Ante todo un Dominante cuida como un tesoro a Su sumisa, con el conocimiento de que el regalo que la sumisa le da es el mas grande de todos los regalos.
Un Dominante es exigente y toma provecho absoluto del poder entregado a El, pero también sabe como compartir el placer que viene de ese regalo precioso.
Un Dominante esta en control de Si mismo, primero y ante todo, para El poder controlar a otros.
Como Dominante duro y exigente, puede causar que Su sumisa llore lagrimas reales. Y como el amante mas dedicado, después besara esas lagrimas hasta su desaparición, sin salir de Su rol.
En momentos de dificultad, un Dominante dejara atrás los roles, y será amigo y compañero que apoya, nunca olvidando que esto también es una relación de cariño entre dos individuos con sentimientos.
Un Dominante es rápido al entender las diferencias entre fantasía y realidad.
Un Dominante jamás pedirá que Su sumisa lo ponga ante su familia, o profesión, simplemente para satisfacer Su propio placer.
Para conquistar la mente, el cuerpo, el espíritu, el alma y el amor de una sumisa, un Dominante sabe que primero ha de ganar su confianza.
Un Dominante le mostrara a Su sumisa humor, bondad, y calor.
Un Dominante siempre debe demostrar que Su guía y tutelaje es sabia y merecedora de atención. Que es una persona de la cual se puede aprender, y en cuya instrucción se puede confiar.
Un Dominante es lo suficientemente romántico como para ser protectivo y caballeroso. Y cuando lo es requerido, defiende el honor de Su sumisa.
Un Dominante le demuestra a Su sumisa que El es alguien en quien ella se puede apoyar y confiar. Y cuando llega el momento de enseñarle lecciones de obediencia, El es un profesor duro e inflexible.
Un Dominante no acepta errores. No acepta nada menos que la perfección de Su alumna.
Un Dominante jamás usa la disciplina sin una buena razón. Cuando castiga a Su sumisa, siempre es con una mano sabia y cuidadosa.
Un Dominante siempre esta abierto a la comunicación y el dialogo. Siempre dispuesto a escuchar las necesidades y deseos de Su sumisa.
Un Dominante es paciente, tomándose Su tiempo para conocer los limites de Su sumisa y sabiendo que a medida que aumente la confianza, ellos también aumentaran.
Un Dominante nunca tiene que exigir un comportamiento ritual de Su sumisa. Su sumisa responde a ello por el sencillo deseo de querer complacerlo. El cumplimiento nace del deseo de complacer, no del temor al castigo.
Un Dominante entiende el frágil estado de la mente y el cuerpo, y jamás viola la confianza puesta en El.
Un Dominante siente tanta seguridad que es capaz de reírse de Si mismo y de las trivialidades de la vida. De mente amplia lo suficiente para aprender cosas nuevas. Fuerte lo suficiente para crecer como persona.
Las armas de un Dominante son la mente, el cuerpo, el espíritu, el alma y el amor/cariño.
Un Dominante entiende que cada uno gana lo máximo dándole placer al otro.
Y los dos saben que el amor/cariño y la confianza son las únicas cosas que realmente atan y permanecen.
La seguridad del ser sumiso SIEMPRE será la prioridad máxima para un Dominante, tanto emocionalmente, como físicamente.
SIEMPRE respetará y honrará la palabra segura del ser sumiso y jamás lo pondrá en una situación en la cual se vea con el temor de usarla.
De la misma manera que la sumisión es un regalo preciado, la Dominación es un talento que debe ser amaestrado, por lo tanto sea cortes y experimentado en la dominación ANTES de tomar la responsabilidad por la vida de otra persona.
No sea demasiado arrogante para escuchar y comprender los puntos de vista de su ser sumiso y sus necesidades. Quizás aprenda algo de ellos. Después de todo, la comunicación es lo fundamental de una relación D/s sólida y no esta no puede ser obtenida si todo viene de un solo lado.
Jamás castigue a un ser sumiso reteniéndole su cariño y afecto, esto es chantaje emocional.
Dé su apoyo y guíe al ser sumiso cuando este lo necesite y manténgase en contacto con los cambios de humor de su ser sumiso. A cambio de esto, obtendrá un ser sumiso que estará con animo de complacer y servirle porque se siente valorado.
Entregue a su ser sumiso una guía prenegociada por las cuales debe regirse y cuando este las incumpla sea CONSISTENTE aplicando el castigo.
Comprenda que del mismo modo que la confianza de un ser sumiso por su Dominante ha de ser sentida, igualmente el Dominante se tiene que ganar esa confianza. Esto no disminuye su control, lo fortalece.
Disfrute y use lo que se le ofrece con ternura, dureza, dolor y placer y tenga la sabiduría cuando usar cada una de ellos.
Jamás este tan lleno de orgullo o ciego por su ego y/o poder que sea incapaz de admitir cuando ha cometido un error, incluso para decir, Lo siento. De la misma manera que ningún ser sumiso es perfecto para su Dominante 24 horas al día, ningún Dominante es perfecto tampoco.
No sienta temor al extender confianza. De la misma manera que usted demuestra que es de confiar cuando su ser sumiso confía en usted, de ese mismo modo el ser sumiso necesita sentir que se confié en el/ella. El no hacer esto puede terminar envenenando la relación.
Cuide y eduque a su ser sumiso. Mientras mas sepa y pueda hacer, mas valioso es para si mismo como persona, y para el efecto que su sumisión tendrá en los dos. Es mas satisfactorio tener una persona fuerte que confíe en usted entregándole el control, que tener el control sobre una persona que sea una "alfombra".
