropa interior de metal, creado originalmente para mujeres, hoy en día disponible tanto para hombres como para mujeres. Tiene una banda en la cintura de metal a la que se fija un protector de la entrepierna (en la versión masculina incluye una vaina para el pene, asegurando que este esté siempre hacia abajo y la versión femenina tiene una ranura vertical para permitir la micción).
Por lo general se construyen utilizando acero inoxidable quirurjico y revestidos con un material como el neopreno pero los hay también en cuero.
El dispositivo tipo jaula (exclusivo para hombres)
Este tipo de dispositivo se sujeta al cuerpo por un anillo, a la que se une la jaula o tubo. Los testículos son "atrapados" entre la jaula y el anillo. Una vez ajustado correctamente el pene no puede llegar a su tamaño completo y no puede ser estimulado con facilidad.Se encuentran disponibles en una gran variedad de materiales como cuero, policarbonato, silicona, cromo plateado, y lo mejor de todo acero inoxidable quirúrgico.
Tienen 3 componentes principales:
# Un anillo - montaje detrás de los testículos
# Una jaula o tubo - en el que se coloca el pene flácido
# Un pasador de cierre - para conectar el anillo y la jaula juntos
Piercings genital (tanto para hombres como para mujeres)
La infibulación es el término dado a las perforaciones genitales masculinos o femeninos que están diseñados para imponer la castidad. En el caso de las mujeres una variedad de anillos para mantener los labios juntos haciendo imposible la penetración. Para los hombres perforaciones del pene como el Principe Alberto, el Guiche, el de frenillo, el de prepucio.
Existen algunos diseños en el mercado que no se ajustan estrictamente a cualquiera de las 3 categorías anteriores, siendo un ejemplo el "Buddylock". El bloqueo del pene se mantiene en su lugar mediante piercing alrededor de la cabeza del pene, que luego es asegurado a un mecanismo de fijación en el interior del tubo para el pene, esto se engancha a una banda elástica en la cintura para mantener todo en su lugar.
Otro ejemplo es la Pulsera de Dientes Kalis (KTB por su significado en inglés) Consiste en una pulsera pequeña de metal con muchas filas de dientes que se cierra alrededor del cuerpo del pene, una vez que una erecto los dientes comenzarían a pinchar más y más. Una variante del KTB es el Mike’s Spikes (Picos de Mike) basado en un principio similar pero más seguro de un KTB
No todo es tan fácil como parece, puede haber problemas para encontrar el dispositivo adecuado (en especial las jaulitas) problemas con el sueño debido a erecciones nocturnas, problemas de higiene, etc.
Muy a menudo un nuevo dispositivo dará lugar a las rozaduras de la piel, por lo que hay que tener mucho cuidado con posibles infecciones.Algo muy importante a tener en cuenta es el tema de la llave, si se la va a quedar el dominante, el sumiso debe tener una para casos de emergencia, por ejemplo en un sobre lacrado y abrirlo solo en caso de necesitarlo.
Y es muy recomendable que el dominante haga un seguimiento muy cercano del sumiso con un dispositivo de este tipo.
Fuentes consultadas:
BDSM Training Academy
Viva Read
Nunca imaginé que una tubería rota me llevase a un encuentro indescriptible, cuál escenario salido de cualquier película pornográfica o quizá, aún mejor.
Le abrí la puerta. Era un hombre de estatura baja, moreno, piel tersa, manos grandes, espalda ancha, brazos y piernas trabajadas, hombros que sobresalían como dos montañas perfectas redondeadas. Era una escultura pese a que su rostro no era muy agraciado. Me contacto por una publicación de internet en la que yo solicitaba un plomero que me ayudará a destapar la tubería.
Se presenta respetuoso, me saluda resguardando los límites.
- Buenos días Señora xxx, vengo a diagnosticar su problema -.
Me causa una sensación extraña en la piel y el olfato. Puedo oler a una bestia salvaje resguardada en una mirada tierna. Procede a quitarse el buzo e inspeccionar la tubería mientras le observo e imagino todo tipo de situaciones con él. Fantasías, por supuesto. Le imaginaba desnudo, y pensaba en lo marcado de su pecho, la forma de su espalda y la fuerza que podría tener aquel hombre.
