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EL CONDUCTOR DE DOBLE VÍA - Relatos Eróticos

Info del Grupo

Relatos Eróticos

Relatos Eróticos

Este grupo es para compartir relatos eróticos. Para los amantes de la lectura !!!!!
  • Creado: Mar 29 '19
  • Admin: Bristhe
SHAMANDOM H
SHAMANDOM May 2 '20

Corre el año 2006 en la caótica ciudad donde vivo, y donde aprendí a bajar la cabeza y seguir arrastrándome por las dolorosas, pero excitantes calles de la VÍA DOLOROSA del BDSM.

Tenía una enamorada una estudiante de abogacía, la cual ejercía por propio derecho impuesto en la relación el papel de mi DIOSA DOMINANTE letrada y culta, pero severa y ardiente en la intimidad sólo tuvimos sexo una sola vez por casi 3 minutos puesto que me vine veloz, lo cual me valió una tanda de nalgadas y apretones en los testículos, tenía especial fascinación por peñiscarlos y apachurrarlos hasta dejarme inconsciente de dolor, también le gustaba permanecer vestida en todos nuestros encuentros con su intachable traje de oficina ejecutivo. Y solo me permitía hacerle sexo oral las veces que ella podría resistir sus disonantes orgasmos, también le divertía sacarme desnudo fuera de su departamento y después de varios minutos ir alcanzándome mi ropa de manera incoherente hasta el punto de regresarme a mi casa sin un zapado o sin corbata, ropa interior etc. También ejercía control en mi placer me obligaba a masturbarme y a no llegar nunca a eyacular, en cierto modo me gustaba y habíamos construido nuestra relación basado en esos roles, pero poco a poco ella fue extendiendo su dominación y control hasta no poder controlarse y ahogarme en el peso de su arrogancia y maltrato.

Recuerdo bien esa noche era el cumpleaños de una de sus compañeras de trabajo, una reunión bien aburrida, con cena y conversación por demás trivial y demasiada culta, extremadamente sofisticada para mi capacidad comunicativa más bien simple y reactiva. Ella tenía una debilidad el alcohol, cuando bebía mucho alcohol se descompensaba el estómago. Y esa noche bebimos bastante licor, lo cual misteriosamente no generó los efectos esperados en su organismo. Acabada la reunión se le borro la sonrisa y como siempre empezó a increparme mi falta de cortesía y mi apatía frente a sus amigos de trabajo.

A lo cual mi silencio y mirada al suelo hacía que se encendiera en ella la harpía agridulce que me humillaba y maltrataba sin piedad y hacía gemir de placer mi yo interno sumiso y servil. Después de casi 45 minutos de humillación y blasfemia arrogante y sarcástica. Me parecía raro que no se detuviera, continuaba y agudizaba más el veneno de sus insultos y bravuconerías verbales. Hasta que por fin la palabra que esperaba, “busca un taxi”, a lo cual accedí presto y sin demora. Era un señor mayor alto y que cojeaba un poco de una pierna, los primeros 5 minutos de trayecto el conductor quiso entablar una especie de conversación con nosotros, a lo que yo accedí debido a la falta de cortesía de mi enamorada al no prestar atención al chofer.

De lo que pudimos conversar supe que era un ex militar retirado oficial de segunda, viudo con 2 hijas en el extranjero. Todo parecía normal hasta que ella explotó otra vez, hacia mí seguía hablando humillándome como si la atenta mirada del conductor la atizara a elevar más la ya caliente lengua encendida de sus fauces hambrientas de humillación.

Luego hizo una abrupta pausa lo cual nos inquietó tanto a mi como al conductor, acto seguido expulsó ferozmente un líquido vomitivo lo cual acompañaba rabiosamente por gruñidos pasmados. Cuando al fin se detuvo se dejó caer recostada hacia su lado de la ventana y cayó en un profundo sueño. A lo cual el chofer aprovechó para frenar el vehículo e inspeccionar rápidamente la situación, puesto que yo estaba helado y petrificado, sin saber qué hacer.

Él se acercó a ella le palpo el cuello y le tocó la frente me dijo que sería mejor que se limpiara y cambiara las ropas mojadas puesto que no era conveniente llevarla así a su casa, a lo que asentí sin saber a qué se refería en realidad. Luego indico que su casa estaba en camino de la de ella y que podría usar su baño y algunas ropas de alguna de sus hijas.

A lo que yo asentí nuevamente sin prestar demasiada atención a sus palabras. Era una casa de un piso con un jardín de cochera y rejas en la entrada, había varios árboles de plátanos en su jardín. Ambos acordamos llevarla cargada a la casa. La recostamos en su sofá de su pequeña sala y nuevamente esperé instrucciones.

Él me dijo sonriendo y en tono burlón tu novia es una puta de mierda, ¿verdad varón? A lo que solo atiné a asentir nuevamente. Y a lo que él acotó y tú eres un huevón de mierda, más cojudo no puedes ser. Pero parece que te gusta ser así, por lo que está bien para ti supongo. Bueno a limpiarla … después de decir eso, se acercó a ella y empezó a quitarle la ropa, primero su vestido húmedo, ahí vimos como el alcohol había hecho que mojara sus bragas, me miró y me dijo bueno quítaselo todo, a lo que asentí y procedí, le quité su sostén dejando al descubierto sus pechos rosados y dulces, luego le baje las bragas dejando al descubierto su arbusto mojado por la fría orina.

Luego él la cargó como una princesa y la llevó al baño, me dijo no tengo tina, así que debes bañarte con ella sostenla en la ducha. Quítate todo tú también me dijo, y lo hice sin dudarlo me sentí observado por un ser más poderoso que yo que sabía manejar una situación así con la frialdad de un ajedrecista.  Él reguló el agua caliente y me dijo q la trajera a la regadera, sostenla bien me dijo y tomando jabón haciendo espuma, le lavó los senos, diligentemente, con suavidad y delicadeza primero con una mano, luego con las dos hasta frotarlos firmemente y dejarlos brillantes y lúcidos por el jabón. Luego tomó más jabón e hizo más espuma me miró y sonrió, me dijo veo q te estas excitando señalando mi pene erecto y acechante. Bueno a limpiarle el arbusto.

Mientras lo hacía se acercó a nosotros como una sombra gigantesca y con una mano sobaba sin ritmo el dormido fruto de su cueva cavernosa sedienta de placer. Luego con la otra mano me tomo mi miembro y lo froto suavemente, pero con dureza para propinarme una paja formidable, ¡no la sueltes! Me dijo y ella parecía contestarle con sus gemidos y gritos de placer, luego ella despertó suavemente se voltio me vio y lo vio a él y su rostro que ella tenía era diferente no había ni un ápice de maldad, solo ansias de placer, sin decir palabra lo besó con ternura y fogosidad ahogándolo con su lengua y desliándose ágilmente hasta ponerse de rodillas y recibir en su boca el miembro del conductor, quien ahora con mi propio semen lubricaba mi ano hasta hacerse paso con sus profundos y sinuosos dedos tan torcidos como es la vida.

Luego la tomo a ella y como quien se pone un delantal la cargo y la penetró sin pausa ni libreto por todas las vías posibles y rompiendo varias veces las barreras y límites de velocidad, hasta hacerla llorar cual sirena de ambulancia, y así tal vez curar de emergencia nuestra marchita relación, que a partir de esa noche floreció otra vez y dio hermosos frutos.