Temidas, malinterpretadas, tentadoras y perturbadoras, las prácticas BDSM suelen generar reacciones. ¿Quieres conocer más de este mundo? Acá te presentamos algunas cápsulas para que puedas comprender este placer no convencional
No. 1 Concepto. El término BDSM se emplea a menudo, de forma equivocada, como sinónimo de sadomasoquismo. En realidad, es una sigla que da nombre a lo que hoy en día es considerado como una subcultura específica entre sus practicantes. El BDSM se halla estrechamente asociado con la subcultura leather y la sigla BDSM corresponde al término Bondage, Disciplina, Sado y Masoquismo. A su vez también contempla los términos Dominación y Sumisión, agregando dos nuevas variantes a la misma. La práctica del BDSM contrariamente a lo que muchos creen, no se basa en inflingir o provocar dolor; es mucho más abarcativa, un mundo intelectual, estética y eróticamente rico y complejo.
No. 2 Prácticas. Cada práctica tiene un significado mucho más profundo de lo que a priori podría parecer. El castigo de un Dominante a su sumiso no termina ahí, este acto conlleva un acto erótico y pone en manifiesto la entrega de una persona a otra, y la aceptación de la responsabilidad, del cuidado y protección de la parte Dominante hacia la sumisa. Más allá de la gran cantidad de prácticas que abarca el BDSM (y que sería imposible enumerar), estamos hablando de un concepto, una filosofía global donde el placer es el objetivo, pero que requiere de diversos factores tales como consenso, seguridad, confianza… y una vez alcanzado estos, no hay nada que se le asemeje.
No. 3 R.A.C.K. Desde los años noventa surge un nuevo concepto, el Rack, es el acrónimo de Risk Aware Consensual Kink, riesgo asumido y consensuado para prácticas de sexualidad alternativa (o no convencional): racsa. El racsa pone los acentos en la responsabilidad propia de los participantes en una actividad BDSM, responsabilidad informada y consensuada para evaluar y asumir los riesgos de dicha actividad. Más que una diferencia semántica o de concepto, los partidarios del racsa tratan de modernizar una definición (la del SSC) que se concibió fundamentalmente para trazar una línea divisoria con los malos tratos o la violencia de género, pero que sus mismos impulsores han tenido que reconocer, una y otra vez, que su propósito original estaba siendo defraudado y prostituido por el uso intolerante, extremista y poco inteligente por parte de algunos grupos marginales dentro de la comunidad BDSM.
No. 4 El cuidado y el respeto. No deben confundirse las torturas y humillaciones con la falta de respeto. Todas las acciones llevadas a cabo en un ambiente BDSM son acciones previamente consensuadas y proyectadas dentro de un marco de seguridad. El cuidado es otro de los factores fundamentales. El dominante tiene la obligación de asumir la responsabilidad del cuidado y el bienestar de su sumiso, ya que este se entrega completamente en sus manos. Es por eso que la confianza es tan necesaria en este tipo de relaciones. El BDSM no es improvisación ni se basa en el dolor per sé, sino que por el contrario, requiere de meditación y planificación previa, control, precaución, consideración y otros diversos factores. La comunidad internacional vinculada al BDSM viene poniendo especial énfasis en que las prácticas sean SSC, es decir, Safe (Seguras, en cuanto al conocimiento necesario sobre su desarrollo y sobre el material usado, así como sobre la prevención de riesgos), Sane (Sensatas, en cuanto a la capacidad razonable de decisión por parte de los actores, no alterada por drogas o bebidas y acorde con la experiencia de cada participante, sabiendo diferenciar fantasía y realidad) and Consensual (Consensuadas, en cuanto a que los participantes estén de acuerdo sobre la forma e intensidad con la que se realicen, e igualmente que dicho acuerdo pueda rescindirse en cualquier momento.), término acuñado en 1983 por David Stein.
No. 5 Roles. En el BDSM se identifican dos roles: dominante (también usado el término top, o activo ) y sumiso (también bottom o pasivo). El dominante es el que disfruta de estas prácticas manteniendo la iniciativa y el control de la acción, mientras que la parte sumisa obtiene placer al entregarse en manos del dominante, para que sea éste quien le dirija. (vía Casa Brutus Club)
Me encanta esa dualidad. La del angelito que nunca ha roto un plato, del “yo no he sido”, del “no es mi culpa”, de la dulzura, del “hoy quiero ser buena” y “hoy voy a cumplir” y el cómo esas alas de ángel, se pueden transformar en rabo de diablita en unos pocos instantes; ella puede pasar a pedir guerra, a provocar, a buscar los limites, jugando a pasarlos sin que te des cuenta o haciendo lo posible para que lo notes.
Es sumisa en algunos momentos y rebelde y salvaje en otros, realmente te desconcierta a veces, sobre todo cuando el juego es tensar la cuerda al límite, pero sin dejar que se rompa, definitivamente ese es un juego arriesgado que se puede prolongar en el tiempo. Te dicen sin decirlo, estoy harta de ser responsable, quiero jugar a no serlo y tú vas a ser el que imponga la calma de nuevo, ¿aceptas?.
Esa capacidad de pasar de ángel a demonio en un instante es, quizás, lo que hizo, que llamara de forma cariñosa a alguien muy especial para mí “Campanita”, pero, ¿porqué campanita? Bueno, “Campanita” la de Disney es la eterna adolescente, exactamente igual que todas las spankees, ellas llevan dentro suyo una muy traviesa e impetuosa adolescente. Campanita es la compañera de Peter Pan, pero acaba traicionándolo por razón de sus celos, en cierto modo las spankees también lo son, son ese angelito que termina siendo traicionado por el diablo justo después de haber aceptando normas que saben que nunca van a cumplir.
