¿Qué es el Figging o la tortura del Jengibre?
El figging o la tortura del jengibre es una práctica muy usada en BDSM debido a las reacciones tan intensas que provoca, y que consiste en la penetración anal con un dedo de jengibre.
Es una técnica fácil de dominar, aunque es preciso tener cuidado y se requiere una preparación adecuada.
Para prepararlo es necesario comprar la raíz entera , procurando que sea fresca.
Se puede comprar en cualquier supermercado.
La raíz tiene forma de mano con dedos un poco atrofiados, elige un dedo que tenga una longitud considerable para utilizarlo de dildo.
Lo mejor para las primeras veces es escoger uno que no tenga brotes ni venitas verdes.
Cuanto más pronto la utilices, mejor será el efecto, a menos que la envejezcas correctamente. Corta un dedo de la mano de jengibre.
A menos que los dedos sean muy largos, corta hasta el final de la mano, para conseguir un dedo largo y de una anchura uniforme.
El dedo no debería medir menos de 10-12 ctms, cuanto más largo mejor.
Con un cuchillo quita la piel marrón, asegúrate que no queda nada, y que todos los topetones y nudos están cortados y también alisados.
Intenta pelar la piel muy fina para conservar el dedo lo más completo posible. No tengas prisa, tómate tu tiempo.
Es fácil, se pela como una patata ,y es importante y necesario que se lave bien y a conciencia.
Mientras lo preparas, acláralo con agua fría de vez en cuando, para ayudarte a quitar cualquier resto de piel.
El jengibre es fibroso y lleva un poco de tiempo prepararlo de forma correcta. Una vez pelado y lavado sólo hay que darle la forma.
Una vez bien pelada la raíz y que esté bien lisa y agradable, tendrás que hacer algo un poco más difícil.
Con el cuchillo, talla una concavidad alrededor del dedo, a unos 2/3 del extremo, esto actuará como dispositivo de retención.
Haz el anillo de unos 12 mm de profundidad, y afila el dedo hasta el final con esa profundidad, es decir haz una circunferencia en el dedo, profundiza unos 12 mm y después continúa hasta el extremo del dedo.
No talles nunca demasiado pues esto debilitará el dedo y aumentará la posibilidad de romperse. No necesitas que el anillo sea muy profundo.
Después de que hayas terminado este paso, aclara el dedo y sumérgelo en agua fría.
Asegúrate que el extremo del dedo haya quedado bien redondeado, ya estará listo para insertar.
Al contrario que con tu dedo, no utilices lubricante con el dedo de jengibre, el lubricante actúa como sellante y evita que la humedad del jengibre haga su labor.
Utiliza el agua fría para mantener el jengibre mojado.
Inserta lentamente el dedo en el ano de la sumisa, sin prisas.
Tómate el tiempo necesario, el jengibre mojado resbala bastante bien.
Cuando el ano de la sumisa se abra finalmente y acepte el jengibre, resbálalo hasta el anillo.
El jengibre en si suelta un aceite que sirve de lubricante pero si se moja con agua fría el efecto es mucho mejor.
La penetración debe hacerse despacio, no hace falta las prisas ya que en seguida se ven los resultados, el culito poco a poco se va abriendo.
La belleza del jengibre es que tarda poco rato en hacer efecto, pero una vez que comienza el efecto aumenta rápidamente.
Mientras esperas para que la “diversión” comience, lávate las manos con mucho cuidado, para que por accidente no toques los ojos de la sumisa o tus propio ojos.
Ahora siéntate en una silla confortable y goza de la demostración; la mayoría de las sumisas comenzarán a gemir cuando el jengibre empiece a hacer su magia.
El jengibre es muy traicionero porque al principio sólo notas una invasión, cómo si fuera quizás un dildo más y punto.
Y te confías…y cuando más confiada te sientes es cuando empieza un fuerte picazón que desequilibra la conciencia.
Por un lado se sufre el deseo irrefrenable de parar mientras que por otro te invade la lujuria.
Durante ese rato se sufre la constante contradicción de los sentidos provocando así un estado que te somete por completo. y calor, mucho calor…
Después empiezas a excitarte sin saber porqué y es algo incontrolable.
Necesitas sentir algo dentro que te calme a toda costa, en algunos casos puedes llegar a empezar a chorrear de excitación y sigue, cada vez lo notas más.
Tal cómo viene cuando crees que ya no puedes aguantarlo más… se va. Y aunque sigues con un poco de excitación empieza a decaer rápidamente…
Para aumentar el efecto, coge las nalgas de la sumisa y mantenlas juntas durante un minuto o dos.
