El aftercare, como bien lo dice la palabra es el cuidado posterior a una sesión, ambos, tanto dominante como sumi estarán en un estado diferente, se necesita un tiempo y un espacio para volver a normalidad, para reconectar con la realidad.
En lo personal creo que siempre debe de haber un aftercare, dependiendo de la intensidad de la sesión serán las necesidades físicas o emocionales que deban ser cubiertas pero hay pautas que siempre deberíamos tener en cuenta.
* Quitar (si hubieran) restricciones, vendas, vestimenta, cualquier accesorio que el sumiso haya llevado puesto durante la sesión.
* Hidratar, ambos deberían tomar agua luego de una sesión (posiblemente también sea necesario algo de comer).
* Ir al baño, en especial el sumi, esto lo ayudará a estar más relajado.
* Cuidados físicos, higienización (que puede ser una ducha si está en condiciones de estar de pie y recibirla o en primera instancia un lavado con una toalla húmeda tibia), masajes para aliviar los músculos, hidratación de la piel con cremas o pomadas dependiendo las prácticas realizadas, abrigo, etc…
* Descanso y relajación, lo mejor sería estar acostados o sentados en una posición cómoda y cercana, para que haya una conexión física que ayude a la conexión emocional.
* Comunicación, mucho diálogo sobre cómo fue la sesión, sobre cómo se sintió el sumi y si sintió alguna molestia física o emocional, etc…
* Mimos, caricias, contención. Cuanta más intensidad haya tenido la sesión, más intensos deben ser los cuidados también.
Hay quienes no se ven afectados a un nivel en que necesiten de estos cuidados, si no que más bien necesitan un tiempo de silencio o soledad para recuperarse por lo que deben ir viéndolo para proveer al sumi de lo que realmente le haga bien.
Siempre dependerá de las prácticas realizadas, la intensidad de las emociones y el caracter y necesidades del sumi (y del Dominante también) por lo cual cada uno debe ir viendo que pasos a seguir serían los más oportunos.
A cuidarse y vivir el BDSM plenamente, que siempre nos de placer y no problemas.
Les dejo además la reflexión de un sumi al respecto:
“EL aftercare: mi momento, su momento, ese en el que puedo reposar sobre su pecho, cuando me permite escuchar los latidos de su corazón, el silencio solo roto por los latidos, los suyos con los míos, acoplándose mientras volvemos a la normalidad. Y buscar sus senos, acariciarlos mimosamente, besarlos y chuparlos, ese momento de sentirme niño otra vez, acunado por Usted, amantado por Usted mientras sus manos me acarician y esperar que sea una de esas raras veces en las que me canta en voz baja, tan suave, tan dulce, tan Usted. O escuchar como me pregunta cosas, como me deja preguntar, como me explica con paciencia sin romper ese momento de paz. Cada momento con Usted es hermoso, pero esa hora en sus brazos es la gloria misma para mí.” (JPR)
no ha nada mas erroneo, por que le debo obediencia a alguien que no conozco y que es irrespetuoso? que solo piensa que por llamarse Dom o Señor puede mandarme?
Las sumisas somos personas que primero se valoran a si mismas, que esperamos respeto y que solo bajamos la cabeza ante nuestro Amo, un Señor que te tratara ante todo con respeto y se ganara la sumision que tienes dentro, que te conquistara y te conocera.....
es la reflexion de este dia para mi.........
Desperté con dificultad. Mis ojos se abrían lentamente y cerraban de nuevo como si sostuviera un par de mancuernas en ellos, respiraba de forma intermitente y lograba escuchar a lo lejos el sonido de cadenas metálicas. Fue entonces, que fui consciente de mi situación. Del lugar en el que me encontraba y de la posición en la que estaba.
Desnuda. Gire la cabeza y mis brazos yacían colgados a un tubo de acero, rodeada de una fina cuerda que recorría mi cuello, pecho y terminaba enredada entre mis labios vaginales para finalizar en mis pies. Tenía alrrededor de mis muñecas esposas que me impedían el movimiento. Estaba sentada sobre un tubo de vidrio y tres cabezas gruesas amarradas al tubo. Desconocía su función.
Bordeaba mi cuello, un collar con una pequeña argollita en el centro en forma de corazón con cachos, de los cuales colgaban dos pinzas.
Miraba a mi alrrededor y sólo observaba oscuridad. Un lugar frío y una sensación de hormigueo e impresión me recorría la espalda.
No comprendía nada.
No comprendía cómo había llegado hasta ese lugar. Que hacia allí y que harían conmigo. Quien estaría detrás de toda ésta macabra planificación.
Observé una ligera luz al final de aquel lugar y escuche unos pequeños pasos.
- Mi pequeña liitle girl por fin juntos - .
- Da... -
- shhh, caya - . Dijo aquella voz. - Voy a estallar tus sentidos. A extasiar tus agujeros. A envolverte en fuego. A encenderte. Tranquila, estás en buenas manos.
