Ocasionalmente escribo en mi carne el nombre de mi Dueño, se manifiesta en suplicios de azotes, los poros de mi piel se abren, receptivos al dolor. Le invitan a recorrerlo con las finas tiras de aquel instrumento ligero y veloz, acariciando delicadamente, activando en mí la necesidad del golpe, erectándo mis pezones, elevándo mi botón del placer. Mi zona baja apenas cubierta por tan sólo una pequeña tela a cuadros que tapa ligeramente mi sexo pero lo expone a lo inevitable y mis brazos y hombros cubiertos por el frío inclemente del clima externo.
Cuando mis pezones son descubiertos, apuntando al horizonte, y siento el primer azote, mi cuerpo se estremece, se retuerce, hacía adelante como quien busca más sensaciones. Mis piernas se cierran, tímidas, y mi vulva lubrica pequeñas gotas de su fuente. Sabe que será la siguiente. Poco a poco más partes de mi piel me invitan a qué los azote, mis axilas mi abdomen, mis piernas, mi ano, mis glúteos, mi entre pierna... Entonces, como quien es capaz de leer mi instinto, me brinda un golpe seco en mi abdomen y otro más, en mi pubis, zaz!!!, Cierro los ojos y abro ligeramente mis labios tratando de tomar aliento.
Transito a un lugar inanimado dónde mi humanidad se pierde, donde cobra vida el objeto irracional. Mi cuerpo se deja guíar aturdido por el plaser y me reconforto en la seguridad de quién me eleva. Lejos de todo miedo y dolor, entro al espacio de satisfacción. Siento un escudo protector rodeando mi aura, absolutamente nada me aturde. La envidia y la preocupación se desvanecen, así como toda consecuencia y lógica humana. Sólo tú - yo y el flogger....
Los azotes se intercalan y distribuyen cada vez más fuerte cubriendo más zonas. El golpe toma nombre y se adhiere a mi abdomen luego me seduce mi entre pierna, de mi entre pierna hacía mi pubis, de mi pubis a mis senos, de mis senos a mis piernas y empieza nuevamente. Gimo de plaser estirando mis brazos para cubrir toda mi carne. Siento una ligera sensación de deseo nunca antes percibido. Quiero ser abofeteada (nunca lo había experimentado) quizá el polo a tierra, quizá mi carne invitándome a bajar las revoluciones.
El éxtasis se apodera de mí.
Lubrico aquella silla de madera con mis jugos que gotean entre las rejillas. En mi pensamiento, sólo deseo calor, azotes, rojo, aceptar mi esclavitud, ser suya, su propiedad, ser usada, abusada....
Jadeo, gimo...
Una mordaza obstáculiza mis sonidos y una cuerda me rodea los pechos brazos y espaldar de la silla. Los azotes se vuelven más intensos, más placenteros, una y otra vez, una y otra vez, me retuerzo, gimo, siento un pequeño picor, mis pezones llegan al límite, se razgan en cada ajetreo, en cada acción de esa tira... Pero el resto de mi pulpa está dispuesto a recibir 50 latigazos más,... Así, castigame!!! No te detengas!!! Le grita mi mente mientras mi cuerpo simplemente... Se desvanece.....
El entrenamiento
Día 1
- A qué se refiere con entrenamiento? - pregunto.
Su respuesta de completo silencio me hace pensar que es inútil comunicarme con él (al menos en palabras) y que mi llanto no le causará ningún efecto más que una vil indiferencia.
Opto por observar y estar atenta a cualquier descuido para poder huir.
- Primero, debes alimentarte. Una perra hambrienta no tendrá la suficiente energía para ejercitarse - me dice.
Abre la puertilla de la jaula y toma con sus grandes manos las tazas y las acerca a mí. Lo muerdo. A lo que retira inmediatamente su mano y cierra la puerta.
- Aprenderás a comportarte -.
Apaga la luz y sale nuevamente del cuarto.
Al par de horas le grito, siento que mi vejiga se inflama y está a punto de explotar... Le grito insistentemente. Siento que no aguanto. No responde. Le suplico. Sigue indiferente. Mi cuerpo no puede contener los deseos irrefrenables de orinar y suelto fuertemente mi chorro amarillo en aquel lugar de encierro. Siento el descanso de liberar mi vejiga pero la incomodidad de estar encima de mi propia inmundicia. Lo llamo pero es inútil. Mis peticiones no obtienen respuesta y empiezo a pensar que fue por haberlo mordido. Quizá, ese es mi castigo. Me siento humillada y frustrada. Debo buscar un momento apropiado y ser más inteligente para lograr mi escape.
Con el paso de las horas el olor se hace más fuerte y humedece mis pies y rodillas. Intento sentarme pero la jaula es demasiado baja y solo me permite estar de rodillas, acostada o de lado. Así que estoy obligada a mantener dichas posiciones. Me recuesto de medio lado para evitar el líquido me roce el cuerpo pero es inútil. Cómo una fuente recorre toda la jaula y me ensucio en mi propia inmundicia. Le llamo de nuevo pero igual, es inútil.
Resignada, me recuesto en mi propia orina a lo que mis pechos, abdomen y piernas quedan impregnados.
Pasan varias horas y se abre la puerta del cuarto. Estoy extrañamente feliz de sentir su presencia. Y le pido me saque de allí para poder limpiarme.
Me observa y una ligera sonrisa escapa de su rostro.
