Hoy aprovechando que es Miércoles y toca vídeo, voy a escribir sobre vídeos, o mas bien sobre lo que no sale en ningún vídeo. La información audiovisual tiene una ventaja sobre el resto de información, entra por los ojos y por los oídos, es clara, evidente, lo estas viendo y oyendo y en este aspecto los vídeos de spanking, el porno en general, es lo que es, muestra lo que muestra.
Es por decirlo de alguna modo, contundente, a veces impactante, otras que no siempre excitante y sobre todo, no es necesario pensar, solo ver y oír. Pero tiene un fallo, su propia contundencia, hace que sea una información sesgada, una verdad a medias, si os fijáis la mayoría de los videos, son excitantes cierto, pero lo son sobre todo porque mucho de nosotros conocemos, los pormenores de este juego, por experiencia propia o por haberlo hablado y leído, a alguien ajeno es muy difícil que llegue a entender algo y puede ver algo mas allá de la típica escena y si le pidiéramos un resumen de lo que ha visto razonable, o bien nos diría que de razonable nada o bien nos diría, que ha visto un vídeo de una practica sexual, entre un/a sadic@ (se excita produciendo dolor) y un/a masoquista (se excita sintiendo dolor), difícilmente a través de un vídeo se pueda ver mas allá de esto, si no conoces el juego.
Y es que la inmensa mayoría, recurren a plasmar un juego de rol, es la salida fácil, sin comerse mucho la cabeza y ademas en caso de intentar mostrar alguna cosa mas, que un momento muy determinado de este juego, se necesitaría de un presupuesto mucho mas elevado, de actores y directores de calidad y aun asi, dudo mucho que se pudiera transmitir esa otra realidad, mas allá de ese momento. A Dagmar Rasmussen una danesa, conocida en los ambientes del d/s mundial se le atribuye una frase: ” Amo mas la siutacion antes del castigo, que todo lo que pasara después, pero claramente menos, que los minutos entre una y otra situación”. Es una frase corta, pero claro, de algo difícil de mostrar, pero que estoy seguro que much@s de nosotros entendemos y sobre hemos sentido y la verdad veo imposible, mostrar lo que expresa esta frase con un vídeo, es algo que solo se puede sentir, en carne propia, sin mas.
Hoy cuando
pensaba hace un rato en que escribir, me ha venido el recuerdo de una
conversación reciente, con una spankee, que me confesaba, que en muchas
ocasiones se le planteaba el dilema de que hacer, con respecto al juego, por
una parte me decía que muchas veces esta tentada a desobedecer al
spanker, a provocar el desarrollo del juego y a la vez también siente
la necesidad de obedecer y contentar al spanker.
Este mismo
dilema, muchas veces lo he tenido yo como spanker, por una parte, muchas veces
pienso y deseo que la spankee incumpla, que me provoque, incluso
deliberadamente, que no es lo mismo el pecado por acción, que
por omisión y por otra parte, también me hace sentir bien
sentir bien, que me obedezca, percibir como mejora aquello en lo que hemos
decidido intervenir, como avanza esa “educación”. Ciertamente es
contradictorio, por una parte necesitas de esa parte, traviesa y rebelde, que
es indispensable para jugar, pero por otra es gratificante que se cumplan esas
normas consensuadas. Pero como en todo en la vida, la clave esta en
el equilibrio, tener ambas partes sin renunciar a ninguna, usar
la imaginación, improvisar, inventar y progresar, para no dejar morir el
juego, para así poder seguir sintiendo siempre esas dos partes, tan
diferentes pero necesarias ambas, este es un juego lleno de contradicciones, de
pequeños dilemas eternos y de
una también eterna búsqueda de ese equilibrio, que nos
permita seguir sintiendo esas mariposas, sea cual sea el camino.
¿Qué es un collar?, ¿Cuál es su sentido? Me he hecho estas preguntas a menudo; intentaré responderlas aquí.
Los collares pueden tener multitud de formas: cualquier banda que se ajuste al cuello es un collar. Los collares clásicos están hechos de cuero o metal, y tienen anillo(s) que penden de ellos. También hay collares hechos específicamente para ser exhibidos: estos poseen normalmente un diseño más elaborado y no están pensados para ser usados en una sesión real (aunque algunos puedan serlo.
Como quiera que llevar un collar clásico sería excesivamente engorroso en la vida cotidiana, algunas / os sumisas/os llevan colgantes de distintos tipos: un collar de perlas, una banda, una gargantilla, o cualquier cadena que se ajuste al cuello. También haysumisas/os que llevan una cadena en el tobillo como collar simbólico, y también algún tatuaje. Como se puede ver, la elección es muy variada, limitada solo por vuestra imaginación y lo que tú y tu dominante consideréis apropiado.
Personalmente, considero el collar como un honor tanto para el/la sumiso/a como para su dominante. Es un honor para el/la sumiso/a que su dominante le permita llevar su collar, y para el/la dominante, que el/la sumiso/a acepte llevarlo. El collar es propiedad del dominante que lo coloca y si, por alguna razón, es retirado, debería ser devuelto al/la dominante, aunque esto no deja de ser una cuestión de elección personal.