A continuación, veremos las diferentes personalidades de los Dominantes que integran el estilo de vida BDSM. Hay que tomar en cuenta que no todos encajan perfectamente con cada una de estas clases y tal vez, nos encontremos identificados con algunas de las características de cada uno.
El Macho/Hembra Alfa:
Esta persona tiene una absoluta confianza en sí misma, y eso no es malo, lo malo es cómo utiliza esta característica personal tan codiciada por muchos/as y cómo reacciona cuándo esa confianza, por alguna razón, desaparece. Siendo así, cuando ésta desaparece o simplemente nunca estuvo intenta, por todos los medios, que no sea visible.
Es un/a seductor/a nato y no tiene reparos en utilizar todo su carisma para conseguir atraer a quien se proponga, fundamentalmente para saciar un capricho fugaz que pocas veces fructifica en algo a medio/largo plazo.
Usualmente, no reconoce sus defectos y si lo hace es para mostrarse menos egocéntrico de lo que realmente es, esto con el fin de ganarse la confianza de los demás. Se cree con derecho a considerarse el/la mejor y bajo esa premisa hará lo que crea necesario para mantener sometida a otra/s persona/s a sus pies, es así que con ese objetivo es muy fácil que sus maneras y argucias caigan en actos deshonrosos o de ética claramente discutible.
Aunque exteriormente haga ver que le hacen gracia las actitudes rebeldes y contestatarias, en realidad le irritan ya que necesita aglutinar todo el protagonismo sobre sí mismo/a. Sin embargo, no se conforma con cualquier persona sumisa-pasiva y apocada; a su lado necesita a alguien de similar inteligencia a la suya y lo suficientemente atractiva físicamente como para resultar la envidia de otros Dominantes. Una persona que se cree una ganadora siempre desea el mejor premio y con frecuencia cambia de sumisa/o cuando tiene a la vista a “alguien mejor”. En contrapartida suelen ser los más atrayentes e intensos y, por si fuera poco, cuidan al máximo su imagen.
El Dom perezoso:
Este tipo de Dominante sería feliz si encontrase una “máquina para azotar” que le librase del esfuerzo de hacerlo personalmente. En casa suele ser desordenado y poco aseado, disfruta, especialmente, teniendo a un/a sumiso/a doméstico/a para ese tipo de labores.
No es riguroso con su aspecto físico y tampoco con el de los demás, porque disfruta de la apatía y de la calma como pocos. Aunque tiene gala ser un hedonista refinado también terminará por manifestarse como alguien relajado en sus costumbres y con tendencia a la inactividad.
Es poco proclive a imponer normas severas o rutinas diarias porque le supone tener que supervisar que se cumplan. En contrapartida suele ser alguien bastante afectuoso y tolerante, de alto nivel cultural y don de gentes.
El practicante ocasional:
Habitualmente es alguien casado/a e infrecuentemente proclive a mantener relaciones vinculantes con la persona sumisa. Prefiere tener encuentros una vez a la semana, o un par de veces al mes y, para cada encuentro, estudia concienzudamente las técnicas que requiera la sesión que tenga en mente.
Tiene más interés en considerarse el mejor practicante de algo en concreto que de mantener un estrecho vínculo con cualquier persona sumisa. Siendo así, este tipo de Dominante es denominado ‘Dominante del maletín’, propone en un tiempo récord realizar una sesión y viaja a cualquier lugar para llevarla a cabo. Con ellos resulta realmente difícil resultar lastimado, ya que saben lo que hacen dentro de la actividad elegida, pero no ofrecen mayor profundidad.
Suelen delegar, en la parte sumisa, la responsabilidad de buscar a terceras personas y enfatizan, especialmente, el compartir gastos cuando la “relación” se prolonga en el tiempo.
Finalmente, desaparecen, casi como por encanto, cuando la parte sumisa comienza a dar señales de frustración emocional o cuando encuentran a alguien geográficamente más próximo.
DaddyDom/MommyDommes
Suelen ser personas de edad madura, muy amables y afectuosas, interesadas en personas muy jóvenes que asuman el rol de hijas o hijos, como la extensión de un incesto positivo.
Suelen mimar, proteger, enseñar con paciencia e incluso malcriar a las personas a su cargo, pero, de alguna manera, se ven afectados por los complejos de Electra/Edipo de la otra persona y terminan siendo fácilmente manipulables.
Contrariamente a los anteriores tipos de Dominantes no encuentran en el comportamiento de su sumisa/o algo hiriente, dado que asumen que el amor/odio es intrínseco al tipo de relaciones que prefieren y habitualmente saben protegerse emocionalmente. Los Daddy’w y Mommy’s son Mentores/Protectores por excelencia, pero en muchas ocasiones su deseo de proteger puede conducir a que la contraparte sumisa se sienta obligada a ofrecer algo a cambio, y a que ellos/as no rechacen lo “inaceptable” con la firmeza necesaria. Prefieren relaciones donde la sinceridad y la confianza sean primordiales y, con el paso del tiempo, cuando la relación ya no existe, se convierten en el mejor consejero. Por desgracia, también son proclives a las multi-relaciones y a formar “familias” puramente sexuales, del mismo modo tienen tendencia a practicar un BDSM de baja intensidad.
