Empieza a susurrarme al oído las mil y una formas en que desea atarme y torturarme. Amarme y esclavizarme. Mi cuerpo se tensa al peinarme. Su muñeca. Necesito sus cuidados tanto cómo sus cuerdas....
Mi piel necesita sus caricias, mi mente su tacto y mi cuerpo apretarse hasta explotar. Explotar en amor y placer. Chorrear y babear. Retorcerme cómo un gusano mientras los globos oculares se desorbitan y mi mente grita en éxtasis suplicando, "no te detengas Papi"!!!.
Deseo que arranques mi exterior y exprimas mi interior. Ser tuya. Tú muñeca y tú puta .
La manera correcta de ahorcar es aplicando presión sobre las arterias carótidas ubicadas a ambos lados del cuello. Lo que sucede basicamente es que interrumpimos de manera parcial el flujo sanguineo y por ende de oxígeno hacia el cerebro causando un leve mareo y sensación de liviandad, lo cual aumenta el placer. A su vez al no interrumpir el flujo de aire a nivel de la traquea, los pulmones se oxigenan correctamente y el resto de los órganos de la persona y sus funciones de movilidad se mantienen relativamente intactas.
Aplicar presión sin fuerza exagerada en ambos lados del cuello. Usen la palma como una barrera de la zona sensible del cuello (traquea). Estén atentos a como apoyan su peso, ayudense con el otro brazo para apoyar el peso de su cuerpo en otra superficie y no sobre el centro del cuello.
No debes intentarlo si tienes dudas. No has leído mucho del tema, si eres novato o inexperto ya que puede ser muy riesgoso e incluso mortal.
Me gusta verte desnuda, me gusta la sensualidad, y erotismo que expresas.
Como juegas con tú cuerpo para resaltar tus atributos, el como abres la boca para provocar, el como usas tú cabello seductor y tú piel magnética que atrae la mirada, tus pechos grandes como montañas, coronados con esos dulces y largos pezones que prometen sabrosas recompensas.
Me gustan las poses de tú cuerpo, curvilíneas y agradables, como una escultura digna de admirar, como cincelada por un gran maestro, exquisita.
Me gusta tú expresión pura, inocente y como poco a poco con cada imagen te vas convirtiendo, vas revelando un lado más profundo. Como te vas transformando en animal, en perra, aún inocente pero más sucia, jugando con tú juguete, exhibiéndote como te gusta, elevando los sentidos y aún más allá.
Pasando de una perra alegre, obediente y juguetona a mí prostituta sumisa, deseosa de ser usada, deseando ser sometida, sujeta, atada en el suelo, simbólicamente humillada, en el piso, deseosa de que disfruten cada rincón de tú ser, de ser acogida y cuidada.
Con esa dualidad que te caracteriza y tanto me gusta.
Porque a la luz del día, desnuda y pura, con tú talento desatado, eres un espectáculo sublime y maravilloso de observar.