Las razones por la que se lleva puesto un collar son muy diversas: para mostrar tu condición de sumiso/a, para demostrar que eres poseida/o, para recordarle al sumiso/a su estatus, y para mostrar de forma visible el compromiso entre el/la dominante y el/la sumiso/a. Llevar tu collar puesto, no importa que forma tenga, debe tomarse con seriedad y orgullo. Mientras lleves el collar de tu dominante, tu conducta dirá tanto de el/ella como de ti mismo/a. El collar de alguna manera dice quien es tu dominante, y puede ser algo tan simple como su primera inicial o su símbolo personal.
Un/a sumiso/a con collar es normalmente intocable a menos que su dominante de permiso expreso. He presenciado reuniones de dominantes en las que el sumiso/a del grupo podía ser castigado por cualquiera de los dominantes, si su dominante no estaba presente cuando el/la sumiso/a cometió la infracción. Supongo que debe haber también grupos en los que el sumiso/a puede ser usado/a sexualmente por cualquier dominante, aunque personalmente no he conocido ningún grupo así. La mayoría de las relaciones con las que me he encontrado son relaciones de pareja entre un/a dominante y su sumisa/o, en las que el/la sumiso/a con collar es intocable por los demás sin el consentimiento del/la dominante.
La mayoría de las parejas establecen un contrato entre las partes en el que se detallan las responsabilidades de cada una, antes proceder a colocar el collar. Estos contratos pueden ser tan extensos o tan breves como la pareja lo desee. El desarrollo del acto en sí de la colocación del collar es una elección personal. Puede ser una ceremonia pomposa y solemne, similar a una boda con invitados y demás, o solo estar presentes los miembros de la pareja a solas, diciéndose las palabras que para ellos son significativas de su compromiso. La ceremonia es un acto personal que debe reflejar el vínculo que el collar simboliza.
Con la llegada de Internet, mucha gente esta entrando en contacto con este estilo de vida a través de este medio. Desgraciadamente, mucha de la información disponible en la red no es exactamente muy precisa. Para algunos el collar no es mas que una joya, sin mayor significado o importancia, y fácilmente retirable. Pero para la mayoría de nosotros el collar es un símbolo importante en nuestro estilo de vida. Algunas personas comparan el collar con un anillo de bodas, como símbolo del compromiso que los miembros de la pareja tienen el uno con el otro. Aceptar un collar no debería por tanto hacerse sin pensarlo, a la ligera. Antes de colocar el collar las partes debe discutirse ampliamente cómo entienden cada una de ellas la relación. Estas discusiones (normalmente denominadas “negociaciones”) deben incluir lo que el collar significa para cada una de las partes, qué faltas podrían dar lugar a que el collar fuese retirado, y cómo se va a llevar a cabo la ceremonia de aceptación del collar. Algunas personas opinan que el/la dominante debe ser siempre quien ofrezca su collar, para otras en cambio el/la sumiso/a puede suplicar que le sea concedido el honor de llevarlo. A lo largo de las discusiones / negociaciones con un posible dominante/sumiso/a, deberá también quedar claro cual será la mejor manera de abordar el tema de la colocación del collar. Por ejemplo, para aquellos que prefieren una entrega del control más completa, como en las relaciones Amo/a/esclava/o, el esclavo/a suplicará poder llevar el collar. De nuevo, y como en tantos otros casos, se trata de una cuestión personal que debe ajustarse siempre a lo que más convenga a vuestra relación.
Author:Raven Shadowborne ©
¿Bondage o Shibari o Kinbaku?
Cuerdas y más cuerdas: Recorriendo el vasto mundo del
Bondage como concepto universal de ataduras eróticas, he pasado por el
shibari-kinbaku, platicado con puristas del kinbaku y con liberales
occidentales del Bondage.
Es un mundo tan simple o tan abstracto como se le desea ver
y no todos se consideran practicantes de BDSM; muchos de ellos se autodenominan Rigger, Bondager, Bondagee, Top, Bottom, Nawashi y Dorei,
entre otros.
¿Pero cuál es la diferencia entre Bondage y Kinbaku (omito
la palabra Shibari, ya que ésta sólo significa ataduras en japonés y no hace
referencia a la atadura erótica o de sometimiento y/o predicamento)?
Podría decirse que inicialmente se trata de cultura, ya que
el Kinbaku implica una conexión de dos almas mediante una cuerda. ¿Pero no hay
conexión en occidente? Por supuesto que la hay. ¿Pero en occidente el Bondage
también se usa para sexo, en oriente no? Claro que sí. Las atmósferas y
concepciones de la sexualidad, erotismo y tortura erótica son muy diferentes y,
aunque en todo el mundo se puedan recrear las mismas ataduras, podría decirse
que en el “Bondage oriental” se perfecciona más la técnica, aunque no implica
que sea mejor o peor.
Los puristas del Kinbaku hacen mención que sólo siendo
discípulo de un Nawashi y viviendo años en Japón podrás aprender Kinbaku.