Esto aumenta considerablemente la sensación, y si lo haces de vez en cuando, la sensación se recuperará.
Y a las personas sumisas que los sufran aconsejo que se relajen y traten de aguantarlo con tranquilidad… es una sensación muy muy intensa.
Los efectos del jengibre durarán aproximadamente veinte minutos o así, después los efectos disminuyen rápidamente.
Lo agradable del jengibre es que no importa cómo es de intenso el efecto sobre la sumisa, en cualquier caso no la dañarás y es de breve duración.
Una vez que la sensación cese, quita el jengibre y continúa con el resto de la sesión. No es aconsejable sobrepasar el tiempo de penetración ya que hay sufrimiento y placer para rato, usarlo con cabeza.
El jugo de la raíz del jengibre tiene la capacidad de causar una excitación increíble. De hecho algunas sumisas comienzan a sollozar, pidiéndote que calmes su ansia de tener algo en su vagina y rogando les permitas tener un orgasmo.
La reacción se duplica si el jugo entra en contacto con el clítoris, puedes cortar una rebanada de jengibre y situarla sobre él. Aplica el jengibre sobre el clítoris mientras el dedo sigue en su lugar y observa lo que ocurre, verlo es todo un espectáculo.
El jengibre es dinamita si se coloca una rebanada sobre la cabeza del pene.
En el juego del CBT, podemos hacer un fino dedo de unos 2,5 ctms de largo por 3-6 mm de grueso.
Asegúrate que está perfectamente liso y que los bordes están redondeados.
El sumiso debe estar atado boca arriba, sumerge el jengibre en agua e insértalo en la uretra del pene, no lo insertes muy profundo, para asegurarte de poder quitarlo con facilidad.
El efecto del jengibre en el pene es inmediato y el sumiso reaccionará con una fuerte erección.
La sensación de quemazón es muy intensa, si es demasiado, quita el jengibre y dale un respiro; cuando se quita el jengibre, la sensación ardiente cesa casi absolutamente.
Técnica para envejecer el jengibre:
Usando el jengibre pronto después de comprarlo, asegurarás su potencia, almacenando el jengibre, desprotegido, durante largo tiempo le robarás “su magia”.
Sin embargo, si tienes algunos dedos de jengibre, ponlos en una bolsa de plástico bien cerrada y déjalos en la nevera.
Ahora al igual que sucede con el envejecimiento del vino, olvídate unos días de él; después compruébalo.
Si todo ha ido bien, el interior de la bolsa debe tener humedad, si tiene algo de moho, será el momento de utilizarlo, si no déjalo en el frigorífico unos días más.
El moho es inofensivo y no penetra la piel resistente y fibrosa de la raíz de jengibre.
Pela y prepara el jengibre como antes y juega como de costumbre. ¡Pero observa! El jugo del jengibre ha aumentado dramáticamente de potencia. ¡Si pensabas que el juego era bueno con un jengibre fresco, espera a ver lo que sucede ahora!.
Cualquier jengibre con mal aspecto debe desecharse.
Dos palabras de precaución.
Primero, si tu sumisa es alérgico al jengibre, no lo uses.
Puedes provocarle una reacción alérgica importante.
Se aconseja probar en la mano o cualquier zona de la piel, para asegurarse de que no produzca ninguna reacción alérgica antes de la penetración.
Se puede usar primero en la zona de los pezones cortando una rodajita del jengibre, porque el efecto es más leve y nos garantizaremos de no poner en gran peligro al sumiso.
Si por accidente el jengibre resbala dentro del ano de la sumisa, no te asustes, no corras a urgencias, simplemente la sumisa debe ir al baño, no habrá problemas.
Otros modos de uso:
1. Abre cuidadosamente la cáscara de un cacahuete de un buen tamaño (unos 4 cm) por su mitad longitudinal.
Vacía completamente el contenido y tras limpiar las paredes del mismo vuelve a unir ambas mitades con, por ejemplo, loctite.
Una vez la unión consolidada inyecta con la aguja una jeringuilla cargada con el zumo del jengibre (previamente pelado y obtenido en la licuadora). Sella el pequeñísimo agujero con un poco de vaselina y guarda el cacahuete en el congelador.
A las pocas horas, rompiendo el molde, es decir la cáscara del cacahuete, obtiene un supositorio helado de jengibre.
2. Coges una licuadora, haces jugo de jengibre, y directamente lo metes en una cubitera al congelador. Los cubitos dan mucho juego y el jugo es muchísimo mas irresistible que la raíz insertada.
En esto consiste el figging o la tortura del jengibre.
El Muro