El Master o La Mistress (Am@)
Este tipo de Dominante suele esperar algo más de quien se le somete. En comparación con los anteriores, prefiere una relación en la que el/la esclavo/a acepte sus normas y sus preferencias, con escaso margen para modificarlas. Literalmente, desea a alguien que haga y pase por cualquier cosa, por él/ella.
Podría sentirse igualmente feliz con una sirvienta doméstica o con una persona sumisa altamente bien entrenada dado que lo que más le interesa es la especialización, en lugar de alguien ‘bueno para todo’.
Acepta, sin titubeos, asumir cualquier tipo de responsabilidad y es muy posesivo con las personas a su cargo, pero nadie más puede tomar decisiones. Se caracteriza por preferir relaciones estrictas y sólo aceptará lo mejor de la persona sumisa, a la cual terminará por conocer mejor que ella misma.
Suele ser alguien muy curioso (especialmente con el pasado de los demás), carece de complejos y tienen tendencia al perfeccionismo. Este tipo de persona mira más allá del aspecto físico porque el aspecto mental le atrae más que cualquier otra cosa.
Ha investigado con profundidad el BDSM y sabe qué hacer con la mayoría de “juguetes” aunado a ello cuando encuentra novedades no duda en probarlas en sí mismo/a para conocer, con exactitud, el efecto que causan, antes de probarlas en/con otras personas.
Suele dedicarse a aconsejar o enseñar de manera altruista, no obstante se siente más a gusto con personas ya iniciadas. Aunado a todo lo anterior este tipo de Dominante antepone la honorabilidad de sus actos por encima del hedonismo o el narcisismo y suele practicar el BDSM de más alta intensidad.
Los/as Sádicos/as
Poco se puede explicar sobre este tipo de Dominantes. Para estas personas el dolor es la base de sus juegos, en el BDSM.
Dentro de esta tipología pueden encuadrarse tanto los de sadismo moderado como extremo. Establecen tanto relaciones ocasionales como altamente vinculantes con personas en concreto. Cuando se trata de alguien con experiencia son meticulosos hasta lo indecible por saber qué umbrales de dolor acepta la otra persona y en el caso de sádicos mentales, suelen ser personas muy inteligentes y observadoras.
Finalmente, este tipo de Dominante generalmente posee altas dosis de autocontrol, lo que le convierte en un “torturador” exquisito y refinado.
Dioses Menores
Este tipo de Dominante exige ser tratado como un dios en su casa y adorado como tal. Muchos de ellos son ritualistas y tienen actividades claramente definidas, en gran parte, basadas en la gratificación de su ego.
El acto sexual con estas personas tiende a ser unidireccional: la deidad recibe la adoración y el deber de quien se somete es ante todo complacer, sin pensar en sí misma/o.
Son personas muy afines a crear complejos y detallados escenarios, decorados según la temática que elijan: gótica, vampírica, mitológica, oriental, etc. y sus aficiones vainillas se enfocan a estas temáticas también.
Finalmente, suelen ser imaginativos, misántropos y en ocasiones, solitarios, sin embargo no pasan desapercibidos en el mundo convencional, ni por su imagen ni por sus actitudes.
Osos
Este apelativo se destina, únicamente a hombres, Dominantes y homosexuales, involucrados en el movimiento ‘leather’ (cuero), por lo que no son exclusivos del BDSM; también se encuentran en el mundo motero, por ejemplo. Son fetichistas del cuero y suelen tender a acentuar una imagen de hipermasculinidad, acompañada de mucho vello. Dominan a los hombres con tendencias femeninas, con los que sacian sus elevados apetitos sexuales, aunque algunos también son bisexuales.
Como siempre la lista es muy colorida, pero solo es una guía así que, tal vez vean un poco de cada una de ellas en ustedes o tal vez no. Sin más preámbulos, las diferentes clases de sumisas:
La nueva:
Es la más común; piensa que, finalmente, encontró el único lugar del mundo donde ella es la más linda y bueno, es carne fresca… por más que se le intente avisar, que no crea ni la mitad de lo que le dicen, cosa que sucede mucho, (una de las características de las redes sociales es que aguantan lo que se les ponga, igual sucede con muchos primeros encuentros reales) ella siempre va pensar que las demás son todas envidiosas de su éxito y el “suceso” que está siendo en el medio. No importa que tan cuidadosas, serviciales o cuidadoras deseen ser otras sumisas, ella nunca lo interpretará como un gesto de buena voluntad.
La Súper Poderosa:
Esa clase de sumisa es ‘un poco peor’. Mantiene la siguiente idea: “Conmigo va a ser diferente” o “se va a enamorar de mi y va a dejar a su sumisa”. Por más que las sumisas conversen o le avisen, ella siempre ve un defecto que obviamente, ella no tiene… Ella solo tiene cualidades, o sea, es la sumisa que todo DOM sueña.
La sometida:
Este tipo de sumisa se caracteriza por sus “traumas de infancia” ( no sabemos si es verdad o no, pero bueno, eso es lo que cuenta ) y está intentando, con mucho esfuerzo, recuperarse (según dice). Se descubrió masoquista un día y después descubrió el BDSM y, asumió que era una basura y tenía que arrastrarse ante todo hombre que le mandara hacerlo o que le impusiera algún tipo de norma, humillación, o inclusive, maltrato, porque este tipo de sumisa no es capaz de reconocer la diferencia entre un verdadero DOM y un Pseudo. La reconocerán por frases como : “sin Amo no soy nada”, “soy un ser inferior” o “necesito que un Amo me castigue”; si le preguntas ¿porqué? ¿qué hizo? te contesta: seguramente, por ser una inútil que no merece que un Amo se fije en ella, pero aún así implora, ruega y suplica que alguien tome a un ser “tan inútil” a su servicio (y, lo peor es que lo dicen en serio y no entienden de razones ni aceptan ayuda)
La sumisa Maravilla:
Este tipo de sumisa NUNCA ha sido azotada, sin embargo está segura de que es masoquista y aguantaría 500 azotes con látigo; no importa que una sumisa con experiencia le cuente que no es “tan así”, ella ¡¡sí puede!! porque es mejor. Además, tuvo un novio que es DOM por derecho de nacimiento, lastimosamente al día de hoy “ese novio” no tiene idea de qué es el BDSM. Nunca se arrodillo ante nadie, pero arrodillarse es lo que más la excita. No conoce y nunca ha tenido prácticas como el fisting anal, pero ella aguanta lo que sea. Y claro, una cualidad que no podría faltar… ¡¡Es una sumisa entregada!!