Actualmente los occidentales atan como orientales y los
orientales como occidentales, incluso muchos Nawashis japoneses dicen que hacen
Bondage, lo cual crea aún más confusión.
Si bien la cultura japonesa ha podido mantener sus
tradiciones e historia, otros países por diferentes guerras y conquistas no.
Esto no demerita que otras culturas, como la azteca, maya, inca, indios
americanos, egipcios y otras culturas más, hayan tenido su tradición de sometimiento
con el uso de las cuerdas tal y como se realizaba en el antiguo Japón con los
samuráis.
¿Entonces cómo se llama lo que hacemos con las cuerdas?
Llámalo Bondage, Shibari o Kinbaku; el fin es el mismo.
En la actualidad todo se ha globalizado y muchos Nawashis
hacen ataduras muy estéticas buscando algo más que las típicas escenas del
Bondage oriental, así como muchos Riggers buscan realizar ataduras orientales.
Hace unas semanas,
dentro de todo lo que me ha pasado este mundo me dio un pequeño respiro
y una spankee me hizo una pregunta, sobre la experiencia dolorosa, desde mi
lado del juego. Sé que suena extraño, que parece una paradoja y que haya quien
se pregunte ¿Pues como no te duela la mano?, que duele y no es broma, bueno más
bien pica, aunque también hay que reconocer, que es un picor soportable y que
si la mano pica, es seguro que otra parte del cuerpo de otra persona
literalmente hierve.
El dolor en el spanker, no es físico, es un dolor mental,
psicológico. Una de las características del dolor, es que es algo que no puedes
controlar, sin embargo un spanker durante el juego debe tener el control, sobre
la otra persona y sobre si mismo, por lo tanto debe controlar el dolor. El
dolor en el spanker no lo produce la realidad, no son unos receptores
estimulados que transmiten una información al cerebro y este responde creando
una sensación de dolor, el dolor se gesta directamente en el centro de
operaciones y lo crea el deseo contenido hacia la otra persona y a la vez la
autoexegencia contigo mismo y al ser un dolor que no depende de estímulos
internos, que se gesta desde dentro y por lo tanto controlas.
Pero que sea mental y controlado no significa que no duela,
es doloroso enfrentarte a todas y cada una de tus inseguridades para poder
jugar, inseguridades que además no se rinden fácilmente y hay que golpear duro
para que se rindan. de alguna manera necesito herirme para poder sentirme con
la seguridad suficiente para afrontar un juego, eso lleva a otro dolor, el que
provoca la auto exigencia llevada al límite, que a su vez implica el romper tus
propios valores, sacar tu parte más fría y calculadora, sin dejar de parecer
cálido y cercano, no es nada fácil y realmente doloroso, llevar dos batallas
paralelas, una contigo mismo y la otra evitando a toda costa que se transmita,
tienes que gestionar todas las dudas y titubeos que te asaltan por momentos, a
la vez mostrar la firmeza y determinación imprescindibles para jugar y todo
ello sin perder la concentración necesaria, para saber interpretar toda la
información que recibes de la otra persona. Los juegos son excitantes cierto,
pero también tienen para mí una carga dolorosa,
de tensión y exigencia, estoy
seguro que si no la tuviesen, perderían su encanto.
Todo un juego de sensaciones, que bien podría narrarse así.
Nervios:Es
ese torrente que fluye por tu vientre,
cuando te dicen te voy a azotar, nervios que se transforman en
excitación.
Es la excitación física de saber que dentro de nada vas a
estar en mis rodillas, medio vestida pero sintiéndote más desnuda que sin nada
de ropa, sintiendo mi cuerpo caliente y como mis manos fuertes y firmes te
tocan y te sujetan. Y excitación de pensar que cuando todo termine, nos reconciliaremos
a través de nuestros cuerpos.
Es la excitación mental de saber que ya no tienes el control,
que a partir de ahora, tu mente se bloquea para obedecerte, que te pongo a mi
disposición, que soy yo quien toma las
decisiones sin consultarte, sabes que yo decido
como y cuanto, te excita, es un
extraño placer, como en un baile que me une a ti. Me excita esa sensación de
confianza ciega y mutua, no tenemos muy
a menudo esa oportunidad de confiar a ciegas en alguien.
Sé que te va a doler, pero no te voy a hacer daño.
Miedo: Estas en mis rodillas, tienes el vestido
levantado, tu ropa interior están a mitad de camino de donde deberían, sé
que notas la presión de mi mano apoyada
en tu espalda, como paso mi pierna por encima de las tuyas, te siento indefensa, sin ningún control de la
situación, pequeña y vulnerable, eso da miedo, tu cabeza te dice que luches, que me vayas!, pero ese mismo miedo es a la vez atracción, porque
a la vez sientes que cuido de ti, que nada malo me puede pasar, que todo va
encaminado a sentir y a disfrutar, te siento totalmente comprometida contigo a
pesar del miedo, te siento segura.