Apenas lograba ver una sonrisa pícara en aquella voz que me envolvía en su canto.
Empezaba a entrar en un trance inexplicable.
Miedo y éxtasis al tiempo.
Miles de pensamientos invadian mi mente. Me invadian sin cesar. Que hago aquí?. Quién es aquel hombre?. Por qué estoy desnuda?. Por qué me trata con tanto afecto?. Por qué me siento segura aún encerrada y encadenada?. Por qué mis pezones se erectan al escucharlo y mi vagina brota humedad?. Por qué mi ano se resiste mientras mi vagina pide más?. Por qué mi boca se abre y sólo puede expresar ligeros sonidos? Por qué no quiero gritar y pedir ayuda? Por qué me siento en casa?
Se acerca, me huele y comienza a regar por mi cuerpo un liquido pegajoso y aceitoso. Lubrica toda mi piel, desde mi cabello hasta la punta de mis pies. Me riega todo cuánto puede hasta que mi piel queda brillante y pegajosa, comienzo a sentir calor. Lubricada entera externamente, me dice, - es momento de lubricarte internamente - .
Retira el tubo de vidrio con el cual mi vulva roza, baja mis brazos y me inclina en posición de 4 patas. Abre mis piernas y entre medio coloca un largo palo de madera que encadena a mis pies y evitan cierre mis piernas.
Inserta en mi vagina y posteriormente en mi ano un espéculo para asegurarse abrirlos completamente e introducir aquel líquido pegajoso. Me invade un inmenso sudor por todo el cuerpo y terror. El sonrríe mientras con suavidad abre cada agujero y riega aquel líquido ahora de color blanco. Estoy inmóvil. Mi ano se contrae por reflejo. - relájate pequeña - dice con suavidad. - poco a poco tus agujeros irán abriéndose a más y serán mi gran depósito de semen, deben entrenarse bien - .
De nuevo, entro en aquel trance y me dejo abrir sin mayor resistencia.
- lista. Lubricada por dentro - dice.
Saca aquel instrumento con suavidad y sale aquel líquido sobrante por mi vagina y ano.
Él ríe.
Me avergüenzo.
- PUTA lechosa -
Activa un chip en mi cerebro.
Y mis jugos se mezclan con aquel líquido. Gimo.
- Empieza a suplicar pequeña lechosa -
Mi respiración se agita. Mi espalda se curva. Me retuerzo en el suelo. Mi cuerpo habla. Mi vagina pide ser llenada. Mi ano y boca al unísono. Me resisto. No mucito palabra.
Ajusta las pinzas en mis pezones. Toma una larga cadena y la ajusta en aquel corazón plateado del collar que rodea mi cuello y me ata a la chapa de la puerta. Me inclina al suelo, eleva mis brazos y ata mis manos a las patas de la cama. Mis pies siguen sin poder cerrarse. Estoy entera lubricada por dentro y por fuera. Sudando frío y retorciéndome en el suelo.
No puedo moverme.
De repente, escucho un ruido intenso. Siento miedo. Se acerca cada vez a mí. Es un vibrador potente. Toca mis pezones. Grito. Con terror imagino lo que puede llegar a hacer en mi clítoris o ano si aquel roce es ya de por sí, aversivo.
Sudo. Pero me mantengo. No suplicó.
Él ríe.
Mientras pasa lentamente aquel instrumento por mi espalda hasta llegar a mi ano. Siento frío nuevamente. Mi ano se contrae. Baja hacía la entrada de mi vagina y lo apaga. Siento aliv... Lo enciende!!! Directo en mi clítoris!!!... Roza tres segundos y lo introduce lo más profundo que puede en mi vagina. Me retuerzo, gimo, pero no suplico. Sigo firme. Sigo aguantando. Lo apaga. Toma dos más. Uno lo introduce en mi boca, otro, se dirige a mi ano. Sale una lágrima de mis ojos. No pued...
- Zaz -
Enciende los tres al tiempo.
Mi culo, vagina y boca vibran al unísono. Mi cuerpo tiembla. Tres vergas vibrantes. Mis dientes sienten la potencia, todo mi cuerpo vibra. Mi cerebro vibra. Quiero que se detenga pero no puedo hablar. No puedo moverme.
Alarga unos minutos más mi agonía y detiene el vibrador de mi boca. Le gritó.
- rojo!!! -
- por fa... -.
Él sonríe y dice, - ahora sí que estás lista para ser usada - .
- Como muestra de bondad. Te daré mi verga -.
La introduce en mi boca y me siento como una niña hambrienta y en calma. Cómo cuando le das un regalo a un bebé y le calmas. Deseo tener su verga en mi boca. Quiero mamarle su verga por horas y horas...
- la tendrás por un buen tiempo hasta que me corra en tú garganta, pequeño depósito de semen - .
Feliz, gozosa la mamo y mamo hasta desvanecerme y quedar completamente inconsciente.
