LAS RELACIONES BDSM A DISTANCIA
Internet se ha convertido para muchos en una puerta de
entrada que nos permite conocer a personas afines a nosotros, tanto en el mundo
BDSM como en otro tipo de relaciones. Tras la aparente seguridad de nuestra
pantalla podemos tantear, darnos a conocer, hasta finalmente dar el paso de
conocer a la otra persona cara a cara para finalmente quedar como amigos,
seguir adelante o pasar al consabido “si te he visto no me acuerdo”.
A veces las relaciones se quedan ahí, en la distancia, lo
que nos permite crearnos un dios, soñarle, desearle, ansiarle, darle la forma
que más nos convenga… acaso utilizar la cam y el micro y compartir voces,
suspiros, sonrisas, muecas y hasta gemidos ¿por qué no? Que nos permitan
dejarnos el alma enredada en cables sin vida y en redes invisibles.
Nadie se embarga sin pensarlo dos veces en una relación de
más de 200 kms. De distancia sin calibrar pros y contras, temores y dudas,
posibilidades de veros… ¿O sí? Es necesario meditar profundamente sobre este
problema antes de tomar una decisión y ser muy conscientes de las limitaciones
que supondrá.
En una relación BDSM, cuando la distancia es grande, el
componente mental de la relación cobra mayor importancia. El conocimiento y la
confianza en el otro, bases de cualquier relación de amistad o pareja, se
convierten en algo fundamental y, si bien esto es cierto para cualquier
relación BDSM cercana o en la distancia, ante la lejanía esta necesidad es
mucho mayor, ya que no podemos ser testigos de las reacciones del otro,
perdemos comunicación y además, el chat, fuente generosa de malentendidos,
puede hacer que unas palabras mal tomadas o malinterpretadas causen más dolor
del esperado y causar reacciones desmedidas y difíciles de entender para el
otro, e incluso para nosotros mismos.
La distancia no tiene por qué equivaler a olvido, no hoy en
día, cuando Internet nos brinda la posibilidad de acortar distancias, ver y oír
al otro al mismo tiempo y … ¡benditas tarifas planas!. Si el sentimiento es
verdadero la distancia puede consolidar la relación cuando ambos son
conscientes del esfuerzo que supone salvarla. Pero el problema es que el ser
humano necesita del contacto físico. Por eso para muchos una relación a
distancia tiene fecha de caducidad desde el mismo instante en que comienza.
Por suerte, he conocido muchas historias bellas que
comenzaron en la distancia.
Y ese es el tema de este debate: ¿Cómo salvar la distancia
en una relación BDSM? ¿Es posible mantenerla en el tiempo? ¿Qué diferencias
fundamentales encontramos con respecto a una relación en la que los encuentros
son frecuentes? ¿Cómo superar los largos paréntesis que separan un encuentro de
otro?
¡ESPERAMOS TU OPINIONES Y COMENTARIOS!
(Esta publicación la hice en un Grupo que cree en IMVU un Chat 3D llamado EL PLACER DE LA ENTREGA por considerarlo de interés reproduzco un comentario que me pareció muy pertinente.)
TESTIMONIOS
Bueno mis saludos ante todo, el
tema de las relaciones a distancias tiene mucha tela que cortar, pienso que se
nos podríamos perder en un sinfín de preguntas y no llegar a una muy clara
respuesta .Como se ha dicho, decidirse a embarcarse en una relación BDSM no es fácil,
hay mucho que pensar, sopesar los bueno y lo malo, pero cuando se toma el
riesgo se hace muy consciente, primero porque cuesta llegar una relación a distancia
y sea de cualquier tipo, amistad, amor, BDSM etc. y segundo tener la suficiente
confianza en la otra persona para entregarte a ella, porque el hecho que sea a través
de un monitor, una cam y micrófono no la hace menos real, ni MENOS PLACENTERO,
es en mi opinión es como una relación de D/s real, solo que sin contacto físico.
En mi experiencia como sumisa
virtual, no fue fácil tomar la decisión de entregarme a mi Ama, pero sopese
mucho la confianza que tenía en ella y eso me ayudo a entregarme, sabía que era
la persona correcta, ya son más de 4 meses, es mi primera Ama, y si debo decir
que ha habido días duros, que he deseado cruzar el océano que nos separa y arrojarme
a sus pies, pero no todo se puede con deseos. Pero la clave de este tipo de
relación esta en tener las cosas claras, ser consciente de las limitaciones que
existen en la relación, También está la confianza, la obediencia, la dinámica
de la relación y esa se la construye cada quien, aprendiendo, sabiéndose
conocer. Yo nunca me he sentido que no le pertenezco a mi Ama por estar lejos
de Ella, todo lo contrario me sé muy suya cada día y siento que el hecho de ser
una sumisa virtual no me hace menos sumisa.
También hay que estar consciente quizás
en algún momento se tiene que decidir si se hace el esfuerzo por un encuentro o
simplemente desecharlo porque nunca sucederá. Porque tenemos que tener en
cuenta que ambas, tienen vidas distintas, quizás una relación, familia etc., y
eso quizás hace un encuentro en real imposible de lograr y todo queda allí, en
un monitor, a través de una cam, un micrófono y el sentimiento de entrega por
parte del sumis@ y acojida por tu Am@.
No importa la distancia que nos
separe ... si siempre habrá un cielo que nos una... cuesta esa distancia...pero
paciencia al final obtenemos nuestra recompensa, la alegría y placer del encuentro compensa
tiempo y distancia.
Dicarolsumiama mirando el mismo
cielo que su Ama y Señora Danielamyrtle y mirando en la misma dirección...
Bueno gracias por este espacio,
con el respeto que se merece le puedo decir que soy pertenencia de mi Amo ,
tenemos una relación D/s hace casi 10 meses, soy Su sumisa virtual, esta relación
se basa netamente en la confianza, mi Amo me mantiene ocupada todo el día,
tareas diarias y continuas, nos comunicamos casi cotidianamente por internet, algunas veces
con largas sesiones con los avis, pinzas, cera, azotes y audio, otras de largas conversaciones y
momentos de felicidad , la diferencia que existe entre este tipo de relaciones
y una relación con visitas frecuentes... es que la sumisa es la extensión del Amo
si ella realiza las tareas, las realiza por que el Amo lo ha solicitado... y al
hacerlo siento su presencia como si estuviera a mi lado ....en ese momento soy
el reflejo de mi Amo.
Mis respetos Señor,
felicitaciones por el Grupo y este debate.
¿QUE ES UNA SUMISA?
Es una persona que de manera
voluntaria y consensuada decide entregar su cuerpo y su pensamiento a otra, que
por la atracción, admiración y deseo que le inspira la sumisa no tiene reparo
de entregarse a ella.
¿CÓMO LLEGA UNA SUMISA A “SER“SUMISA?