Se inclina y me muestra la falla. Me sugiere soluciones y me propone precios. Acordamos al siguiente día fuese a reparar el daño.
Al sigüiente día, su aroma es aún más intenso.
No es su fragancia. Es su olor natural, las hormonas que desprende un macho en celo.
Yo me presento con una blusa que hacen vislumbrar mis pezones y un leggins que dibuja mis caderas y mi culo. Acostumbré a vestir sin ropa interior y para mi, ya hace parte de la vida cotidiana, ignorando que para un ojo externo ésto puede ocasionar un morbo intenso. Él ingresa, y noto como me observa los pechos y el culo, sin decir nada, manteniendo la distancia. Ignoro su mirada, aunque me causa excitación, su nerviosismo y sus ojos en mi cuerpo, disimuladamente. Procede a trabajar mientras le observo y siento pequeñas cargas eléctricas en mi piel, cuya razón escapa de mi entendimiento pero que me atraen a él, como imán. Empieza a emitir pequeños sonidos melódicos y logra sacar una sonrisa de mi rostro. Pienso que tal vez el ambiente es tenso y debería colocar algo de música.
Concluye su trabajo rápidamente pero de forma inconclusa, me sugiere otra solución al daño al sigüiente día pero indica que debe estar acompañado de otro compañero. Por la forma en que se dirige a mí. Acepto. Se despide rozando delicadamente su mano, sobre la mía.
Al tercer día, toca a mi puerta acompañado, efectivamente de su compañero de obra. Un sujeto delgado, amable, conocedor del tema. Me siento en confianza y les abro mi puerta los invito a ingresar. Al igual que en el anterior día, portaba una blusa de tiras, ésta vez con escote, sin sostén y un pantalón ajustado. Veo que observa aún más mis pezones, hacía frío. Y en ocasiones, cuando volteo el rostro, él se queda pegado atrapado en mis montañas. Percibo esa sensación de ser observada y morboseada y me excita. Saco aún más el pecho en señal de orgullo.
Proceden a trabajar en la falla. Me explican el problema y atenta, visualizo cada movimiento.
Finalizan.
Se despide amablemente el compañero y se queda el moreno. Le ofrezco una bebida. Acepta y empezamos a conversar. Noto como me mira y lo nervioso que se encuentra. Cada tanto, humedece sus labios con su lengua y ríe de forma nerviosa. También lo estoy. Me pregunta si acaso soy casada, mi profesión, mi edad. Conversamos de la obra, de su trabajo, de sus proyectos, los míos, etc. Su rostro se torna demasiado alegre al saber que soy soltera y que no vivo con mi esposo. Noto su interés. Pensé me invitaría a salir. Pero fue aún más atrevido.....
Me pide le comparta datos de internet. Me acerco a él. Ese aroma. De nuevo. El que sentí la primera vez que lo ví. Esas hormonas que hacen juego con mi piel. Imposibles pasar desapercibidas. Se queda inmóvil mientras le enseño a compartir datos. Estábamos en el living de mi casa. Doy dos pasos atrás mientras por el contrario, él avanza dos, adelante. Siento que invade mi espacio. Le digo que además de desordenada, soy loca. Se escapa una ligera sonrisa y me dice.
- Loca?, Por qué lo dices? -.
Por qué hago locuras. Le digo.
Mi cerebro estaba por hacer corto circuito. Se acerca y me dice.
- también he hecho locuras. Una vez hice el amor en un bus -.
Eso no es locura. Le dije. Reímos.
Se acerca aún más y me halaga con palabras bonitas respecto a mi mirada, rostro y sonrisa.
-tienes una mirada penetrante -. - tu sonrisa es hermosa -. - eres preciosa -. - tú cabello salvaje -......
Le doy las gracias intentando tomar fuerte la mesa del comedor, mientras, sin dejarme reaccionar, él se acerca y me dice.
- Tus labios no se pueden ver con ese tapabocas -.
Me quita el tapabocas y siento que me ha desnudado completamente. Me siento como un corderillo frágil, indefenso. Se aproxima, me toma del cuello y sin poder mediar palabra, me da un beso con lengua. Juega con su lengua insinuandome sus habilidades. Mi cerebro entiende al instante que su lengua tiene potencial. Me lame el cuello, introduce su lengua en mi oído hasta el tímpano. Toca mis senos y sube un poco mi blusa de tiras para deleitarse con mis pezones. No comprendo en qué momento sucedió. Me dejó llevar por las sensaciones. Estoy inquieta. Gimo. Me retuerzo. Mi cuerpo está inmóvil, incapaz de reaccionar. Es demasiado extraño, excitante, loco, aterrador.