Le observaba con ojos ansiosos, intrigada hacía el futuro. Vi venir una nube inmensa sobre mi cabeza, caos, desorden, miedo. Todo en forma de tormenta. No podía contener las lágrimas. Mi garganta necesitaba abrirse. Mi oídos escucharle. Mi respiración necesitaba sentir su aliento y mi pecho, elevarse.
Sólo necesitaba un soplo suyo en aquella nube. Nada me haría más feliz. Nada me calmaría más que su voz y sus abrazos.
Lo invocaba con mi pensamiento y él, acudía cada que podía.
- "Daddy, Daddy", dónde estás Daddy"? "Te necesito Daddy"!!! Gritaba mi mente.
No obtuve respuesta aquel día que mi mundo se venía abajo una vez más. Quizá debía inundar el suelo de lágrimas, simplemente....
Pero...
Al siguiente día, su voz me busco de nuevo, apareció en aquella nube dando un fuerte soplido, como siempre lo hacía, disipando todos mis miedos e inseguridades. Siempre imponente buscando a su little, como lobo protegiendo a su cría.
- que te ha pasado hija mía? Te he sentido triste. Por qué tienes ojeras?.
- Papá, yoo.....
Me sentía encerrada en una jaula pequeñita. Ante él era diminuta. Una niña vulnerable. La mujer no estaba presente ante él. Mis ojos miraban al suelo, me costaba mirarlo a la cara. Entre el sentimiento de un alma rota y el anhelo de tener frente a mi, a mí protector, había confusión.
Quería gritarle todo aquello que sentía, todas mis frustraciones, deseos, anhelos pero mi garganta estaba apretada. Mis lágrimas no salían. Sólo mi cuerpo podía expresarle. Conocía perfecto mis expresiones faciales y corporales. Podía sentir mis energías, no necesitaba le comunicara verbalmente, él ya podía leerme.
Su voz hace eco desde el momento uno. Sus palabras me invaden de seguridad y confianza. Me quedo observándolo como aquel guía y maestro que conoce lo más profundo de mi ser. Que siente mis tinieblas. Sólo él puede calmarme. Sólo él, elige con cuidado cada palabra, elevándome al cyber espacio donde sólo existe uno, soy todo para él y él es todo para mí. Me halaga con sus palabras manifestando lo orgulloso se siente de su hija por sus logros y la belleza que observa en mí. Mi confianza sigue elevándose. Aunque me siento pálida y sin energía. Quiero sentir su abrazo y sus labios en mi boca, besándome y dándome calor de padre. Continúan sus halagos, me hace sentir poderosa. Comienzo a confiar en mí.
- "Su padre la cuida, la proteje, siempre está" - dice. En sus palabras siento me recorre electricidad por el cuerpo. Quiero sumergirme en él. Entregarme y ser sólo suya. Se da cuenta. Me pide vaya por mi chupete. Es un símbolo de nuestra unión.
Mi collar.
Lo que me mantiene en calma. Lo tomo y juego con él.
Me pide me saque las bragas y juegue con el chupete en mi clítoris como si fuese su lengua.
Siento como mi cuerpo quiere cada vez más entregarse, dilatarse, abrirse.
Me pide abra más las piernas para inspeccionar mi vagina.
Tímidamente obedezco.
Me ordena tome el chupete de nuevo, y lo recorra entre mis labios y clítoris, empieza mi humedad a hacerse visible.
Necesito que me pida me introduzca algo más largo y grueso.
Necesito su verga calentárme de a poco. Lentamente, introducirla hasta abrirme completamente para él.
Cierro los ojos y me dejó seducir. Su verga tieza y gruesa me penetra con tanta delicadeza que unos ligeros gemidos salen de mi boca.
- Daddy, sólo tú sabes llenarme - .
Las paredes vaginales comienzan a dilatarse. Aspiro para obtener más oxígeno.
- Eres la niña de Papi. Quieres sentirme dentro tuyo. Sentir como te llena de leche Papi. Quieres hacerlo más rápido. Sentir mi verga más profundo. Sentir como te lleno. No quieres parar. Quieres seguir. Más, más y cada vez, más hasta el fondo, sin parar -.
Me pierdo en sus palabras a mi oído. Por un momento me uno a él. Le escucho en mi mente, me retuerzo, quiero más, quiero a Daddy. Quiero que nunca pare. Quiero ser usada por él, vejada, violada hasta quedar sin aliento. Él lo sabe. Conoce mis necesidades. Me toma del cuello agotando un poco mi oxígeno. Sabe cómo someterme. Me embiste como bestia hasta llegar a mi tope, una y otra vez, haciendo rebotar mis tetas.
- Siente la verga de papi. Siente a Papi follar a su hija. Cada vez más profundo, más adentro -.
Mis pezones se erectan, Papi marca mis pechos. Gimo cada vez más fuerte.
- Papi quiere depositar su leche en su hija, más mi vida, quieres sentir a Papi, no pares, más, más, aunque acabes, Papi te seguirá usando. Te usará aunque estés inmóvil. Papi no se corre fácilmente y dura horas. Papi quiere PREÑAR a su hija. Correrse en ella. -.
