Es uno de mis accesorios favoritos, también uno de los primeros juguetes que tuve y ¡me ENCANTA!
Fue de los primeros que usé porque fue con el que me sentí más segura a la hora de azotar, ya luego cuando tomé confianza comencé a probar otras cosas pero la fusta fue la que me dió la seguridad ya que es (al menos para mi) fácil de dominar.
Sus lengüetas abarcan una zona pequeña por lo que no hay posibilidades de azotar en un lugar inapropiado, dependiendo la fuerza que le demos con nuestro brazo será el impacto que reciba la piel y la marca que deje.
Hay diferentes tipos, pero mayormente tienen un largo de entre unos 65 y 75 cms, aunque también las hay más cortas de entre 40 y 50 cms. Las lengüetas pueden ser de diferentes tamaños tanto en ancho como en largo.
También adornadas con formas (o iniciales) en el mismo material o tachas para lograr unas marcas más definidas y de diseño.
Por supuesto a la hora de usarlas es fundamental saber dónde azotar, las zonas permitidas y las no permitidas, tener en cuenta que zonas como los genitales o los senos y pezones son más delicados y debe de tenerse mucho cuidado con ellos, tomar todos los recaudos necesarios para poder pasarlo genial sin ningún contratiempo.
Les dejo aquí unas imágenes con las zonas permitidas, aquellas prohibidas y aquellas con las que hay que tener cuidados.
Por favor no olviden desinfectar bien la fusta luego de cada uso, dejar que se oree bien para luego guardarla.
Finalmente acá una de las mías
A cuidarse y vivir el BDSM plenamente, que siempre nos de placer y no problemas.
El Muro