Dolor:Los
primeros azotes duelen sobre todo por la sorpresa y la tensión, tu cuerpo esta
tenso, pero a media que van cayendo te
relajas y toda esa excitación hace de anestesia, me relajo y siento, poco a poco voy notando el calor que
sube y reaparece el dolor, esta vez no se diluye, va en aumento, cada nuevo
azote sube un poco más su intensidad y empieza a ser la sensación dominante, lo
que invade todo y tu cabeza empiezas a suplicar en silencio que pare, vuelve la
lucha, quieres poner las manos, gritar, pero no lo haces otra parte de cabeza te pide que aguantes un poco más, que vivas
esa experiencia, las sensaciones son contradictorias de nuevo, la impotencia de
no oponerte, no casa con la excitación que moja tu entrepierna y finalmente
cesan los azotes y solo notas picor, ardor que se irradia por todo tu cuerpo,
necesitas coger aire profundamente, estas agotada.
Necesidad: Después de ese
vacío de tiempo, empiezas a sentir nuevas necesidades que colmar, toda esa
mezcla de sensaciones tensión, nervios y miedo han desaparecido, solo continua
contigo el dolor, pero aparecen de nuevas, te siento pequeña, tierna y muy
vulnerable, siento que necesitas mis
brazos, que te toque, que te que
acaricie, necesitas decir algo pero no te salen las palabras, a veces incluso
tienes ganas de llorar, sabes que tienes
que esperar, a reordenar todas esas sensaciones, que necesitas un poco de
tiempo de soledad sin que me vaya.
Enseguida el dolor y el picor que todo lo invaden, se vuelve un ardor
agradable, tu cuerpo es todo ansia de placer, de experimentación, vuelves a ser
consciente a sentir la excitación, esta vez mucho más lasciva y sexual,
necesitas que te haga mía, sentir otra vez mis
manos, mis dedos y otras cosas
corrompiendo tu cuerpo, volver a sentirte mía de otra manera.
Paz:Es
la palabra que mejor describe, el final de todo este carrusel de sensaciones,
es lo que sienten nuestros cuerpos y mentes después de un juego, una sola palabra:
paz. Después de toda la guerra de sensaciones que acabamos de sentir, todo
termina en paz.
Aunque la castidad es tanto masculina como femenina. En la Edad Media los cinturones de castidad femeninos eran un cinturón o braga de hierro, cerrable con llave, que supuestamente se obligaría a usar a algunas mujeres para evitar las infidelidades o deslices sexuales, y el objeto ganó popularidad en Inglaterra en el siglo XIX.
Esta es la opinión más habitual, aunque equivocada. El cinturón de castidad no podían usarse más que durante unas horas, a lo más un par de días. De otra forma, la mujer que lo llevase hubiera muerto víctima de infecciones, abrasiones y laceraciones provocadas por el contacto con el metal.
En realidad, el cinturón de castidad era utilizado por las mujeres como defensa contra la violación, en época de acuartelamiento de soldados, durante viajes y en estancias nocturnas en posadas. Su uso era mas frecuente en enfermeras y religiosas que atendían heridos en los frentes de batalla para evitar las violaciones.
De cualquier modo, el cinturón de castidad femenino es en realidad una invención muy posterior a la Edad Media, como mínimo del Renacimiento. En la actualidad siguen existiendo en forma de juguetes eróticos y ahora existen, además, cinturones de castidad masculinos que impiden a los hombres tener erecciones.
Ventajas de la castidad masculina
Mantiene la excitación del hombre y lo hace más ansioso por servir a su Amo/a.
No se trata únicamente de evitar la eyaculación, sino de la la combinación de la estimulación del deseo y la negación de su culminación por medio del orgasmo. Es de sobra conocido que la devoción y dedicación de los hombres disminuye después de haber eyaculado, tanto en una relación de pareja corriente como en una de dominación. Por tanto un sumiso que eyacule frecuentemente se convierte en un servidor descuidado y poco atento.
Sin embargo, un sumiso al que se mantiene excitado y se le prohíbe el orgasmo, estará mucho más deseoso de servir a su Amo/a. casi todo el mundo coincide en que la excitación incrementa el fervor del esclavo por servir y, lo que es clave, la devoción por hacerlo de la forma en que más pueda complacer a su dueño/a.
Resumiendo: la adoración del esclavo por su Amo/a se intensifica a causa de la excitación/abstinencia. Por lo que la castidad, se convierte en una herramienta básica a la hora de dominación.
Dominación femenina
¿Porqué las Amas son tan fans de poner cinturones de castidad a sus sumisos?
La mayoría de las mujeres alcanzan mayoritariamente el orgasmo mediante la excitación del clítoris, por ese motivo poner un cinturón de castidad a un sumiso no les supone ningún problema para su sexualidad. El esclavo tiene manos, labios y lengua para complacer a su Ama, siempre que ella quiera, por lo que el pene del sumiso pierde importancia relativa para la sexualidad femenina.
Y puesto que el Ama no necesita necesariamente del pene del sumiso, un cinturón de castidad no es obstáculo para que Ama obtenga placer. Además la dominación femenina implica que la sexualidad del sumiso tiene como objetivo fundamental el placer de su Ama, así que le toca joderse.
