Decidida por última vez a finalizar aquella tarea ordenada hace varios días atrás, cuya misión encontraba imposible al encontrarse con los obstáculos más temerosos de la naturaleza y moustrosos ojos implacables... finalmente... la ejecuta.
Lleva una tela fina, larga casi hasta los tobillos, semitransparente. A su alrededor, el agua la invoca, el viento cálido y las casas esquineras la invitan a desnudarse pero debe ser precavida, quizá alguno de sus vecinos puedan observarla. Mira y se encuentra sola. Bajo su tela, su cuerpo lastimado, herido, cicatrizado, desea liberarse de las cadenas de aquellos animales salvajes y de las ropas que le atormentan.
Dispone a capturar éste único momento. Saca una pequeña silla y recuesta su teléfono móvil en ella, apuntando hacía la piscina. Observa de nuevo, asegurándose de encontrárse sola, pero con plantas, insectos, aves y casas como testigos. Respira el aire cálido y sumerge sus pies en el agua tibia. Es ideal para su desnudez. Levanta la tela tan sólo un poco hacía la cintura, muestra su sexo y escucha el sonido de una motocicleta. De inmediato, la suelta, cayendo por efecto de la gravedad y uno de los vigilantes de la zona le saluda, ella responde en un tono nervio excitado y él continúa su camino.
Ella sube de nuevo aquella tela fina y se sienta en el agua. Su sexo pide más adrenalina. Le exige que se desnude completamente y se olvide de las miradas. Se pone de pie, y sube la tela a la altura de sus hombros, siente como su sexo y senos son libres y... nuevamente escucha un ruido de motocicleta... pero ésta vez, decide ignorarlo, piensa que su cuerpo debe ser contemplado por aquel pervertido que desee hacerlo, no lo ocultara pues debe cumplir su tarea. En el destino estará si la observan o no.
Queda completamente desnuda al aire libre y se siente vulnerable. Su cuerpo desea esconderse bajo el agua pero su mente le exige que se detenga unos minutos a disfrutar de su desnudez pública. Del sol en su esplendor, de la brisa en su piel, del miedo que produce ser pillada por alguna persona, de los sonidos que produce el viento en los árboles, el acercamiento de vehículos o quizá las voces de personas... Se entrega a sensaciones de libertad y vergüenza simultáneos y las soporta por algunos minutos.
Baja las escaleras de la piscina lentamente, como si debiese aguantar aún más y llegar al límite. Hasta encontrarse sumergida en el agua completamente desnuda. Nada boca arriba con los senos al aire y su sexo expuesto, observa el cielo y parece apuntar directo a su cuerpo. Desea darse vuelta y sentir el agua fría. Da dos y tres vueltas por la piscina, nadando y sus agujeros le piden más, desean abrirse.
Se sienta en las escaleras de la piscina, se acuesta boca arriba, abre sus piernas y expone su sexo y senos a quién desee observarla, a las aves, a las nubes... observa pasar un helicóptero en lo alto y sonríe. Ésto le produce excitación. Se sienta y toca su sexo. Ésta húmeda, muy húmeda, mucho más de lo que puede causar el agua. Se inclina de rodillas y empieza a saltar en el agua, salpicando con su culo como si estuviera montando una gran verga. Caen gotas a su culo, tetas, cara. Está feliz como un pequeño con un juguetito nuevo. Se revuelca, salta, nada, se lanza, salpica.
Captura el momento...
Nuevamente, escucha ruido de una motocicleta y vuelve a la realidad. Recuerda que pueden observarla y que para algunos no será agradable verla así, pero ella está demasiado húmeda para detenerse.
Así que sale de allí, desnuda, sube al balcón, toma su dildo, lo pega en una de las barras que lo asegura. Queda su culo expuesto sobre el dildo a las casas vecinas, sentada comienza a brincar en él con gran felicidad.
Su excitación es mayor y cae al suelo en 4 patas, expuesto su ano y sexo, imagina ser penetrada mientras la observan sus vecinos....
En aquel momento, escucha el sonido de un vehículo, su gloria a terminado.
En ocasiones, ella es una niña caprichosa... hace su voluntad pero siempre tiene en mente acatar de la mejor forma posible los deseos de su señor. De su tortura, ambos gozan. Su humillación es su placer. Su ternura es su motor.
Tragicomica le decía. Ésta historia lasciva bordea el humor y también, limita el éxtasis. Como siempre, dispuesta. Enamorada de su rol. Curiosa de mente. Ansiosa de cuerpo.
Un día diferente a los otros. Ella se encuentra irritada, enojada, no lo comunica porque desea complacer y porque la dopamina que se liberará de la ejecución de la tarea solicitada, la hará olvidarse de su emoción. Decide liberarse de su negativa, de su enojo y dominio y se entrega.
