UNAS
PEQUEÑAS IDEAS SOBRE
EL B D S M.
P o r: T
X I R I A
Quiero
escribir estas líneas por una sensación que tengo de que cada vez desvirtuamos
más lo que es y lo que deja de ser el BDSM.
En este
sentido, veo que cada vez está más extendida la frase “dentro del BDSM cabe
todo”; y Yo he de decir que “dentro del BDSM cabe todo; pero… todo lo que sea
BDSM”.
No sé si
estáis mayoritariamente de acuerdo conmigo pero creo, por lo que he hablado con
más de una persona, que muchos sí que consideráis que nos estamos viendo
envueltos en una situación que no nos convence en absoluto. Es por ello, que he
decidido reflexionar un poco sobre este tema e intentar presentar unas
definiciones que puedan ser discutidas y pensadas con el fin de que sepamos a
que nos referimos al hablar del BDSM y de sus practicantes.
Entonces
volvamos un poco a la base, y preguntémonos que es lo que consideramos BDSM y
que es lo que no lo es; vayamos a la
definición de las cosas, a ver si lo que estamos llamando BDSM lo es o no lo es; recurramos a definir lo que
es cada una de las prácticas y formas de vida y cada uno de los practicantes
del BDSM, lo que es un spanker (azotaina), un bondager, un hard-corer, un
masoquista, un sádico, un Dominante, un sumiso, etc… con el fin de saber en qué
punto nos situamos cada uno de nosotros.
Sé que
las definiciones están mal vistas pues representan el hecho de que, de alguna
forma, coartamos a las personas en su libre aceptación de sí mismos, pero
debemos considerar que las etiquetas no deben servir más que para
identificarnos y evitar confusiones; para que si Yo digo que soy Ingeniero,
esto represente que estoy habilitado para hacer informes, para enfrentarme a
situaciones técnicas determinadas o, incluso, para generar y firmar proyectos.
De la misma forma, debemos aceptar que si una
persona se autodenomina como sumisa o como Dominante deberá representar con
ello unas características mínimas que correspondan a su sentir. Es en este
sentido en el que las etiquetas en vez de coartar nuestra libertad la enriquecen
y la mejoran; en el sentido de que cada uno seamos lo que decimos ser y que,
además, entendamos lo que decimos ser de una forma y manera generalmente
aceptada.
Dicho todo esto, quiero dejar claro que Mi intención
es traer a estos “Cuadernos BDSM” una serie de reflexiones personales que
espero nos ayuden a profundizar sobre lo que somos o dejamos de ser cada uno de
nosotros. Dentro de estas reflexiones incluiré definiciones haciendo, desde
este mismo momento, la salvedad de que no son excluyentes y de que una persona
puede ser abarcada por varios conceptos de forma simultánea.
Voy a empezar por intentar acotar el campo más amplio
de las situaciones que es el que engloba el acrónimo BDSM para, en artículos
posteriores, desarrollar lo que es y representa cada una de las prácticas
incluidas para finalizar con un conjunto de definiciones de los roles asumidos
que, espero, clarifiquen las cosas ayudando a dignificarlas y que una persona
pueda decir con orgullo “soy un Dominante sádico que Me gusta el bondage” o
“soy una persona sumisa que sólo lo soy en el aspecto de la cama” pero evitando
que se confunda la entrega en el tálamo con la entrega vital.
Por lo tanto, empiezo Mi presentación con esta
pregunta:
¿Qué es el BDSM?
Si seguimos el artículo
sobre este tema que publica la Wikipedia veremos que nos dice:
“BDSM es la denominación
usualmente empleada para designar una serie de prácticas y aficiones sexuales
relacionadas entre sí y vinculadas a lo que se denomina sexualidad extrema
convencional.
