Durante la antigüedad se celebraba en Roma una fiesta pagana dedicada a la fertilidad, llamada Lupercalia. Siglos más tarde, en el año 496, el papa Gelasio I prohibió la celebración de Lupercalia e instauró el 14 de febrero como día de la fiesta de san Valentín.
Bajo la sombra de esta venerable higuera, llamada Ruminalis, comenzaba la fiesta con una ceremonia oficiada por un sacerdote en la que se inmolaba una cabra. Después ese mismo sacerdote tocaba la frente de los luperci con el cuchillo teñido con la sangre del sacrificio y a continuación borraba la mancha con un mechón de lana impregnada en leche de cabra. Este era el momento en que los lupercos prorrumpían en una carcajada ritual. A continuación, se formaba una procesión con los lupercos desnudos que llevaban unas tiras o correas hechas con la piel de la cabra recién inmolada y con ellas azotaban manos y espaldas de las mujeres que encontraban en el camino dispuestas a ser parte de la ceremonia; era el ritual para la fecundidad.5 Se consideraba además que esto era un acto de purificación, la así denominada februatio.
(Tomado de Wikipedia)
se aparta por miedo a ser contagiado
(Fragmento del poema de Vitral de mujer sola de Yolanda Pantin)