Extasiada, retorciéndome de placer al sentirlo dentro de mí. Gimo fuerte le suplico.
- Papá, PREÑAME por favor, depósita tú leche en mi interior. Por favor Papá. Más, más, usame como tú esclava sexual. No me negaré. No diré que no a nada pero lléname de tí. Papiiii....
Me corrooooo
y obtengo un intenso orgasmo!!!.
- Papi no deja tranquila a su hija, aúnque se corra, Papi tiene mucha energía para vejarla. -.
Extasiada no puedo mucitar palabra, decirle que sé detenga. Me ha dejado agotada. Pero él quiere seguir. e
Adormilada, caigo en sus brazos, a lo que él aprovecha para continuar vejándone, ésta vez abriendo mi ano. Del cansancio no me percato del dolor.
- Una vez abierto, ya no podrá cerrarse, tendrá su ano abierto para mí siempre cada vez que desee usarlo. Su cuerpo me pertenece. Mi loli, mi hija, mi mujer, mi esclava sexual, sólo mía y de nadie más!!! -
..... alcanzo a escuchar a lo lejos, sin alientos, antes de perder totalmente
....... el conocimiento......................
Finalmente la puerta de la habitación se abrió, y ella no pudo evitar estremecerse de arriba a abajo. Se dio la vuelta lentamente, y lo vio. Un hombre alto, corpulento y con barba incipiente. Vestia con un traje elegante, completamente negro. Tendría unos 38 años. Se acercó con paso lento, y se detuvo a escasos centímetros de la mujer. Ella tuvo que alzar la cabeza para mirarlo a los ojos, era al menos una cabeza más alta que ella. El hombre habló con voz grave y profunda.
- Me estabas esperando, bien - Levantó su mano y la puso en la mejilla de la mujer - Estas hermosa - Empezó a pasar suavemente su pulgar por los labios de la mujer. Ella los abrió ligeramente para lamer el dedo con la punta de su lengua. - Me puse hermosa para usted, amo - Tomó su mano y empezó a lamer el dedo de su amo con más fuerza - Por favor amo, hágame suya - Dijo entre jadeos mientras continuaba lamiendo el dedo. De repente, su amo tomó su cuello con la otra mano. El poderoso agarre dejó sin aliento a la mujer, que dejó de lamer el dedo de su amo y lo vio directamente a los ojos - Vamos con calma cerda, la noche es joven y tengo planeadas muchas cosas para ti - le dijo mientras mantenía su presa en el cuello de ella. Acercó su rostro y la beso en los labios mientras continuaba ahorcandola. Finalmente la soltó, y la mujer cayó de rodillas en el suelo. El hombre se alejó unos pasos de ella - Ahora, pídelo de la manera correcta, como te enseñe. La mujer se mantuvo de rodillas y puso su cabeza en el suelo mientras suplicaba -Por favor amo, haga conmigo lo que quiera. Estoy a su merced.
Continuará...
Díganme que tal les pareció y si les gustaría que continuará. Las críticas constructivas son bienvenidas.
Advertencia!!! El próximo escrito no es como los anteriores y puede herir la suceptibilidad del lector o en el mejor de los casos, ocasionar emociones fuertes. Incluyen escenas de sadomasoquismo, humillación y animalismo extremo. Si UD es una persona sensible y moralmente correcta le pido por favor, no lo lea.
No siendo más.... A gozarlo.
7 días de encierro
Me pediste portara un traje sexy, corto ajustado al cuerpo, sin ropa interior como a tús ojos caníbales les encantaba degustarme. Me pediste, me presentará ante tí con mi piel impecable y perfumada. Mi cabello ordenado y fresco. Inquieta, por las ocurrencias de Daddy, lo hice, como siempre con la mayor dedicación y esmero, esperando de vuelta, halagos y ricos juegos.
Toqué a su puerta y lo primero que me intrigó, fue su mirada, sus ojos de fuego, parecía un lobo hambriento. Observo su rostro transformado. Sus cejas fruncidas. En sus labios se dibujaba una leve sonrisa y su mirada, no puedo olvidar su mirada... enceguecida.
- Dad...
- Entra PERRA!!! - lo dijo mientras lamía mi rostro.
Sonrojada y estupefacta por su trato, ingresé al lugar. Estaba diferente. Era un lugar oscuro y tenía un olor metálico. Había algunas sábanas tiradas en el suelo y dos puertas con llave. Di dos pasos atrás, no estaba segura de querer hacer eso....
- Desnúdate!!! - ordenó.
Así? Sin más? Pero...
- Desnúdate!!! - insistió.
Mis piernas temblaban, lentamente fuí sacándome el vestido de terciopelo que con tanto esmero había elegido para él. Se desliza por mi suave piel hasta caer en el suelo.
- Arrodíllate!!! - segunda orden
Mmmm no estoy segura de sus intenciones pero mi entrega me impide negarme a sus órdenes.