- no te has aguantado perrita mala ... Parece que habrá que limpiar el desastre que haz hecho - y agrega- Harás todo cuánto te diga o dormirás así hoy-
Asiento con la cabeza y le digo que sí.
Se acerca a la jaula, abre la puertecilla, toma un collar y una correa y lo pone sobre mi cabeza. Me alejo y me dice que sin ello no podré salir. Que no me hará daño.
Acerco la cabeza al collar y lo desliza por mi cuello, lo ajusta y le coloca la correa. Jala la correa y me pide que salga. Salgo de la jaula e intento ponerme en pie pero mis rodillas no responden y caigo al suelo.
- buena perra, ésta será tú nueva posición - sonríe.
Me dirige hacía el baño. Una confortable tina de espuma y agua tibia. Me alza y me sienta sobre la tina. Toma una esponja y recorre mi cuerpo con suavidad. Se detiene a masajear mis pechos, es la zona que más disfruta. Sonríe y roza mis pezones con presión. Empiezo a observar como su rostro se transforma. Una mirada intensa y perverida lo envuelve.
Resbala la esponja por mi abdomen hasta cubrir mi pelvis y mi zona íntima. Roza mis genitales con fricción a lo que siento incomodidad y cierro instintivamente mis piernas.
- tranquila - dice. Hay que lavar bien las zonas.
Insiste en frotar mis genitales a lo que empujó su mano para ponerme en pie. Me saca de la tina y toma la ducha, me enjuaga con un fuerte chorro de agua tibia para sacar los restos de jabón. Toma una toalla y me envuelve en ella.
- estás lista perrita -
Me pone en cunclillas y me dirije hacía afuera con la correa. Observo un inmenso campo verde, árboles, pasto y un par de pelotas de goma. Hace un clima cálido. Me resisto a salir desnuda y jala mi correa. Me expone al campo y al aire.
Siento el viento avariciar mi vulva y mis pezones se erectan.
Me siento. Jala la correa.
- Vamos!!! - ordena.
Señala un espacio cercado.
"Es el momento de escapar" pienso. Me dirige al lugar pero está rodeado de púas.
- será el lugar de hacer tus necesidades - señala al pasto.
Cómo... Aqu...- Silencio!!! - ordena.
-sí!!! Aquí defecaras y orinarás
Impactada, intento procesar la información pero me resisto a la idea.
Intento observar a mí alrededor, pero no veo escapatoria.
Todo lo tiene calculado. Cada rincón está perfectamente construido. Será difícil saltar la reja con aquellas puntas de púas puntiagudas.
Nuevamente, mi vejiga quiere evacuar a lo que le pido, me lleve a un baño.
Señala el pasto y le pido por favor me permita usar el baño (pues mi vejiga mi es la única llena). Niega señalando el pasto.
Me siento, inclinada y comienzo a evacuar.
- expulsa todo de tus orificios - ordena.
Defeco y orino en el pasto sin mayor resistencia a lo que él posteriormente me limpia con un paño húmedo.
- que buena perrita tengo - dice con felicidad - te acostumbrarás con el tiempo -
Queee. Con el tiempo? Cuánto tiempo piensa que estaré así?, Que resistiré sus vejaciones y humillaciones. No. Me resisto a ser parte de su plan, de su juego, de sus intenciones pervertidas...
Bien, ahora debo examinar esos orificios - lo dice observando con particular morbo...
Advertencia!!! El próximo escrito no es como los anteriores y puede herir la suceptibilidad del lector o en el mejor de los casos, ocasionar emociones fuertes. Incluyen escenas de sadomasoquismo, humillación y animalismo extremo. Si UD es una persona sensible y moralmente correcta le pido por favor, no lo lea.
No siendo más.... A gozarlo.
7 días de encierro
Me pediste portara un traje sexy, corto ajustado al cuerpo, sin ropa interior como a tús ojos caníbales les encantaba degustarme. Me pediste, me presentará ante tí con mi piel impecable y perfumada. Mi cabello ordenado y fresco. Inquieta, por las ocurrencias de Daddy, lo hice, como siempre con la mayor dedicación y esmero, esperando de vuelta, halagos y ricos juegos.
Toqué a su puerta y lo primero que me intrigó, fue su mirada, sus ojos de fuego, parecía un lobo hambriento. Observo su rostro transformado. Sus cejas fruncidas. En sus labios se dibujaba una leve sonrisa y su mirada, no puedo olvidar su mirada... enceguecida.
- Dad...
- Entra PERRA!!! - lo dijo mientras lamía mi rostro.
Sonrojada y estupefacta por su trato, ingresé al lugar. Estaba diferente. Era un lugar oscuro y tenía un olor metálico. Había algunas sábanas tiradas en el suelo y dos puertas con llave. Di dos pasos atrás, no estaba segura de querer hacer eso....
- Desnúdate!!! - ordenó.
Así? Sin más? Pero...
- Desnúdate!!! - insistió.
Mis piernas temblaban, lentamente fuí sacándome el vestido de terciopelo que con tanto esmero había elegido para él. Se desliza por mi suave piel hasta caer en el suelo.
- Arrodíllate!!! - segunda orden
Mmmm no estoy segura de sus intenciones pero mi entrega me impide negarme a sus órdenes.
Me pongo de rodillas ante él y es cuando exclama su tercera orden, no sin antes, tomar una cadena metálica y que adornaba uno de los sillones. Adorna mi cuello con ella, la ajusta de tal forma que me es imposible escapar y ordena...
