Buscando frases y citas que pudieran describir, sensaciones
que produce nuestro juego me encontré con esta, que me hizo pensar y que creo
que le viene que ni pintada a nuestro juego y a sus posibles confusiones.
Cuando empiezas a jugar con alguien a esto, se hace siempre
una manera voluntaria por ambas partes, a través de una serie de coincidencias
en gustos ,la mayoría de las veces es un proceso progresivo de conocimiento
mutuo y siempre de manera autodidactica, por información que tengas, por muchos
que hayas leído, hablado y compartido, cada persona es un mundo, cada cual
tiene su percepción del juego, de lo que quiere y se inicia partiendo desde
cero, pero siempre hay un denominador común, una de las partes implicada acepta
un rol de autoridad en la otra y delega en esa persona, pequeñas parcelas de
control, no nos engañemos eso es la teoría, en la realidad el control siempre
lo tiene la persona que lo cede, es ella quien decide esto te doy y esto no. En
esos principio la prudencia por ambas
partes es lo lógico, pero a medida que se avanza, se tiende a fluir, cuando se
empieza a confiar de verdad esas parcelas tienden a aumentar se bajan las
guardias y es entonces cuando creo que hay que ser más cuidadoso y hacer
distinción clara, de donde llega el juego y donde empieza la realidad, la responsabilidad
de parte de quien recibe esa autorización es muy grande, incluso cuando el
control puede parecer que es absoluto, no deja de ser más que un juego y eso
debe ser sagrado.
Conozco algún caso, donde en algún momento dado, se traspasó
esa frontera del juego y se mezcló con la realidad, con resultados
devastadores, en cuanto a dependencia de ese control, en cuanto a perdida
absoluta de personalidad y autoestima, hasta el límite de crearse una relación
de tipo adictivo sin más, de la cual a esa persona le costó años salir. Que
alguien confié en ti, como para darte autoridad, es algo muy bonito, pero a la
vez una gran responsabilidad, que hay que tener en cuenta, llegado un momento
si te aprovechas de eso, puedes llegar a tener el poder para destruir a esa
persona, así que creo que vale mucho la pena no confundir esa autoridad y ese
control que te ceden en poder.
El Muro