Me pongo de rodillas ante él y es cuando exclama su tercera orden, no sin antes, tomar una cadena metálica y que adornaba uno de los sillones. Adorna mi cuello con ella, la ajusta de tal forma que me es imposible escapar y ordena...
- Camina!!!
No menciona una sola palabra más.
Mis piernas tiemblan e intento ponerme en pie, no comprendo su orden.
- No!!! Exclama. - A cuatro patas!!! Me siento humillada. Me da ira su trato. No comprendo sus órdenes, su objetivo... Le digo...
- Soy tú pequeña, tú niña... Tú princesa...
Tira del collar metálico fuerte hacia abajo. Pisa mi rostro contra el suelo. Me levanta el culo hacía arriba y me propicia con rudeza 7 nalgadas tornándose de color rojo el pigmento de la piel .
- Si no acatas mis órdenes, la próxima no serán 7, serán 14!!!
Lloro, no comprendo éste juego. Pero confío tanto en Daddy que decido continuar.
Con mis nalgas rojas y en alto, me pongo de rodillas ante él. Toma un bozal con una pelota dura y la introduce en mi boca.
- Con ésto aprenderás a callar y hablar cuando se te pida!!!.
Dice sonriendo.
Levanta su brazo izquierdo hacia una de las puertas que tiene un candado como enviándome una señal.
Entiendo el mensaje y me dirijo hacia aquella misteriosa puerta. Tiene las llaves en un collar que porta en su muñeca y procede a abrir la puerta.
Suena un leve crujido y...
Oh!!!
Me sorprende lo que observo.
Un espacio pequeño, frío, oscuro, no existe la iluminación natural, huele a anciano descuidado, el olor es fuerte y me incomoda, el piso se encuentra, destapado. En su interior, sólo hay una pequeña jaula de hierro, miles de consoladores de todas las formas y tamaños, ordenados de mayor a menor. Una cajita con arena, y un bowl pequeño y uno grande.
- Bienvenida a tú nuevo hogar - Dice con sadismo y una sonrisa.
Aterrada. Intento escapar a lo que fuertemente tira de la cadena y me detiene. Me inclina contra el piso y me propina 14 nalgadas. Jala de la cadena, estoy babeando por la pelota en mi boca, mi baba cae por mi pecho, gimo, lloro, jadeo. Mis nalgas hinchadas, rojas, palpitan, no me puedo sentar.
- Eres una mala perra!!! Una perra necia. Tienes que aprender a obedecer a tú dueño.
No puedo defenderme. No puedo huir. No puedo hablar... Estoy aterrada y a su merced... A su sadismo.
Me señala la puerta de la jaula. Lo miro aterrada pero observo su mano. La levanta y hace un gesto. Un ademán que automáticamente me señala que el castigo será aún peor. Me dirijo sin más a la jaula, me empuja con su pie barroso para que entre completamente y me encierra con candado.
- Éste será tú nuevo hogar y hasta que no aprendas a comportarte no saldrás de aquí ni te quitaré el bozal. Lo comprendes perra necia?
Babeando, humillada en mi propia baba, con mis nalgas rojas, expuestas, encerrada en una pequeña jaula, indefensa, vulnerable, me coloco en posición fetal y cierro mis ojos hasta caer en un sueño profundo...
...
Al siguiente día, despierto con un fuerte olor y un sonido de lluvia. Alzo la vista y observo que se encuentra de pie, al frente del bowl más grande, con la verga flácida, derramando su líquido amarillo.
- Es hora de beber - me dice.
Lo miro aterrada. Había estado toda la noche durmiendo entre mi propia baba.
No haré eso. Reniego.
Abre la puerta de la jaula y me jala de la cadena. Acerca mi nariz al bowl y ordena.
- Bebe perra!!!
No!!!
Me intento dar vuelta. Definitivamente no lo haré.
- Está bien - Dice, mientras se dirige a la salida de la puerta.
Me tranquilice. Pensé que había recapacitado. Que pensaría que su trato estaba siendo fuerte. Que me abrigaria y tomaría en sus brazos como su niña.... Pero...
No duré ni tres minutos en mi estado de tranquilidad cuando...
Escucho la puerta abrirse y mi sorpresa es tal que casi me desmayo.
Portaba una caja mediana con muchos cables que sobresalían de ella como tentáculos queriendo buscar alimento. Se movían finamente y hacían sonidos extraños. Sentía el hedor de carne quemada en el aire.
Aterrada, corría por todo el lugar, intentando escalar las paredes, las arañaba con mis garras, gruñía, mujía, pero nada de lo que podía hacer, era suficiente para liberarme de lo que me esperaba. Me ví acorralada. Babeaba cada vez más fuerte. Hice un charco de orina en mi angustia. A lo que él respondió con una carcajada.
- que temerosa perra tengo - dijo. - ya aprenderás.
Me logra capturar y me posiciona en forma de cruz. Ata mis manos, pies y cuello a gruesas cadenas, comienza a propinarme 21 nalgadas secas, contundentes. Coloca los cables pellizcando mis labios vaginales uno en cada lado y otro par en mis pezones. Estoy babeando. Mi baba me cubre completa. Lloro. No puedo mover mi cuello para negarme. No puedo suplicarle. No puedo....