Por ejemplo muchas Amas adiestran a sus sumisos para que perfeccionen su capacidad de complacerlas oralmente o de otras maneras, dejando un poco de lado la penetración, porque no supone un componente esencial.
Otro motivo es que el negarle al sumiso el acceso a la vagina de su Ama, así como el poder eyacular, demuestra el poder del Ama sobre el sumiso. Lo mismo ocurre en las relaciones BDSM gays cuando un Amo controla las eyaculaciones de su esclavo.
Por eso el control de la eyaculación resulta una prueba palpable que pone de manifiesto el poder del Dominante sobre el sumiso. Y más en el caso de los hombres, que tienen una gran fijación por su pene y su eyaculación.
La eyaculación del sumisoLa eyaculación del sumiso se suele producir mediante la masturbación, normalmente realizada por él mismo, aunque hay algunos/as dominantes a los que les gusta “ordeñar” a su sumiso personalmente, quizá porque les parece que es una buena manera de demostrar su dominio. De todas formas, hay una práctica casi generalizada entre las parejas de Dominante/sumiso: el sumiso tiene absolutamente prohibida la masturbación sin permiso explícito de su Dominante.Además, es frecuente que los Dominantes obliguen al sumiso a eyacular de una forma que le resulte humillante y ponga de manifiesto su posición subordinada, lo que, además, puede resultar divertido para su dueño/a.
Como hacer que al sumiso le resulte humillante la eyaculaciónEl sumiso debe masturbarse delante de su Ama/o y no estando sólo.Obligarle a hacerlo en una postura humillante (por ejemplo en el suelo a cuatro patas), o con determinada vestimenta.Obligarle a masturbarse mientras el Dominante se dedica a cualquier otra cosa, sin prestarle mucha atención.Hacerle eyacular en sus propias manos y obligarle a mantener el semen en sus manos un rato, antes de obligarle a tragarlo. Obligarle a esperar tiene dos objetivos: el primero, que se enfríe el semen para que sea más desagradable comérselo; y el segundo, que el sumiso pase un tiempo quieto y concentrado en lo que sabe que va a tener que hacer poco después.porPlaneta BDSM
Se denomina figging a un juego erotico o sexual,que
consiste en jugar con un tallo de raiz de jengibre, preparado para la zona
genital.
Ya se sabe que el jengibre es estimulante y
afrodisíaco, pero también hay gente que lo usa como juguete sexual. Aunque
todavía hay controversia en cuanto a sus orígenes y razones de ser, algunas
fuentes la situan en la Época Victoriana (S. XIX) cuando se utilizaría en
algunos correcionales durante los azotes en las nalgas. Poniendo jengibre en el
ano de la víctima se conseguía que no tensara los glúteos, y de esta forma los
azotes eran más dolorosos :) A partir de ahí deriva en una práctica sexual
consentida.
El Figging se usa como una forma de humillación y
castigo, pero en dosis pequeñas puede servir para intensificar o retrasar los
orgasmos.
Preparación:
No es fácil encontrar raiz de jengibre fresca, su
forma se parece a la de una mano con varios dedos. Por desgracia, muchos
supermercados precortan dichos dedos para empaquetarlos según les conviene.
Intenta evitar el uso de estos dedos precortados. Si no encuentras raiz de
jengibre fresca en supermercados, siempre puedes echar un vistazo en alguna tienda
oriental de comestibles. Si consigues una, guarda la mano entera en un lugar
fresco y seco hasta que estés listo para usarlo. Tampoco dejes pasar mucho
tiempo o se envejece.
Hay Dominantes que prefieren prepararlo ellos, y hay
otoros que prefieren ver como el sumiso lo prepara. En cualquier caso, en el
momento de usar el jengibre, cortas uno de los dedos y lo pelas con un cuchillo
pelador de vegetales, sin que quede nada de piel. Desde el momento en que
empezamos a pelarlo comienza a oxidarse e ir perdiendo propiedades. Asegúrate
de que no queda piel, y también de que has alisado todas las protuberancias.
El jengibre es fibroso, y puede necesitar cierto
tiempo para prepararlo, también tiene un aroma particular, que en sí mismo
puede ser un factor de anticipación, por lo que no te apresures y disfruta de
la preparación del mismo.
Un truco consiste en rebajarlo un poco hacia el final
del dedo, para que el esfinter se cierre ahí y lo retenga, a modo de buttplug.
Ten cuidado con esto pues también debilitas el dedo al hacerlo más delgado.
Una vez que haya completado este paso con cuidado,
enjuaga el dedo en abundante agua fría. Asegúrate de que la punta del dedo es
suficientemente redondeada.
Lo más común es usarlo en el ano. El tiempo en que
tarda en hacer efecto variará según la persona, e incluso la sensación que
produce, que para algunos puede ser un leve picor, mientras para otros puede
ser un ardor muy intenso. En lo que coincide mucha gente es en que produce una
gran excitación y provoca deseo de ser penetrado.
Ahora que ya estás listo para empezar a jugar: no
utilices lubricante con un dedo de jengibre. El lubricante actúa como un
sellador y evita que el jengibre libere su jugo. En lugar de lubricante puedes
usar agua fría para mantener el dedo húmedo.