- Camina!!!
No menciona una sola palabra más.
Mis piernas tiemblan e intento ponerme en pie, no comprendo su orden.
- No!!! Exclama. - A cuatro patas!!! Me siento humillada. Me da ira su trato. No comprendo sus órdenes, su objetivo... Le digo...
- Soy tú pequeña, tú niña... Tú princesa...
Tira del collar metálico fuerte hacia abajo. Pisa mi rostro contra el suelo. Me levanta el culo hacía arriba y me propicia con rudeza 7 nalgadas tornándose de color rojo el pigmento de la piel .
- Si no acatas mis órdenes, la próxima no serán 7, serán 14!!!
Lloro, no comprendo éste juego. Pero confío tanto en Daddy que decido continuar.
Con mis nalgas rojas y en alto, me pongo de rodillas ante él. Toma un bozal con una pelota dura y la introduce en mi boca.
- Con ésto aprenderás a callar y hablar cuando se te pida!!!.
Dice sonriendo.
Levanta su brazo izquierdo hacia una de las puertas que tiene un candado como enviándome una señal.
Entiendo el mensaje y me dirijo hacia aquella misteriosa puerta. Tiene las llaves en un collar que porta en su muñeca y procede a abrir la puerta.
Suena un leve crujido y...
Oh!!!
Me sorprende lo que observo.
Un espacio pequeño, frío, oscuro, no existe la iluminación natural, huele a anciano descuidado, el olor es fuerte y me incomoda, el piso se encuentra, destapado. En su interior, sólo hay una pequeña jaula de hierro, miles de consoladores de todas las formas y tamaños, ordenados de mayor a menor. Una cajita con arena, y un bowl pequeño y uno grande.
- Bienvenida a tú nuevo hogar - Dice con sadismo y una sonrisa.
Aterrada. Intento escapar a lo que fuertemente tira de la cadena y me detiene. Me inclina contra el piso y me propina 14 nalgadas. Jala de la cadena, estoy babeando por la pelota en mi boca, mi baba cae por mi pecho, gimo, lloro, jadeo. Mis nalgas hinchadas, rojas, palpitan, no me puedo sentar.
- Eres una mala perra!!! Una perra necia. Tienes que aprender a obedecer a tú dueño.
No puedo defenderme. No puedo huir. No puedo hablar... Estoy aterrada y a su merced... A su sadismo.
Me señala la puerta de la jaula. Lo miro aterrada pero observo su mano. La levanta y hace un gesto. Un ademán que automáticamente me señala que el castigo será aún peor. Me dirijo sin más a la jaula, me empuja con su pie barroso para que entre completamente y me encierra con candado.
- Éste será tú nuevo hogar y hasta que no aprendas a comportarte no saldrás de aquí ni te quitaré el bozal. Lo comprendes perra necia?
Babeando, humillada en mi propia baba, con mis nalgas rojas, expuestas, encerrada en una pequeña jaula, indefensa, vulnerable, me coloco en posición fetal y cierro mis ojos hasta caer en un sueño profundo...
...
Al siguiente día, despierto con un fuerte olor y un sonido de lluvia. Alzo la vista y observo que se encuentra de pie, al frente del bowl más grande, con la verga flácida, derramando su líquido amarillo.
- Es hora de beber - me dice.
Lo miro aterrada. Había estado toda la noche durmiendo entre mi propia baba.
No haré eso. Reniego.
Abre la puerta de la jaula y me jala de la cadena. Acerca mi nariz al bowl y ordena.
- Bebe perra!!!
No!!!
Me intento dar vuelta. Definitivamente no lo haré.
- Está bien - Dice, mientras se dirige a la salida de la puerta.
Me tranquilice. Pensé que había recapacitado. Que pensaría que su trato estaba siendo fuerte. Que me abrigaria y tomaría en sus brazos como su niña.... Pero...
No duré ni tres minutos en mi estado de tranquilidad cuando...
Escucho la puerta abrirse y mi sorpresa es tal que casi me desmayo.
Portaba una caja mediana con muchos cables que sobresalían de ella como tentáculos queriendo buscar alimento. Se movían finamente y hacían sonidos extraños. Sentía el hedor de carne quemada en el aire.
Aterrada, corría por todo el lugar, intentando escalar las paredes, las arañaba con mis garras, gruñía, mujía, pero nada de lo que podía hacer, era suficiente para liberarme de lo que me esperaba. Me ví acorralada. Babeaba cada vez más fuerte. Hice un charco de orina en mi angustia. A lo que él respondió con una carcajada.
- que temerosa perra tengo - dijo. - ya aprenderás.
Me logra capturar y me posiciona en forma de cruz. Ata mis manos, pies y cuello a gruesas cadenas, comienza a propinarme 21 nalgadas secas, contundentes. Coloca los cables pellizcando mis labios vaginales uno en cada lado y otro par en mis pezones. Estoy babeando. Mi baba me cubre completa. Lloro. No puedo mover mi cuello para negarme. No puedo suplicarle. No puedo....
Primera descarga eléctrica.
Siento como la corriente atraviesa los cables a través de mi cuerpo llegando a mis terminaciones nerviosas, produciendo un pequeño espasmo, me retuerzo. Mis pezones se erectan de forma inmediata. No entiendo lo que me sucede. Mi cuerpo anhela más pero mi razón me pide, se detenga. Segunda descarga aún más fuerte.
