"En el juego de niños "Confia en mi", una persona está detrás de otra. La que está delante se deja caer hacia atrás, confiando en que la otra le cogerá antes de caer al suelo. "Confía en mi" contiene un elemento de peligro, el riesgo de no ser cogido a tiempo y de hacerse daño. La persona que se deja ir deposita una gran confianza en la persona que le va a coger. Cuando la persona que cae confía lo suficiente en la persona que le va a coger como para dejarse ir completamente, y el receptor actúa como está planeado, ambos jugadores experimentan un momento de euforia que es difícil de reproducir de cualquier otra forma.
Es acerca de la confianza
El BDSM es similar. El mito es que se trata de algo abusivo y raro - !látigos y
cadenas! En realidad se trata de confianza. Cuando la confianza sobrepasa la
posibilidad de sufrir algún daño, el resultado puede sentirse como
increíblemente íntimo y erótico.
Hay varios términos para el
BDSM: un juego de poder o de Dominación-sumisión (D/s) porque un amante tiene
el control sobre el otro, al menos nominalmente; sado-masoquismo (SM), que
implica azotes, flagelación u otros tipos de sensaciones intensas; y bondage y
disciplina (BD), que implica inmovilización. Pero el término actual es BDSM.
Mucha gente considera el BDSM
como algo pervertido, deshumanizante, o algo peor. Pero los aficionados la
consideran como la más amorosa, fortalecedora e íntima forma de contacto y de
juego entre humanos. La gente puede tener sexo sin conversar, sin negociar, o
sin ninguna conexión emocional. Pero en el BDSM, los jugadores siempre preparan
las cosas con antelación con una comunicación clara e íntima, lo que crea un
lazo especialmente erótico.
Solo otra forma de jugar
Pero toda la evidencia disponible señala que la gran mayoría de entusiastas del
BDSM son personas mentalmente sanas y típicas en cuanlquier aspecto - excepto
que encuentran el sexo convencional ("vainilla") insatisfactorio y
quieren algo más intenso e íntimo. Antes de condenar el BDSM, hay que recordar
que no hace mucho el sexo oral y la homosexualidad eran considerados
"perversiones".
De un 2 al 3 % de los adultos
americanos juegan con el BDSM, muchos ocasionalmente, otros a menudo y unos
pocos lo hacen únicamente de esta manera. Eso significa alrededor de 5 millones
de personas. Mientras tanto, alrededor de un 20% de los adultos reconoce
excitarse con las imágenes e historias del BDSM.
Hay clubs de BDSM públicos y
grupos privados en cada gran área metropolitana y a lo ancho y largo de la
América rural. Y muchas ciudades tienen más de uno.
Nunca abusivo
Si sientes repulsión por el BDSM, no juegues de esa forma. Pero la imaginería
del BDSM permea la sociedad. Henry Kissinger dijo que el poder "es el
mayor afrodisiaco". Los reyes y las naciones han luchado por dominar a otros.
El Capitalismo asume un mundo en el que el pez se come al pez, donde el éxito
significa ejercer el control. Y en el deporte, los jugadores se esfuerzan en
"humillar" a los oponentes.
Pero ¿qué tipo de persona se
excita con el dolor? Muchas personas que son perfectamente normales en
cualquier otro aspecto. De nuevo, consideremos el ejemplo del deporte. Cuando
un jugador de fútbol juega brillantemente, a menudo los otros jugadores le dan
unas nalgadas, le pellizcan, le dan puñetazos amistosos o le golpean el casco.
El receptor acepta este "abuso" agradecido, como una señal de aprecio
y afecto. O consideremos al escalador de una montaña: se quema con el sol y el
viento, está lleno de arañazos, y para cuando llega a la cima está dolorido y
exhausto. Pero se siente eufórico.
Desgraciadamente, el BDSM que
se ve en los medios ha distorsionado grotescamente el dolor que los sumisos
experimentan. Son más teatrales que realistas. Cuando este dolor es infligido
por Dominantes éticos y cuidadosos ("doms" o "tops"), el
BDSM no es nunca abusivo.