La primera pregunta que se
hace una mujer que cree tener Tendencias sumisas es si realmente tiene vocación
sumisa, si es sumisa o es sólo una fantasía.
Una sumisa lo es, cuando al
menos se cumplen los siguientes Requisitos:
1)Que se sienta sumisa.
2)Que quiera ser sumisa.
3)Que quiera esforzarse en ser
sumisa.
4)Que no haya nada que le
impida finalmente SER sumisa.
*QUE SE SIENTA SUMISA: ¿Cómo
sabe una sumisa que es sumisa?, éste es el primer problema con el que se
enfrenta una sumisa, no sabe si realmente es sumisa, no sabe realmente lo que
quiere y de dos maneras:
-Si es algo pasajero o
profundo.
-Si sus sentimientos son
sumisos, dominantes o ambos a la vez.
Se podría decir que una mujer
“se siente” sumisa si percibe, siente, experimenta, sentimientos y necesidades
sumisas en su interior. Lo que primero se suele percibir, las vivencias sumisas
iniciales más conocidas e inmediatas son las FANTASÍAS sumisas.
Normalmente se suele partir de
ahí. La lectura de los relatos BDSM puede ser un buen instrumento en la
exploración de las propias fantasías, con la condición de no perder de vista
que son sólo eso: fantasías. Lo que realmente define la sumisión y lo que
primero debes preguntarte si tienes, es lo que ha venido en llamarse la
“esencia sumisa“, que en
resumen es el deseo profundo de conseguir la propia felicidad a través de la
felicidad del Amo.
Es decir, cuando se da el
hecho paradójico de que cuanto más te despegues de tu propia satisfacción para
entregarte a conseguir la de tu Amo, más feliz serás en tu entrega. Ésta es la
gran PARADOJA de la sumisión. La otra gran paradoja la constituye el hecho de
que, la mayoría de las sumisas, experimentan una sensación de mayor libertad
cuanto más sumisas, sujetas y entregadas se sienten.
Esta primera y aparente
paradoja además, parece ir en contra del Principio del Placer, por el cual,
todo ser vivo tiende a la satisfacción de sus necesidades y el placer que ello
le proporciona. Porque la sumisa como todo ser vivo, tiende a conseguir su
propia felicidad. Nada ni nadie, ni mucho menos su Amo, deben apartarle de este
empeño vital.
Pero además parece que va en
contra del principio fundamental de la sumisión por el cual, ésta debe
proporcionar placer en sí misma. No tiene sentido someterse a alguien, si esa
sumisión no va a darle satisfacciones a la persona sumisa.
El secreto de esta aparente
paradoja y sus contradicciones está en el RITMO y el NIVEL. Cada sumisa tiene
un ritmo y un límite en su entrega, límite a partir del cual ya no le resulta
placentera.
Piénsese por ejemplo, que
todas las sumisas no tiene vocación de esclava, ni tienen porque tenerla.
Suelen encontrarse Amos, que estúpidamente se empecinan en lograr que sus
sumisas superen un nivel para el que su sumisa no tiene capacidad ni
posibilidad. Su nivel está muchas veces limitado simplemente por sus propias circunstancias
personales. A veces la impaciencia e inmadurez del Amo le hace exigir a su
sumisa un nivel superior demasiado pronto y demasiado rápido.
En realidad si una persona
tiene tendencia a la sumisión, tiene la necesidad más o menos desarrollada de
procurar la felicidad de su Amo. Pero cualquiera puede comprender, que a una
sumisa no se le puede pedir desde el primer día que la satisfacción de hacer feliz
a su Amo supere la natural tendencia a conseguir su propio placer inmediato.
Pero lo que sí puede pedírsele
a una sumisa es que haga su entrega a su RITMO. Un ritmo guiado y dirigido
inteligentemente por su Amo que poco a poco le ayudará a superar esta aparente contradicción
y a buscar y encontrar en su interior el placer de la entrega. Y todo ello
hasta un NIVEL, “su“nivel, el que ella y su Amo antes o después encontrarán, y
que éste deberá respetar como uno más de sus límites.
Todo esto no viene por arte de
magia, porque sí. Para que la sumisa encuentre su felicidad en la aparente
negación de la suya, necesita ante todo que su entrega sea reconocida y
apreciada por su Amo, necesita de su apoyo y estímulo positivo, además de un comportamiento
correcto de su Amo, con trabajo, dedicación, honestidad etc.
Ocurre frecuentemente que los
Amos olvidan que lo primero que un Amo debe lograr de una sumisa es que sea
feliz en su sumisión, lo que a su vez redundará en un mayor deseo de ella de
darle toda la felicidad y satisfacción posible. Este maravilloso método de dominación
lo llamo “la Espiral Positiva“ y no me extiendo en él porque está perfectamente
descrito en este blog.
*QUE QUIERA SER SUMISA: Una
sumisa puede que tenga deseos sumisos pero puede que no quiera dejarlos salir,
practicarlos. Las causas pueden ser muchas. Quizá porque su necesidad no es lo suficientemente
perentoria para....
*QUE QUIERA ESFORZARSE EN SER
SUMISA: Ser sumisa -como el ser Amo- conlleva esfuerzos y renuncias que quizá
una mujer no esté dispuesta a hacer. También implica a veces riesgos físicos, emocionales
y de todo tipo que no le compense afrontar.
*QUE NO HAYA NADA QUE LE
IMPIDA FINALMENTE SER SUMISA: Puede que la sumisa tenga a su favor los tres
requisitos anteriores, pero es posible que no pueda llevar a cabo su sumisión
de manera práctica por motivos ajenos a ella. Las razones pueden ser variadísimas:
No encontrar el Amo que a ella le parezca apropiado, su situación familiar,
minusvalías físicas, etc .
En definitiva, no basta la
fantasía de ser sumisa. Para SER sumisa, se necesita sentirlo, querer serlo,
esforzarse en ello y que no haya nada que le impida finalmente SER SUMISA.
¿PERO, REALMENTE SOY SUMISA O
TODO LO CONTRARIO?
Muchas veces he oído de Amos:
“¡Bah!, mi sumisa no sabe lo que quiere“. Sin pensar que éste es un proceso
normal. Ocurre frecuentemente. Al principio la sumisa no sabe identificar muy bien
lo que le pasa. Es labor de su posible Amo guiarle (sin forzarle jamás),
primero en la elección del lado de la fusta en el que quiere quedarse y después
en qué nivel quiere vivir su tendencia. A veces ocurre que la mujer en
cuestión, realmente no tiene necesidades BDSM de ninguna clase. En este caso,
un Amo honesto y responsable debería expresarle su opinión en este sentido.
El problema es, que todos
somos switch, sólo que tenemos un porcentaje mayor de una tendencia u otra.
Decidirse a qué lado quedarse a veces lleva tiempo.
