Aprender la práctica de sumisión es como aprender a tener sexo desde el principio, pero cuando se bordea el abismo de la oscuridad, la sumisa inteligente se entrega al instinto de su Amo y lo hace en silencio ya que manejar el silencio es más difícil que manejar un látigo, pero los seres sumisos obedecen con un mórbido placer cuando quien las domina es justo
Nunca te vas a sentir más libre que cuando te ate con mi cadena y nunca vas a haber volado más alto que cuando te arrodilles a mis pies.
Recuerda que ser sumisa no es ser débil y sin opinión propia, tu voluntad no se destruye: se cede, y ayudarte a ser sumisa no es solo mi responsabilidad es mi placer ya que un ser sumiso necesita tanto las risas como las lágrimas, y puedo demostrarte que con las dos se disfruta plenamente.
El deseo de dominación es infinito, sobrepasa nuestra propia muerte, nuestros miedos, nuestras esperanzas de paz, y hasta nuestra vida.
No hay mayor esclavitud que la libertad que no se desea, ni mayor libertad que la esclavitud de una sumisa entregada en la intimidad ya que el resto del mundo no tiene ni idea de hasta qué punto es cariñoso e íntimo este acto.
Recuerda que el collar más importante es aquel que es invisible, aquel que se lleva dentro y que se siente por encima de todas las cosas y es el que conecta a la sumisa con SU AMO.
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Yo soy dominante y los dominantes a menudo modelan excelentes sumisas, aunque es evidente que todas las sumisas no son perfectas, y algunos errores deben corrigirse a fustazos, otros, se corrigen con palabras y comunicación.
Drac2020
El Muro