No hay mayor esclavitud que la libertad que no se desea, ni mayor libertad que la esclavitud de una sumisa entregada en la intimidad ya que el resto del mundo no tiene ni idea de hasta qué punto es cariñoso e íntimo este acto.
Recuerda que el collar más importante es aquel que es invisible, aquel que se lleva dentro y que se siente por encima de todas las cosas y es el que conecta a la sumisa con SU AMO.
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Para empezar, se debe entender que la Humillación y la Degradación son totalmente distintas. La humillación erótica y la degradación erótica no son lo mismo, aunque a menudo se habla de manera que pueden interactuar y agruparse como "humillación y degradación" en una sola dinámica en el BDSM
Son muchas las emociones que podemos sentir de manera intensa. La culpa, la ira, la tristeza y la rabia son algunas de ellas. Sin embargo, hay una que no hemos mencionado y que provoca un impacto tan fuerte que puede llegar a destrozarnos es: la humillación.
La humillación es un estado emocional que deja una profunda huella en cada uno de nosotros. Sentir que carecemos de valía, que somos mediocres, que hagamos lo que hagamos quedaremos en ridículo, es una cruz que podemos arrastrar durante largo tiempo. En cambio la Degradación es la disminución de la dignidad de una persona o la categoría moral de una cosa siempre y cuando, esa persona acepte esa dinámica, de forma consensuada, para el placer de disfrutar de esta.
Se puede decir, que la Degradación, es una dinámica que usa la humillación, la vergüenza, como herramientas principales para ejecutarlas en una persona, que logra ser una interacción sexual, mental y física, siempre y cuando se tenga consenso en ello.
La humillación es un estado mental, y lo que humilla a una persona no puede humillar a otra. Por ejemplo, decirle a un hombre que tiene un pene pequeño puede ser humillante, si daña su dignidad o reduce su autoestima. Sin embargo, no necesariamente es degradante. Hacerlo un cornudo público podría ser degradante porque a los ojos del mundo y de él mismo le haría algo menos de lo que era.
La Universidad de Ámsterdam realizó un estudio en el que participaron 46 voluntarios con el objetivo de comparar sus reacciones antes diferentes estados emocionales. Los investigadores analizaron las ondas cerebrales de los participantes mientras veían en una pantalla insultos y halagos.
También se les contó a los participantes diversas historias en las que tenían que ponerse en la piel del protagonista. De esta forma, serían capaces de conectar su emoción al ponerse en su lugar. Por ejemplo, una de las situaciones consistía en que acudían a una cita y en cuanto la persona con la que habían quedado les veía, se daba la vuelta y se iba.
Los investigadores descubrieron que el sentimiento de humillación ocasionaba una actividad cerebral mucho más rápida e intensa que la alegría, más negativa que la ira, y que además, las áreas vinculadas al dolor se activaban.
Aunque los halagos despertaban alegría, el sentimiento de humillación era mucho más intenso que esa emoción tan placentera. Pero, lo más increíble, es que incluso se observó que no podía competir con la ira. Los insultos hacía que muchos de los participantes se enfadasen o se mostrasen molestos, no obstante la humillación tenía una carga mucho más negativa.
¿Cuando es degradación y humillación?
La humillación erótica es el uso consensual de la humillación psicológica en un contexto sexual. Por el cual una persona gana excitación o excitación erótica de las poderosas emociones del ser humillado y degradado, o de humillar, degradar a otro; a menudo, pero no siempre, se acompaña de estimulación sexual de uno o ambos miembros de la pareja en la actividad.
La humillación no necesita ser de naturaleza sexual; como ocurre con muchas otras actividades sexuales, son los sentimientos derivados de ella los que se buscan, independientemente de la naturaleza de la actividad real. Por lo general, se trata de un sentimiento de sumisión por la persona que es humillada, y de dominio, por la persona que hace la humillación.
Puede ser verbal o físico, o en privado o público. A menudo se puede ritualizar y, a diferencia de algunas variaciones sexuales, también se puede llevar a cabo fácilmente a larga distancia (como en línea). La humillación es un ejemplo de la dinámica de poder que existe en una relación Dominante/sumisa(o) o Master (Mistress, Amo, Ama)/esclava(o). Por ejemplo, en una actividad como el Spanking, el efecto buscado es principalmente la humillación; la actividad es solo un medio para ese fin.