No te inquietes ante la
aparente paradoja de que tener un carácter fuerte y sin embargo tener fantasías
sumisas. Si tienes fantasías exclusivamente
sumisas, lo más probable es que tu tendencia principal sea efectivamente
sumisa. Esto ocurre porque EL CARÁCTER NO DEFINE LA TENDENCIA. Puedes
perfectamente tener un carácter fuerte y tu tendencia ser sumisa, o viceversa
en cuanto al dominante. Además, la sumisión no aparece con cualquier persona y
en cualquier lugar, se suele disparar en ciertos momentos y situaciones, no en
cualquier momento. De ahí que por ejemplo, una actitud dominante de alguien que
no conoces, que no te atraiga o que esté fuera de contexto, se suele percibir
más como algo patético que como una situación excitante.
Jay Wiseman en su obra “BDSM“,
Página 467, propone un criterio, que aunque simple, es muy efectivo: “Si
quieres saber qué es lo que te va, presta una atenta mirada a qué es lo que
estás fantaseando justo antes del orgasmo cuando te estás masturbando“
Ser sumisa es en principio muy
sencillo, consiste sólo en eso:
SER sumisa, es decir, que
mientras desees serlo y ante la presencia de tu Amo, tu cuerpo y tu mente reflejen
una ACTITUD sumisa, tener pensamientos sumisos, obedecer sumisamente, y sobre todo,
que se note tu felicidad de ser sumisa, junto con la satisfacción de aumentar
el bienestar de tu Amo. Una sumisa que no es feliz de serlo, es una mujer que
escenifica su sumisión, pero NO es sumisa.
La
sumisión mental es la gran desconocida dentro del BDSM, sin embargo es la
sumisión más importante, pues cualquier tipo de sumisión acaba y empieza en la mente sumisa, entonces...
¿QUÉ ES
LA SUMISIÓN MENTAL?
*Es ante
todo un SENTIMIENTO AMOROSO.
Una unión
o fusión intensa con el Amo.
*Es un
ESTADO DE LA MENTE. Es decir, no es una entrega material de algo tangible como ocurre con la “sumisión sexual“.
*Es una
ACTITUD: Los que hayáis tenido hijos
quizás comprendáis la actitud de una
madre con su bebé. Su bebé es “su“vida. Está atenta a él, lo siente en cada momento. Pues bien, la sumisión mental
lleva a la sumisa un sentimiento muy
parecido con respecto a su Amo.
*A medida
que la sumisión mental aumenta, se produce un sentimiento de PLENITUD y
curiosamente un sentimiento de LIBERTAD en
la mente sumisa.
Plenitud
porque su mente esta llena de amor hacia su Amo, y de libertad porque ha llegado a un estado de sumisión en el que
la con fianza se ha instalado en su
corazón. Su mente está poseída por su Amo y esto la libera de dudas y temores.
Además la libera -al realizarse- de esa necesidad profunda de
entrega.
*La
sumisión mental es casi siempre un ESTADO más PERMANENTE y que va más allá del ámbito de una sesión. A medida que su
mente está más sometida la persona sumisa se encuentra más llena y poseída por
su Amo en casi todo momento.
*Una
sumisa me ha hecho especial incidencia en que el estado de sumisión mental
presupone CONFIANZA:“La sumisión mental yo la relacionaría con la persecución de esa confianza ciega que
borra de la mente las dudas. Una confianza profunda e instintiva“.
*Algunos
autores asocian la sumisión mental a la SINCERIDAD y a la entrega al Amo de
todo lo que sucede en su mente sumisa. Esto ya se da por descontado.
Nadie
puede imaginar la sumisión sexual sin la entrega de su sexo. Nadie puede
imaginar la sumisión mental sin la entrega de lo que pase por la mente sumisa
ALGUNAS
CURIOSIDADES QUE AYUDAN A COMPRENDER QUÉ ES LA SUMISIÓN MENTAL
*LAS
COINCIDENCIAS CON EL MISTICISMO RELIGIOSO. Si queréis comprender con exactitud
que es la sumisión mental llevada a su máxima expresión, estudiad los textos
del misticismo religioso.
Algún
día, alguien tendría que estudiar las increíbles coincidencias que hay entre el
misticismo religioso -las reglas, los niveles, el lenguaje, los nombres de
algunas órdenes religiosas etc. y nuestro mundo.
*LAS
ESCENAS DE HUMILLACIÓN. Es curioso que algunos coincidan en que las escenas de humillación aumentan enormemente el
“estado de sumisión“. Se explica porque la persona sumisa, al verse en la
aparente contradicción de disfrutar
de humillaciones, la sitúa en un estado de profunda humildad que posibilita a
su vez una entrega más limpia de dudas y barreras.
¿CÓMO SE
LOGRA LA SUMISIÓN MENTAL DE LA PERSONA SUMISA?
Así como
hay muchos textos sobre cómo lograr todos tipo de sumisiones: En el movimiento,
en la voz y sobre todo la sumisión sexual, no he encontrado casi nada sobre
cómo lograr la sumisión mental.
La razón
es muy sencilla: La sumisión mental se logra como resultado de TODAS las
sumisiones. No hay un camino o mejor dicho sí lo hay, es el conjunto de todos
los caminos los que al final llevan a la sumisión mental.
Por eso
yo digo que la sumisión mental es la sumisión de sumisiones y el destino final
de todas ellas.
En
definitiva, he encontrado pocas TÉCNICAS DE ENTRENAMIENTO específico de la sumisión mental. Aquí apunto
alguna:
*Algún
autor incide en la necesidad de:
INTROSPECCIÓN
de la sumisa, analizando su mundo
interior, sus emociones, sus miedos, sus dudas, meditando sobre cómo mejorar su comportamiento. Los diarios se
apuntan como un instrumento valioso en este sentido. Estamos hablando de
diarios en los que la sumisa refleja su mundo
interior, sus dudas, avances y retrocesos en su camino hacia la sumisión. Estos
diarios son efectivos si son revisados a menudo por el Amo y la sumisa,
comentando los obstáculos, los avances y retrocesos hacia la sumisión perfecta.
*Las
escenas de ADORACIÓN:
La
contemplación casi mística del Amo es un ejercicio de sumisión mental.
*Se habla
mucho en la red de un estado mental especial llamado SUB-ESPACIO
. Se
suele experimentar durante una sesión SM especialmente intensa y en él la
persona sumisa entra en un estado alterado de conciencia. Hay varios grados de
subespacio. Una sumisa llega a ser mucho más maleable a la dominación en esos
momentos, por ello algunos piensan que es un estado intensamente sumiso.
Tengo mis
dudas sobre si esa experiencia aumenta el
grado de sumisión mental de forma permanente después de la sesión, porque se ha
de tener en cuenta que su estado está provocado por unas substancias dopantes
que el mismo cuerpo segrega (endorfinas). Su discurso mental está alterado . No
creo que una experiencia de este tipo aumentara la devoción hacia su Amo de
manera tan significativa y permanente como el que sentía durante la sesión.
