Con esta entrada, podríamos decir, que pongo fin a la
trilogía de los clásicos, estoy seguro que todos los que alguna vez hemos
jugado o incluso los que no, los de momento solo han fantaseado, lo hemos hecho
con estos tres elementos del juego, la mano, la posición otk y sobre lo que voy
a escribir ahora el rincón.
Estarán todo de acuerdo conmigo, que este es un juego de
sensaciones, físicas pero aun mas psíquicas, incluso las físicas más puras
tienen también un marcado componente psíquico, por eso toda la liturgia del
juego va encaminada a conseguir producir, ese torrente de sensaciones, de
nervios, de excitación, de morbo, toda acción busca una reacción, implícita o explícita
y el rincón no es más que eso una reacción derivada de una acción, que busca
una nueva reacción.
Podríamos considerar el tiempo del rincón como tiempo de
reflexión, puede ser antes o después del castigo o incluso en ambos, si es
antes es el momento de reflexionar sobre la falta que va a provocar el
posterior castigo, pero a la vez es momento de tensión de nervios, se sabe a
ciencia cierta que va a ocurrir después, pero no como, ni cuanto, esos minutos
de tensión posiblemente hagan imposible cualquier reflexión, son unos instantes
largos muy largos. Quizás sea más fácil reflexionar después del castigo, sin
duda ya hay más relajamiento, pero aun así muchas veces no es más que un
alargamiento del castigo, cuando quizás se necesita, mas protección y apoyo, tener
que ir a “pensar”, sobre la falta cometida, sintiendo el ardor del castigo en
las nalgas y encima teniendo que mostrarlas muchas veces ayuda a aumentar la
sensación de vulnerabilidad, a lo mejor es por eso, que las spankees que he
conocido no tenían demasiado aprecio por el rincón, pero si se hubieran portado
bien, lo hubieran evitado y lo sabían, lo consideraban tenso, aburrido y un
castigo dentro del propio castigo, momento de reflexión, pero también de
distanciamiento, de sentirse observadas y de incertidumbre, antes o después, ambas,
de pie, con las manos en la nuca, de rodillas, con ropa o sin, el rincón es una
parte de nuestro juego.