También puede ser parte del sadomasoquismo emocional, que no siempre tiene un elemento Dominante/sumisa(o). Alguna humillación sexual implica un dolor físico que se inflige, pero mucha de ella está mucho más relacionada con el ridículo, la burla, la degradación y la vergüenza.
El juego de humillación puede llevarse a un punto en que se vuelve emocional o psicológicamente angustiante para uno u otro compañero, especialmente si es una humillación pública. La humillación erótica puede llegar a ser lo suficientemente extrema como para ser considerada una forma de juego bordeline, juegos extremo, o juego borde.
Es importante entender, que la humillación y la degradación erótica se basan firmemente en el consentimiento, en lo consensuado. Si no hay consentimiento, entonces es abusivo. Esto no tiene que ser consentimiento dado en ese momento exacto, podría ser un acuerdo entre la pareja de consentimiento sin consentimiento o como se tiene presente ese "Racsa" que tanto usamos los que estamos dentro de las relaciones sadomasoquistas (S/m, SM).
Un poco de psicología de la humillación y la degradación.
La humillación en general estimula las mismas regiones del cerebro que están asociadas con el dolor físico, con la inferencia de que los humanos evolucionaron para recordar las recompensas sociales y los castigos tan fuertemente como recuerdan la recompensa física o el dolor en respuesta a su entorno. Al igual que con cualquier forma de experimentación del dolor en un contexto sexual, el consentimiento y (paradójicamente) un alto grado de conciencia y comunicación son necesarios para garantizar que el resultado sea deseable, en lugar de abusivo. Por ejemplo, un sumiso puede disfrutar de ser insultado de alguna manera, pero puede ser realmente castrado y devastado si es humillado o insultado de otras maneras.
El juego de la humillación también está conectado con el fetichismo sexual, en el que las actividades no sexuales pueden volverse sexuales al relacionarse con la excitación, y también pueden asociarse al exhibicionismo en el sentido de querer que otros den testimonio (o que otros se den cuenta) de la degradación sexual.
Para algunas personas, actividades como los insultos son una forma de lograr la reducción del ego o superar las inhibiciones sexuales. Por ejemplo, entre personas homosexuales, pueden usarse términos generalmente asociados con la homofobia, como el "marica" y "camionera"...
Al igual que con todas las actividades sexuales, algunas personas tienen fantasías sexuales sobre la humillación, y otras lo hacen como estilo de vida o en una escena. Las fantasías sexuales relacionadas con la humillación leve son comunes. Algunos juegos de rol de humillación (Petplay y Ageplay en particular) se combinan con lealtad y cuidado en la medida en que estos fetiches se pueden ver como ejercicios de confianza en lugar de como un fetiche de humillación. El deseo de estar debajo de la otra pareja durante el coito, la idea de "quedar atrapado" (como tener relaciones sexuales en el jardín o en el bosque) y fantasías leves de violación (en las que las personas se imaginan a sí mismas forzadas de la manera que les gustaría, y que son diferentes de cualquier forma real de violación) son juegos emocionales leves que enfatizan el estado, la vulnerabilidad y el control.
Sin embargo, para la mayoría de las personas, tales ideas siguen siendo fantasías; la gente tendría fuertes reservas acerca de que las fantasías se hicieran públicas, o se comprometieran con un compañero en la vida real, por más erótica que sea la idea. Cuando alguien revela un fetiche a un compañero, esto generalmente es el resultado de una gran confianza. Sin embargo, el deseo de ser humillado puede ser una causa motivante para la confesión, ya que el acto de confesar puede ser en sí mismo humillante. Muchas personas se preocupan por ser ridiculizadas por sus fetiches, y tal ridículo por parte de sus parejas podría ser psicológicamente catastrófico. Por lo tanto, muchas personas usan la humillación en línea (en la cual el humillante y otros están involucrados a través de Internet, usando chat, correo electrónico, sitios web, etc.) como un compromiso entre el exhibicionismo y la realidad por un lado, y la seguridad y el anonimato por el otro.