*Personalmente hay un procedimiento que he escogido
del
misticismo religioso que recomendaría: La MEDITACIÓN diaria y placentera sobre
el Amo, asociándolo siempre a sensaciones agradables. Las cibersumisas ya lo hacen:
Casi siempre se van a dormir pensando en su Amo, asociando su imagen al estado
placentero en que las ha dejado la sesión que acaban de tener con Él. Asocian
entonces la imagen del Amo a algo tranquilo, luminoso y sobre todo bello. Es
una sensación de amor intenso .
*Por
último quiero hacer especial hincapié en el tema ÉTICO
. El BDSM
es un sistema de relaciones personales muy equilibrado. El Amo recibe la
entrega de la mente sumisa pero al mismo tiempo carga con la responsabilidad de
ser el digno recipiente de esa entrega. Aunque en una relación BDSM el
crecimiento personal ha de ser mutuo, considero que el Amo, al poseer la mente
sumisa está especialmente obligado a ayudar en su crecimiento, de manera
positiva y en todos los aspectos.
Estoy
hablando de auténticos Amos, personas responsables y sanas, que se ganen el
respeto de su sumisa por una actuación ética, digna, no de patéticos payasos
-que últimamente pululan mucho por la red- que creen que ser Amo es escudarse
detrás de un látigo y decirle cuatro palabras soeces a la sumisa vengan o no a
cuento.
La
sumisión mental es el estado superior y último de las sumisiones, la más
maravillosa y placentera de ellas, pero también la más delicada y con más
riesgo de sufrir daño. Recomendaría a las sumisas que antes de hacer esta
última y definitiva entrega se preguntaran si su Amo se la merece por haber
ganado su respeto con una conducta ética y digna hacia ellas.
EL FARO
La lluvia tiene ese sonido constante, inminente, permanente. Es un manto de sonido que lo envuelve todo y las gotas infinitas bañan la casa, se estrellan en todo una y otra vez. Una y otra vez, una y otra vez. La habitación es cálida pero más aún su cuerpo desnudo y de pie frente al espejo. Un espejo largo como un ventanal la muestra de cuerpo entero. Su dueño la había desnudado y puesto a contemplarse a sí misma. Incómoda inicialmente le costaba verse desnuda, y lo primero que sus ojos buscaron fueron determinar imperfecciones, asimetrías, manchas, marcas, detalles que la avergonzaban. Se sonrojó completamente cuando su dueño se le acercó y le comentó suavemente al oído: “¿Los sentidos te averguenzan? Yo creo que no. Aceptarte te cuesta. Pero ahora sin un sentido mirarás con otros ojos. Como ya te dije, esta vez seremos dos”.
En ese momento con un pañuelo de textura suave empieza a cubrirle los ojos y ella siente de pronto que su piel adquiere otra temperatura. Trata de recordar la habitación. La cama, el par de sillas en una esquina, el espejo pero no tiene tiempo de mucho puesto que su dueño la coge de la mano y le conduce por la habitación. Ella siente sus pies sobre el piso, siente una ligera briza rozar su torso, siente su propia respiración que se acelera un poco. Después de dar unos cuantos pasos pequeños, un poco temerosa de chocarse con algo, siente que se detiene y escucha una puerta que se abre.
Entra otra briza de aire que le da de lleno en la espalda. Quiere voltear como si no tuviese sus ojos cubiertos, como si quisiera mirar a través de la tela que ha dejado todo oscuro para ella. Escucha susurros y siente que se le acercan. Su dueño le dice al oído otra vez: “A él se le tiene prohibido hablar y a ti también se te tiene prohibido hablar salvo la palabra de seguridad”.
Ella asiente con la cabeza y su dueño le dice al otro sujeto que se acerque. Escucha nuevamente susurros y sin estar prevenida siente que algo se le acerca al cuerpo, no sabe si son sus manos, no sabe si es un objeto hasta que siente esa corriente de aire que solo podría ser de la respiración humana. ¿Será la boca?. No lo es, por su espalda siente una filosa, amenazante, curiosa, expandida nariz que la olfatea. Le olfatea el cabello, siente que se mueve como un pájaro alrededor de ella, olisqueando su cuello, sus senos, su vientre. Siente el roce de la punta de la nariz bajando hacia su sexo donde se detiene y aspira profundamente como si quisiera retener ese aroma. Continúa por la cadera y las piernas hasta que se detiene y siente unas manos que la fuerzan a inclinarse hacia adelante. Esas manos hacen que sus manos se recuesten sobre la cama y la dejan en posición inclinada con la cola empinada. Nuevamente las manos le indican que abra las piernas y ella obedece. Y otra vez, esa nariz, esa nariz empieza en las caderas y busca otra vez su sexo que se entremete entres sus labios vaginales. Una ligera cosquilla le hace ladearse y sonríe pero una palmada certera le hace quedar quieta otra vez. La nariz pasa a olfatearle el ano y sube por su espalda. Siente otra vez ese cosquilleo pero se aguanta para no recibir otra nalgada. La nariz se aleja y es puesta de pie nuevamente, erguida. Mentalmente ella se ubica nuevamente en la habitación. Sabe que frente a ella está la cama, sabe…. de pronto siente en su boca otra boca. Un beso imprevisto, se posa en su boca y mueve los labios. Ella inicialmente no sabe si son los labios del otro sujeto o son los labios de su dueño pero rápidamente reconoce la forma de besar de su dueño. Una forma suave inicialmente y luego con esa lengua curiosa que le gusta abrirle los labios, con esos dientes que la mordisquean. Es un beso largo y apasionado que continúa hasta mordisquearle el cuello, besarle los hombros, y en ese afán siente otra boca que empieza a besarla desde la espalda bajando hacia sus nalgas. Y la otra boca se detiene en sus senos turgentes y juega con sus pezones que están super sensibles y siente, las bocas que la recorren, siente el aliento caliente de los corazones excitados. La presión de los dientes en sus pezones, ella suspira, y también se agita. Siente el otro rostro hundido entre sus nalgas, y una lengua pequeña, apenas perceptible queriendo lamerle el ano y un poco la vagina. Ella no sabe si inclinarse o quedarse quieta puesto que su dueño, piensa ella, está ocupado con sus senos, mordiéndolos a su antojo pero la otra boca pareciera padecer entre sus nalgas y se imagina el rostro. Piensa, y si presiono las nalgas para complicarle la tarea, o si trato de adivinar cómo es su rostro con la sensibilidad de mis nalgas. Se le dibuja una sonrisa en la mente y quizá en el rostro pero siente que le jalan el cabello y escucha la voz de su dueño que le dice: “de rodillas perra…”
