A ti que estás leyendo esto
Con alma de niña y cuerpo de mujer
Con la esperanza en los ojos
Y el anhelo en el corazón
Aceptas tus oscuros deseos
Entregas tú cuerpo
Pero expandes tú mente
Sin miedo porque él está ahí
Cuidándote y protegiéndote
Acompañándote y disfrutándote
Compartiendo solitarias fantasías
Volviéndolas en una sola mente
Y una realidad llena de complicidad
Te amo y me amas
Te entregas y te cuido
Un vínculo poderoso y hermoso
Lleno de placer y confianza
Perversión y satisfacción
Luz y calor
Revelando quién eres en realidad
Y dejándote en la más pura libertad
De elegirlo a él cada día
Entregándote con emoción y felicidad
Porque con él eres tú
Lastre del pecado. Ansiosa por sucumbir en las tiernas y lúgubres aristas del pecado. Sencilla, pura, perfecta, intacta. Soy una bella dama oscura, caliente, perversa, siempre disputando entre el conflicto moral y la ESCLAVITUD de mis bizarras fantasías y actuaciones obscenas.
De nuevo, allí estaba él. Mi caballero indecoroso dispuesto a retorcer mi mente y elevarme a lo más sagrado.
Se encontraba allí, en ese lugar sagrado con su larga manta que escondía sus aberraciones y pensamientos más oscuros. Sinónimo de pureza pública. Entregando paz y armonía al mundo en forma de una pequeña ostia redonda consagrada en vino, para muchos, sinónimo del alimento que los nutre cada día, sinónimo del "cuerpo y sangre de su SEÑOR".
Acostumbrado a tener sirvientas a sus pies y seres que alimentar pero ninguna como yo; cómo ésta monja pura y sagrada. Intocable. Incapaz de violar, de ser tocada, de ser penetrada. Misteriosa, lejos de su codicia y lujuria. Distante de su mano. Por eso, le atraía tanto.
Alza su mirada como flecha directa a mis sentidos y mi olfato se dilata. Mi mente entiende quién es su DUEÑO inmediatamente, le conoce perfecto. Me inclino ante él con mi velo blanco, cubierta en limpieza y castidad para recibir mi alimento. Jamás me he entregado a un hombre, mi cuerpo sacude inocencia, pero éste lobo hambriento, voraz!!! ésta bestia salvaje desea exprimir todo rastro de mi candidez.
Intacta, con mi piel lisa y suave, lentamente, doblo mis rodillas pero me detiene su par de dedos gruesos que desliza por mis labios. Los sube a mi nariz, haciendo que sienta su hedor. Se ha tocado los testículos previamente el muy pervertido. Mi rostro se gira en automático e introduce sus dedos en mi boca como diciendo... "invadiré tus ideas por tú nariz o por tú boca, cualquiera sea el agujero, yo, penetrare en tí y te haré mi ESCLAVA". Pasar de la monja decente, fina, virgen y pulcra, al animal sucio, pervertido, indecente, INMORAL que se regocija en las afecciones de su mente perturbada.
Él, tiene la llave y conoce el camino. Sabe entrar a mi sendero de luz y recorrerlo perfectamente. Sabe cómo saciar mis instintos más básicos y profanar su estado de latencia. Sabe perfectamente como incubarse, cómo un virus que propaga una enfermedad, una enfermedad mental. Es obsesivo y desea obsesionarme. Hacerme adicta y esclava al tiempo. Mi mente lucha por liberarse más sus cadenas son imparables!!.
Es el deseo de mi carne y el deseo de profanarme lo que nos mueve. Lo que nos atrae como imanes, como animales.
Hace que mi manta blanca de monja, se torne a color rojo, que sus dedos quiebren mi hímen, que mis membranas se dilaten para darle paso a sus deseos lujuriosos.
Mi cuerpo es su templo y el placer es su religión. Su cierva dónde realizar todo tipo de rituales. Su PUTA, su prostituta, su PERRA, su ESCLAVA inmoral.
Todo ésto, se resume a un pensamiento plasmado en una breve acción, la simple acción que me produce verlo e inclinarme frente a él.
El trance no es un concepto nuevo ni es unico de la hipnosis erotica, pero en esta practica es un estado fundamental, y debido a que estamos trabajando con la mente de la persona, conlleva una responsabilidad muy grande hacia el hipnotista, asegurando que fuera de la sesion o de cualquier acuerdo al que se haya llegado, no haya ninguna repercusion sobre el sujeto hipnotizado.
La persona sometida a este trance deposita su confianza en el hipnotista para hacer con su mente una serie de sugestiones que fueron previamente acordadas, de una manera muy similar a la que una sumisa entrega su cuerpo a un rigger cuando se practica la suspensión.
Esta confianza es esencial en las practicas del BDSM y se va ganando, en la interaccion con la persona. Debido a esto, no es una practica que se practique con cualquiera, aunque cualquiera es hipnotizable (con mayor o menor facilidad).
En eventos uno puede tener voluntarios para ser sometidos al trance, pero incluso en estos casos les explico lo que ocurrirá para tener su consentimiento previo y se les hace una pequeña entrevista para asegurar que tengan las características necesarias para efectuar estas practicas de manera segura y positiva. Y por lo general son demostraciones muy intensas ya que dejan que la persona vaya explorando de una manera mas desinhibida su entrega.
Aunque uno no puede hacer que alguien bajo hipnosis haga cosas que no desea, es importante notar que no se deja al subconsciente de la persona definir si toma o no la sugestión, sino que se siguen los acuerdos previos. Y en el caso que un sujeto no tome la sugestión, se acepta que no hara esa accion como un limite, ya que no está en condición de dar su consentimiento consciente.
