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DomOctavio's Blog

Hace unas semanas,  dentro de todo lo que me ha pasado este mundo me dio un pequeño respiro y una spankee me hizo una pregunta, sobre la experiencia dolorosa, desde mi lado del juego. Sé que suena extraño, que parece una paradoja y que haya quien se pregunte ¿Pues como no te duela la mano?, que duele y no es broma, bueno más bien pica, aunque también hay que reconocer, que es un picor soportable y que si la mano pica, es seguro que otra parte del cuerpo de otra persona literalmente hierve.

 

El dolor en el spanker, no es físico, es un dolor mental, psicológico. Una de las características del dolor, es que es algo que no puedes controlar, sin embargo un spanker durante el juego debe tener el control, sobre la otra persona y sobre si mismo, por lo tanto debe controlar el dolor. El dolor en el spanker no lo produce la realidad, no son unos receptores estimulados que transmiten una información al cerebro y este responde creando una sensación de dolor, el dolor se gesta directamente en el centro de operaciones y lo crea el deseo contenido hacia la otra persona y a la vez la autoexegencia contigo mismo y al ser un dolor que no depende de estímulos internos, que se gesta desde dentro y por lo tanto controlas.

 

Pero que sea mental y controlado no significa que no duela, es doloroso enfrentarte a todas y cada una de tus inseguridades para poder jugar, inseguridades que además no se rinden fácilmente y hay que golpear duro para que se rindan. de alguna manera necesito herirme para poder sentirme con la seguridad suficiente para afrontar un juego, eso lleva a otro dolor, el que provoca la auto exigencia llevada al límite, que a su vez implica el romper tus propios valores, sacar tu parte más fría y calculadora, sin dejar de parecer cálido y cercano, no es nada fácil y realmente doloroso, llevar dos batallas paralelas, una contigo mismo y la otra evitando a toda costa que se transmita, tienes que gestionar todas las dudas y titubeos que te asaltan por momentos, a la vez mostrar la firmeza y determinación imprescindibles para jugar y todo ello sin perder la concentración necesaria, para saber interpretar toda la información que recibes de la otra persona. Los juegos son excitantes cierto, pero también tienen para mí una carga dolorosa,  de tensión y exigencia,  estoy seguro que si no la tuviesen, perderían su encanto.

 

Jugar es violarte a ti mismo a través del cuerpo y la mente de otra persona y eso sin dolor no es posible.
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