Ella obedece en el acto y siente su peso sobre sus rodillas y no sabe qué pasa hasta que una mano le toca con curiosidad sus labios y mete un dedo que ella chupa con recelo. No es el dedo de su dueño, es un dedo más largo y delgado que el de su dueño. De pronto imagina al sujeto como alto y delgado, como huesudo y sintió algo de incomodidad pero no tuvo tiempo de seguir reflexionando puesto que de pronto sintió en su boca entrar una verga que en el acto ella reconoció como la verga de su dueño. Para ella siempre le pareció adecuada, ni larga ni corta, ni gruesa, ni delgada. Saboreó la verga de su dueño mientras sentía otra vez esa otra boca mordisqueando sus hombros mientras la verga de su dueño, entraba y salía de su boca con frenesí. Y ella sentía su respiración entrecortada cuando entraba toda la verga en su boca, sentía la punta asomarse por la garganta y sentía su saliva, sus ojos que en la oscuridad lagrimeaban. Y de pronto la otra boca desapareció. No sabía si se habría retirado o se preparaba para otra cosa. Hasta que sintió que la ponían en cuatro y otra vez esa boca concentrada en sus caderas y sus nalgas. La verga de su dueño otra vez se acomodaba para que ella pudiera chuparla y lamerla una y otra vez y estaba en ese trance cuando sintió como una electricidad que le recorriera su cuerpo una mordida certera en la nalga, una mordida profunda y con fuerza. Ella lanzó un grito de dolor pero fue reprimida con una cachetada que le propinó su dueño gritando: “silencio!!!”. E inmediatamente sintió que su dueño hundía su verga en su boca y ella dio un par de arcadas pero no fue impedimento para que su dueño siga penetrándole la boca. Y la otra boca seguía hundiendo su lengua en su ano y su vagina. Era placentero pero no podía más con la verga de su dueño en su boca y otra mordida profunda en el muslo la hizo estremecerse otra vez pero no hizo ruido alguno. Otra vez le jalaron el cabello para ponerla de rodillas otra vez. Su boca salivaba bastante y trató de incorporarse pero sintió otra verga en su boca, más pequeña y gruesa que entraba con fuerza. Pero esta verga no le daban arcadas pero su le cubrían toda la boca, no le dejaba respirar bien. La sentía rugosa y gruesa llenándole la boca. No podía repelerla sino degustarla y sentirla diferente hasta acostumbrarse hasta que esa verga salió de su boca y entró la otra verga, la de su dueño quien arremetía profundamente y otra vez las arcadas y esas lágrimas en la oscuridad que le hacían sentir diferente. De pronto parecía que no estaba ciega sino que había cerrado los ojos porque quería ver más, quería sentir más. En ese razonamiento estaba y sentía las dos vergas turnarse en su boca, cada una a su ritmo, cada una con su sabor, cada una ensalivadas por ella. Pero otro tión de su cabello la desubicó completamente. Se sintió llevada, dirigida, arrastrada hasta que sintió el borde de la cama donde fue tumbada boca arriba. Unas manos fuertes le abrieron las piernas y sentía que encima de ella alguien se acomodaba hasta que sintió los dedos de su dueño que le abrían la boca y sin contemplación otra vez su verga que se metía a profundidad. Y la otra boca arremetía con su lengua buscando la profundidad de su vagina. Con todas esa emociones no sabría si sentirse dichosa o apabullada de sensaciones. Esa boca indiscreta e impetuosa que le sorbía sus líquidos, que succionaban su clítoris con fuerza, que se hundía entre sus labios buscándola, lamiéndola, olfateándola. Y la verga de su dueño ensartada en su boca, ella también lamiéndola, también tratando de sorber esas gotitas que ella imagina transparentes que salen de la cabecita de su verga. Sentía su cuerpo hervir de sensaciones, sentía su vagina muy húmeda y mojada y no sabía si eran sus líquidos o la saliva de la otra boca. Pensar, es algo complicado cuando tus sentidos están disparados a todos lados y las sensaciones la inundaban por completo. No sabía si eso era un orgasmo o solo un estertor de placer hasta que de pronto escuchó a su dueño decirle. “faltan otros sentidos, no te desaparezcas…”
D.
Muchas veces hablamos de lo mal que se ve
una sumisa al terminar su relación D/s, el cambio de collar como de bragas,
yendo de cama en cama o por mejor decirlo de fusta en fusta.
Pero como mi mente no se puede quedar
quieta, y por supuesto mis dedos si no vomitan lo que llevan dentro, no están
en paz hasta plasmarlo, hablemos un poco del cambio continuo de sumisas que
hace el rol Dominante.
Llevo días pensando y analizando, qué nos
diferencia de los cazadores, acosadores o “pseudos” a los que casi quemamos en
la hoguera, cuando nos enteramos que agrede textualmente a alguna conocida.
Somos los primeros en dictar una serie de
estupideces en contra de esos seres que buscan sexo fácil, de acosar a sumisas
inexpertas, de seducir cuando nos damos cuenta que tienen baja autoestima o
están en momento difícil después de un doloroso rompimiento, de intentar
manipular su mente para obtener el todo de sí, de toda la sarta de mentiras que
dicen para poder lograr el control de su alma y cuerpo…
(Donde he visto eso?
Caray, me parece que el nombre del texto
debió ser Autoretrato.)
Porque somos efectivos para juzgar a los
demás, pero pocas veces nos paramos frente a un espejo y decimos “mierda, pero
si somos como dos gotas de agua”
Pero no basta con saberlo, o sí?
Hay alguna forma, tope, regla, protocolo
que permita al ser sumiso poder mostrar su inconformidad, o por el hecho de ser
un Dominante conocido, con camino recorrido o por miedo a “manchar” su
reputación, es que deben guardar silencio?
Desafortunadamente hemos rebasado límites
al grado de llegar al abuso de confianza, muy fácil encontramos personajes que
ocultos detrás de un monitor, pasan horas tras horas, seduciendo sumisas con la
voracidad de una serpiente.
Y claro, no debe ser mal visto o juzgado
porque un nick nos da el poder para hacer lo que queramos, creemos que todo eso
está bien porque como Dominantes podemos hacer lo que deseemos.
De cierta forma esto de tener contacto con
todo tipo de gente en las redes sociales, nos ha convertido en unos auténticos
Don Juanes.
La falta de humildad, el ego agrandado, la
excesiva autoconfianza y la poca empatía al no ponernos en su zapatos nos lleva
al abuso de poder.
En muchas ocasiones he visto críticas para
los sesionistas, por su forma tan libre de actuar, de desenvolverse en este
estilo de vida, pero pocas veces podemos comprender que jamás juegan o dañan a
alguien, tras una o mil mentiras para lograr su placer.
Todo lo contrario del Dominante abusador
que ya tiene una relación D/s, donde jura y perjura que es lo que ha esperado
por largo tiempo, casi otorgando las perlas de la virgen para firmar sus
acuerdos o sellar su compromiso, y en sus momentos de ocio, pasa las horas
buscando una nueva víctima.
