La sumisión se regala, se cuida y protegue a quien te la cede, es un presente para desearlo.
Y que pase lo que tenga que pasar. A la hora que sea. En el momento decisivo. En tu boca o en mi lengua. Con intenso calor o tiritando de frío. Entre tus dedos o en mis manos. En tu casa o bajo mis sábanas. Suspirando o gritando.
Atada a la cama o entre tus nalgas...