La vainilla:
La sumisa vainilla no está interesada en tener un DOM. Ella, ¡solo quiere hacer amigos!, pero no sabe cómo y/o porqué vino a parar a una página BDSM… ¿será un nuevo rol en el medio? ¿Simpatizante? Pero, eso sí, llevas dos minutos conversando con ella en privado y resulta que ya esta saliendo con un DOM, ¡y hace rato!. Obvio, que solamente para tomar café, en fin, ella es vainilla.
La inocente / Alias caperucita:
Ahhh, esa no sabe cómo, pero descubrió el BDSM. Todo lo que se habla en el chat o en foros es absurdo: “Ay gente, me da vergüenza, soy tímida”, “me están cargando, me muero de vergüenza”. ¿Eso hacen? ¡¡Que barbaridad!! Pero, se queda… Que alguien me responda ¡¡por favor!! ¿Cómo una “inocente” termina en un chat o página BDSM??? ¡¡Seguramente, googleo asado y le salió la página!!
La Dramática:
Este tipo de sumisa entra a cualquier página, chat o foro con temática BDSM y empieza: “Buuuuu, ¡¡¡nadie me quiere hablar, nadie me ama, nadie me pega!!! ¿Porqué no consigo un Amo de verdad? buuuuuu” y, entonces lo lees y decides comunicarte con ella, le preguntas algo, vos querés charlar un poco y… ¡¡adivina!! ella no responde, ¡nunca!… ella es, simplemente, un monólogo de quejas… Es ahí cuando llega un momento en el que sientes deseos de gritar: “¡¡La puta madre, que alguien me de la dirección de esta infeliz, que yo mismo (a) le voy a dar unos azotes!!”
La puta :
Entro en el mundo BDSM porque no se acepta ni se asume puta o sea, ella no es puta es una sumisa entregada, pero… siempre hay un pero… no admite ningún tipo de prácticas que involucren dolor, ni humillaciones, ni ordenes, y mucho menos ataduras, tenés suerte si te deja hacerle un shibari sencillo, alguna vez en la vida… pero, solo y resalto ¡solo! si la llevas a un boliche SW antes, eso sí especifica fantasías sexuales en las que el coito duro es el plato principal y acepta prácticas de emputecimiento, gang bang y se deja prestar o ceder para uso exclusivamente sexual. Hace un mes que llegó a este mundo y ya estuvo 5 veces “a prueba” y el primer encuentro lo pauto en un motel.
La suminovia:
Este tipo de sumisa es muy curioso, ella incursionó en esto gracias a la insistencia de su novio/marido y “para no perder al ser amado” termino aceptando esto del BDSM, del mismo modo el BDSM que esta pareja practica es más de estético que práctico, porque ella sigue siendo la novia/esposa y él no se anima a hacer o pedir más porque “capaz y pierde a su novia/esposa y sumisa” , y entonces, el tema se complica cuando el Amo-novio/esposo, observa, desde la lejanía de quien vive a través de una ventana, lo que hacen otros Amos y quiere tener otra sumisa…
La sumisa de portada:
De ella lo único que se conoce es su galería de fotos… Poses y vestuarios sugerentes, en escenificaciones de sumisión… Opina solo en hilos de diseñador, te comparte música y fotos, pero de BDSM ¡¡no sabe nada de nada!!.
La sumi-princesa:
Ella se considera “una joyita” es linda e inteligente, ¡un diamante!, todas las demás son carbón, pero ella no, ella vino así “desde la fábrica”, es buena sumisa, entregada y devota. Busca al Amo Azul…que la mantenga, la cuide y la consienta porque claro, ¡ella es una princesa!, quiere tener la casa Sado , con jardín Sado, y perro Sado, pero hasta ahí llega su gusto por la sumisión. Azotes, amarrares, spanking… ¡No! Nada de eso. Y, ¡¡guarda esa mano!!
La sensata:
Y bueno, no todo está perdido. También tenemos sumisas principiantes que son sensatas. Esas no tienen prisa. Son realistas. Hablan con todo el mundo, buscan información, conversan, van a reuniones, hacen amigos, se preocupan y ocupan de conocer a fondo la gente interesante y a sus posibles compañeros de juego, juegan (con precaución), hablan tonterías y, con calma y paciencia, encuentran a alguien o alguien que vale la pena las encuentra a ellas.
