La mayor dominación es la que se puede (y se debe) hacer de uno mismo.
Soy serio cuando no conozco a alguien, pero divertido en confianza y cariñoso con quien realmente me importa. Me excita humillar y dominar a la mujer que goce con ello, pero no si se agrava alguna tranca emocional. Pese a todo disfruto casi de igual manera una relación sexual vainilla. El morbo rara vez está de más. Mi nombre es mi conexión más famosa.