Primera descarga eléctrica.
Siento como la corriente atraviesa los cables a través de mi cuerpo llegando a mis terminaciones nerviosas, produciendo un pequeño espasmo, me retuerzo. Mis pezones se erectan de forma inmediata. No entiendo lo que me sucede. Mi cuerpo anhela más pero mi razón me pide, se detenga. Segunda descarga aún más fuerte.
- Lo estás disfrutando perra? - ríe sádicamente.
No... Yo ...
Sale una lágrima y babeo aún más. Se me escapa orina también y un líquido blanco.
Ríe.
- Si que disfrutas ser castigada perra caliente. Pero no es lo que deseo. Quiero que aprendas a impregnarte de mi hedor. A conocer a tú dueño, a serle fiel y reconocerle. Complacerle si hace falta - ...
Procede a tomar una fusta de cuero y me propina dos secos golpes en los pezones y en el clítoris, jadeo, me retuerzo, lloro. Mujo. Intento hablarle. Intento decirle que sí, que beberé de la suciedad de su cuerpo. Que me libere para suplicarle se detenga...
Me suelta y desprende de los cables.
Caigo al suelo, de rodillas a sus pies.
Ríe.
Ahora sí, beberas de mi suciedad?.
Hago un gesto con la cabeza en señal afirmativo.
- Buena perra - dice.
Me quita el bozal y dice.
- Alimentate del apestoso líquido amarillo del que eres parte. Nútrete de él. Siente como recorre tú sangre y te quema. Siente como llena tus riñones. Siente el pasar de aquel líquido en tú interior bajando por tus glándulas mamarias, llenándolas, abriéndose paso hacía tú estómago. Siente como te hidrata. Te completa -.
Sus palabras hacían eco en mi interior. Sentí algo extraño. Terror y deseo al mismo tiempo y con igual intensidad.
Me acerque al bowl sin mucitar palabra, incline mi cabeza, saque mi lengua y comencé a beberlo.
- Bebelo TODO!! - gritó. No quiero una sola gota desperdiciada. O... Tendremos castigo.
Asentí con la cabeza.
Su olor era fuerte y penetrante, me causaba náuseas y mi cuerpo intentaba devolverlo pero el miedo de ser castigada era más fuerte que el deseo de complacerlo. Así cerré mis ojos para imaginar que sólo bebía un jugo ácido.
- Abre los ojos perra -. - Entiende que será tú bebida diaria - No tendrás otra.
Los abro e intento cumplir sus órdenes pero nuevamente una reacción natural se apodera de mí. Intento bloquearla cerrando mis fosas nasales ya que boca y olfato se conectan. Así su olor no me causará repulsión. Había dejado el bowl casi lleno y me era difícil cumplir su cometido.
Finalmente lo logro.
- Buena perra - tendrás un premio mañana. Descansa por hoy.
Me invade el asco y el deseo de orinar y vomitar. Quiero gritarle que me preste un baño pero se que mis peticiones no serán escuchadas. Sólo hay una cajita de arena allí en el rincón. Pero mi incontinencia es tal que derramo mi líquido amarillo en una esquina. Satisfecha, caigo profundamente dormida en el suelo, desnuda.
Al tercer día, entra mi dueño.
- mmm no hiciste en la arena?, perra - Debes aprender a cubrirlos, no quiero encontrarme con tus orines por toda la casa.
- Perdón aaaaa... mo. Le digo con mis pocas fuerzas.
- No he pedido que hables - dice. Bebé tú líquido diario que daremos un paseo -
Un pase...o... Nooo yo... No quiero exponerme...
Públicamente... No... Estoy preparada...
- Vamos, bebelo todo, como ayer -.
Me inclino y comienza mi lengua a recoger todo el fruto de la suciedad de su interior.
- buena perra -Las perras tienen cola y a tí, te falta una. Deberás aprender a usarla siempre.
Aciento. Si Amo. Sus órdenes comienzan a excitarme a cobrar sentido, me siento un animal a su lado. Me humedezco pese a que estoy sucia y hambrienta.
Inspecciona mi ano. Le hace un lavado e introduce una larga cola en él.
- Lista, Vamos a pasear
Pero como... Así? Desnuda? Caminando en 4? Con todos los ojos viéndome? Sucia? Con una cola en mi ano? Todos esos pensamientos me invadían una y otra y otra vez. Y como si adivinara mis temores me dice
- Sí, así como estás, preciosa. Linda perra de papi. Quiero lucirte con los canes. Que te vean
Canes? Que me vean? Quienes?. Pensaba.
Salimos por la puerta me jala del cuello, caminaba desnuda, en 4, con la cola meneandose.
- Alza tú cola perra. Bien alto -
Las personas tomaban fotos, se burlaban, mucitaban entre ellas. Entre más lo hacían, entre más me sentía humillada, más corría líquido entre mis piernas.