La tarea era relativamente sencilla y al mismo tiempo, no. Su sexo empezaba a acostumbrarse, a expandirse. El dolor que le producía mantener una verga durante toda la noche se difuminaba en placer y no más que eso. Esa vagina traga vergas que palpita deseosa constantemente.
Se viste de verde, para confundirse con el entorno y evitar la humillación. De acuerdo a lo pedido, toma su dildo, 16cm insertables x 3cm de ancho (una verga promedio diria el humilde o una verga enana, diría el presumido, jajaja) Ud juzgue querido lector. Para ella, era suficiente, pues recién empezaba a adaptar su sexo a formas y tamaños.
Disculpe sí me desvío en mi intención descriptiva. Es mi interés, pueda imaginar los detalles de lo que le relato. Continúo. A escondidas, toma un vaso de agua lo deja un tiempo en el frío y después de ducharse, humedece su coño e introduce esa verga dura y falsa con huevos deformes. El agua tiene su efecto, le anestesia el sexo y esa vagina traga vergas la succiona fácilmente. Intenta salir de la ducha y caminar con esa verga pero los huevos se lo impiden, es incómodo, reniega de su dueño por esas tareas tan complejas y a la vez ríe puesto que imagina "que difícil es ser hombre", con huevos impidiendo el paso, y falos duros, gruesos obstáculo del camino. Piensa ello un momento, ríe y dice "a la verga con las vergas". Se lo saca y decide optar por un dildo un poco mas grueso y largo pero sin esos huevos molestos. Y piensa, "debe ser más fácil ser hombre sin huevos" jajajajajaja. Sin ánimo de ofender su masculinidad querido lector.
Lo introduce. Es un dildo vibrador en cuya base tiene una rosca que al girarla se acciona y comienza a vibrar. Lo introduce, se pone una tanga para sostenerlo, un jean (como es su costumbre) y sale a la calle.
Al inicio es incómodo en tanto no puede cerrar las piernas y le hunde a las entrañas, haciendo contacto con su vegija pero lo acepta y lo goza. Cada paso que da al caminar es un paso de adrenalina en su mente y de fluido en su sexo. Sus jugos comienzan a brotar por en medio de la tanga alrededor de su dildo cuando de pronto.... empieza a sentir que éste juguetito cobra vida y vibra!!, nerviosa, no sabe si detenerse o continuar. Detenerse sería un suicidio, muchas personas a su alrededor mirando menear el trasero. Continúa. Se pregunta ¿como pudo pasar?. ¿Por que de la nada su dildo cobraba vida?. Entonces recordó todo. Había dejado las pilas (batería) puestas y con el roce al andar, éste había cobrado vida. Intentaba rozar, girarse, contenerse para que se detuviera pero empeoró la situación. El nivel de vibración subió y el dildo por efecto de la gravedad, comenzaba a bajar, y como si tuviera destino, a rozar el clítoris.
Ella gemia mientras caminaba, se tocaba el pelo, la cara, sudaba, temblaba.
Estaba a punto de correrse en plena calle, cuando....
Si señores!!!!
La verga falsa salió de su vagina y se apagó. Ella maldijo al mismo tiempo que soltó una carcajada.
Había terminado su tortura al mismo tiempo que su placer. De esas dicotomias de la vida que uno no sabe que pudo haber sido mejor o que, peor!!!.
Viene el incómodo momento de sentirse hombre de nuevo, con un falo duro que se quiere escapar del pantalón. Intenta disimularlo, ocultarlo con su blusa larga. Agradece no tenga huevos. Pero no sabe como acomodarse. Será que mete su mano y lo saca de una buena vez. No!!!. Demasiado evidente. Entonces será que por encima del pantalón lo corre de abajo hacia arriba? o quizá hacia un lado? O hacia el otro?... ufff que tormento de nunca acabar y ni siquiera había realizado las compras.
Respira.
Acepta ser un macho.
Un macho excitado.
Jajajajajaja...
En medio de las conversaciones sugeriste elegir una prenda: sostén o bragas. La humillación que despierta exponerse en público sin ropa interior es más potente cuando la seguridad del sostén se desvanece y el movimiento de los senos subiendo y bajando al caminar y el frío erecta los pezones. La mente engañada trae a alusión toda clase de pensamientos pervertidos y al mismo tiempo, humillantes. Distorsionada, comunica a los sentidos que está expuesta a todas las miradas de los transeúntes, que es vulgar, que es el centro de atención, que es obscena, y que es una puta de fácil acceso. Una jugada mental mediada entre la realidad y la fantasía.