- Lo estás disfrutando perra? - ríe sádicamente.
No... Yo ...
Sale una lágrima y babeo aún más. Se me escapa orina también y un líquido blanco.
Ríe.
- Si que disfrutas ser castigada perra caliente. Pero no es lo que deseo. Quiero que aprendas a impregnarte de mi hedor. A conocer a tú dueño, a serle fiel y reconocerle. Complacerle si hace falta - ...
Procede a tomar una fusta de cuero y me propina dos secos golpes en los pezones y en el clítoris, jadeo, me retuerzo, lloro. Mujo. Intento hablarle. Intento decirle que sí, que beberé de la suciedad de su cuerpo. Que me libere para suplicarle se detenga...
Me suelta y desprende de los cables.
Caigo al suelo, de rodillas a sus pies.
Ríe.
Ahora sí, beberas de mi suciedad?.
Hago un gesto con la cabeza en señal afirmativo.
- Buena perra - dice.
Me quita el bozal y dice.
- Alimentate del apestoso líquido amarillo del que eres parte. Nútrete de él. Siente como recorre tú sangre y te quema. Siente como llena tus riñones. Siente el pasar de aquel líquido en tú interior bajando por tus glándulas mamarias, llenándolas, abriéndose paso hacía tú estómago. Siente como te hidrata. Te completa -.
Sus palabras hacían eco en mi interior. Sentí algo extraño. Terror y deseo al mismo tiempo y con igual intensidad.
Me acerque al bowl sin mucitar palabra, incline mi cabeza, saque mi lengua y comencé a beberlo.
- Bebelo TODO!! - gritó. No quiero una sola gota desperdiciada. O... Tendremos castigo.
Asentí con la cabeza.
Su olor era fuerte y penetrante, me causaba náuseas y mi cuerpo intentaba devolverlo pero el miedo de ser castigada era más fuerte que el deseo de complacerlo. Así cerré mis ojos para imaginar que sólo bebía un jugo ácido.
- Abre los ojos perra -. - Entiende que será tú bebida diaria - No tendrás otra.
Los abro e intento cumplir sus órdenes pero nuevamente una reacción natural se apodera de mí. Intento bloquearla cerrando mis fosas nasales ya que boca y olfato se conectan. Así su olor no me causará repulsión. Había dejado el bowl casi lleno y me era difícil cumplir su cometido.
Finalmente lo logro.
- Buena perra - tendrás un premio mañana. Descansa por hoy.
Me invade el asco y el deseo de orinar y vomitar. Quiero gritarle que me preste un baño pero se que mis peticiones no serán escuchadas. Sólo hay una cajita de arena allí en el rincón. Pero mi incontinencia es tal que derramo mi líquido amarillo en una esquina. Satisfecha, caigo profundamente dormida en el suelo, desnuda.
Al tercer día, entra mi dueño.
- mmm no hiciste en la arena?, perra - Debes aprender a cubrirlos, no quiero encontrarme con tus orines por toda la casa.
- Perdón aaaaa... mo. Le digo con mis pocas fuerzas.
- No he pedido que hables - dice. Bebé tú líquido diario que daremos un paseo -
Un pase...o... Nooo yo... No quiero exponerme...
Públicamente... No... Estoy preparada...
- Vamos, bebelo todo, como ayer -.
Me inclino y comienza mi lengua a recoger todo el fruto de la suciedad de su interior.
- buena perra -Las perras tienen cola y a tí, te falta una. Deberás aprender a usarla siempre.
Aciento. Si Amo. Sus órdenes comienzan a excitarme a cobrar sentido, me siento un animal a su lado. Me humedezco pese a que estoy sucia y hambrienta.
Inspecciona mi ano. Le hace un lavado e introduce una larga cola en él.
- Lista, Vamos a pasear
Pero como... Así? Desnuda? Caminando en 4? Con todos los ojos viéndome? Sucia? Con una cola en mi ano? Todos esos pensamientos me invadían una y otra y otra vez. Y como si adivinara mis temores me dice
- Sí, así como estás, preciosa. Linda perra de papi. Quiero lucirte con los canes. Que te vean
Canes? Que me vean? Quienes?. Pensaba.
Salimos por la puerta me jala del cuello, caminaba desnuda, en 4, con la cola meneandose.
- Alza tú cola perra. Bien alto -
Las personas tomaban fotos, se burlaban, mucitaban entre ellas. Entre más lo hacían, entre más me sentía humillada, más corría líquido entre mis piernas.
Él, sonreía.
No te detengas - continúa
Amo quiero ir al baño - dije.
- las perras no hablan ni piden permiso para mear - sólo, hazlo.
- dónde - aquí?
- sí cuando sientas deseo, sólo hazlo.
Pero es..
- hazlo perra. Levanta una pata y hazlo.
Levanté mi pierna izquierda y procedi a orinar.
Muchas más mentes curiosas y perversas hambrientas del amarillismo sacan fotografías de mi gran escena. No lo pueden creer. Una perra humana pública!!! Mi cuerpo está al límite del adrenalina. Se acostumbra a andar como perra y pasear de la mano de mi Dueño. A comportarse como tal, obedeciendo, sin rechistar. Sin negarme...
- Continuemos. Quiero presentarte a mis canes.
serían otros doms?. Pensé
Inquieta pero ansiosa y húmeda me contoneaba.
