Se denomina así a este tipo de relación porque significa que vivimos el BDSM 24 horas, los 7 días a la semana.
Imagínate estar metido siempre en tu rol, piensa en si podrías disfrutar de todos esos pequeños momentos “únicos e irrepetibles” que muy poco a nada tiene que ver con el BDSM, con tu nuevo papel, piensa en esos pequeños matices que nos hacen vivir plenamente cada minuto de nuestros días…
No critico una relación 24/7, porque en una época de mi vida quería vivirla así, eran mis principios y todo era nuevo para mí, por ello buscaba poder conseguirla. Pero me di cuenta (en uno de mis viajes en el que me acompañó mi sumisa de aquel entonces), que me dejaba vacío, sí, tenía aquello que había buscado, pero me faltaba la persona, me faltaba poder reír, hablar, sentir, dejarme llevar también… Ese viaje me hizo analizar las cosas buenas y las cosas malas que tiene considerar el 24/7 como una forma de vida (en su más estricto significado). Me ayudó a entender que, si no quieres aborrecer el marisco, no debes alimentarte solamente de él; si tienes variedad en tu dieta podrás disfrutar de todos los platos como si los comieras por primera vez y sin que pueda repercutir negativamente en tu salud.
Si no quieres que el BDSM se vuelva contra ti, si quieres disfrutarlo, que no te haga daño saboréalo y deséalo, practícalo a pequeñas dosis y de vez en cuando intensamente, aunque sea breve…
Parejas de juegos, Am@s, sumis@s, han fracasado en el BDSM justo por querer vivirlo así. Cuando algo se vuelve monótono y una forma de vida puede llegar a aburrirte, pero es algo muy personal y la decisión, al final, siempre es tuya. Cuando nos insisten mucho, aconsejamos hacerlo por días, pero no más que eso, en un día puedes experimentar muchas cosas y sabes que al día siguiente tendrás de nuevo a tu pareja para reír, hablar y disfrutar juntos de la convivencia y ser tú por completo.
El Muro