Inserta lentamente el dedo de jengibre en el ano del
pasivo. No te apresures. Tómate tu tiempo. El jengibre mojado es resbaladizo y
debería deslizarse con cuidado. Cuando por fin se abre el ano y entra el
jengibre, deslízalo hasta el anillo y deja que el pasivo cierre el culo
alrededor. Lo bueno del jengibre es que necesita un poco de tiempo para
producir sus efectos. Una vez que empieza, se desarrolla de manera constante.
Mientras que estás esperando que empiece
la diversión, ves a lavarte las manos. Mucho cuidado con tocarte los ojos, o
los ojos de la otra persona, por accidente teniendo las manos manchadas de
jengibre!
Ahora siéntate, ponte cómodo y disfruta del trabajo.
O, como lo hicieron los victorianos, inicia la paliza. Dependiendo de la
fortaleza del pasivo, la potencia del jengibre y la actitud mental que proyecta
le dará una variedad de reacciones. Si bien algunos pasivos afirman sentirse
decepcionados, la gran mayoría coincide en que los efectos son más de lo que se
imaginaban.
Para aumentar el efecto, júntale las nalgas del
pasivo y mantenerlas juntas durante un
minuto o dos. Esto provoca un gran aumento en la sensación de ardor y si se
hace de vez en cuando, lo mantiene alerta. También puedes ordenarle que las
apriete él. Los efectos del jengibre durarán aproximadamente veinte minutos más
o menos – después de lo cual, los efectos disminuyen rápidamente.
Lo bueno de jengibre es que no importa cuán intenso es
el efecto sobre el pasivo, ya que no le hará daño a él/ella y, además, es de
corta duración. Una vez que cesa la sensación, retira el jengibre. El jengibre
natural tiene una propiedad que le sitúa muy por encima de cualquier sucedáneo
de jengibre.
Por eso se dice, que el jugo de la raíz tiene la
capacidad de causar increíbles deseos sexuales. Algun@s subs han empezado a
llorar, rogando para que algo se insertara en su ano y tener un orgasmo. La
reacción del jugo de jengibre es diez
veces si entra en contacto con el
clítoris. Corta un trozo pequeño de jengibre y asegúrate de que tiene un lado
plano. Coloca este lado directamente sobre el clítoris y mantenlo en esa
posición.
Precauciones: algunas personas pueden ser alérgicas al
jengibre, en cuyo caso es evidente que no pueden jugar a esto. Aségurate
de no ser uno de los pocos alérgicos.
Disfruta de la experiencia, jugando seguro y sensato.
por PlanetaBDSM
Una azotaina siempre tiene un doble objetivo, que se fusiona
durante la misma: dolor y placer o más bien hacer de dolor un placer, pero la
forma en la que se aplica puede variar mucho la supremacía de una sensación
sobre la otra. Si se desea que predomine el placer, la azotaina debe de
aplicarse de forma gradual, dándole la oportunidad a la carne de aceptar su
entrega. Si lo que se pretende es potenciar la sensación de dolor, se trata de
crear una coreografía, para resaltar el dolor y la humillación (dentro de un límite).
Para ello la posición de la azotaina juega un papel
fundamental, si queremos que predomine el placer, una posición cómoda y
relajada, es lo ideal, Cuanto menos se dobla la cintura, el relleno natural de
las nalgas mejor absorbe el impacto, cuanto más se dobla la cintura, la piel y
los músculos quedan más tensos y mayor es la picadura de cada azote. Entonces
si buscamos una azotaina que potencie el placer no ha mejor posición que otk
(sobre las rodillas), ya que permite un vinculación directa y además la
sensación de luchar sin que tener que luchar contra la reacción instintiva de
huida, para así concentrarse en las sensaciones que está sintiendo y
transformarlas en placer. El contacto corporal directo que otorga esa posición
es tranquilizador y relajante, ya no solo la palma de la mano, si no que la
mano libre en la espalda o las piernas debajo provocan un contacto físico
constante, eso lleva a conseguir un disfrute del dolor, permanecer en la cima
del mismo, sin caer al abismo, que queda tapado por una bruma de endorfinas que
difuminan la dualidad entre dolor y placer.
“Si la intención es que domine el dolor, la posición elegida
será con la cintura más doblada, hay muchísimas posiciones con más o menos
grados de inclinación, en este caso no hay sujeción de ningún tipo, salvo la
orden de que debe mantener su posición hasta que se le diga, eso provocara una
lucha entre la reacción de huida y la reafirmación de su presentación y cada
segundo que permanece inmóvil aumenta la sensación de humillación y vergüenza.
En cuanto a mí, el placer de control absoluto ante la escena es inigualable.