Llegamos a un lugar donde se escuchaban muchos ruido de perros, de bestias que parecían no haber salido en años de allí, aullidos, quejidos, azotes.
Entramos y un hombrecito pequeño, que pareciera salido de un circo abrió la puerta.
- wow que perra tan puta tienes - fue lo primero que dijo.
Era un lugar clandestino de perros y perras.
Te presento a mis dos perros alfa - dijo, volteando su mirada hacía mí.
Dos animales enormes, musculosos, con la mandíbula jadeante, daban vueltas entre sí. Gruñian y mostraban su imponente y duro miembro.
Vas a tener que aparearte con ambos - ordena mi amo.
No yo... Jamás. Con dos perros, animales reales? No. Está loco? No... Yo...
Los canes se acercaron a olerme. Olían mi trasero. Apretaba el culo para no que me sintieran.
- es una perra en celo, como ustedes, copulenla, vamos. Les hacía un ademán a los canes para que se acercaran a olerme.
No.. me niego...
Lamen mi culo y mi vagina y mis jugos empiezan a brotar. El otro empieza a lamer mi espalda y dejar su saliva en ella. Me lamen entera.
- está en celo la perra - montenla!!! Les decía mientras les pegaba cachetadas en la cara.
No.
Los canes siguen lamiendo mi ano y vagina su lengua es ancha y resbaladiza. Jugosa, me hacen gemir pero no quiero. Siento placer y asco. No quiero. Jadeo. Me retuerzo, mis tetas se bambolean. Me empiezo a sentir como perra. Asumir mi estado animal.
- abre las piernas, deja que esa lengua se resbale por tus orificios, méalos, para atraerlos a tí. Vamos perra en celo - ríe
Mi mente está nublada.
Les orino mientras me lamen y su lengua se nota más excitada, más en movimiento, buscan tragarse mi orina. Abro las piernas y lamen mi ano.
- eso perra!!! - inclinate!!!. Cabeza contra el suelo y baja para que puedan copularte - chupale la verga al otro para estimularlo, y abrete más.
Mi cabeza está nublada.
No dudo en acatar sus órdenes. Me inclino contra el suelo, mi culo en alto y gimo como una puta en celo. Más quiero más.
Amo que me preñen!!! Amo que me perforen las bestias por favor. Le digo totalmente, insconsciente.
Ríe.
Esa es mi perrita en celo. Así quiero que estés, suplicante, siempre en celo. Siempre dispuesta a aparerte con mis canes. A dejarlos secos y sacarles el deseo perra hambrienta y lujuriosa -
Los aleja de mí. Retroceden.
No. Amo. Por favor, deja que me penetren, si quiera un poco, que me laman, quiero su lengua babosa, jugosa, grande, ningún hombre ha podido complacerme así. Quiero APAREARME AMO...
Otro día...
Dice riéndose.
Continúara....
Le observaba con ojos ansiosos, intrigada hacía el futuro. Vi venir una nube inmensa sobre mi cabeza, caos, desorden, miedo. Todo en forma de tormenta. No podía contener las lágrimas. Mi garganta necesitaba abrirse. Mi oídos escucharle. Mi respiración necesitaba sentir su aliento y mi pecho, elevarse.
Sólo necesitaba un soplo suyo en aquella nube. Nada me haría más feliz. Nada me calmaría más que su voz y sus abrazos.
Lo invocaba con mi pensamiento y él, acudía cada que podía.
- "Daddy, Daddy", dónde estás Daddy"? "Te necesito Daddy"!!! Gritaba mi mente.
No obtuve respuesta aquel día que mi mundo se venía abajo una vez más. Quizá debía inundar el suelo de lágrimas, simplemente....
Pero...
Al siguiente día, su voz me busco de nuevo, apareció en aquella nube dando un fuerte soplido, como siempre lo hacía, disipando todos mis miedos e inseguridades. Siempre imponente buscando a su little, como lobo protegiendo a su cría.
- que te ha pasado hija mía? Te he sentido triste. Por qué tienes ojeras?.
- Papá, yoo.....
Me sentía encerrada en una jaula pequeñita. Ante él era diminuta. Una niña vulnerable. La mujer no estaba presente ante él. Mis ojos miraban al suelo, me costaba mirarlo a la cara. Entre el sentimiento de un alma rota y el anhelo de tener frente a mi, a mí protector, había confusión.
Quería gritarle todo aquello que sentía, todas mis frustraciones, deseos, anhelos pero mi garganta estaba apretada. Mis lágrimas no salían. Sólo mi cuerpo podía expresarle. Conocía perfecto mis expresiones faciales y corporales. Podía sentir mis energías, no necesitaba le comunicara verbalmente, él ya podía leerme.
Su voz hace eco desde el momento uno. Sus palabras me invaden de seguridad y confianza. Me quedo observándolo como aquel guía y maestro que conoce lo más profundo de mi ser. Que siente mis tinieblas. Sólo él puede calmarme. Sólo él, elige con cuidado cada palabra, elevándome al cyber espacio donde sólo existe uno, soy todo para él y él es todo para mí. Me halaga con sus palabras manifestando lo orgulloso se siente de su hija por sus logros y la belleza que observa en mí. Mi confianza sigue elevándose. Aunque me siento pálida y sin energía. Quiero sentir su abrazo y sus labios en mi boca, besándome y dándome calor de padre. Continúan sus halagos, me hace sentir poderosa. Comienzo a confiar en mí.
