El inicio de nuestra relación fue, tal vez para muchos (que yo considero pseudos), "poco convencional", Octavio no me puso un dedo encima, no jugó spanking conmigo o vela o bondage durante casi todo el primer mes de nuestra relación, el mes siguiente empecé a sentirme más cómoda con él, pero siguió sin ver mi cuerpo desnudo pues el pacto era que tendríamos una relación de Dd/lg, yo tenía 7 años y él no me tocaría más allá que para castigar las travesuras, malacrianzas y desobediencias de una niña pequeña. Él respetó ese acuerdo hasta el día en que yo estuve totalmente segura de que estaba lista para pasar ese umbral. Para llegar a ese día pasaron casi 4 meses y, dar el paso hacia una relación D/s, en la que yo me acepté como sumisa "adulta", puedo decir que fue lo más difícil, pero también lo más excitante que he hecho durante este hermoso camino que ayer cumplió ya 1 año.
Pero, ¿Porqué les cuento esto? Bueno, para explicar el sentido del título de ésta entrada es necesario también que conozcan las más maravillosas características de lo que, a mi criterio, es un Dominante de verdad.
1. Un/a Dominante de verdad sabe que una sumisa/o es más que un juguete para su placer sexual o sádico; entiende que es más importante la seguridad y el placer de su sumisa/o pues solo a través del disfrute de ésta/e él/ella logrará el propio.
2. Un/a Dominante de verdad sabe ser paciente y controlar sus propios deseos y emociones, respeta los límites de la persona que jugará con el/ella y le guiará para que, por sí sola, los quebrante. (Finalmente ¿quién se está jugando el pellejo?; ¿Octavio que me azota o yo que recibo el azote?; ¿él puede salir gravemente lastimado si yo en medio de mi pánico hago algo peligroso? NO!, él no, pero yo sí.)
3. Un/a Dominante de verdad es honesto desde el principio con su sumisa/o en relación a los afectos que puedan desarrollarse durante la convivencia. No es lo mismo que el/la Dominante le diga a su sumisa/o que no se enamorará de ella/él porque tiene pareja, le ama y no terminará con esta persona por su sumisa/o a que le diga que no aceptará que la o el sumisa/o se enamore porque entonces dejaría de obedecerle o de ser una relación D/s; los afectos no son incompatibles con el BDSM, yo puedo ser novio/a, esposo/a, amigo/a de mi dominante o sumisa/o y sé que durante la hora de sesión el respeto y la obediencia estarán ahí para con lo establecido, pero fuera de ellos vuelvo a ser un ser humano que comparte su vida con ese otro.
4. Un/a dominante NO buscará sumisa/o de carácter sumiso, las personas que nos desarrollamos en el rol sumiso tenemos un carácter fuerte y decidido, sabemos quienes somos y qué queremos y ponemos límites tanto a nuestro Amo/a como a quienes se acercan a nosotros/as a intentar manipular nuestras relaciones.
5. Un/a dominante de verdad no se sentirá cohibido frente a un sumiso/a que no tiene miedo de decir lo que siente, piensa, quiere y necesita, al contrario, se esforzará por suplir esas necesidades sin dejarse manipular, y resalto el tema de la manipulación porque cuidado y más bien terminan siendo Dominantes violeta, esos que con el cuento de que la complazco o lo complazco para que no se aleje se dejan manipular y pierden el norte y la perspectiva de cuál es su trabajo: ser guías y enseñar.
6. Un/a Dominante real no utilizará el poder que cree tener para insultar el trabajo o la calidad humana del Dominante de un/a sumisa/o y mucho menos lo hará con el/ella o frente a el/ella (sumi), tampoco rebasará los límites que la/el sumisa/o ponga en su trato con otros dominantes, no hará comentarios obscenos, mandará fotografías gráficas de sus órganos genitales o incitará constantemente a ésta/e a tener relaciones íntimas, por respeto, primeramente a la o el sumisa/o y a su dominante. (Esto, a menos claro que sea un tema que no incomoda a alguna de las partes)
7. Un/a Dominante de verdad sabe que el título de Amo o Ama es algo que la sumisa o él sumiso le otorga, no lo obtiene por estar jugando con otra persona, lo obtiene una vez ésta lo verbaliza y lo acepta.
8. Un/a Dominante de verdad entiende que el BDSM es un estilo de vida, que es parte de su esencia y que así como no puede quitarse y ponerse su orientación sexual para ir a trabajar, por ejemplo, tampoco deja de ser Dominante cuándo se mueve en el mundo vainilla, por ende la relación con su sumisa/o no se desarrolla únicamente en el dormitorio, el calabozo, la mazmorra o donde sea que se practiquen las sesiones, la relación, el vínculo, el cariño, la complicidad, la obediencia y demás se construyen a través del trato cotidiano, el desarrollo dentro de ámbitos sociales y la conciencia de que para ser un/a Dominante de verdad primero debe conocer a fondo a esta persona y solo jugando jamás lo logrará.
9. Un/a dominante de verdad no deja de hablarle a un/a sumisa/o con Dominante o Amo; entiende que antes de su rol es una persona, adulta y con libre albedrío que puede conversar con quien lo desee a menos que haya pactado lo contrario con su compañero/a de juegos.
10. Un/a dominante de verdad no se sentirá intimidado porque su sumisa/o hable con otros/as Dominantes o sumisas/os ya que tiene seguridad de la persona que está a su lado y en lugar de sentirse o mostrarse inseguro/a alimentará en su Sumisa/o la confianza para contarle tanto cuándo las conversaciones que mantiene con otras personas le parecen impropias o incómodas o cuando le resultan divertidas y amenas.
Y así, cómo les he enumerado todo esto y antes de despedirme quiero compartir con todos y todas ustedes mi dicha, como ya les comenté ayer cumplí un año con Octavio, y le he otorgado el título de Amo, por elección y partiendo de mi derecho y libertad y él es, a mi criterio, un Amo de verdad.
Octavio, un brindis por nosotros y que se vengan muchos años más!!!
Lu!!