Sí, aterrador.
En ese último mensaje de mi poca consciencia, mi mente me dice, huye. Pero ignoro el cómo. No puedo resistirme a su olor de macho, a su cuerpo, a ....
Detente -. - Para -. Me toma de las piernas y me alza con esa fuerza de macho en celo. Me lleva a la cama. Me tumba. Se tumba sobre mi. Siento su pecho contra el mío. Su corazón late rápidamente, puedo sentir sus latidos casi saliendo de su cuerpo. Su corazón acelerado no puede detenerse así como su perversidad por poseerme. El ego de haberse comido a su cliente. El orgullo de montarme. Se siente un dios, la fantasía de cualquier hombre....
Me pregunta - a qué le tienes miedo ? - . - no te gusto? - mis palabras no salen de mis labios a pesar que quiero expresarlas.
Mi cabeza le dice, vete pero mi cuerpo le pide a gritos que lo consuma. Dualidad. Entro en caos, en conflicto. Cómo decirle que me encanta. Que es un moreno exquisito. Que su olor natural me volvió loca desde el primer día. Que lo necesito recorriendome. Cómo decirlo sin parecer apresurada. Manteniendo el control. Manteniendo la razón. Años que no vivía aquello. Ya no recuerdo la última vez que sentía ésta química, ésta potencia viril.
Mis sentidos no me engañaban.
Lo que vendría después lo confirmaría....
Una ligera voz en mi interior me ayuda a mucitar palabras. Le pido que se vaya. Que dejemos hasta aqui. Me pide que sólo le permita hacerme sexo oral y se irá.
Nooooo!!!!.
Mi cabeza estalla.
Sexo oral???? Queeee????? con esa lengua, con ese movimiento, uffff, mi poca fortaleza mental se iría al carajo!!!!
No, definitivamente, no.
Me pide confíe en él. Que llegará hasta donde yo quiera llegar. - No te conozco-, le digo. - nos estamos conociendo _ me dice. - me encanta tú sonrisa, tus ojos, ví tus pechos grandes y esos pezones resaltando y uff....
Mi cuerpo me pide más. Mi mente quiere detenerse. Chupa mi cuello, me lame con la punta de la lengua hasta la entrada de mi pelvis. Cómo estrategia de convencimiento. Le digo que pare. Afirma sus deseos de hacerme sexo oral.
Me resisto.
Acepto.
Baja mi pantalón. Me huele como una bestia salvaje. Saca su lengua y me recorre entera los labios, el clítoris, la entrada de la vagina. Mi humedad brota a chorros. Está allí por un tiempo largo. Desea me corra en su boca. Pero estoy demasiado extasiada y sorprendida. Es como una película.
Lo detengo. Mi clítoris está inchado. Le pido que se vaya, de nuevo. Me pide permiso para correrse. Le digo que puede hacerlo en mis pechos. Me pide permiso si es que acaso, se puede quitar la camisa.
Aciento.
Veo su pecho, sus hombros. Es definitivamente, una bestia, un animal salvaje.
Pide permiso si es que puede quitarse el pantalón. Aciento.
Sus piernas trabajadas. Su verga tieza como una roca.
Acostada boca arriba espero su leche en mis tetas. Deseo su leche en mis tetas. Él no puede correrse aún, quiere perforarme antes de hacerlo. Le impido ingresé a mí cueva. Aún no se lo ha ganado. Lucha por resistir la tentación de hacerlo. Jugamos.
Luchamos por el poder de hacerlo.
Asfixia, arañazos. Le pego una cachetada. Me dice, -que rico, dame más-
Me vuelve loca su lujuria desenfrenada. Su energía. Su potencia viril. La lucha de poder. Somos bestias. Animales iracionales.
Le permito correrse en mi pecho finalmente. Siento el calor de su leche recorrerme. Me esparce con su áspera mano, su semen en todo mi pecho. Se siente grande al dejarme llena de leche. Y yo me siento bañada en un rico néctar, caluroso, ardiente, suave.