- "Su padre la cuida, la proteje, siempre está" - dice. En sus palabras siento me recorre electricidad por el cuerpo. Quiero sumergirme en él. Entregarme y ser sólo suya. Se da cuenta. Me pide vaya por mi chupete. Es un símbolo de nuestra unión.
Mi collar.
Lo que me mantiene en calma. Lo tomo y juego con él.
Me pide me saque las bragas y juegue con el chupete en mi clítoris como si fuese su lengua.
Siento como mi cuerpo quiere cada vez más entregarse, dilatarse, abrirse.
Me pide abra más las piernas para inspeccionar mi vagina.
Tímidamente obedezco.
Me ordena tome el chupete de nuevo, y lo recorra entre mis labios y clítoris, empieza mi humedad a hacerse visible.
Necesito que me pida me introduzca algo más largo y grueso.
Necesito su verga calentárme de a poco. Lentamente, introducirla hasta abrirme completamente para él.
Cierro los ojos y me dejó seducir. Su verga tieza y gruesa me penetra con tanta delicadeza que unos ligeros gemidos salen de mi boca.
- Daddy, sólo tú sabes llenarme - .
Las paredes vaginales comienzan a dilatarse. Aspiro para obtener más oxígeno.
- Eres la niña de Papi. Quieres sentirme dentro tuyo. Sentir como te llena de leche Papi. Quieres hacerlo más rápido. Sentir mi verga más profundo. Sentir como te lleno. No quieres parar. Quieres seguir. Más, más y cada vez, más hasta el fondo, sin parar -.
Me pierdo en sus palabras a mi oído. Por un momento me uno a él. Le escucho en mi mente, me retuerzo, quiero más, quiero a Daddy. Quiero que nunca pare. Quiero ser usada por él, vejada, violada hasta quedar sin aliento. Él lo sabe. Conoce mis necesidades. Me toma del cuello agotando un poco mi oxígeno. Sabe cómo someterme. Me embiste como bestia hasta llegar a mi tope, una y otra vez, haciendo rebotar mis tetas.
- Siente la verga de papi. Siente a Papi follar a su hija. Cada vez más profundo, más adentro -.
Mis pezones se erectan, Papi marca mis pechos. Gimo cada vez más fuerte.
- Papi quiere depositar su leche en su hija, más mi vida, quieres sentir a Papi, no pares, más, más, aunque acabes, Papi te seguirá usando. Te usará aunque estés inmóvil. Papi no se corre fácilmente y dura horas. Papi quiere PREÑAR a su hija. Correrse en ella. -.
Extasiada, retorciéndome de placer al sentirlo dentro de mí. Gimo fuerte le suplico.
- Papá, PREÑAME por favor, depósita tú leche en mi interior. Por favor Papá. Más, más, usame como tú esclava sexual. No me negaré. No diré que no a nada pero lléname de tí. Papiiii....
Me corrooooo
y obtengo un intenso orgasmo!!!.
- Papi no deja tranquila a su hija, aúnque se corra, Papi tiene mucha energía para vejarla. -.
Extasiada no puedo mucitar palabra, decirle que sé detenga. Me ha dejado agotada. Pero él quiere seguir. e
Adormilada, caigo en sus brazos, a lo que él aprovecha para continuar vejándone, ésta vez abriendo mi ano. Del cansancio no me percato del dolor.
- Una vez abierto, ya no podrá cerrarse, tendrá su ano abierto para mí siempre cada vez que desee usarlo. Su cuerpo me pertenece. Mi loli, mi hija, mi mujer, mi esclava sexual, sólo mía y de nadie más!!! -
..... alcanzo a escuchar a lo lejos, sin alientos, antes de perder totalmente
....... el conocimiento......................
Dispuesta a entregarme a mi AMO como una PUTA lujuriosa, lechosa, sedienta de semen, habiendo entrenado mis agujeros con anterioridad para él.
Júbilo y gozo al ver su rostro justo enfrente de mi.
Estoy en camisa y short sin ropa interior como una niña inquieta, una niña traviesa, una PUTA golosa.
Me habla con perspicacia, me da instrucciones.
"Siéntate en la cama, saca tu camisa y tú short"!!!
Me dispongo a hacerlo, un tanto nerviosa. Primera vez ante mi AMO, desnuda.
Saco mi camisa y se asoman mis tetas. Los pezones erectos, las tetas firmes y duras.
"Sacate el short", insiste.
Tomo cada botón como si fuese el símbolo de castidad. El primero suelta fácil, el segundo con dificultad, bajo la cremallera y se asoma mi sexo. Una ligera línea de vello púbico, diciéndole a mi AMO, "éste es el camino a recorrer", directo a mi agujero, "úselo, se lo ofrezco", "haga de él su depósito de semen, cuántas veces quiera, en donde y cómo quiera".
Me ordena con firmeza... "abre las piernas, Tócate PUTA, eres la PUTA de tú AMO!!!"... "empiece a masturbarce para su AMO como él lo haría, como él la usaría"
Comienzo tocando mis tetas, pensando en que son las de mi AMO, las aprieto y jalo ligero mis pezones (ya erectos).
Me dice... "espera, toma las 3 pinzas de ropa, una y una en la parte superior de las tetas, tomando el más grande pedazo de piel que pueda y la tercera en el labio superior de la vulva".