Él, sonreía.
No te detengas - continúa
Amo quiero ir al baño - dije.
- las perras no hablan ni piden permiso para mear - sólo, hazlo.
- dónde - aquí?
- sí cuando sientas deseo, sólo hazlo.
Pero es..
- hazlo perra. Levanta una pata y hazlo.
Levanté mi pierna izquierda y procedi a orinar.
Muchas más mentes curiosas y perversas hambrientas del amarillismo sacan fotografías de mi gran escena. No lo pueden creer. Una perra humana pública!!! Mi cuerpo está al límite del adrenalina. Se acostumbra a andar como perra y pasear de la mano de mi Dueño. A comportarse como tal, obedeciendo, sin rechistar. Sin negarme...
- Continuemos. Quiero presentarte a mis canes.
serían otros doms?. Pensé
Inquieta pero ansiosa y húmeda me contoneaba.
Llegamos a un lugar donde se escuchaban muchos ruido de perros, de bestias que parecían no haber salido en años de allí, aullidos, quejidos, azotes.
Entramos y un hombrecito pequeño, que pareciera salido de un circo abrió la puerta.
- wow que perra tan puta tienes - fue lo primero que dijo.
Era un lugar clandestino de perros y perras.
Te presento a mis dos perros alfa - dijo, volteando su mirada hacía mí.
Dos animales enormes, musculosos, con la mandíbula jadeante, daban vueltas entre sí. Gruñian y mostraban su imponente y duro miembro.
Vas a tener que aparearte con ambos - ordena mi amo.
No yo... Jamás. Con dos perros, animales reales? No. Está loco? No... Yo...
Los canes se acercaron a olerme. Olían mi trasero. Apretaba el culo para no que me sintieran.
- es una perra en celo, como ustedes, copulenla, vamos. Les hacía un ademán a los canes para que se acercaran a olerme.
No.. me niego...
Lamen mi culo y mi vagina y mis jugos empiezan a brotar. El otro empieza a lamer mi espalda y dejar su saliva en ella. Me lamen entera.
- está en celo la perra - montenla!!! Les decía mientras les pegaba cachetadas en la cara.
No.
Los canes siguen lamiendo mi ano y vagina su lengua es ancha y resbaladiza. Jugosa, me hacen gemir pero no quiero. Siento placer y asco. No quiero. Jadeo. Me retuerzo, mis tetas se bambolean. Me empiezo a sentir como perra. Asumir mi estado animal.
- abre las piernas, deja que esa lengua se resbale por tus orificios, méalos, para atraerlos a tí. Vamos perra en celo - ríe
Mi mente está nublada.
Les orino mientras me lamen y su lengua se nota más excitada, más en movimiento, buscan tragarse mi orina. Abro las piernas y lamen mi ano.
- eso perra!!! - inclinate!!!. Cabeza contra el suelo y baja para que puedan copularte - chupale la verga al otro para estimularlo, y abrete más.
Mi cabeza está nublada.
No dudo en acatar sus órdenes. Me inclino contra el suelo, mi culo en alto y gimo como una puta en celo. Más quiero más.
Amo que me preñen!!! Amo que me perforen las bestias por favor. Le digo totalmente, insconsciente.
Ríe.
Esa es mi perrita en celo. Así quiero que estés, suplicante, siempre en celo. Siempre dispuesta a aparerte con mis canes. A dejarlos secos y sacarles el deseo perra hambrienta y lujuriosa -
Los aleja de mí. Retroceden.
No. Amo. Por favor, deja que me penetren, si quiera un poco, que me laman, quiero su lengua babosa, jugosa, grande, ningún hombre ha podido complacerme así. Quiero APAREARME AMO...
Otro día...
Dice riéndose.
Continúara....
Cuando conocí a "Mamu" (apodo que le dí a mi amigo) él era todo lo contrario, siempre me preguntaba qué quería, qué me gustaba y me incitaba a que en nuestros encuentro fuera yo la que quedara satisfecha. Él me ponía arriba, no hubo ni una vez en donde lo besara y no estuviera encima de él. Gemía libremente estando debajo de mí, me ofrecía su labio cada vez para morderlo, echaba atrás su cabeza para ahorcarlo.
Me embriagaba de poder y pensé "nunca más estaré abajo"
Al segundo día, me propone un nuevo juego y me lleva a las afueras de la ciudad, a un lugar sobrio, de madera, me pide porte sólo un par de tacones y el fino collar de cuero que ha elaborado con sus propias manos.
- Serán tus únicas prendas - ordena.
Intrigada y a la expectativa ingreso a ese antigüo lugar donde las piezas del suelo crujen y el vacío de las paredes hace eco.