El inicio de nuestra relación fue, tal vez para muchos (que yo considero pseudos), "poco convencional", Octavio no me puso un dedo encima, no jugó spanking conmigo o vela o bondage durante casi todo el primer mes de nuestra relación, el mes siguiente empecé a sentirme más cómoda con él, pero siguió sin ver mi cuerpo desnudo pues el pacto era que tendríamos una relación de Dd/lg, yo tenía 7 años y él no me tocaría más allá que para castigar las travesuras, malacrianzas y desobediencias de una niña pequeña. Él respetó ese acuerdo hasta el día en que yo estuve totalmente segura de que estaba lista para pasar ese umbral. Para llegar a ese día pasaron casi 4 meses y, dar el paso hacia una relación D/s, en la que yo me acepté como sumisa "adulta", puedo decir que fue lo más difícil, pero también lo más excitante que he hecho durante este hermoso camino que ayer cumplió ya 1 año.
Pero, ¿Porqué les cuento esto? Bueno, para explicar el sentido del título de ésta entrada es necesario también que conozcan las más maravillosas características de lo que, a mi criterio, es un Dominante de verdad.
1. Un/a Dominante de verdad sabe que una sumisa/o es más que un juguete para su placer sexual o sádico; entiende que es más importante la seguridad y el placer de su sumisa/o pues solo a través del disfrute de ésta/e él/ella logrará el propio.
2. Un/a Dominante de verdad sabe ser paciente y controlar sus propios deseos y emociones, respeta los límites de la persona que jugará con el/ella y le guiará para que, por sí sola, los quebrante. (Finalmente ¿quién se está jugando el pellejo?; ¿Octavio que me azota o yo que recibo el azote?; ¿él puede salir gravemente lastimado si yo en medio de mi pánico hago algo peligroso? NO!, él no, pero yo sí.)
3. Un/a Dominante de verdad es honesto desde el principio con su sumisa/o en relación a los afectos que puedan desarrollarse durante la convivencia. No es lo mismo que el/la Dominante le diga a su sumisa/o que no se enamorará de ella/él porque tiene pareja, le ama y no terminará con esta persona por su sumisa/o a que le diga que no aceptará que la o el sumisa/o se enamore porque entonces dejaría de obedecerle o de ser una relación D/s; los afectos no son incompatibles con el BDSM, yo puedo ser novio/a, esposo/a, amigo/a de mi dominante o sumisa/o y sé que durante la hora de sesión el respeto y la obediencia estarán ahí para con lo establecido, pero fuera de ellos vuelvo a ser un ser humano que comparte su vida con ese otro.
4. Un/a dominante NO buscará sumisa/o de carácter sumiso, las personas que nos desarrollamos en el rol sumiso tenemos un carácter fuerte y decidido, sabemos quienes somos y qué queremos y ponemos límites tanto a nuestro Amo/a como a quienes se acercan a nosotros/as a intentar manipular nuestras relaciones.
5. Un/a dominante de verdad no se sentirá cohibido frente a un sumiso/a que no tiene miedo de decir lo que siente, piensa, quiere y necesita, al contrario, se esforzará por suplir esas necesidades sin dejarse manipular, y resalto el tema de la manipulación porque cuidado y más bien terminan siendo Dominantes violeta, esos que con el cuento de que la complazco o lo complazco para que no se aleje se dejan manipular y pierden el norte y la perspectiva de cuál es su trabajo: ser guías y enseñar.
6. Un/a Dominante real no utilizará el poder que cree tener para insultar el trabajo o la calidad humana del Dominante de un/a sumisa/o y mucho menos lo hará con el/ella o frente a el/ella (sumi), tampoco rebasará los límites que la/el sumisa/o ponga en su trato con otros dominantes, no hará comentarios obscenos, mandará fotografías gráficas de sus órganos genitales o incitará constantemente a ésta/e a tener relaciones íntimas, por respeto, primeramente a la o el sumisa/o y a su dominante. (Esto, a menos claro que sea un tema que no incomoda a alguna de las partes)
7. Un/a Dominante de verdad sabe que el título de Amo o Ama es algo que la sumisa o él sumiso le otorga, no lo obtiene por estar jugando con otra persona, lo obtiene una vez ésta lo verbaliza y lo acepta.
8. Un/a Dominante de verdad entiende que el BDSM es un estilo de vida, que es parte de su esencia y que así como no puede quitarse y ponerse su orientación sexual para ir a trabajar, por ejemplo, tampoco deja de ser Dominante cuándo se mueve en el mundo vainilla, por ende la relación con su sumisa/o no se desarrolla únicamente en el dormitorio, el calabozo, la mazmorra o donde sea que se practiquen las sesiones, la relación, el vínculo, el cariño, la complicidad, la obediencia y demás se construyen a través del trato cotidiano, el desarrollo dentro de ámbitos sociales y la conciencia de que para ser un/a Dominante de verdad primero debe conocer a fondo a esta persona y solo jugando jamás lo logrará.
9. Un/a dominante de verdad no deja de hablarle a un/a sumisa/o con Dominante o Amo; entiende que antes de su rol es una persona, adulta y con libre albedrío que puede conversar con quien lo desee a menos que haya pactado lo contrario con su compañero/a de juegos.
10. Un/a dominante de verdad no se sentirá intimidado porque su sumisa/o hable con otros/as Dominantes o sumisas/os ya que tiene seguridad de la persona que está a su lado y en lugar de sentirse o mostrarse inseguro/a alimentará en su Sumisa/o la confianza para contarle tanto cuándo las conversaciones que mantiene con otras personas le parecen impropias o incómodas o cuando le resultan divertidas y amenas.
Y así, cómo les he enumerado todo esto y antes de despedirme quiero compartir con todos y todas ustedes mi dicha, como ya les comenté ayer cumplí un año con Octavio, y le he otorgado el título de Amo, por elección y partiendo de mi derecho y libertad y él es, a mi criterio, un Amo de verdad.