Me pide por favor le dejé hacerme sexo oral, de nuevo. Quiero parar pero quiero seguir. Me monto encima de su cara mientras de nuevo se jala su verga como una roca. Wow. Su recuperación es rápida y su vigorosidad es incomparable. Me lame como si estuviera comiendo el mejor postre de su vida. Me hace jadear. Gemir. Restriego mi coño en su cara, en su boca. Él lame como un animal. Mientras se la jala como si se la fuera a arrancar. Me corrooooo....
Me levanta y quiere intentar perforarme de nuevo. Se lo niego. Me asfixia. Lo asfixio. Me monto encima. Lo asfixio de nuevo. Me aprieta las tetas. Le pego en la verga. Le tomo con fuerza la verga. Lo rasguño, muerdo. Hasta terminar metiendomela en el culo salvajemente. Grito. Entre placer y dolor. Que locura. Le digo que pare. No sé detiene. Me pone como quiere, en diferentes posiciones, como si fuera una muñeca de trapo. Suda como caballo, me da como taladro, fuerte, rudo, violento... Y....
Segunda corridaaaaa...
Me besa. Me abraza. Y de nuevo, la lucha salvaje. A éste punto, mis energías están débiles. Me someto a él. Introduce su verga en mi boca, me jala el cabello hacía él como una bestia, me asfixia con sus poderosas piernas. Le observo desde abajo, viendo su poder. Su vitalidad. Le observo como si me hubiera desdoblado. Cómo si estuviera en otro cuerpo y no fuera yo. Me pone sus bolas en mi boca y se masturba como bestia salvaje. De nuevo, parece que se la quiere arrancar. Me toma del pelo. Le chupo los huevos con pasión. Me encanta su olor, la suavidad de las piel de su miembro. Pulcro. Intacto. Depilado. Cuida cada centímetro de su cuerpo y eso me enciende....
Se correeee por tercera vez en mi cara... Abro la boca y pruebo su semen, aunque se encuentra tímido de llenarme la boca de leche, me encanta su sabor. Es suave. No es abundante. Lo pruebo. Quedó impregnada de su calor, su sudor, su leche......
Y él sólo....
Quiere seguirme usando.....
Y yo.... Domar a esa bestia salvaje.
Su marca de lobo hambriento estaba extinguiendose en mi piel. Sus palabras no resonaban como antes. Me hundía en indiferencia y frialdad. Decidí distanciarme de mi dueño, de mi Daddy, de mi protector, de mi padre tras sensaciones de desinterés y desapego de su parte hacía mí. Necesitaba su infierno en el invierno. Necesitaba su calor en el glaciar pero también necesitaba aprender a caminar sola. A levantarme y continuar. A echar sal a las heridas y hacer brotar la fiera salvaje que llevo al interior.
Mis conflictos internos entre quien soy y quién debo ser frente a ojos enjuiciadores me carcomen como la lepra invadió ciudades enteras. Desorientada, sola, confusa vago por el bosque de cemento salvaje en medio de bestias sádicas hambrientas. Decido correr del hogar. Huir y no volver, aún enfrentando la oscuridad, el hambre, la lluvia, la soledad y los animales salvajes queriendo devorarme. Sé que llegaré a algún lugar libre de todo aquello.
Me pierdo, resisto, enfrento. Caigo, tropiezo y no veo nada. Ninguna señal de supervivencia. Tan sólo una voz interior que me repite una y otra y otra vez que soy su propiedad y como tal, no estoy sola. Me masturbo y ese pensamiento se hace más sólido. Un pensamiento seguido de una sensación de bienestar. Cómo cuando se es propiedad de alguien, se vela por el interés de su esclava. Se intenta que aquella no cometa locuras y que su iracionalidad e impulsividad no le jueguen en contra.
Al fín comprendo su rol y el mío. La conexión es de acero pese a la distancia. Me enseña siempre aunque no me hable. Sólo basta una palabra suya para despertar mi sapiosexualidad y hacer consciente mi realidad, observarla desde afuera con un ojo objetivo y tomar decisiones. Y es que cuando me sumerjo en el rol puedo observar claramente y ser consciente de lo que me sucede. Convertirme en una pequeña niña fuerte y pervertida. Aflorando mis impulsos soy libre porque puedo ser yo misma....
