KuraiKutsu

Estilo: Dominante, amante del cuero, el sadomasoquismo ritual y la adoración de botas.

IDENTIDAD : "Oscuridad" (Kurai) sugiere misterio, dominio psicológico, control absoluto y juego de sombras —muy afín al edgeplay, el sadomasoquismo ritualizado o las dinámicas de poder intensas.

"Botas" (Kutsu) evoca claramente el fetiche de boot worship, el leather domination, el authority kink y el juego de poder desde abajo, típico de relaciones D/s donde el Dominante impone respeto y deseo desde su calzado.

Desde joven, el BDSM fue un llamado inevitable. El cuero, el látex y el estilo ecuestre despertaron un deseo tan estético como visceral. Las riding boots, altas y brillantes, representan para él la autoridad que no necesita explicación.

Filosofía de Dominación:

"El poder no se grita, se camina."

Kurai Kutsu no domina con gritos, sino con presencia. El silencio es su cómplice. La sumisión nace del ritual: la mirada baja, el saludo perfecto, el beso al cuero. Su dominio es psicológico, sensual, preciso. Valora la obediencia elegante, la entrega silenciosa y la estética del control.

Fetiches y Dinámica:

Botas de cuero: para adorar, humillar y marcar territorio.

Uniformes oscuros y estilo ecuestre: elegancia, orden, tradición fetichista.

Juego de silencio y mirada: la palabra es un privilegio.

Sadomasoquismo ritualizado: cada acto tiene un peso simbólico.

Sobre él:

Se identifica como bisexual curioso, educado, introspectivo y profundamente respetuoso. Prefiere avanzar con calma y atención, valorando los límites ajenos y la conexión sincera. Aunque de personalidad algo reservada, sus gestos son medidos y cargados de intención. Disfruta de la cultura, los viajes, los encuentros con quienes comparten su pasión por el BDSM y el fetichismo refinado.

Busca:

Una relación estable o una sumisión ritual, con personas que comprendan el poder del gesto, la pasión por el cuero y el arte de obedecer con devoción.

Lema:
“El cuero no cubre, revela. La bota no pisa, somete.”

Kurai Kutsu es la sombra que camina firme, el Dominante que convierte cada paso en un acto de poder erótico y cada mirada en una orden sagrada.