La humillación es una emoción que está presente en el día a día. De hecho, muchas personas no son capaces de comunicarse si no es humillando a los demás, creyendo que en realidad les están haciendo un bien. Sin embargo, carecen de la empatía necesaria para transmitir lo que quieren decir de una manera más agradable y sutil. Un ejemplo sería aquella madre que alaba al compañero de su hijo y lo señala como un referente en diversas tareas y comportamientos. Sin saberlo, puede estar despreciando el esfuerzo de su hijo. Si esta comparación la realiza estando ambos niños presentes, el malestar de su hijo puede ser aún mayor por la humillación recibida. Situaciones de este tipo abundan en nuestros días, sobre todo en el ámbito laboral. Incluso, en las relaciones de pareja esta emoción también puede estar presente. Aparece cuando uno de los miembros se burla del otro y le hace sentir inferior. Por ende, se debe tener cuidado, ya que este tipo de dinámica si es bien llevada, termina en el placer de los involucrados, pero, si sucede algún error, será catastrófico para los involucrados, por aquel que ejecuta y por el otro lado, el que recibe.
La humillación es una emoción desagradable e intensa que suele perdurar en el tiempo por la profundidad de su herida. Afecta a nuestra autoestima y de algún modo hace que sea muy complicado volver a aumentarla, si no sucede bajo el termino de lo consensuado.
¿Qué puede humillar o degradar?
En gran medida, lo que es humillante o degradante es bastante individual y varía mucho de persona a persona. El Petplay se menciona varias veces en este artículo como degradante, pero, algunas amistades que conozco, el juego del Petplay no es nada de lo anterior y estarían totalmente en desacuerdo. Lo mismo ocurre con el Ageplay, el exhibicionismo, el travestimos, la servidumbre y casi todo lo demás en la lista. La "humillación" de una persona no es necesariamente es la de otra persona.
Algunos escenarios pueden basarse en el abuso verbal y otros en aspectos físicos. Algunos ejemplos posibles son:
Humillación y degradación verbal.
Humillación física y degradación.
Lo que se debe y no se debe hacer durante o en el proceso de humillación.
Estas son algunas de las cosas que debe hacer al utilizar la humillación como forma de entrenamiento:
Cuanto más practique la dinámica de humillación para divertirse, o entrenamiento, más se beneficiarán ambos. Comprenderá cómo motivar a su esclava, sumisa o masoquista para ayudarla a pasar por momentos de sentirse muy vulnerable. Y la esclava, sumisa o masoquista entenderá que su entrenamiento les permite enfrentar sus miedos y seguir haciendo lo que se les pide.
Que no hacer en las dinámicas o entrenamiento de Humillación.
En cualquier entrenamiento BDSM, hay cosas que NO DEBES HACER, ya que pueden causar daño a tu esclavo y pueden comenzar a ser abusivas en lugar de apoyar el crecimiento.
Siguiendo con los juguetes o accesorios, hoy les hablaré de las esposas, éstas son de esos accesorios que disparan mucho el morbo y la imaginación, creo que principalmente por su uso original, tanto así que se venden muchas imitaciones utilizadas en el sexo aún dentro del mundo vainilla. Claro está, que la mayoría de los bdsmeros preferimos las reales, las metálicas, las que nos hacen sentir a unos más poderosos y a los otros más indefensos…
En la Edad Media fue cuando empezó a utilizarse el nombre de esposas para referirse a los grilletes que servían para aprisionar las muñecas de un prisionero y el motivo de dicho nombre no es otro que el de comparar con la falta de libertad y aprisionamiento que conlleva el matrimonio y por tanto las “esposas”
Hay en el mercado como ya dije, las imitaciones, aquellas que son fáciles de abrir o romper ante cualquier imprevisto, incluso forradas en peluche para no ocasionar ninguna incomodidad o fricción en la piel.
Dentro de las “reales” las hay de diferentes materiales y modelos, entre estos las hay con una cadena uniendo ambas que da más movilidad o una bisagra con menos movilidad.
Las estándares se abren con cualquier llave universal de esposas (o cualquiera de los artilugios que solemos ver en las pelis) pero hay modelos que solo se abren con su llave por tanto hay que tener mayor cuidado con donde la dejamos, que siempre esté a mano y a buen recaudo.
También hay que tener cuidado de accionar el dispositivo para frenar el ajuste, así evitamos posibles accidentes y un daño que no estaba planeado (en Youtube pueden encontrar vídeos explicativos). Antes de usarlas por favor estudiarlas bien para saber bien cómo usarlas y como abrirlas.