Bragas. Dispuesta y atrevida a salir a la calle sin bragas, llevaba un jean y una camiseta de tiras con un escote pronunciado pero con sostén. En la curiosidad de arriesgar un poco más de lo sugerido, abierta a más experiencias, en un primer intento, pobré lubricando e insertando un tapón anal debajo de mi jean pero al sentirlo dentro mi cuerpo, éste exigía más sensaciones, más placer. Empezaba a hablar mi vagina. Así que tome un vibrador y sin pensarlo, lo introduje en mi vagina. Entró con suavidad, por la expectativa lujuriosa de mi mente. Sentí incertidumbre y temor por la salida involuntaria de aquellos dos objetos, así que deslice una cuerda por mi cintura, ano, labios mayores y sostén para sujetar aquellos objetos y que no cobraran vida en un infame acto por soltarse.
Me subí el jean. Al inicio el morbo era demasiado, salí a la calle y sentí la necesidad de tocarme pero no podía puesto que estaba al frente de mi casa un vecino que me observaba por la ventana. Tuve que agacharme para recoger las llaves y sentí temor porque el tapón y el vibra decidieran salirse. Me empecé a sentir incómoda con el tapón, comenzó a apretarme y la sensación era de un dolor molesto. Así que decidí que no era el día de portar éste objeto. Entré nuevamente a la casa, lo saqué suavemente y dejé únicamente el vibrador.
Salí finalmente con el vibra en mi vagina, sin bragas, con sostén y un escote pronunciado. Las sensaciones fueron varias... por temor a que saliera el vibra, contraí y aprete mi vagina fuertemente mientras caminaba. Al agacharme fue la misma sensación... de temor... además iba acompañada, así que, se incrementó ésta sensación. El hecho de andar sin bragas en general, fue liberadora, de seguridad y confianza... como cuando he estado en medio del bosque, desnuda.
Al regresar a casa, corrí al baño, saque el vibra y lave la vagina y la cuerda... decidí quedarme sin bragas durante todo el día. En general, me sentí empoderada y dueña de mi cuerpo donde el otro (con el que tuve contacto, vendedor, distribuidor, transeunte, etc) se hizo pequeño a mi lado.
El no llevar bragas en la casa y con el jean me ha resultado excitante y es difícil contener el deseo de tocarme, con cada roce, al sentarme, la sensación es casi imperceptible pero al agacharme y abir mis piernas, siento como se abren mis labios mayores dejando al descubierto mi clítoris con ganas de ser rosado y al cerrar las piernas siento también un pequeño roce, o al caminar, un poco después de haberme agachado y mis labios abiertos, la cremallera del jean, rosa mi clítoris y me es difícil contenerme, no desnudarme, no tocarme, todo ello no lo percibía con bragas.
Sumergida en mis perversidades, fui por más. La situación pública me había dejado cachonda durante todo el día. Aplique una pequeña cantidad de pasta de dientes en el ano, de acuerdo a sus indicaciones y en los labios superiores y entrada de la vagina. El efecto fue inmediato. Comence a sentir ardor en mi ano y vagina, deseo de sacarme la pasta dental y a la vez, contenerme. Me contuve, no estaba sola, el ardor en ano y vagina se incrementaba, al tiempo que una rara excitación. A los pocos minutos sentí un calor profundo y ganas de desnudarme, deseos de quitarme el sostén y rodear los pezones con pasta. Al primer momento sola, baje mi sostén y aplique pasta en mis pezones, el efecto de la pasta en mi ano disminuía así que aplique un poco más. La sensación no era tan intensa como la primera vez, pero mis deseos de tocarme y ser penetrada crecían aún más...
Entonces, baje me jean, saque un dildo, una mordaza que puse en mi boca, aceptando ser una puta, tome la cámara y comencé a grabarme. Me puse la mordaza en la boca, el dildo en el piso, de rodillas en el piso, de espalda a la cámara comencé a saltar sobre el dildo, gimiendo desenfrenada, me poseía el deseo. Pero recorde sus palabras acerca de verme a la cara, verme puta... así que me di vuelta, de frente a la cámara, montando el dildo, saltaban mis tetas y chorreaba baba, goteaba muchísimo. Sentí que hacía falta algo... así que me puse las pinzas en los pezones, pero éstas se soltaban de mi fuerte cabalgada y no apretaban lo suficiente. Así que fuí al patio de la casa y tome un par de pinzas de plástico de ropa. Las puse de inmediato y era justo la sensación deseada. Subí de nuevo a mi habitación. Activé nuevamente la cámara y vi como babeaba aún más, apretaban las pinzas, tome mi vibra y continúe cabalgando. Las tetas saltando, mi rostro de puta ido en el placer, deseaba más y más, babeando, escurría saliva a mis tetas, a mis pezones, me chorreaba entera. Tome el vibra y lo puse en mi clítoris, mientras seguía gozando y saltando, gimiendo, babeando, hasta que tuve un largo e intenso orgasmo, fue tan intenso que no logré mantener el vibra en el clítoris y lo solté. Quizá si lo hubiera mantenido me hubiera meado o quizá otro orgasmo, no lo sé... pero fue muy intenso.
El próximo paso, dormir desnuda, salir sin sostén y permanecer sin bragas.....