En enero viajo a España y busco un sumiso experimentado, un hombre que no juegue a serlo, sino que lo sea de verdad. Quiero a alguien que se excite con la servidumbre, que arda al ser usado como mi paypig, que ame estar en control de castidad, humillación, y sobre todo que sea cuckold… Que goce viendo cómo otro hombre me posee mientras él observa, incapaz de hacer nada más que obedecer y pagar mi placer.
Este sumiso debe ser económicamente fuerte. Tú cubrirás mi carta de invitación, vuelos, estancia, alimentación, y también los gastos del hombre que me satisface mientras tú miras. Eso es parte del privilegio de ser mi propiedad: financiar mi placer y mi vida.
Si esto te excita, si sientes que tu corazón late más rápido solo de leerlo, si de verdad deseas ser miyo —mi sirviente, mi paypig, mi cornudo—, entonces demuéstralo. Escríbeme y dime por qué mereces este lugar a mis pies.