Existen pocas cosas en las que todo el
mundo esté de acuerdo en el BDSM, pero afortunadamente una de ellas es la
necesidad de demarcar claramente la diferencia entre una relación BDSM sana y
una relación basada en el abuso y la explotación.
“Mucha gente piensa que ser Dominante es
sencillo y sin complicaciones, puesto que es el que ordena y le obedecen a
ciegas.
Tienden a concluir que son seres con
tiranía en su máxima expresión hasta llegar a pensar que muchos sufren de
sociopatía, situación lamentable por la proliferación de personajes con malas
intenciones y con distorsión de la realidad que se visten de Dominantes para
llevar a cabo actos denigrantes y abusivos en contra de la voluntad de la otra
persona.
Aún con la mala fama que se ha creado de
Dominantes desalmados y despiadados, no todos somos inhumanos.
El ser Dominante no es un rol fácil puesto
que implica el doble de responsabilidad, ya que en nuestras manos han sido
depositadas la confianza y la voluntad del rol sumiso, quien espera con ansías
que su entrega sea valorada por parte nuestra.
A su vez nuestro tiempo, nuestras
enseñanzas, adiestrarlos, cuidarlos es una muestra de nuestra entrega al ser
sumiso.
También somos personas que tenemos temores,
lloramos y sufrimos por engaños, por extorsiones y por malas pasadas por parte
de personas que toman el rol de sumiso para hacer de las suyas.”
Tan bonito que se lee, y tan difícil de
llevar a cabo.!
Personalmente, no me ha sido nada sencillo,
puesto que en el camino que llevo en el
mundo BDSM me he topado con distintas experiencias, tanto dulces como amargas,
de disfrute y de sufrir, porque aún manteniendo el autocontrol y la fortaleza,
algunos dardos con malas intenciones han logrado que medite si estoy haciendo
las cosas tan mal como para hacer un cambio completo en mi comportamiento.
Ser Dominante también implica que no
debemos obviar que somos seres humanos con sentimientos, que sí nos afectan
situaciones que no llevan buen rumbo y que no somos dioses para creer que somos
intocables.
Me parece que ya va siendo tiempo de abrir
los ojos y dejar de ser idiotas, comiendonos todo lo que está a nuestro paso
hasta atragantarnos.
Para considerarse un buen Amo, pienso que
debemos dejar de ver a la sumisa como un par de tetas o un coño húmedo.
Es exquisito Dominar a una mujer, también es exquisito y delirante tener el
Dominio de las decisiones, de las elecciones y la forma de disfrutar de este
estilo de vida, pero si seguimos poniéndonos piedras en el camino, llegará el
momento en que con esas mismas nos apedreen.®
Sátiro Demencia
UNAS
PEQUEÑAS IDEAS SOBRE
EL B D S M.
P o r: T
X I R I A
Quiero
escribir estas líneas por una sensación que tengo de que cada vez desvirtuamos
más lo que es y lo que deja de ser el BDSM.
En este
sentido, veo que cada vez está más extendida la frase “dentro del BDSM cabe
todo”; y Yo he de decir que “dentro del BDSM cabe todo; pero… todo lo que sea
BDSM”.
No sé si
estáis mayoritariamente de acuerdo conmigo pero creo, por lo que he hablado con
más de una persona, que muchos sí que consideráis que nos estamos viendo
envueltos en una situación que no nos convence en absoluto. Es por ello, que he
decidido reflexionar un poco sobre este tema e intentar presentar unas
definiciones que puedan ser discutidas y pensadas con el fin de que sepamos a
que nos referimos al hablar del BDSM y de sus practicantes.
Entonces
volvamos un poco a la base, y preguntémonos que es lo que consideramos BDSM y
que es lo que no lo es; vayamos a la
definición de las cosas, a ver si lo que estamos llamando BDSM lo es o no lo es; recurramos a definir lo que
es cada una de las prácticas y formas de vida y cada uno de los practicantes
del BDSM, lo que es un spanker (azotaina), un bondager, un hard-corer, un
masoquista, un sádico, un Dominante, un sumiso, etc… con el fin de saber en qué
punto nos situamos cada uno de nosotros.
Sé que
las definiciones están mal vistas pues representan el hecho de que, de alguna
forma, coartamos a las personas en su libre aceptación de sí mismos, pero
debemos considerar que las etiquetas no deben servir más que para
identificarnos y evitar confusiones; para que si Yo digo que soy Ingeniero,
esto represente que estoy habilitado para hacer informes, para enfrentarme a
situaciones técnicas determinadas o, incluso, para generar y firmar proyectos.
De la misma forma, debemos aceptar que si una
persona se autodenomina como sumisa o como Dominante deberá representar con
ello unas características mínimas que correspondan a su sentir. Es en este
sentido en el que las etiquetas en vez de coartar nuestra libertad la enriquecen
y la mejoran; en el sentido de que cada uno seamos lo que decimos ser y que,
además, entendamos lo que decimos ser de una forma y manera generalmente
aceptada.
Dicho todo esto, quiero dejar claro que Mi intención
es traer a estos “Cuadernos BDSM” una serie de reflexiones personales que
espero nos ayuden a profundizar sobre lo que somos o dejamos de ser cada uno de
nosotros. Dentro de estas reflexiones incluiré definiciones haciendo, desde
este mismo momento, la salvedad de que no son excluyentes y de que una persona
puede ser abarcada por varios conceptos de forma simultánea.
Voy a empezar por intentar acotar el campo más amplio
de las situaciones que es el que engloba el acrónimo BDSM para, en artículos
posteriores, desarrollar lo que es y representa cada una de las prácticas
incluidas para finalizar con un conjunto de definiciones de los roles asumidos
que, espero, clarifiquen las cosas ayudando a dignificarlas y que una persona
pueda decir con orgullo “soy un Dominante sádico que Me gusta el bondage” o
“soy una persona sumisa que sólo lo soy en el aspecto de la cama” pero evitando
que se confunda la entrega en el tálamo con la entrega vital.
Por lo tanto, empiezo Mi presentación con esta
pregunta:
¿Qué es el BDSM?
Si seguimos el artículo
sobre este tema que publica la Wikipedia veremos que nos dice:
“BDSM es la denominación
usualmente empleada para designar una serie de prácticas y aficiones sexuales
relacionadas entre sí y vinculadas a lo que se denomina sexualidad extrema
convencional.
El término se emplea a menudo, de forma equivocada,
como sinónimo de sadomasoquismo. En realidad, es una sigla que da nombre a lo que hoy en día es
considerado como una subcultura específica entre sus practicantes. El BDSM se
halla estrechamente asociado con la subcultura leather. El acrónimo está
formado por las iniciales de algunas de dichas prácticas:
Bondage
(Amarres y sujeción): B
· Disciplina y Dominación: D
· Sumisión y Sadismo: S
· Masoquismo: M”
Desde Mi punto de vista (tan
criticable como el de cualquier otro) esta es una definición que está muy bien
para cualquiera que, de nuevas, se acerque a nuestro mundo, aunque se olvide de
uno de los supuestos que Yo siempre he leído asociado a la letra S que es el
spanking o azotaina. Sin embargo, Yo
defino el BDSM como algo que puede transcender de la sexualidad para afectar a
toda nuestra forma de vida y que, por lo tanto, constituye un estilo de vida
propio y personal de aquellas personas que lo llevamos a la práctica.