Con dificultad, logro pellizcar un pedazo de piel en cada teta. Imagino los dientes de mi AMO, succionando y jalando mis pezones. Masajeando, y torturando mis tetas, quizá con algo de cera que cause un poco más de picor.
Interrumpe mi pensamiento y me pregunta...
"Que siente?"
Le respondo con risa nerviosa. "Dolor!!!"
Mi vulva y pechos gozaban y sufrían al mismo tiempo y sin compasión. Incómodo y excitante momento.
Quitatelos!!!... ordena. Ponte pasta dental!!!.
Tomo un poco, lo suficiente para calentar mi cuerpo, y cubro mis pezones y clítoris con la pasta.
Al cabo de segundos, mi vagina está húmeda.
Toco ligeramente mi clítoris y empiezo a mover mi cadera lentamente.
Mi AMO me dice al oído....
Eso, tócate como la PUTA y zorra que eres. Imagina ser el tanque de semen del AMO. Siempre dispuesta a ser usada cuando él lo disponga, siempre húmeda. Esperandolo desnuda y de rodillas en la puerta de la casa para usar esa boca, esos labios gruesos amantes del semen. No pararas hasta que lo diga!!!. No te correras hasta que lo diga!!!. Eres el depósito de semen del AMO y él dispone del cuando correrse. Imagina estar en la plaza con él AMO, en falda corta, y él metiendo la mano por debajo de ésta, hundiendo los dedos en la vagina de su PUTA, humedeciendola hasta abrirla y meter la mano"...
Jadeo, mi respiración se agita, no aguanto el deseo de penetrarme. Es más fuerte que yo. Tomo el dildo y me penetro. Me siento en él y lo monto.
"Mmmm estás caliente" dice con cierta ironía mi AMO. "Es porque eres una PUTA golosa, deseosa de la verga de su AMO, viciosa. Metetelo más, mucho más, adentro, TODO!!!... Que las bolas peguen con tú clítoris, así, justo así... TODO ADENTRO PUTA VICIOSA!!!... Imagina montar al AMO, así, respiración agitada, caderas contoneandose encima, quieres más, no quieres parar, 40 minutos montando y quieres más, más rápido PUTA, más rápido, así, como deseas, como quieres ser vaciada"...
Salto en el dildo, mis tetas balanceandose, saltando, bailando, dichosas. Yo soy la puta del amo que me degusta, me usa con él y con otros, degrada mis agujeros, los abre y los toma cuando se le da la gana, hace lo imposible por poseer mi sexo y se lo entrego 24/7 todo mi cuerpo, asi él hará arte de el.
Me quiero correr por favor AMO. Le suplico.
Me dice, aún no.
"Es un tanque de semen dispuesta a ser llenada y vaciada solo cuando su amo lo decida , tanto como este le necesite usar. Y quiero más. 40 minutos masturbandose y puede más".
Le imploro de nuevo. Mis brazos tiemblan, tengo sed, sed de semen.
Me ordena. "Córrase!!!", "hágalo", "puede hacerlo si piensa en su AMO".
Deseando ser vaciada, vejada, estar llena de semen en mi interior y exterior 24/7....
Me corrooooo!!!!
Mi AMO extasiado pregunta como me sentí y siento. Quiere más y me ordena mantener el dildo dentro tanto como pueda, mientras me habla al oido y me hace imaginar una sumisión 24/7 alejada de los temas laborales, sólo sirviendole y complaciendole sin preocupación alguna.
Húmeda, y lujuriosa pero cansada mental y físicamente, entro en un profundo sueño.
Al día siguiente, sorprendentemente despierto húmeda. Tomo el dildo y me masturbo de nuevo imaginando cada detalle de la noche anterior... todo el día permanezco húmeda...
Soy la PUTA de mi AMO que me usa cuando lo decide con él y con otros.
Esta es una historia real, producto de un acuerdo consensuado entre las personas involucradas. Deseosa de llevar al límite duro su fantasía da rienda suelta a las sensaciones. No apta para personas suceptibles.
La Historia:
Mucha gente me ha pedido que escriba sobre mi experiencia en cautiverio. Y si bien me he sentido bastante cómoda publicando fotos y contando pequeñas historias en las descripciones de las fotos, la experiencia está todavía muy cruda para mí. A pesar de que no soy cercana a mis captores, lo siento como algo muy íntimo, como algo que no quiero compartir con nadie más que con ellos.
¡Pero…! A mí me encanta escribir y hacerlos partícipes de mi vida ha demostrado ser muy útil para procesar algunos de mis sentimientos. Me gustaría compartir un poco de mi historia con ustedes, mis amigos… y mostrarles algo de lo que significó para mí lo que pasé durante esas 30 horas. No voy a entrar en demasiados detalles sobre el fin de semana, pero lo que voy a tratar de hacer es explicar algunas de las sensaciones y algunos de los desafíos que enfrenté. Cómo me sentí entonces y cómo me siento ahora.
La semana pasada fui secuestrada y encerrada en un pequeño cuarto durante un período de 30 horas por dos sádicos que sólo había visto una vez antes. Había sido planeado durante varios meses y aunque sabía lo básico de lo que iba a ser mi cautiverio, sabía poco de los detalles y confiaba en ellos para que me llevaran tan lejos como pudieran sin quebrarme por completo.