Pero pasa el tiempo y la sensación de un vínculo roto atormenta mi cabeza. Le extraño y temo no lograr llegar hasta él. Temo a su indiferencia y desinterés pues para mí, él es el único dueño. Elijo vagar en la soledad y enfrentar sola a mis demonios.
Durante ese tiempo, no le pienso, no le hablo, no lo veo.
Pero ... siempre lo siento... En mi piel, en mi carne, en mi lujuria, en mi sapiosexualidad. Me habla sin escribir una sola palabra. Me guía desde las tinieblas aunque no le vea. Me resisto a buscarlo de nuevo con el pensamiento. Y mantengo firme mi posición. Soy una mujer de decisiones radicales aunque también una niña caprichosa. Me resisto pero siento que me llama, que me quiere encontrar, que no soporta la idea de perder a su esclava. Que no ha entendido mi "pataleta". Mi lloriqueo. Siento que quiere respuestas.
Así que abro la única puerta que le he permitido cruzar.
Enojado me increpa. Reclama y hace show. Le explico que aquella apatía me carcome la sangre y que le necesito. Sonríe y aparece como un lobo hambriento después de mucho tiempo de abstinencia. Está en los huesos, herido, con ira y mucha hambre. Quiere violarme!!! Quiere alexionarme!!! Quiere hacerme entender que soy suya!!! y de nadie más!!!, que su aliento será siempre mi guía, que su actitud era la afirmación de su lealtad. Que me quiere como esclava no como sumisa.
Sus ojos brillantes brotan sangre. Sus labios se despegan lentamente y se observan sus colmillos, su saliva corre por la comisura de su boca. Me ata a un árbol con los brazos hacia atrás y las piernas abiertas rasgandome las vestiduras. Mi respiración se agita. Muerde mi cuello. Me deja a la interperie con mis pezones duros y mi piel erizada. Toma pequeñas ramas de los árboles y azota mis piernas, abdomen, y pechos. Gimo y grito. Me amordaza afirmando que soy su esclava. Me da largos azotes. Mi agonía recién empieza.
Cuando mi piel pasa de un color pálido a rojo me libera del árbol y me inclina hacia él. Me resisto. Me niego. Le suplico me libere, me deje ir, me suelte, pueda huir pero sólo sonríe y me inclina hacía él, de espalda, jala mi cabello y proporciona fuertes azotes en mi trasero una y otra vez.
"Eres mía!!!" - afirma
"Mi puta, mi esclava, mi zorra, mi depósito de leche"
Agitada, herida, con pocas fuerzas intento liberarme y escapar. No tengo fuerzas para gritar o suplicar ayuda.
Caigo de rodillas ante él como una presa fácil. Me indica que ahora mi entrenamiento será oral y deberé aprender a mantener la boca abierta cada vez que desee usarla. Chuparle y hacerlo bien. Tragarme hasta los huevos. Lagrimeo de lo profundo de su verga. Me dice que esconda los dientes y sólo lo babee con mis labios y lengua. Me enviste como fiera salvaje una y otra vez. Siento como su verga se endurece en mi boca y me perfora hasta el fondo. Intento dentenerlo pero lo hace más fuerte y profundo. Intercala mi boca entre mi ano, vagina y repite el proceso.
- tendrás que acostumbrarte al olor y sabor de la verga - dice
- a tus agujeros rotos de tanto coger -
Continúa envistiendome, le encanta usar mi boca. Lo hace por horas.
Hasta que...
A ese instante estoy casi inconsciente. Pero usa mi último aliento para tirar de mi cabello hasta el fondo y liberar su leche en lo profundo de mi garganta.
- tragate todo perra!!! - dice.
- ni un gota desperdicies o lo haré de nuevo -.
Por temor a ser usada de nuevo, obedezco y acepto ser su objeto.
Su agüita amarilla quiere liberar sobre mi, dejando su marca y huella imborrable. Así que la deposita de mi cabello hasta mis pies. Me baña en su orina.
Mi energía llega al límite y me desvanezco en sus brazos.
Daddy recoje agua tibia, tira un baldado, me limpia, toma una frazada, me cubre con el manto, me alza y me da un beso en los labios introduciendo su lengua para llevarme de nuevo a mi dulce hogar.
