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El juego de la "secretaria" nalgueada (parte 2) from nShingo's blog

Mariè fue al rincón, como se lo había ordenado.

En los días previos busqué información de dónde adquirir ciertos "accesorios" para mis siguientes encuentros con Mariè, incluyendo una visita al mercado de mi cuadra para incluir también algunos "utensilios" extra (¿ya mencioné que me gusta improvisar con objetos cotidianos cuando sesiono?).

Y mientras elegía qué elemento usar con Mariè, la iba viendo de reojo. La veía moverse. Al principio me hacía el loco y seguía con lo mío. Pero después de algunas veces pillándola sin estarse quieta, dejé lo que estaba haciendo y decidí ir con ella para darle un escarmiento.

— ¿Por qué te sigues moviendo? —le increpé, jalándole el cabello hacia atrás.

Mariè no atinó a responder. Imagino que mi reacción debió sorprenderle. Pero el momento de ser "cuidadoso" y "no demasiado rudo" con ella terminó en nuestro primer encuentro. Desde ese momento las cosas serían diferentes.

— Lo siento, es que no puedo estar quieta... —me respondió finalmente.

La llevé de los cabellos hasta el borde de la cama, y jalé de ellos hacia abajo, haciendo que caiga arrodillada y apoye los brazos en el colchón. Nuevamente había quedado con el cuerpo inclinado hacia adelante. Le levanté el vestido por detrás.

— ¡Te dije que no te movieras, Mariè!

Comencé a nalguearla muy fuertemente. Mariè siempre se había mostrado obediente hasta ese momento, cumpliendo todas mis indicaciones al pie de la letra. A veces se equivocaba, pero no era nada que no pudiera yo corregir o enseñarle. Esta era la primera vez que incumplía lo que le pedía.

— ¡Ay! Perdón, perdón... —solo decía ella.

No sé cuántas nalgadas le di. A diferencia del juego anterior, esta vez no pude detenerme a contar. Fue un castigo de momento, no estaba preparado.

Cuando las nalgadas cesaron, Mariè se quedó arrodillada, al pie de la cama.

— ¿Me vas a volver a desobedecer?

— No, ya no...

— Levántate —le dije.

Mariè se levantó y se colocó frente a mí. Tomé aire para tranquilizarme un poco.

— Para esta ocasión, Mariè, tú me hiciste un ofrecimiento. Me dijiste que podía hacer con tu cuerpo lo que yo quisiera. ¿Cierto?

— Sí.

— Pues ahora, además de eso, yo necesito que cumplas con lo que te ordeno, y que no hagas nada sin que yo lo indique o lo apruebe. Si no lo haces, serás castigada, como te he castigado hace un momento. ¿Entiendes?

— Sí.

— A ver, repite ambas cosas, quiero oírte decirlas.

— Puedes hacer con mi cuerpo lo que tú quieras, y no haré nada que tú no me indiques.

Me quedé un momento en silencio, como para dejar que piense en lo que acababa de decirme.

— Muy bien... Vuelve otra vez al rincón, y no te muevas hasta que te llame.

(continuará...)


---

Relato basado en hechos y encuentros reales. "Mariè" es una persona real, cuyo nombre he cambiado para proteger su privacidad.


El Muro

nShingo H
Nov 28 '18
Hola, qué bueno que te haya gustado, gracias por comentar
nShingo H
Nov 29 '18
¿Qué pasó?
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Por nShingo
Nov 21 '18

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