Octavio, un brindis por nosotros y que se vengan muchos años más!!!
Lu!!
Los juegos de privación sensorial pueden llevarte a un
estado alterado de conciencia sexual en el que las percepciones se agudizan y
las sensaciones se vuelven aún más eróticas y excitantes.
“La privación sensorial, en BDSM, se consigue a través del
uso deliberado de objetos básicos como vendas, capuchas o tapones para los
oídos con el fin de reducir o eliminar la capacidad natural de recibir
información con nuestros sentidos, y así conseguir sesiones de juego aún más
potentes y estimulantes.”
privacion-sensorial
La privación sensorial ha sido usada a menudo en BDSM como
un medio para que juegos eróticos controlados sean aún más excitantes,
alimentando el resto de sentidos y aumentando la percepción de los límites
corporales.
A menudo hemos escuchado historias sobre como personas
ciegas desarrollan un oído más fino o como personas sordas agudizan la vista y
aprenden a leer los labios. Sin llegar a ese extremo imagina la sensación de
ser tocado, acariciado o incluso spankeado mientras permaneces privado de
vista. Las sensaciones se intensifican y hasta la más simple caricia puede
cortar el aliento.
La incertidumbre es otro elemento de los juegos de privación
sensorial. No saber qué es lo que ocurre a tu alrededor, cuando te van a tocar,
donde te pueden acariciar… todo son elementos que pueden ayudar a disfrutar de
orgasmos más intensos de lo habitual o llegar a un grado de subespace mayor.
Si deseas probarlo…5
consejos sobre privación sensorial:
Consejo # 1
– Experimenta y negocia. Como en toda
experimentación, asegúrate de que todas las partes han hablado previamente todo
lo que se hará o no, y específicamente fija palabras de seguridad y señales que
se usaran en caso necesario. La experimentación es saludable y divertida, pero
como en todas las formas de BDSM, todo el mundo tiene que estar al corriente de
los riesgos.
Consejo # 2
– Realiza test a los juguetes. Es una buena idea
hacer pruebas con el equipo previamente antes de que comience la sesión. Por ejemplo,
utiliza los tapones de oídos para saber cuál puede ser su límite, si puede oír
algo o la privación es total etc. Prueba también la venda de ojos; asegúrate de
que cumple su función (si pueden verse sombras o si por el contrario prefieres
que sea totalmente opaca, ese tipo de cosas. Y asegúrate sobre todo de que
resulte confortable, si deseas crear atmósfera de incomodidad puedes utilizar
otros métodos combinados.
Consejo # 3
– Toma consciencia del espacio. Si se espera que
la persona privada se mueva por la escena mientras está vendada (por ejemplo,
siguiendo divertidas y estimulantes órdenes), asegúrate de que se lleva a cabo
en ambientes que resulten familiares o que al menos haya podido hacerse una
idea de cuantos ‘pasos’ son necesarios para llegar a un objeto o como de lejos
está. En cualquier caso, es importante recordar antes y durante la escena que
debemos movernos con precaución. En contrapartida el sentido del tacto se
sentirá más desarrollado por lo que se podrás “navegar” por el espacio con esta
ayuda adicional. Por otro lado, si es la
primera vez que realizas juegos estando con una venda no es necesario una gran
cantidad de movimiento, si no acostumbrarse, coger y disfrutar de las
sensaciones y no andar preocupándonos por darnos golpes con objetos.
Consejo # 4
– Ve paso a paso. ¿Piensas que eres un tipo duro
o una tía cañera? ¿Estás seguro? Al restringir algunos sentidos el cuerpo se
vuelve mucho más sensible. Si además combinamos la privación sensorial con
cualquier juego de sadomasoquismo como spank (fustazos, azotes, latigazos) o
cualquier otro tipo de contacto o dolor… puede resultar sobrecogedor, ¡empieza
poco a poco! Lo que es tolerable y placentero para cada uno durante una sesión
normal puede verse intensificado cuando hay privación sensorial involucrada.
Quizás encuentres que lo que normalmente gestionas y disfrutas cambie, ya sea
para porque puedes “tolerar más o menos”. Es hora de exprimir esas marcas rojas
y esos pelos de punta, saca todo de ello, con cuidado sí, pero explora y
disfruta un nuevo nivel de intensidad.
Consejo # 5
– Se creativo.
La privación sensorial es sencilla. Se pueden llevar a cabo con muchos
elementos comunes:
Para el oido, unos cascos con un poco de algodón, o
(recomendado) unos tapones de natación realizarán estupendamente el trabajo. En
cuanto a la visión, una corbata, fundas de almohadas, bufandas hacen a menudo
de magnificas e improvisadas vendas en nuestros juegos. ¡Aprender que elementos
funcionan (o no) es parte de un proceso muy divertido, lo importante es jugar
con cabeza y que cualquier prueba no te acabe costando un brazo o pierna!
Empezaremos por desmentir algunos mitos acerca del
tratamiento de las cuerdas.
Mito 1. Como los Gremlings,
las cuerdas de yute no se pueden mojar.
Si bien no es recomendable hacerlo todos los días, si se
mojan no pasa absolutamente nada. De hecho para suavizar uno de mis primeros
kits de cuerdas un buen amigo me recomendó meterlas al lavavajillas durante
media hora enrolladas en zig zag. Aquellas cuerdas quedaron
espectaculares y aun las conservo. Eso si, tras mojarlas es importante
secarlas muy estiradas con nivel alto de tensión y sin dobleces. De lo
contrario se nos podrían quedar marcadas o con un trenzado muy suelto.