Un castigo de un Papi enojado.
Me atrajo su belleza desde un principio y quise retratarla, verdad a medias, pues aunque me encantaría captar sus atributos con mis trazos, era más una excusa para acercarme.
No me costó trabajo convencerla, la idea le interesó desde el principio y al mostrarle uno de mis trabajos la intensión quedó sellada.
¿Cómo me dibujarías? -me dijo.
Pensaba en un busto, me gusta dibujar cabello, ¿te parece bien? -le dije.
Pensaba más en un desnudo. -me dijo coqueta.
Me impactó su afirmación, obio quería verla desnuda, incluso más, quería recorrer toda su piel y probar todas sus dulzuras, pero pensé que me llevaría más tiempo.
Claro, un desnudo será, recomponiéndome de la sorpresa y optando por mi lado más profesional.
Pactamos el lugar: mí estudio, una hora y nos despedimos. Fué difícil contener mi emoción y mi expectativa, deseaba mucho a esa mujer, pero me enfoque en preparar mis materiales y hacer un buen trabajo.
El momento había llegado, trataba de mantenerme sereno cuando sonó la puerta, caminé hacia ella y tomé unos segundos para entrar en mi profesionalismo. Abrí la puerta y vaya sorpresa.
No Lucía como siempre, traía el cabello suelto, arreglado, perfectamente maquillada, sus gruesos labios rojos, con un vestido negro ajustado y escotado, tacones altos, un bello collar de adornos entrelazados y anillos en sus dedos.
Wow, estás deslumbrante, parece que vas a una cena de gala. -Le dije.
Es la primera vez que me van a retratar, quería verme bien. -me dijo coqueta mientras volvía su cabeza después de dejar su bolso en una mesita.
Emm, ¿recuerdas que es un desnudo cierto? -le dije mientras me cosquilleaba mi pene al pensar que estaría desnuda.
¿Claro, quieres que me desnude ahora? -Lo dijo con naturalidad, pero noté malicia en su mirada.
Esta chica quiere provocarme, dije para mis adentros, ¿quién quería seducir a quién en primer lugar?.
Por favor, -le dije, he hice un gesto con un ademán, mientras me sentaba y colocaba mi tabla con las hojas sobre mi regazo. agradecí poder sentarme pues ya mi erección era irremediable.
Ella empezó a desabrochar su vestido mientras movía su cadera, sabía que la estaba viendo, que tenía mis ojos clavados en ella, pude ver que le gustaba, quería darme un espectáculo.
Bajó sus tirantes lento por sus hombros y con sus manos iba deslizando su vestido por esa bella figura, esforzándose un poco para que la tela pasara por sus anchas caderas de mujer, que tanto me gustan.
Quedó con su ropa interior negra, yo respiraba agitado, una gran escena contemplaban mis ojos, se lo que viene y lo espero ansioso. Desabrocha su brasier, lo sostiene un momento. Me mira, quiere ver mi reacción, sabe que deseo sus pechos, mi gran debilidad.
Mueve sus manos y deja caer el sostén al suelo, dejando ver toda la magnitud de sus tetas, que se balancean lentamente hasta acomodarse en su posición, perfectas, coronados por unos grandes pezones parados y unas anchas aureolas rosadas que se camuflan con su piel blanca.
Yo casi me salgo de mí, un escalofrío me recorrió y luego un calor se empezó a extender de mi pecho a todo mi cuerpo, mi respiración agitada y la excitación me estaban volviendo loco, quería saltar sobre ella, pero tuve que usar toda mi voluntad para evitarlo, debo hacer mi trabajo.
Vi como ella gozaba torturándome, sabía que estaba loco por ella, lo estaba disfrutando, pude distinguir sus pezones erectos y su respiración agitada aunque lo disimulaba.
Finalmente bajó su calzón y se quitó los zapatos, quedó desnuda, con la excepción de la joyería que traía puesta, se veía como una princesa persa. No pude ver su intimidad, la estaba ocultando apropósito, se recostó en un sillón que tenía preparado y me sonrió, esa era mi señal.
Tuve que reaccionar de mi estupefacción, tomé mis lápiz la miré rápidamente y empecé a esgrimir mis trazos. Hice un boceto rápido y pasé a los detalles, me era difícil hacer las líneas correctamente, mi excitación me daba problemas al dibujar.