Así mismo, doy gran
importancia, y quiero resaltarlo, al hecho de que defina que el acrónimo
representa las iniciales de “algunas de sus prácticas” indicando de que es el
resultado de una serie de definiciones que son parte de lo que podemos llevar a
cabo pero que no abarcan todas las posibilidades existentes.
Decía en el primer párrafo
de esta definición que “Yo defino el BDSM como algo que puede transcender de
la sexualidad para afectar a toda nuestra forma de vida”. Es, sinembargo,
evidente que los practicantes del BDSM, podemos optar (y Yo de hecho heoptado
a lo largo de Mi vida por varias formas de practicarlo) por mantener relacionesestables y permanentes, relaciones esporádicas con las mismas personas,
encuentrosocasionales con personas en un punto dado, centrarnos en la
parte sexual de la práctica,centrarnos en cada uno de los aspectos de
las prácticas o un largo etcétera.
Pero hagamos lo que hagamos para
convertirnos en practicantes de BDSM deberemos aceptar que el BDSM es una
actividad personal que llena profundamente nuestro ser y que llevamos a cabo de
forma frecuente (no esporádica, al menos); estando incluida en la misma,
como mínimo, una de las siguientes prácticas:
· La atadura: (bondage, shibari,
suspensiones con cuerdas, atado con cadenas, momificaciones y un largo etcétera
de prácticas relacionadas).
· La disciplina:(incluyendo la vara, los castigos en
posiciones dolorosas o humillantes, los castigos dolorosos, el control de
horarios y actividades -caso del fumar, comer, beber, etc.-, control del gasto,
control de la forma de vestir y todas aquellas prácticas relacionadas con la
disciplina individual que deseemos, control de los orgasmos, etc.).
· La Dominación y su complemento de la
sumisión (consistente en la actividad que hace que la persona Dominante
guíe, eduque y dirija la actividad de la persona sumisa en cualquiera de los
aspectos vitales dentro de los límites y limitaciones de esta segunda durante
el periodo definido de mutuo acuerdo, pudiendo llegar a ser el mismo de
duración indefinida. El tipo de actividades en las que la persona sumisa somete
su voluntad podrá ser, así mismo, definida; por ejemplo, en el vestir, en el
trato sexual, en el servicio privado o público, la forma de expresarse, etc.)
· La azotaina o
spanking: (consistente en el
disfrute derivado de azotar tanto con la mano como con diversos instrumentos a
la otra persona; tengo que indicar desde ya que muchos de los practicantes de
esta técnica de forma exclusiva suelen intercambiarse los papeles siendo
azotados o azotando a la otra persona de forma alternativa).
· El sadismo y su complemento el masoquismo:
(que es la obtención del placer a partir de la aplicación de dolor a la otra
persona o de recibir ese dolor aplicado convirtiéndolo en placer).
· El resto de prácticas relacionadas como el
medical, la cera, las pinzas, la humillación pública o privada, el uso de
sustancias urticantes, la utilización del vacío, la tortura eléctrica, etc… que
son complementarias con las anteriores, reforzándolas. Es decir, prácticas que,
de una u otra forma, se incluyen dentro de los apartados anteriores
reforzándolos y haciendo que la gama de actuaciones a llevar a cabo pueda ser
casi infinita.
Puede ser que alguien se
pregunte cómo se complementa todo esto y Yo le contestaré que, al fin y a la
postre, el medical, la cera, las pinzas, la humillación, etc. no son más que
formas y maneras de demostrar la entrega o de la obtención del placer por
medio del dolor o de generar una situación de disciplina o complementarias
a un bondage.
Debo insistir en una de las
ideas expuesta al inicio y es que, estas prácticas, no son excluyentes entre
sí y que siempre se pueden practicar más de una de ellas a lo largo del desarrollo
de la actividad dada.
También debo de insistir en
que, la utilización de estas prácticas y técnicas, tiene como objetivo la
obtención del placer y de la plenitud personal quedando excluida del BDSM toda
tendencia enfermiza que genere daño tanto al que aplica una de estas técnicas
como al que la recibe o sufre. Considero que tampoco deberíamos incluir en
el BDSM la realización de prácticas de forma ocasional o tendente sólo a tener
una explosión de placer en un momento dado sin que ello afecte a nuestro
sentimiento de plenitud personal.
La razón de evitar incluir
la realización de forma ocasional viene dada por el hecho de que algo que se
realiza con esa falta de frecuencia no responde a un sentimiento de que la
actividad vital se llevará por un camino dado sino que es como el que, sin
haber bebido, brinda una vez con champán francés o como el que practica
paracaidismo o puenting pero… lo ha llevado a cabo dos veces a lo largo de su
vida.
Es evidente que esta última
persona habrá tenido un gran subidón de adrenalina en el momento de llevarlo a
cabo pero creo que nadie consideraremos que esta persona es un paracaidista
sino que diremos algo así como “que valiente es haciendo este salto” o “mira lo
bien que se lo ha pasado en este momento” pero sin considerarlo alguien cuya profesión
o afición es el “paracaidismo”.
Para hacerlo, para
considerarlo como tal, tendrá que tener una disciplina tendente a llevar a cabo
el paracaidismo tanto desde el aspecto físico como desde el emocional. Un entrenamiento,
una práctica continuada que mida y controle los riesgos asumidos y asumibles;
un conocimiento de sí mismo y, en lo posible, de la persona o personas con las
que va a saltar. Pues bien, este mismo esquema es perfectamente aplicable al
BDSM pues, en Mi opinión, también nosotros debemos tener en cuenta todos estos
factores.
No creo que podamos
considerar practicante de BDSM a una persona que tiene una vez cada año o año y
medio una noche o una tarde loca de pasión y placer, mientras que en el resto
de su vida se dedica a arrinconarlo y/o obviarlo; que no se preocupa ni de conocerse
ni de saber el motivo por el que lo hace más allá del placer encontrado de forma
puntual; más aún, que no se preocupa de hablar y conocer a la persona o
personas con las que lleva a la práctica estos hechos, no vaya a ser que se den
implicaciones emocionales.
Creo que queda claro que
esta realización debe ser algo que llene nuestro ser y haga que nos sintamos
realizados. Para que esto sea factible debemos entender que las personas que lo
practicamos deberíamos tender a hacerlo de una forma y manera que sea libre y consecuente,
conociéndonos a nosotros mismos (aunque sigamos descubriéndonos día a día) y
dispuestos a aceptar la libertad de los demás.