"Siempre es
consensuado", dice Jay Wiseman, autor de SM 101. "El abuso no existe.
No necesitas de ataduras, mordazas o látigos para abusar de alguien. En unas
manos amorosas, este equipo estimula la excitación sexual, permitiendo que
ambos jugadores disfruten de su interacción, o "escena", como un
buen, divertido y limpio juego erótico." Cuando el BDSM inflige dolor
real, siempre está cuidadosamente controlado por el sumiso ("sub" o
"bottom") que especifica claramente sus límites por anticipado.
Los sumisos son muy
particulares acerca de los tipos de dolor - muchos prefieren llamarlo sensación
intensa - que les proporciona placer. "Los sumisos experimentan las
picaduras de avispas o los puñetazos en la cara exactamente igual que cualquier
otra persona", dice Wiseman, "y les desagrada tanto como a los
demás".
Palabra de seguridad
El BDSM es más teatral que real. Las sesiones son llamadas "escenas"
y los participantes coreografían cuidadosamente sus movimientos por adelantado.
Primero, los participantes se
ponen de acuerdo en una palabra de seguridad, una señal para parar que el
sumiso puede invocar en cualquier momento. La palabra de seguridad
inmediatamente detiene la acción - al menos hasta que los jugadores discutan la
razón por la que el sumiso la ha invocado, y se ponen de acuerdo en continuar.
Una palabra de seguridad popular es "luz roja".
Algunos términos no se pueden
usar como palabras de seguridad, como "stop", "no", o
"basta", porque tanto dominantes como sumisos a menudo disfrutan con
las "súplicas" para detener el juego, en la seguridad de que no se
detendrá.
Cualquier dominante que no
cumpla con el acuerdo de detener el juego cuando el sumiso invoca la palabra de
seguridad está violando la confianza del sumiso y destruye la relación. Los
dominantes que incumplen este pacto son apartados de la comunidad BDSM.
Los sumisos están al cargo
Aunque los sumisos aparentan servilismo y sumisión, la ironía del BDSM es que
en realidad están al cargo. Los sumisos pueden invocar la señal de seguridad y
el dominante tiene que obedecer inmediatamente. Mientras tanto, el dominante
actúa como tal, pero también deben ser cuidadosos y atentos, llevando a los
sumisos hasta el límite que han acordado, pero nunca más allá. El BDSM provee
una oportunidad para todo el mundo de experimentar con el poder de tomar y
rendirse, sintiéndose siempre a salvo y atendido. La gente que disfruta del
BDSM afirma que se convierte en una asombrosa intensidad erótica.
¿Qué es la intimidad?
Las autoridades en relaciones humanas definen la intimidad como una
comunicación emocional clara, franca, y auto-reveladora. Pero mucha gente
equipara "intimidad" con"sexo". Ser íntimo es ser sexual y
viceversa. Solo que no es así. Se puede ser sexual con una persona a la que
apenas conoces, el "perfecto extraño".
Muchas parejas no discuten
demasiado sus relaciones sexuales, lo que disminuye la intimidad. Pero el BDSM
requiere absolutamente de una discusión detallada y continua. Los jugadores
deben planificar cada aspecto de la escena por adelantado, y evaluarlos
después. Muchos aficionados del BDSM dicen que estas conversaciones previas a
la escena son íntimas, eróticas y refuerzan la relación, tanto como las propias
escenas. Y las parejas que disfrutan ocasionalmente del juego de poder, pero no
están exclusivamente enmarcadas en el BDSM, a menudo señalan que esto potencia
su sexo no-BDSM o "vainilla" porque la práctica que adquieren
negociando las escenas les facilita el poder discutir otros aspectos de su
sexualidad. Las habilidades necesarias para el BDSM incluyen confianza, una
comunicación clara, auto-aceptación, y aceptación de la otra persona. Estas
mismas habilidades enriquecen las relaciones y el sexo - no importa como los
practiques."
Michael Castleman
PSYCHOLOGY TODAY
El Muro