Es importante, como Dom tener ese control y esos limites muy claros para tener sesiones verdaderamente satisfactorias para todos los involucrados.
Al segundo día, me propone un nuevo juego y me lleva a las afueras de la ciudad, a un lugar sobrio, de madera, me pide porte sólo un par de tacones y el fino collar de cuero que ha elaborado con sus propias manos.
- Serán tus únicas prendas - ordena.
Intrigada y a la expectativa ingreso a ese antigüo lugar donde las piezas del suelo crujen y el vacío de las paredes hace eco.
Desnuda, camino hacía el lugar central y me topo con una fina y gruesa estaca de hierro, maciza como un poste de luz que en su punta trae consigo incrustada una verga falsa de metal, gruesa y firme. Me pide, pose entre medio de aquel poste y abra las piernas de tal forma que aquella vara metálica quedé entre medio de mis muslos. De a poco, va subiendo aquel poste hasta la entrada de mi vulva abriéndose paso por mi conducto vaginal, dilatando los labios, abriéndose como una delicada flor, llegando a lo más profundo de ella. Lanzo un breve gemido al llegar al tope y siento como aquel metal helado comienza a cambiar de temperatura por mi calor interno. Con un movimiento, se asegura de que el poste quede en perfecta posición, fijandolo con una llave.
Quedo prisionera en mi propia vagina.
Mis brazos, manos y piernas se encuentran libres pero mi carne está inmóvil. Al cabo de algunos minutos, la impotencia comienza a hacerse presente. Me doy cuenta que no puedo moverme hacía ningún lado por más que lo desee. Muevo mis caderas circularmente y lo único que obtengo es el ligero brote de mis líquidos vaginales alrededor del dildo metálico.
Él se acerca lentamente hacía mi, dibujando una pequeña sonrisa sádica en su rostro y me pregunta:
- te gusta?
- yooo...
- quieta!! - ordena. - no puedes moverte pase lo que pase u obtendrás un castigo!!! - agrega.
Quieta. Inmóvil. Sigo sus instrucciones.
Me prensa los pezones con un par de pinzas de ropa habiéndolos erectado al tope previamente y tapa mi boca con una mordaza.
- así evitaremos el escándalo - dice.
Lo miro aterrada e inquieta pensando en mi fragilidad e inmovilidad. Ésta vez no podré escapar. Soy presa de mi propia vagina. Víctima de mi propio cuerpo....
Tira de mis pezones fuerte y comienzo a gemir de dolor. Estoy libre pero no puedo moverme. Lo hace un par de veces intercambiando con secos azotes en mis nalgas. Sólo me queda sufrir y disfrutar. Aceptar mi destino. Aceptar que me veje en las formas y maneras que desee.
- ésto no es suficiente para una perra adicta como tú - dice. - necesitas más - ríe.
Toma el más grande vibrador que encuentra, lo nivela a la máxima potencia y lo pasa por todo mi cuerpo.
- abre la boca PERRA !!! - ordena.
Lo introduce en mi boca y siento como todas mis neuronas juegan y se desequilibran. Es un masaje cerebral y dental.
- chúpalo como lo chupan las PERRAS!!! - sonríe. - es la verga gruesa y perforadora de tú AMO.
Gimo y babeo. Mi cuerpo se estremece, comienzan a temblar las piernas. Mi propia baba escurre por mis tetas y abdomen.
Lo baja hacia mis pezones. Siento un cosquilleo insoportable. Se doblan un poco mis rodillas pero al hacer ésto, me penetra más profundo esa verga artificial. Se me escapa una lágrima.
- debes mantenerte quieta, te he dicho!!! Sino quieres ser atravesada hasta el cuello por esa estaca. - me advierte.
Empiezo a suplicar que me libere pero hace caso omiso.
- por qué habría de hacerlo si comienzas a disfrutarlo? - ríe.
En eso, baja con la vara vibratoria hacía mi clítoris y lo presiona fuerte al mismo tiempo que lanzo un aullido de loba herida.
- detente por favor, detente!!! - le suplico.
Toma un balde de aceite y lo esparce sobre todo mi cuerpo.
- así todo perfora mejor!!! - dice riendo.
Estoy bañada en aceite. Mi carne resbaladiza. Las pinzas de mis pezones desean soltarse, el dildo metálico entra aún más profundo en mi cavidad vaginal. Introduce en mi ano una cola de zorra y estimula mi clítoris al límite. Se hincha. Mi cuerpo no puede resistir mantenerse en pie, gimo, grito, aúllo, lloro.
- detente por favor, deten....
Todo tipo de líquidos brotan de mi cuerpo... Baba, orina, eyaculación blanca...
- mantente firme, quieta - ordena.
No puedo. Mis piernas están por quebrarse.
Se detiene en un breve acto de compasión y me da la llave.
- gracias AMO - le digo extasiada, feliz de encontrar el final de mi sufrimiento.
Pero no es tan sencillo.
Soy prisionera de mi vagina y no puedo moverme. No puedo doblar mis caderas para alcanzar el orificio dónde pueda insertar la llave y poder liberarme porque no alcanzo y el dildo metálico insertado en mi conducto vaginal me mantiene inmóvil. Tampoco puedo sujetarme de nada en el techo porque es demasiado alto. No puedo alzar una pierna porque es inútil.
Estoy a su Merced.
Me doy cuenta que ni teniendo la llave puedo liberarme.
Me frustró.
Él ríe.
- vamos, no querías liberarte? - dice riendo.
Bajo la mirada y suelto la llave.
Es inútil.
- estoy a su voluntad AMO - le digo con la mirada gacha - haré lo que usted...
No puedo terminar la frase, estoy a punto de desmayarme, cuando él se dirige hacía mí, me libera y me toma entre sus brazos muy afectuosamente...