Cuando se azota potenciando el placer, los azotes se
empiezan a aplicar de manera suave y progresiva, me gusta la idea de empezar
con la ropa puesta, seguir por encima de la ropa interior, para terminar con la
piel desnuda, haciendo pausas, para acariciar y comunicarse durante las mismas,
esas pausas son fundamentales, para que la próxima tanda se genere una natural
resistencia al dolor y se pueda aumentar el ritmo y la intensidad, conforme
vayamos notando un aumento del dolor, esas caricias se pueden transformar en más
íntimas, estimulando directamente la zona genital, mezclando así el ardor de
los azotes, con el placer de la estimulación sexual, con el objetivo de
mantenerse siempre en esa invisible frontera de dolor y placer, disfrutando de
como la piel va mutando del ligero rosado al brillante escarlata.
Cuando se trata de potenciar la experiencia dolorosa hay una
norma a tener en cuanta, el efecto de un azote, no puede diluirse antes de
recibir el siguiente, tal vez la mejor manera de asegurarse esa sensación, es
usar instrumentos, también hay que insistir en algunas zonas en especial, más
sensibles, como el pliegue de las nalgas con los muslos. También se trata de
aumentar la humillación y la vergüenza y contar los azotes por ejemplo es un
buen sistema, ya que se toma conciencia de cuantos más tiene que soportar y de
alguna manera es consorte de su propio castigo.
Una vez terminados los azotes, también debemos asegurarnos
de una correcta vuelta a la normalidad. Dependiendo de la intensidad del juego,
esa vuelta puede ser de muchas maneras, a veces basta con un abrazo o
simplemente con tiempo de silencio para permitirle que ella sola vuelva al
estadio inicial, otras puede derivar en sexo casi inmediato, en una larga
sesión de caricias con la aplicación de cremas o refrescar la zona, algo que
puede ser un placer en sí mismo. Otras veces se impondrá un periodo de
cuarentena, que alargue psicológicamente el castigo, un tiempo en el rincón, la
prohibición de aliviarse el escozor de ninguna manera, tener que sentarse en
una áspera silla o incluso ser poseída en la misma posición de la azotaina,
haciendo que a cada embiste las pieles choquen, la variedad de finales es muy
amplia y debemos elegir el que mejor se adapte a las sensaciones que queremos
crear.
A continuación veremos las diferentes personalidades de los Dominantes que integran el estilo de vida BDSM. Hay que tomar en cuenta que no todos encajan perfectamente con cada una de estas clases, y tal vez compartiremos cualidades de cada uno.
El Macho/Hembra Alfa:
Esta persona tiene una absoluta confianza en sí misma, y cuando no es así intenta por todos los medios que no sea visible. Es un/a seductor/a nato y no tiene reparos en utilizar todo su carisma para conseguir atraer a quien se proponga, fundamentalmente para saciar un capricho fugaz que pocas veces fructifica en algo a medio/largo plazo. Usualmente no reconoce sus defectos, y si lo hace es para mostrarse menos egocéntrico de lo que realmente es, a fin de ganarse la confianza de los demás. Se cree con derecho a considerarse el/la mejor y bajo esa premisa hará lo que crea necesario para mantener sometida a otra persona a sus pies, con lo que muy fácilmente sus maneras y argucias caen en actos deshonrosos o de ética muy discutible. Aunque exteriormente haga ver que le hacen gracia las actitudes rebeldes y contestatarias en realidad le irritan especialmente, ya que necesita aglutinar todo el protagonismo sobre sí mismo/a. Sin embargo no se conforma con cualquier persona sumisa pasiva y apocada; a su lado necesita a alguien de similar inteligencia a la suya y lo suficientemente atractiva físicamente como para resultar la envidia de otros Dominantes. Una persona que se cree una ganadora siempre desea el mejor premio y con frecuencia cambia de sumisa/o cuando tiene a la vista a alguien mejor. Por contrapartida suelen ser los más atrayentes, intensos y cuidan al máximo su imagen.
El Dom perezoso:
Este tipo de Dominante sería feliz si encontrase una máquina para azotar que le librase del esfuerzo de hacerlo personalmente. En casa suele ser desordenado y poco aseado, y disfruta especialmente teniendo a un/a sumiso/a doméstica para ese tipo de labores. No es riguroso con su aspecto físico y tampoco con el de los demás, porque disfruta de la apatía y de la calma como pocos. Aunque tiene a gala ser un hedonista refinado también terminará por manifestarse como alguien relajado en sus costumbres y con tendencia a la inactividad. Es poco proclive a imponer normas severas o rutinas diarias porque le supone tener que supervisar que se cumplan. En contrapartida suele ser alguien bastante afectuoso y tolerante, de alto nivel cultural y don de gentes.
El practicante ocasional:
Habitualmente es alguien casado/a, aunque no necesariamente, e infrecuentemente proclive a mantener relaciones vinculantes con la persona sumisa. Prefiere tener encuentros una vez a la semana, o un par de veces al mes, y para cada uno estudiará concienzudamente las técnicas que requiera la sesión que tenga en mente. Tiene más interés en considerarse el mejor practicante de algo en concreto que de mantener un estrecho vínculo con cualquier persona sumisa. Son los denominados ‘Dominantes del maletín’, que proponen en un tiempo récord realizar una sesión y viajan a cualquier lugar para llevarlas a cabo. Con ellos resulta realmente difícil resultar lastimado, ya que saben lo que hacen dentro de la actividad elegida, pero no ofrecen mayor profundidad. Suelen delegar en la parte sumisa la responsabilidad de buscar a terceras personas y enfatizan especialmente el asunto de compartir gastos cuando la “relación” se prolonga en el tiempo. Desaparecen casi como por encanto cuando la parte sumisa comienza a dar señales de frustración emocional o cuando encuentran a alguien geográficamente más próximo.