Ella me veía trabajar, clavaba sus ojos en mí, sabía que recorría todo su cuerpo con mi mirada, que la estudiaba, la medía y la recreaba, cada curva, cada detalle, la suavidad de su piel, la textura de sus pezones, la humedad de sus labios, la intensidad de sus ojos.
Le pregunté que si podía sentir como recorría su cuerpo con mis líneas, si sentía mi tacto de artista, ella se estremeció y me dijo que quería sentirlo. Le dije que usara sus manos, que me sintiera a través de su su tacto.
Con mi voz la iba guiando, mientras seguía trabajando en mi dibujo, ahora tenía control de ambas, una se iba formando con mi lápiz y la otra se iba recorriendo con mis órdenes.
Le dije que tocara lento su cuello con las puntas de sus dedos, que fuera bajando por su pecho, que se acariciara los pechos, pero no los pezones, aún necesitaba algo más de tiempo para terminar mi trabajo. La dirigía a tocar su abdomen, sus caderas, el interior de sus muslos, ese tacto suave y estimulante.
Ella estaba muy excitada, podía ver como daba pequeños gemidos de excitación, claramente quería más, quería darse placer mientras era observada, mientras era inmortalizada. Pero yo la reprendía cada vez que dirigía su mano a sus pezones o a su entrepierna. Me encantó el poder que estaba ejerciendo sobre ella.
Pude ver como su humedad se extendía de su entrepierna, y humedecía las sábanas sobre el sillón.
Déjame tocarme por favor, ya no aguanto, por favor. -dijo con voz ahogada y suplicante.
Si te dejo hacerlo arruinarás la obra, ¿qué harás para compensarlo? -Le dije amenazante.
Haré lo que sea, por favor, ya no aguanto, aaahh.
Le dije que me llamara Amo y que la dejaría darse placer.
¡Sí Amo! ¡Sí Amo!, decía mientras rápidamente se acariciaba su húmeda y necesitada vagina. Noté como su excitación creció enormemente al llamarme Amo. Esa idea le gustó en exceso, disfrutaba ser comandada.
Finalmente pude ver su vagina, blanca, bien afeitada y cuidada, hinchada y húmeda por la excitación, pude ver como bajaba el líquido por sus nalgas y se abría como una flor al estar madura, un manjar que aguardaba por mí.
Ella empezó a acariciar su vagina con pasión, llegando rápidamente a un intenso orgasmo, me encantó como sus piernas temblaban, su cadera se balanceaba y su cuerpo se estremecía, sus gemidos eran una melodía para mí, su rostro reflejaba sus sensaciones, sus palabras se volvían ininteligibles al perder control de su cuerpo. Hasta que poco a poco fue pasando.
Yo pude resistir con dificultad porque estaba muy concentrado en acabar el dibujo, pero mis ansias estaban por reventar.
Hice mi último trazo, me levante de un tirón. Y me dirigí eufórico a saciar mi lujuria. Ella no se había recuperado aún pero me le abalancé encima, la tomé de la cadera con una mano y con la otra sujeté su cabeza por detrás y le estampé un beso, ella se sorprendió pero no opuso resistencia.
El tacto era maravilloso, tenía una piel tersa, suave, como seda. Sentir la humedad de sus labios, ese néctar que había deseado tanto tiempo, chupé sus labios, lamí su lengua y exploré toda su boca, bebí de su saliva, delicia exquisita, no podía detenerme. Sentía su aliento y su respiración, ese contacto, esa cercanía por fin, era lo que deseaba desesperadamente.
Empecé a besarla por la barbilla, por el cuello, dando pequeñas mordidas y lengüetazos, quería probarla toda, saborear toda su esencia. Finalmente llegué a sus tetas, la locura se apoderó se mí.
Introduje su pezón en mi boca y empecé a succionar con fuerza mientras que mi mano masajeaba su otra teta. Sabía que estaba siendo rudo, esa no era la manera de darle placer a sus pechos, pero no me importaba, estaba en un frenesí de excitación. Ella solo gemía y me rodeaba con sus brazos.