Durante mi cautiverio, me dieron poca comida y me mantuvieron despierta mediante luces estroboscópicas y música fuerte o sonidos horribles. Me golpearon sin piedad y sin previo aviso. Me torturaron con electricidad, ahogamientos, me violaron y humillaron.
Estaba avergonzada, profundamente avergonzada.
Me decían apodos denigrantes, me dejaron encadenada al armazón de la cama sin colchón. Tenía frío, estaba sola y lloraba. Me interrogaron, golpes de nuevo. Rogué para que se detuvieran. Me vertieron agua con hielo en la cara. Me quedé en mi propia suciedad, ahogada en mi propia orina. No tuvieron piedad ni mostraron afecto alguno. No fue fácil, no fue divertido.
Pero fue una experiencia poderosa. Me cambió.
Al principio tuve miedo. Durante mucho tiempo no vi nada, mis captores nunca me hablaron, sólo me golpeaban sin descanso, nunca me dejaron saber cuándo estaban o no en la habitación. Eventualmente me quebraron.
A través de la humillación y la tortura, ellos me llevaron de un lugar de miedo a un lugar de aceptación, un lugar donde comprendí mi destino. Yo era de ellos para ser usada y no había nada que pudiera hacer al respecto.
Para entonces ya había sido degradada a algo menos que humano. Quedé en una jaula hasta la putrefacción. Ya no sabía qué hora era, qué día era. Mi cuerpo ya no era mío.
Yo trataba de mantenerme en una sola pieza. Un trozo de ropa, un pedazo de pan, cualquier cosa para no hundirme más allá de la realidad.
Pero ellos lo tomaron todo… el pedazo de pan, lo arrebataron de mis manos. Mi ropa, rasgada de mi cuerpo y cualquier momento de intimidad… denegado.
Y esa fue la parte más dura para mí. No los golpes o la tortura, la violación o la vergüenza… fue la crueldad.
Mis captores apenas permitían un momento para respirar de la tortura en curso. Cuando me administraban el agua, mantenían mi mandíbula abierta, forzándome a beber más de lo que necesitaba.
Al ser golpeada, me agarraba de una pierna, para no perder el equilibrio; sólo para ser pateada lejos. Me fue dada una manta por un tiempo, solo para quitármela luego, pero fue dejada suficientemente cerca como para verla.
Me obligaron a acostarme temblando del frío. Cada golpiza era difícil, cada nueva tortura era más exigente. Les dije que haría lo que ellos quisieran, ellos respondieron que ya lo estaban haciendo.
Rara vez me hablaron, sólo para amenazarme, interrogarme, o para decirme lo vergonzosamente puta que era.
Y tenían razón. Yo era vergonzosamente una puta sucia. Porque yo quería todo de esa experiencia. Yo quería acostarme por primera vez en una pila de mi propia suciedad. Yo quería ser humillada, violada hasta correrme una y otra vez sólo para tener el condón sucio en la cara.
Ansiaba tanto el toque humano que yo esperaba que fueran a violarme, porque eso significaba un nivel de cercanía humana que necesitaba desesperadamente.
Me encantó la degradación, la vergüenza. Yo estaba constantemente empapada. Cuando algo especialmente atroz iba a pasar, ellos se encargaban de comprobar y sentir mi deseo: riendo y asqueados por el pequeño juguete sucio.
Pensando sobre lo que podía ser ese fin de semana, creí que iba a estar aburrida durante los tiempos entre torturas, debido a que hubo muchos momentos en los cuales no pasó nada.
No estuve ni cerca. Bastante pronto empecé a quedar en un estado de trance cuando me dejaban sola. El llanto finalmente paraba y mi respiración se calmaba. Mi consciencia se perdía, hasta el punto en que hubo ocasiones en que mis captores se alcanzaron a preocupar porque no me movía en absoluto.
Y no pensaba en otra cosa que en ese instante. Esa habitación, ese momento.
No pensaba en las cosas que me acababan de hacer. No pensaba en mi casa o mi perro o mi vida fuera de esas paredes. Rápidamente las paredes se convirtieron en mi única realidad, la cama de alambres en mi nuevo hogar. La única cosa que realmente pensaba era en qué momento volverían y al principio me daba miedo, no quería que volvieran porque sabía que me iban a hacer daño.
Pero lentamente eso cambió. Empecé a esperar desesperadamente que volvieran porque los necesitaba. Yo quería mostrarles que podía ser buena y tal vez podría incluso tocar a uno de ellos o complacerlos en lo que quisieran… Tal vez me dejarían tocarlos.
Al final de todo, me quedé por mucho tiempo boca abajo y sin moverme. Como fuera que ellos me dejaran, me quedaba en esa posición. No quería enfadarlos, quería mostrarles que podía ser buena…
Estuve ahí tirada durante mucho tiempo y de pronto se hizo la luz y alguien entró a la habitación a decirme: “eres libre”.
Y luego se fue.
Y me quedé ahí, fría, tiritando, sola. Finalmente libre.
Pero no me podía mover.
Una breve nota al margen: Esta fue una experiencia muy poderosa, horrible, sexy, sucia y maravillosa para mí. Creo que sigo lidiando con eso, pero no siento sino calidez en mi corazón hacia mis secuestradores. Me dieron exactamente lo que quería (y mucho más) y soy muy afortunada porque estaban dispuestos a hacer realidad el sueño de este pequeño y sucio juguete sexual. Así que sí. Gracias.
Historia original: https://fetlife.com/users/1769826/posts/3345837
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