Hace unas semanas,
dentro de todo lo que me ha pasado este mundo me dio un pequeño respiro
y una spankee me hizo una pregunta, sobre la experiencia dolorosa, desde mi
lado del juego. Sé que suena extraño, que parece una paradoja y que haya quien
se pregunte ¿Pues como no te duela la mano?, que duele y no es broma, bueno más
bien pica, aunque también hay que reconocer, que es un picor soportable y que
si la mano pica, es seguro que otra parte del cuerpo de otra persona
literalmente hierve.
El dolor en el spanker, no es físico, es un dolor mental,
psicológico. Una de las características del dolor, es que es algo que no puedes
controlar, sin embargo un spanker durante el juego debe tener el control, sobre
la otra persona y sobre si mismo, por lo tanto debe controlar el dolor. El
dolor en el spanker no lo produce la realidad, no son unos receptores
estimulados que transmiten una información al cerebro y este responde creando
una sensación de dolor, el dolor se gesta directamente en el centro de
operaciones y lo crea el deseo contenido hacia la otra persona y a la vez la
autoexegencia contigo mismo y al ser un dolor que no depende de estímulos
internos, que se gesta desde dentro y por lo tanto controlas.
Pero que sea mental y controlado no significa que no duela,
es doloroso enfrentarte a todas y cada una de tus inseguridades para poder
jugar, inseguridades que además no se rinden fácilmente y hay que golpear duro
para que se rindan. de alguna manera necesito herirme para poder sentirme con
la seguridad suficiente para afrontar un juego, eso lleva a otro dolor, el que
provoca la auto exigencia llevada al límite, que a su vez implica el romper tus
propios valores, sacar tu parte más fría y calculadora, sin dejar de parecer
cálido y cercano, no es nada fácil y realmente doloroso, llevar dos batallas
paralelas, una contigo mismo y la otra evitando a toda costa que se transmita,
tienes que gestionar todas las dudas y titubeos que te asaltan por momentos, a
la vez mostrar la firmeza y determinación imprescindibles para jugar y todo
ello sin perder la concentración necesaria, para saber interpretar toda la
información que recibes de la otra persona. Los juegos son excitantes cierto,
pero también tienen para mí una carga dolorosa,
de tensión y exigencia, estoy
seguro que si no la tuviesen, perderían su encanto.
Cuando leemos 50 sombras de Grey, no pensamos en discapacitados; pero también los hay
Raúl Gay 16/01/2014 - 19:56h
María Sejmet de Ra
María tiene 51 años y es discapacitada. A los 16 años le detectaron artritis reumatoide y tiene afectadas todas las articulaciones del cuerpo, desde las manos a la mandíbula. Eso no le impide llevar una vida normal y azotar con fuerza a sus sumisos.
Practica BDSM
y se define como dominante y sádica. Vive su sexualidad de una forma diferente a la mayoría de la población. Le excita humillar, someter y causar dolor a sus sumisos. También ellos disfrutan al ser humillados, sometidos y se excitan con el dolor.
Llego a ella a través de su blog
. Quería escribir sobre discapacitados que hacen cosas fuera de la norma y me acordé del best-seller de la temporada, 50 sombras de Grey. Pensé: ¿habrá algún retrón o retrona al que guste este tipo de vida?
María me explica que BDSM es un acrónimo que engloba una serie de prácticas sexuales alternativas. Viene de Bondage
; Disciplina; Dominación y Sumisión; y Sadismo y Masoquismo. Quienes lo practican se meten en un rol determinado con el que se identifican. Como el sexo es cosa de 2 (como mínimo), necesitan una persona que les complemente. En el caso de María, que es sádica, necesita hombres (y a veces también mujeres) masoquistas. Siempre, me insiste, son relaciones seguras, sensatas y consensuadas. Todo está pactado de antemano y hay una palabra de seguridad en caso de que una de las partes quiera detener la sesión (el tiempo dedicado a realizar una serie de actividades BDSM específicas).