Desnuda, camino hacía el lugar central y me topo con una fina y gruesa estaca de hierro, maciza como un poste de luz que en su punta trae consigo incrustada una verga falsa de metal, gruesa y firme. Me pide, pose entre medio de aquel poste y abra las piernas de tal forma que aquella vara metálica quedé entre medio de mis muslos. De a poco, va subiendo aquel poste hasta la entrada de mi vulva abriéndose paso por mi conducto vaginal, dilatando los labios, abriéndose como una delicada flor, llegando a lo más profundo de ella. Lanzo un breve gemido al llegar al tope y siento como aquel metal helado comienza a cambiar de temperatura por mi calor interno. Con un movimiento, se asegura de que el poste quede en perfecta posición, fijandolo con una llave.
Quedo prisionera en mi propia vagina.
Mis brazos, manos y piernas se encuentran libres pero mi carne está inmóvil. Al cabo de algunos minutos, la impotencia comienza a hacerse presente. Me doy cuenta que no puedo moverme hacía ningún lado por más que lo desee. Muevo mis caderas circularmente y lo único que obtengo es el ligero brote de mis líquidos vaginales alrededor del dildo metálico.
Él se acerca lentamente hacía mi, dibujando una pequeña sonrisa sádica en su rostro y me pregunta:
- te gusta?
- yooo...
- quieta!! - ordena. - no puedes moverte pase lo que pase u obtendrás un castigo!!! - agrega.
Quieta. Inmóvil. Sigo sus instrucciones.
Me prensa los pezones con un par de pinzas de ropa habiéndolos erectado al tope previamente y tapa mi boca con una mordaza.
- así evitaremos el escándalo - dice.
Lo miro aterrada e inquieta pensando en mi fragilidad e inmovilidad. Ésta vez no podré escapar. Soy presa de mi propia vagina. Víctima de mi propio cuerpo....
Tira de mis pezones fuerte y comienzo a gemir de dolor. Estoy libre pero no puedo moverme. Lo hace un par de veces intercambiando con secos azotes en mis nalgas. Sólo me queda sufrir y disfrutar. Aceptar mi destino. Aceptar que me veje en las formas y maneras que desee.
- ésto no es suficiente para una perra adicta como tú - dice. - necesitas más - ríe.
Toma el más grande vibrador que encuentra, lo nivela a la máxima potencia y lo pasa por todo mi cuerpo.
- abre la boca PERRA !!! - ordena.
Lo introduce en mi boca y siento como todas mis neuronas juegan y se desequilibran. Es un masaje cerebral y dental.
- chúpalo como lo chupan las PERRAS!!! - sonríe. - es la verga gruesa y perforadora de tú AMO.
Gimo y babeo. Mi cuerpo se estremece, comienzan a temblar las piernas. Mi propia baba escurre por mis tetas y abdomen.
Lo baja hacia mis pezones. Siento un cosquilleo insoportable. Se doblan un poco mis rodillas pero al hacer ésto, me penetra más profundo esa verga artificial. Se me escapa una lágrima.
- debes mantenerte quieta, te he dicho!!! Sino quieres ser atravesada hasta el cuello por esa estaca. - me advierte.
Empiezo a suplicar que me libere pero hace caso omiso.
- por qué habría de hacerlo si comienzas a disfrutarlo? - ríe.
En eso, baja con la vara vibratoria hacía mi clítoris y lo presiona fuerte al mismo tiempo que lanzo un aullido de loba herida.
- detente por favor, detente!!! - le suplico.
Toma un balde de aceite y lo esparce sobre todo mi cuerpo.
- así todo perfora mejor!!! - dice riendo.
Estoy bañada en aceite. Mi carne resbaladiza. Las pinzas de mis pezones desean soltarse, el dildo metálico entra aún más profundo en mi cavidad vaginal. Introduce en mi ano una cola de zorra y estimula mi clítoris al límite. Se hincha. Mi cuerpo no puede resistir mantenerse en pie, gimo, grito, aúllo, lloro.
- detente por favor, deten....
Todo tipo de líquidos brotan de mi cuerpo... Baba, orina, eyaculación blanca...
- mantente firme, quieta - ordena.
No puedo. Mis piernas están por quebrarse.
Se detiene en un breve acto de compasión y me da la llave.
- gracias AMO - le digo extasiada, feliz de encontrar el final de mi sufrimiento.
Pero no es tan sencillo.
Soy prisionera de mi vagina y no puedo moverme. No puedo doblar mis caderas para alcanzar el orificio dónde pueda insertar la llave y poder liberarme porque no alcanzo y el dildo metálico insertado en mi conducto vaginal me mantiene inmóvil. Tampoco puedo sujetarme de nada en el techo porque es demasiado alto. No puedo alzar una pierna porque es inútil.
Estoy a su Merced.
Me doy cuenta que ni teniendo la llave puedo liberarme.
Me frustró.
Él ríe.
- vamos, no querías liberarte? - dice riendo.
Bajo la mirada y suelto la llave.
Es inútil.
- estoy a su voluntad AMO - le digo con la mirada gacha - haré lo que usted...
No puedo terminar la frase, estoy a punto de desmayarme, cuando él se dirige hacía mí, me libera y me toma entre sus brazos muy afectuosamente...