Tanto en juegos de roles como en inmovilizaciones, las esposas pueden ser un accesorio muy útil y muy erotizante, se las recomiendo
saber quien eres, conocerte y reconocerte
conocerte a ti mismo para entregarte
conocerte a ti mismo para controlar
ser y saber estar
distinguir del juego a la realidad que puede hacerte sentir que tu vida tiene valor
y vivir feliz.....
Este es un tema bastante más complejo de lo que parece a simple vista, hay muchas maneras de verlo, diferentes motivaciones para practicarlo y muchos prejuicios alrededor.
Trataré de explicarlo del modo en que yo lo veo dado todo lo que he leído al respecto y todo lo que me han contado.
La feminización va desde el simple uso de ropa femenina, incluidos calzado, pelucas, maquillaje, etc, hasta una feminización más compleja, llamada sissificación, incluyendo maneras, tono de voz, formas de comportamiento netamente femeninos, depilación y hasta la ocultación de los genitales masculinos.
Adjetivos como nenita, perrita, putita, son muy utilizados a la hora de dirigirse a ellos e incluso la utilización de nicks femeninos dentro del juego.
Lo que nunca puede faltar en ninguna de las variantes es el uso de lencería, cuanto más delicada y sexy, mejor… encaje, medias de red, portaligas, corsets…
El maquillaje es otro punto importante a tener en cuenta, labios rojos, fuerte delineado, incluso pestañas postizas...
Más allá del uso de lencería y ropas marcadamente femeninas, hay ciertos “personajes” muy comunes dentro de la feminización y en especial la sissificación,
La Mucama Francesa
Uniforme sexy y ajustado, portaligas, medias de red, tacones, cofia, peluca, maquillaje, accesorios como plumeros. Va desde la simple caracterización hasta el cumplimiento de las funciones propias de una mucama.
La colegiala
Camisa blanca, corbata, pollerita de preferencia escocesa, medias blancas, zapatos, maquillaje y peluca, accesorios como libros, cuadernos, un lápiz (mordido sexymente ) También va desde la simple caracterización hasta la toma de lecciones, pruebas incluidas (y castigos por no aprobar
)
Vestidos vaporosos, zapatos elegantes, pelucas, maquillaje, coronitas. Creo que en este caso mayormente es solo una caracterización, aunque imagino que podría ir más allá haciéndolos actuar como tal en un té o una reunión con otras dommes
Y aquí si va en general más allá de la caracterización porque creo que la principal motivación es ver al sissy actuando infantilmente, entrando en el rol y jugando, incluso comiendo, hablando, moviéndose como niñas pequeñas.
La mujer
Aquí simplemente se trata de volver al sumi o sissy femenino, sin rol más allá de vestir ropa de mujer, ya sea solo lencería o ropa de calle pero siendo y actuando simplemente como cualquier mujer madura
A lo largo de los años me he encontrado con diferentes opiniones acerca de lo que lleva a las dominantes y sumisos a practicar la feminización. Algunos hablan de humillación y otros de adoración.
Quienes lo consideran una humillación, mayormente lo ven desde el punto de vista de degradación, considerando la inferioridad de la mujer, el hecho de que los vistan de mujer. Por otro lado hay quienes lo consideran humillación por la pérdida de identidad masculina, sin considerar superioridad o inferioridad (aunque son los menos).
Por el lado de la adoración, hay sumisos que adoran tanto al ser femenino que quieren parecérseles y dóminas que se sienten superiores como mujeres y quieren que sus sumisos demuestren esta adoración mediante este proceso. De todos modos esta es una de las disciplinas más practicadas dentro de dominación femenina.
A mi en lo personal me gusta vestir a los sumis con lencería femenina, medias, portaligas, sostén o corset, incluso me gusta ponerles labial, pintar sus uñas, pero no se si podría calificarlo de feminización porque me gusta que se sigan viendo masculinos aún con esa ropa, me gusta que no les guste, que lo hagan por complacerme pero que la ropa o el maquillaje no cambien en nada su esencia, que esta siga siendo muy masculina, por esto creo que mis gustos no entrarían en feminización que lo que traduce justamente es en volver femenino al sumiso.
Otra de las razones por las que creo no practico feminización, ya que ni humillación ni adoración, yo simplemente disfruto con ello, me excita ver a un hombre con piernas peludas en medias de red y tacos, maquillaje sobre un rostro con barba, lencería ajustada e incómoda, lo más recio posible pero delicadamente adornado, por decirlo de algún modo