Las máscaras, un accesorio muy usado en el bdsm, uno que me llevó mucho tiempo aceptar en lo personal dado que me causaban, algunas de ellas claustrofobia de solo verlas, por tanto, difícil ponerlas a un sumi cuando el solo verla me causaba malestar… Como muchas otras cosas, mi propia evolución ha hecho que esto ya no sea así y que por el contrario el morbo juegue de un modo especial.
No son solo un accesorio usado en el bdsm, en el mundo kinky también son de mucha utilidad y proporcionan mucho morbo, principalmente porque al usar una máscara se está dejando de lado el quienes somos, para jugar a ser alguien más, o quizás debería de decir, para dejar salir, todos esos otros “yo” que llevamos dentro.
De pronto la persona tímida e introvertida, detrás de una máscara se convierte en alguien sensual y provocador, o aquel que es un provocador nato y un rebelde, detrás de la máscara se encuentre inhibido y pase a ser lo que el otro quiere que sea en ese momento.
Como tantos otros accesorios dentro de estos juegos, nos llevará hasta donde nuestro morbo nos deje llegar… puede ser utilizado tanto por la parte dominante como por la sumisa, dependiendo del efecto que queramos lograr, los dominantes podemos usar la máscara quizás para marcar una distancia con el ser sumiso, o podemos utilizar las máscaras en ellos para lograr más sumisión, para lograr más sensualidad, para lograr más erotismo, para lograr humillar, para transformar, incluso deshumanizar… ufff como dije, hasta donde el morbo nos quiera llevar.
Hay muchos tipos de máscaras y todos ellos nos ofrecen caminos diferentes, morbos más intensos unos que otros, ilusiones de todo aquello que queramos… Pueden ser de diferentes materiales, cuero, latex, textiles como algodón, seda, encaje, plásticos, metales… rígidas o flexibles, enteras o parciales, con capucha, sin capucha, con aberturas o sin ellas, con cierres, sin cierres, de animales, fantásticas, monstruosas… en fin, infinitos tipos adecuados a lo que se nos ocurra.
A cuidarse y vivir el BDSM plenamente, que siempre nos de placer y no problemas.
El Muro