Sejmet y 2 sumisos
Si en la España de 2014 el BDSM es un tabú, una retrona practicando BDSM es un tabú al cuadrado. María utiliza muletas para caminar desde hace más de 20 años. Su Harley, las llama. Dentro de sus posibilidades hace lo que puede... y se atreve a un poco más.
Comenzó en el mundillo hace una década, después de estar 20 años con un hombre que no la satisfacía sexualmente. “Yo llegué a pensar que era lesbiana o frígida,” me dice a través de Skype. Un día conoció a un hombre a través de un chat, un periodista llamado José que le hizo descubrir su verdadera sexualidad. María no es dómina profesional, no cobra.. Tampoco ejerce como tal 24 horas al día, sólo cuando sesiona, cuando tiene encuentros de BDSM con sus sumisos. Entonces se convierte en Ama Sejmet
. Eligió este nombre en recuerdo a la diosa egipcia.
Como en otros ámbitos de la vida, la discapacidad a veces supone un freno a la hora de ejercer el BDSM... debido a la percepción del otro. Ahora Sejmet está reconocida como Dómina pero en el pasado le han dicho que no servía o que iban a utilizar sus muletas como consoladores hasta dañarla (por decirlo de forma suave). También hubo un militar con el que chateó durante un tiempo pero a la hora de dar el paso y conocerse cara a cara, se negó; argumentó que le había engañado al no hablarle de su discapacidad. Dos años después se encontraron y el militar reconoció que la discapacidad era una excusa: en realidad, tenía miedo.
Dice Sejmet que los insultos ya no le afectan; para evitar encontronazos y sorpresas ha escrito un aviso en su perfil de una red social especializada:
"Antes que nada decir que soy discapacitada, sí como lees. Si esto te horroriza, por el bien de los dos (sobre todo el mío) no hace falta que sigas leyendo. El poder de la dominación se ejerce con la mente, no con la fuerza bruta."
Sejmet y su máscara
Pero la discapacidad no es un obstáculo a la hora de sesionar. Si necesita ayuda, el sumiso se la da porque “un sumiso está para atender en todo momento a una dómina. Si se me cae un látigo, el sumiso debe recogerlo”. Cuando acude a locales liberales siempre hay alguien cerca para echarle una mano. “No me he cortado nunca en pedir ayuda. No voy de pobrecica... No lo soporto. Pero si la ayuda la necesito de verdad no dudo en pedirla”.
Termina la entrevista con una declaración de intenciones: “ Es necesario conocer a los discapacitados, tanto a los vainilla (los que practican el sexo de la forma habitual) como a los bedesemeros. A mí me han llegado a decir que soy un monstruo, que estoy tarada y debería ir a un profesional. La verdadera discapacidad es mental”.
Sejmet no es la única retrona
que practica el BDSM. Conoce a una sumisa sordomuda, a un dominante que utiliza silla de ruedas, a un sumiso ciego... Me pone en contacto con Douce_sumisa, una universitaria de 21 años que va en silla de ruedas. Por privacidad, no quiere dar su verdadero nombre. Su Amo tampoco le permite mostrar ninguna imagen suya, aunque no le se reconozca.
También por Skype, Douce_sumisa me cuenta que sufre una enfermedad genética que afecta al sistema nervioso. No camina desde la adolescencia y tiene poca fuerza en las manos. Hace algo más de un año, descubrió el BDSM a través de novelas eróticas y quiso saber más. Ella asegura que tiene mucho carácter y en su vida cotidiana no es nada sumisa.
Conoció a su actual Amo a través de su cuenta ordinaria de Twitter. Fue instantáneo: “Sus tuits eran muy interesantes, y sensatos. En esto la sensatez es primordial. Era misterioso. Yo me considero una mujer muy inteligente y valoro eso en un hombre, mucho, y sus respuestas lo eran”. Comenzaron a hablar a todas horas. Douce_sumisa no consideró necesario plantear de entrada su discapacidad: “Como no me impide estar integrada, no voy diciéndolo por ahí. No lo dije por eso, no porque tuviera miedo”. Al tiempo, antes de quedar cara a cara, se lo anunció. Reaccionó bien. “Lo que me gusta de Él también es que no tiene eso en cuenta para nada”.