También he tenido el placer de practicar water bondage. Tras atar y empapar a
la modelo las cuerdas siguieron siendo usables durante mucho tiempo.
(Nota: Si practicas water bondage si que debes tener en cuenta que las
cuerdas se aprietan más sobre si mismas y luego resulta mucho más difícil
desatarlas. ¡ten a mano unas tijeras de
seguridad siempre a mano por si las moscas!)
Mito 2. Hay que echar cera a
las cuerdas.
Teóricamente permite “impermeabilizarlas y darles
brillo”. La realidad es que aun usando ceras especiales las cuerdas se
quedan en cierto modo pastosas, se arruina la fluidez y ademas se convierten
en un imán perfecto para la suciedad.
Mito 3. Los aceites orgánicos son lo mejor para las
cuerdas
Hace relativamente poco, antes de comenzar a vender
cuerdas, me compré unas cuerdas maravillosas online. En aquella tienda
recomendaban aceites orgánicos para tratarlas porque según ellos “son más
naturales, igual que las fibras”. ¡ERROR!. No es que las cuerdas no tuvieran
buen aspecto, que lo tenían, pero cogieron un olor a
rancio insoportable. De hecho con el tiempo llegue a la conclusión de que
no soportaba más el olor y aun a riesgo de estropearlas las lavé con detergente
de ropa. (Había que quitar el aceite, un elemento graso, y no valía solo con
aclararlas). Así que las dejé en remojo durante un rato y conseguí eliminar
casi del todo el olor. Lección aprendida.
Para que tus cuerdas tengan un aspecto saludable te recomendamos algunos consejos que ayudarán a que tus cuerdas y tus atados luzcan impecables
Consejo 1. Utiliza aceites
minerales.
Son igual de efectivos, inoloros y además más baratos.
¿Una marca que puedes encontrar en todos los sitios? Jhonson’s Baby. ¡Además la
versión de aloevera huele genial! (Y sigue sin ser orgánica).
Consejo 2. Ata mucho.
Al atar conseguirás ir reduciendo la rigidez inicial de las cuerdas. Con el uso irán ganando flexibilidad y suavidad.
Consejo 3. No dejes las
cuerdas empaquetadas durante mucho tiempo.
De esta manera evitarás que cojan deformidades. Si
vas a estar más de uno o dos meses sin atar lo mejor es que las
dejes anudadas de manera más suelta de la habitual, de lo contrario será
difícil que consigas eliminar totalmente la forma con la que fueron
empaquetadas.
Consejo 4. Como el buen
vino; conservarlas en un lugar adecuado.
Cuando no las estés utilizando, intenta dejarlas en un
lugar fresco, sin apretar con excesiva firmeza y sin que sufran las
inclemencias del tiempo. ¡La humedad, o sequedad del ambiente son factores muy
influyentes para la conservación de las cuerdas!
Consejo 5. Suaviza las
cuerdas nuevas con las tareas más intensivas.
Dependiendo de tu nivel como rigger puede que hagas
semisuspensiones o incluso hagas suspensiones. Utiliza las cuerdas nuevas para
las lineas de vida (las centrales). De esta manera cogerán presteza
ellas mismas, y podrás utilizar las más suaves en el cuerpo de tu modelo.
¡Además al estar más nuevas son más seguras!
Consejo 6. No realices el
tratamiento únicamente al principio.
Si notas que tus cuerdas tienen algún pelillo de
más, o tras un par de usos les ha vuelto a salir algo de pelusilla puedes
quemar esas hebras salientes de nuevo. Si notas que están especialmente secas
vuelve a darles algo de aceite. Si por lo que sea cogen suciedad pasale un
trapo húmedo para capturar la capa más exterior. Siente tus cuerdas y
cuídalas cada día.
Consejo 7. Alimenta tus
cuerdas con el sudor, piel y “fluidos” de tus modelos.
Vale, quizás no deberías tomarte este punto al pie de la
letra, pero de verdad que las cuerdas se van cargando de esencia vital a medida
que atas. Con el tiempo les cogerás cariño, tendrán valor sentimental y odiarás
prestarlas. “¡Mis cuerdas son mías!”.
Consejo 8. Experimenta.
Pon en duda todo lo que aquí te estoy contando. Lo que funciona para unas personas puede no funcionar para otras. Algunos insensatos (¡Un besito para ellos!) hasta prefieren el cáñamo al yute
Consejo 9. Revisa tus
cuerdas de vez en cuando.
Por mucho que alarguemos su vida útil a veces nos toca
jubilar cuerdas. Si atamos con frecuencia a un nivel normal, lo habitual es que
nos duren dos años o incluso más, pero con el uso alguna fibra se puede ir
rompiendo, perdiendo consistencia y por lo tanto acabar siendo peligrosa. Sobre
todo si haces suspensiones, no dudes en renovar las cuerdas. La
seguridad debe de ser lo primero.
Consejo 10. Elige bien tu
forma de empaquetarlas.
De nuevo es un asunto muy personal. Hay muchas variantes,
cada una con sus pros y sus contras. Pero sobre todo ten en cuenta que
prefieres. Si practicidad a la hora de usarlas y soltarlas durante
tus atados o empaquetados menos agresivos con menos presión que aunque
dificulten los atados permitan tener cuerdas más uniformes sin deformaciones.
¡Hasta aquí los
shibari-consejos, recuerda que esto es lo que me ha funcionado a mí, siéntete
libre de echar cera a tus cuerdas, empaquetarlas a lo bruto dejarlas al sol y
echarles aceites orgánicos! Eso sí, ¡no digas que no te lo avisé!