Espectacular, deseado, extremo, agresivo, difícil… estos y
muchos otros adjetivos llegan a la mente de los practicantes de BDSM cuando se
toca el tema del látigo. Así que, con estas líneas trataré de arrojar un poco
de luz acerca de este, por unos enaltecido y por otros satanizado, instrumento.
Primero definamos que en México utilizamos el término látigo
(whip), para referirnos a látigos de una cola y el término flogger para látigos
de muchas colas.
Estructura de un látigo
En términos generales podríamos decir que un látigo está
formado por: un mango, un cuerpo trenzado (la parte principal del látigo), una
caída (tira, generalmente de cuero que va sujeta al cuerpo trenzado) y un crack
o chasqueador (comúnmente de hilo de nylon, pero puede ser de muchos otros
materiales). Obviamente no todos los látigos de una cola se ajustan a esta
conformación, como ejemplos tenemos al signalwhip que no tiene caída (el crack
se une directamente con el cuerpo trenzado) o el escorpionwhip que no tiene ni
caída ni crack (al final del cuerpo trenzado va el azotador).
Un látigo está hecho por hebras trenzadas de piel (tiras)
alrededor de un alma central. Mientras más tiras tenga un látigo, más fuerte y
flexible será.
El alma central de un látigo puede ser de muchos materiales
(papel, cuerda, tela, etc.) lo ideal es que se trate de una tira de piel o,
mejor aún, de balines de plomo conectados. Los balines agregan peso, lo que
permite al látigo alcanzar una mayor velocidad.
Tipos de látigo más comunes
Existen varios tipos de látigos, pero me centraré en los 3
tipos que más fácilmente podríamos conseguir en EE. UU. (Tomo como referencia
EE. UU. porque dicho país ofrece una mayor cantidad de proveedores de látigos
de buena calidad, en comparación con las opciones que podemos encontrar en
México).
Stockwhip: Tiene un mango largo (60-70 cm), el cuerpo
trenzado es independiente al mango y va unido a éste por medio de tiras de piel
-para determinar su largo se considera solo la parte trenzada (el mango, la
caída y el crack son adicionales)-. Al contar con un mango largo, obtenemos
mucha palanca, lo que lo convierte en el látigo más veloz y que más fácilmente
crackea (claro, una vez entendidos y dominados los movimientos necesarios para
manejarlo), pero también en el más impreciso para dar en el blanco.
Snakewhip: El mango y el cuerpo trenzado forman un solo ente
que tiene la particularidad de ser muy flexible (incluso el mango puede
enrollarse sobre sí mismo). El largo se considera desde el inicio del mango
hasta el final del trenzado (la caída y el crack son adicionales). El tener un
mango tan flexible casi no permite hacer palanca, por lo que los cambios de
dirección son difíciles de realizar y da la sensación de ser un látigo pesado.
Es el más difícil de dominar, pero tiene la ventaja de ser el más preciso para
atinar a un objetivo.
Bullwhip: También en este tipo de látigo el mango y el
cuerpo trenzado forman un solo ente; el mango es rígido y tiene una longitud de
entre 20 y 30 cm, normalmente. El largo de este látigo se mide desde el inicio
del mango hasta el final de la parte trenzada (la caída y el crack son
adicionales). Podría decirse que es el punto medio entre un stockwhip y un
snakewhip, con un mango mediano que permite una palanca adecuada; nos
proporciona un balance entre dificultad de uso y precisión, siendo
respectivamente intermedia y buena.
El látigo mexicano
A pesar de que he buscado en diferentes tiendas, lamento
mucho decir que no he encontrado en la ciudad de México un lugar que venda
látigos de alta calidad, desconozco si en otras ciudades sería posible
encontrarlos. Si le vemos el lado bueno a este hecho, es que el látigo que
podemos encontrar en México es relativamente barato… pero, por lo mismo,
limitado en su funcionalidad. Lo que encontraremos en el DF son látigos tipo
bullwhips, que muy comúnmente tienen la particularidad de que el mango tiene un
tipo de conector que le permite girar sobre sí mismo. Los que han llegado a mis
manos son limitados en su capacidad de generar un correcto crackeo y con muy
poco peso, lo que hace necesario aumentar la fuerza para generar la velocidad
que permita mejorar el manejo y control. Una buena noticia: entiendo que
Krystal de Sade ya está muy avanzada en sus trabajos y creo que muy pronto
podremos tener látigos de buen desempeño en el DF.
Látigos de piel
Tradicionalmente los látigos están hechos de piel, la que
comúnmente encontramos es:
Piel de canguro: Indudablemente la elección ideal. Es la
piel animal más resistente que existe y su poco espesor permite aumentar el
número de tiras. La gran desventaja es que esta piel tiene un alto costo.
Redhide: Es piel de vaca curtida mediante un proceso
especial –que la dota del color rojizo al que debe su nombre- para que sea más
fuerte y flexible para su uso en la elaboración de látigos. Genera un bonito y
fuerte crakeo. Es menos costosa que la piel de canguro.
Piel de vaca: Piel fuerte que hace un látigo bueno y
económico.
También es posible encontrar látigos de piel de camello y de
búfalo, dependiendo de la zona
geográfica donde nos encontremos.
Látigos de nylon paracord
Un látigo también puede ser elaborado de nylon paracord.
Partamos de la base, que todo lo que se
puede realizar con un látigo de piel también se puede realizar con un látigo de
nylon. La desventaja está en que el látigo de nylon no emulará los estímulos al
tacto y al olfato que da un látigo de piel. Como contraprestación, los látigos
de nylon tienen las siguientes ventajas:
Son más económicos que los látigos de piel.
Son más resistentes.
No requieren mantenimiento.
Se pueden mojar, e incluso se pueden usar mojados.
Por el momento lo dejaremos aquí, ya en la siguiente edición
completaremos la información.
El Muro