Douce_sumisa no puede caminar pero tiene movilidad. Realizan las sesiones en la cama, el sofá, el suelo. Doy vueltas a la relación entre sus sexualidad y su discapacidad y finalmente pregunto: “¿Tu discapacidad influye en algo en tu relación con tu Amo?”. La respuesta llega rápido: “No”.
Hoy aprovechando que es Miércoles y toca vídeo, voy a escribir sobre vídeos, o mas bien sobre lo que no sale en ningún vídeo. La información audiovisual tiene una ventaja sobre el resto de información, entra por los ojos y por los oídos, es clara, evidente, lo estas viendo y oyendo y en este aspecto los vídeos de spanking, el porno en general, es lo que es, muestra lo que muestra.
Es por decirlo de alguna modo, contundente, a veces impactante, otras que no siempre excitante y sobre todo, no es necesario pensar, solo ver y oír. Pero tiene un fallo, su propia contundencia, hace que sea una información sesgada, una verdad a medias, si os fijáis la mayoría de los videos, son excitantes cierto, pero lo son sobre todo porque mucho de nosotros conocemos, los pormenores de este juego, por experiencia propia o por haberlo hablado y leído, a alguien ajeno es muy difícil que llegue a entender algo y puede ver algo mas allá de la típica escena y si le pidiéramos un resumen de lo que ha visto razonable, o bien nos diría que de razonable nada o bien nos diría, que ha visto un vídeo de una practica sexual, entre un/a sadic@ (se excita produciendo dolor) y un/a masoquista (se excita sintiendo dolor), difícilmente a través de un vídeo se pueda ver mas allá de esto, si no conoces el juego.
Y es que la inmensa mayoría, recurren a plasmar un juego de rol, es la salida fácil, sin comerse mucho la cabeza y ademas en caso de intentar mostrar alguna cosa mas, que un momento muy determinado de este juego, se necesitaría de un presupuesto mucho mas elevado, de actores y directores de calidad y aun asi, dudo mucho que se pudiera transmitir esa otra realidad, mas allá de ese momento. A Dagmar Rasmussen una danesa, conocida en los ambientes del d/s mundial se le atribuye una frase: ” Amo mas la siutacion antes del castigo, que todo lo que pasara después, pero claramente menos, que los minutos entre una y otra situación”. Es una frase corta, pero claro, de algo difícil de mostrar, pero que estoy seguro que much@s de nosotros entendemos y sobre hemos sentido y la verdad veo imposible, mostrar lo que expresa esta frase con un vídeo, es algo que solo se puede sentir, en carne propia, sin mas.
Hoy cuando
pensaba hace un rato en que escribir, me ha venido el recuerdo de una
conversación reciente, con una spankee, que me confesaba, que en muchas
ocasiones se le planteaba el dilema de que hacer, con respecto al juego, por
una parte me decía que muchas veces esta tentada a desobedecer al
spanker, a provocar el desarrollo del juego y a la vez también siente
la necesidad de obedecer y contentar al spanker.
Este mismo
dilema, muchas veces lo he tenido yo como spanker, por una parte, muchas veces
pienso y deseo que la spankee incumpla, que me provoque, incluso
deliberadamente, que no es lo mismo el pecado por acción, que
por omisión y por otra parte, también me hace sentir bien
sentir bien, que me obedezca, percibir como mejora aquello en lo que hemos
decidido intervenir, como avanza esa “educación”. Ciertamente es
contradictorio, por una parte necesitas de esa parte, traviesa y rebelde, que
es indispensable para jugar, pero por otra es gratificante que se cumplan esas
normas consensuadas. Pero como en todo en la vida, la clave esta en
el equilibrio, tener ambas partes sin renunciar a ninguna, usar
la imaginación, improvisar, inventar y progresar, para no dejar morir el
juego, para así poder seguir sintiendo siempre esas dos partes, tan
diferentes pero necesarias ambas, este es un juego lleno de contradicciones, de
pequeños dilemas eternos y de
una también eterna búsqueda de ese equilibrio, que nos
permita seguir sintiendo esas mariposas, sea cual sea el camino.