Me incorporé y saqué mi pene duro como el acero de mi pantalón y tomándola del pelo acerqué su cabeza a mi verga. Ella lo tomó sin rechistar y se lo metió en la boca, yo me deleite, su humedad y su succión apretando mi pene palpitante y dando sensaciones maravillosas en mí, no tuvo que hacer mucho para que liberase toda mi carga en ella, mi semen, mi semilla. Fuera de molestarse lo saboreó y se lo tragó.
Eso me puso a mil, ¿de dónde salió esta mujer? -Me pregunté. No he acabado aún, le dije, le pedí que siguiera chupado y ella accedió, mi pene se incorporó de prisa.
Vi como ella se tocaba mientras sus labios mamaban a la perfección mi glande. Que puta eres le dije, mientras que ella afirmó con un sonido sin sacarse mi pene de la boca.
Ese gesto y esa afirmación activaron una reacción en mí, la tomé del cabello, la levanté y la llevé y la puse contra la pared. Mi cara muy cerca se la suya, viéndola directo a los ojos.
Vi en sus ojos un poco de miedo pero más que nada exitación, algunas de esas emociones y el trato un poco rudo era nuevo para ella, pero su expresión me daba pie a continuar.
Con una de mis manos acariciaba su vagina asegurándome de darle placer mientras le decía: te quiero, quiero que seas para mí, quiero que seas mi hembra, mi musa, mi puta, no se de dónde saliste, pero no quiero que te vayas.
-No quiero irme, quiero que me uses, quiero que me penetres por favor, por favor Amo. -me rogó, entre jadeos mutuos. Mis sentidos y mi pene reaccionaban cada vez que me llamaba Amo, una emoción y una energía surgía de mí, me daba poder.
Tomé unos de sus muslos y lo
levanté, para darme acceso total a su vagina que chorreaba humedad por sus
piernas, la energía sexual estaba a mil. Introduje mi pene y empecé a
penetrarla, ella gimió de placer y excitación, deseaba tenerme en su interior,
ser poseída, llenada, amada, segí mis embestidas con ritmo, con fuerza. Estas
entre mi pene y la pared. -le dije.
Sí, lo sé, lo sé, afirmó, no pares por favor Amo.
Nuestros cuerpos comulgaban, se saciaban, se golpeaban, se estremecía, rosaban, en una interacción caliente, húmeda, a veces pegajosa, entre alientos y líquidos sabrosos.
Cambiamos de posición, la puse de cuatro, la penetraba con fuerza y mí pelvis golpeaba contra sus grandes y gordas nalgas, sus gemidos de hembra en celo me volvían loco. Luego cambiamos, ella arriba, movía sus caderas con una destreza asombrosa, yo veía rebotar sus perfectas tetas, mientras las acariciaba y jalaba sus pezones, vi como su perfecto peinado y su maquillaje iban sucumbiendo a nuestro desenfreno, hasta que no aguanté más y solté mi semen en su abdomen.
Ella pensó en incorporarse al verme acabar, pero le dije: no he acabado contigo perrita. La empujé para que cayera de espalda a la cama, abrí sus piernas y me dispuse a darle una chupada excepcional. Su vagina estaba tan humeda y lubricada que empapada mi cara, puse a trabajar mi lengua con todos los trucos que sabía, hice mío su clítoris mientras que estimulaba su vulva con mis dedos.
Pronto sus piernas empezaron a temblar y su espalda se arqueaba cada vez más seguido.
Mmmm aaah, sí por favor, me voy a venir, me vengo, por favoooor!!!
Hasta que se vino en un tremendo y sabroso orgasmo, yo la sostuve con mis manos, quise que se sintiera poseída, protegida, quería que supiera que ese placer que estaba sintiendo era por mi causa, me encantaba sentirla, ver su éxtasis y su placer, hasta que fue pasando, me miró atraída, jadeante, cansada, complacida, mientras aún sentía las réplicas en sus entrañas.
Te quiero, te quiero para mí, que seas mía, no puedo vivir sin tenerte otra vez. -Le dije.
Ella me miró, puso su mano en mi mejilla, y me dijo: quiero estar contigo, quiero que me pintes, que me dirijas, que me estremezcas de placer, dije que eras mi Amo y me ha gustado, ahora soy tuya, no me dejes.
Nos besamos y sin darnos cuenta, sería el inicio de muchas aventuras en un mundo nuevo y maravilloso.
En cuanto al dibujo, bueno sería uno de muchos.