DaddyDom MommyDommes
Suelen ser personas de edad madura, muy amables y afectuosas, interesadas en personas muy jóvenes que asuman el rol de hijas o hijos, como una extensión de un incesto positivista. Suelen mimar, proteger, enseñar con paciencia e incluso malcriar a las personas a su cargo, pero de alguna manera se ven afectados por los complejos de Electra/Edipo de la otra persona y terminan por ser fácilmente manipulables. Contrariamente a los anteriores tipos de Dominantes no encuentran algo así como hiriente, dado que asumen que el amor/odio es intrínseco al tipo de relaciones que prefieren y habitualmente saben protegerse emotivamente. Son los Mentores/Protectores por excelencia, pero en demasiadas ocasiones sus ganas de sobreproteger puede conducirles a que la otra persona se sienta obligada a ofrecer algo a cambio, y a que ellos/as no lo rechacen con la firmeza necesaria. Prefieren relaciones donde la sinceridad y la confianza sean primordiales, y con el paso del tiempo, cuando la relación ya no existe, se convierten en el mejor consejero. Por desgracia también son proclives a las multirelaciones, a formar “familias” puramente sexuales y a practicar un BDSM de baja intensidad.
El Master La Mistress (Am@)
Este tipo de Dominante suele esperar algo más de quien se le somete, comparándolo con los anteriores. Prefiere una relación en la que el/la esclav@ acepte sus normas y sus preferencias, con escaso margen para modificarlas. Literalmente desea a alguien que haga cualquier cosa, y que pase por cualquier cosa, por él/ella. Podría sentirse igual de feliz con una sirvienta doméstica como con una persona sumisa altamente bien entrenada, dado que lo que más le interesa es la especialización, en lugar de alguien ‘bueno para todo’. Acepta sin titubeos asumir cualquier tipo de responsabilidad y es muy posesivo con las personas a su cargo, pero nadie más tomará decisiones. Se caracteriza por preferir relaciones estrictas y sólo aceptará lo mejor de la persona sumisa, a la cual terminará por conocer mejor que ella misma. Suele ser alguien muy curioso (especialmente con el pasado de los demás), carece de complejos y tienen tendencia al perfeccionismo. Este tipo de persona mira más allá del aspecto físico porque el aspecto mental le atrae más que cualquier otra cosa. Ha investigado con profundidad el BDSM y sabe qué hacer con la mayoría de “juguetes”, y cuando encuentra novedades no duda en probarlas en sí mism@ para conocer con exactitud el efecto que causan, antes de probar con otras personas. Suele dedicarse a aconsejar o a enseñar de manera altruista, pero con quien se encuentra más a gusto es con personas ya iniciadas. Anteponen la honorabilidad de sus actos por encima del hedonismo o el narcisismo. Suelen practicar el BDSM de más alta intensidad.
L@s Sádic@s
Poco se puede explicar sobre este tipo de Dominantes. Para estas personas el dolor es la base de sus juegos en el BDSM. Dentro de esta tipología pueden encuadrarse tanto los de sadismo moderado como extremo. Igual establecen relaciones simplemente ocasionales como altamente vinculantes con alguien en concreto. Cuando se trata de alguien con experiencia son meticulosos hasta lo indecible por saber qué umbrales de dolor acepta la otra persona, y en el caso de sádicos mentales suelen ser personas muy inteligentes y observadoras. Generalmente poseen altas dosis de autocontrol, lo que les convierte en un “torturador” exquisito y refinado. En algunas ocasiones pueden resultar personas algo tortuosas y frías.
Dioses Menores
Son personas que exigen ser tratados como un dios en su casa y adorados como tales. Muchos de ellos son ritualistas y tienen actividades muy claramente definidas, en gran parte basadas en la gratificación de su ego. Incluso el sexo con estas personas es unidireccional: La deidad recibe la adoración, y el deber de quien se somete es complacer, sin pensar en sí mism@. Son personas muy afines a crear complejos y detallados escenarios decorados según la temática que elijan: gótica, vampírica, mitológica, oriental, etc y sus aficiones vainillas también están enfocadas a esas temáticas. Suelen ser personas muy imaginativas, misántropas, en ocasiones solitarias, que no pasan desapercibidas en el mundo convencional ni por su imagen ni por sus actitudes.
Osos
Son los hombres Dominantes de las comunidades homosexuales involucrados en el movimiento ‘leather’ (cuero), con lo que no son exclusivos del BDSM; también se encuentran en el mundo motero, por ejemplo. Fetichistas del cuero suelen tender a acentuar una imagen de hipermasculinidad, acompañada de mucho vello. Dominan a los hombres con tendencias femeninas, con los que sacian sus elevados apetitos sexuales, aunque algunos son bisexuales.