Por lo tanto, para Mí, el BDSM consiste en la
realización de una serie de actividades y prácticas de tipo extremo tendentes
tanto al disfrute de los que las llevan a cabo (tanto desde el punto de vista
sexual como sensorial y psicológico) como a la realización personal, pudiendo
llegar a convertirse, como consecuencia de esta realización, en un estilo de
vida.
Dentro de esta denominación
podemos observar a un gran número de personas integrantes que iré definiendo,
en otros artículos, en función de la práctica principal que lleven a cabo.
Deseo dejar claro que, desde Mi punto de vista, todas
las prácticas realizadas son respetables siempre que se cuide del equilibrio y
la integridad tanto física como psíquica y emocional de las personas que las
llevan a cabo.
T x i r i a
– Safe (Seguro). Hace hincapié en que las personas encargadas de realizarlo tengan el conocimiento necesario para realizarlo, de la misma manera que del material que se usa para el desarrollo de la misma. Es, en definitiva, la capacidad de la persona que lo practica para poder prever los riesgos.
– Sane (Sensato). En cuanto a la capacidad de los actores implicados de saber diferenciar la realidad de la fantasía y conocer los límites de los participantes a la hora de poner límites a las prácticas realizadas. Es necesario que los encargados de realizar el BDSM sean profesionales y no tengan el juicio alterado por el alcohol o las drogas.
– Consensual (Consensuadas). Se trata de que tanto los profesionales como los clientes estén de acuerdo en la intensidad y márgenes de maniobra de la actividad, de la misma manera que de la posibilidad de rescindir el acuerdo en caso de que el cliente quiera.
Debido a que en una sesión de BDSM se confunden los límites de la fantasía y la realidad, era difícil conocer cuándo un cliente se quejaba de verdad y cuando era parte del rol adoptado por el mismo dentro de la práctica para su disfrute y morbo. Por eso se desarrolló un sistema para que este pudiera comunicar que quería parar la sesión o establecer un límite; una palabra clave (o un gesto en caso de no poder hablar)
Diferencia entre esclava y sumisa
No es siempre algo claro y es a menudo tema de discusión dentro del mundo BDSM En general, una sumisa mantiene cierta distancia de su Amo y conserva algunas libertades, mientras que una esclava entrega su libertad y sus derechos a su Amo.
Esta discusión se centra en qué elementos hacen una sumisa o una esclava. A menudo uno se encuentra a individuos que se llaman a sí mismo esclavas cuando sumisa sería un título mejor y a veces uno ve a personas descritas como sumisas que es más bien una esclava. No estoy seguro que el intercambio de energía total (TPE), se pueda aplicar a una esclava consensual. En casos normales, parece imposible tener una TPE en una relación no forzada verdadera de esclavitud. La TPE parece implicar fantasía más que realidad. En una relación verdadera de TPE, significaría que cualquier orden que un Dominante podría pensar. Tendría que ser obedecida por la esclava indiscutiblemente. Por ejemplo, un AMO podría decir, "odio a mi vecino, vete consigue un arma y mátalo”.
Como en el mundo normal hay restricciones en el TPE. Las restricciones siguientes, qué algunos llamarían límites éticos, son a menudo una realidad en una relación AMO/esclava y se documentan normalmente en el contrato auxiliar.
La esclava no tiene que obedecer órdenes que:
· Entren en conflicto con cualquier ley existente y pueda conducir a las multas, detención, o al procesamiento de la esclava.
· Pueda causar daño extremo a la vida de la esclava, tal como perder su trabajo, causar tensión en la familia, etc.
· Pueda causar daño corporal permanente a la esclava.
· Pueda causar un trauma psicológico a la esclava, tal como una escena de violación para una esclava que haya sido violada en el pasado
En mi opinión, estas restricciones sobre la autoridad de un AMO no debilitan la relación AMO/esclava, sino que reflejan la realidad de la vida moderna. Esto no es un nuevo concepto de propiedad porque en el pasado muchas sociedades donde existía la esclavitud tenían restricciones de cómo una esclava podría ser tratado por su dueño.
Hoy, la esclavitud dentro de BDSM no tiene NINGUNA relación con la esclavitud forzada del pasado. Cualquier esclava puede, si lo elige, ser libre y salir de la relación. Es una realidad. Sí, el objetivo es entrenar a la esclava tal y como necesita emocionalmente su AMO y se une a él y a su esclavitud hasta un punto donde parece increíble dejar a su AMO, pero muchas relaciones AMO/esclava terminan. Muchas terminan por decisión de la esclavo y no del AMO. Así pues, cualquier discusión de esclava vs sumisa debe estar en el marco de las restricciones antedichas impuestas por la vida moderna.
Una sumisa obedece eligiendo hacer algo en cada momento. Una sumisa conserva la libertad. Una esclava hace inicialmente una opción de obedecer a su AMO siempre. Una esclava entonces se somete a la voluntad de su AMO siempre.
Una sumisa acepta la sumisión, una esclava acepta la obediencia.
Para mí, una sumisa conserva la libertad de opción y una esclava le da la libertad de opción a su AMO. La sumisa da su sumisión de una manera limitada, por un período definido de tiempo o de lugar y bajo ciertas condiciones. Una sumisa aunque tenga una relación a largo plazo con un AMO, todavía conserva cierto control. Sin embargo, muchas están satisfechos con un papel ocasional sin ninguna meta a largo plazo. El entrenamiento puede o no estar implicado entre un Dominante y una sumisa.
Una sumisa tiene una lista de condiciones, de reglas, y de límites que un Dominante ha de convenir respetar antes de una sesión o una relación. Estas condiciones, reglas y límites definen generalmente el tiempo, el lugar y la actividad. No es inusual que una sumisa comience la relación con reglas y límites y olvidar algunos cuando la confianza, el respeto y el amor hacia su AMO crecen. Es una buena práctica comenzar cualquier nueva relación de esta manera. Uno se debe incorporar a la relación dando solamente la cantidad de energía que se siente seguro en dar. La decisión de convertirse en una esclava se debe posponer hasta que el Dominante y la sumisa se conozcan bien y confíen mutuamente.
Una sumisa tiene un papel normalmente durante el período de tiempo acordado, con un AMO. Durante este período el AMO puede tener el control total. Una vez que el período termina, el control vuelve a la sumisa. El AMO “pide prestado” solamente el control de la sumisa y en el grado que lo desee la sumisa. La sumisa controla su sumisión.
Una definición de una esclava vs una sumisa se basa sobre todo en la atención de la sumisa. Si el interés de la atención está en uno mismo entonces es una sumisa, si el interés está en su AMO, entonces es una esclava. No estoy seguro de que esta sea una definición aceptable para todos, no obstante es una línea que puede trazarse.
@Pasiones Prohibidas.