Perry es mucho mayor que yo y ha descubierto su sumisión en su última relación con su esposa, aún así se ha quedado sola.
Su devoción llenaba de color mis mejillas y lanzaba a mi columna una corriente magnética que me atraía, ¿por qué no?-Me dije-. Perry no tenía casa sola pero me las arreglaría, Perry no tenía juguetes ni instrumentos BDSM pero me las arreglaría, Perry tenía un horario específico pero me las arreglaría.
Perry sólo contaba con un batidor de hielo y la ropa de su casera.
Me mandaba fotos/videos cada día, me escribía como se sentía y cumplía como buena sumisa pero era lenta y olvidadiza, de ser mano firme con ella no hubiera durado 1 día.
Cometió el primer error, el segundo y el tercero. Perry estaba llena de inseguridades, era impulsiva y estaba pérdida. Tuvo problemas y nunca me los dijo. No confiaba en el amor de su Ama. Un día desapareció y la busqué tal cuál perro perdido, hablamos, hacía drama en consecuencia por mi falta de atención esos días, "está bien, volvamos"'- Le dije-.
Volvió a desaparecer.
Una segunda falta bajo el mismo contexto no está permitido, la dejé ir pero regresó bajo la misma excusa: inseguridades, temor y falta de atención. Está vez el castigo aumentó de grado, ¿se quejaba de no tener atención? Pues ahora mucho menos.
Regresó a su rutina, mandaba fotos/videos cada día, me escribía como se sentía y cumplía como buena sumisa, y desapareció.
Adiós.
El Muro