El término se emplea a menudo, de forma equivocada,
como sinónimo de sadomasoquismo. En realidad, es una sigla que da nombre a lo que hoy en día es
considerado como una subcultura específica entre sus practicantes. El BDSM se
halla estrechamente asociado con la subcultura leather. El acrónimo está
formado por las iniciales de algunas de dichas prácticas:
Bondage
(Amarres y sujeción): B
· Disciplina y Dominación: D
· Sumisión y Sadismo: S
· Masoquismo: M”
Desde Mi punto de vista (tan
criticable como el de cualquier otro) esta es una definición que está muy bien
para cualquiera que, de nuevas, se acerque a nuestro mundo, aunque se olvide de
uno de los supuestos que Yo siempre he leído asociado a la letra S que es el
spanking o azotaina. Sin embargo, Yo
defino el BDSM como algo que puede transcender de la sexualidad para afectar a
toda nuestra forma de vida y que, por lo tanto, constituye un estilo de vida
propio y personal de aquellas personas que lo llevamos a la práctica.
Así mismo, doy gran
importancia, y quiero resaltarlo, al hecho de que defina que el acrónimo
representa las iniciales de “algunas de sus prácticas” indicando de que es el
resultado de una serie de definiciones que son parte de lo que podemos llevar a
cabo pero que no abarcan todas las posibilidades existentes.
Decía en el primer párrafo
de esta definición que “Yo defino el BDSM como algo que puede transcender de
la sexualidad para afectar a toda nuestra forma de vida”. Es, sinembargo,
evidente que los practicantes del BDSM, podemos optar (y Yo de hecho heoptado
a lo largo de Mi vida por varias formas de practicarlo) por mantener relacionesestables y permanentes, relaciones esporádicas con las mismas personas,
encuentrosocasionales con personas en un punto dado, centrarnos en la
parte sexual de la práctica,centrarnos en cada uno de los aspectos de
las prácticas o un largo etcétera.
Pero hagamos lo que hagamos para
convertirnos en practicantes de BDSM deberemos aceptar que el BDSM es una
actividad personal que llena profundamente nuestro ser y que llevamos a cabo de
forma frecuente (no esporádica, al menos); estando incluida en la misma,
como mínimo, una de las siguientes prácticas:
· La atadura: (bondage, shibari,
suspensiones con cuerdas, atado con cadenas, momificaciones y un largo etcétera
de prácticas relacionadas).
· La disciplina:(incluyendo la vara, los castigos en
posiciones dolorosas o humillantes, los castigos dolorosos, el control de
horarios y actividades -caso del fumar, comer, beber, etc.-, control del gasto,
control de la forma de vestir y todas aquellas prácticas relacionadas con la
disciplina individual que deseemos, control de los orgasmos, etc.).
· La Dominación y su complemento de la
sumisión (consistente en la actividad que hace que la persona Dominante
guíe, eduque y dirija la actividad de la persona sumisa en cualquiera de los
aspectos vitales dentro de los límites y limitaciones de esta segunda durante
el periodo definido de mutuo acuerdo, pudiendo llegar a ser el mismo de
duración indefinida. El tipo de actividades en las que la persona sumisa somete
su voluntad podrá ser, así mismo, definida; por ejemplo, en el vestir, en el
trato sexual, en el servicio privado o público, la forma de expresarse, etc.)
· La azotaina o
spanking: (consistente en el
disfrute derivado de azotar tanto con la mano como con diversos instrumentos a
la otra persona; tengo que indicar desde ya que muchos de los practicantes de
esta técnica de forma exclusiva suelen intercambiarse los papeles siendo
azotados o azotando a la otra persona de forma alternativa).
· El sadismo y su complemento el masoquismo:
(que es la obtención del placer a partir de la aplicación de dolor a la otra
persona o de recibir ese dolor aplicado convirtiéndolo en placer).
· El resto de prácticas relacionadas como el
medical, la cera, las pinzas, la humillación pública o privada, el uso de
sustancias urticantes, la utilización del vacío, la tortura eléctrica, etc… que
son complementarias con las anteriores, reforzándolas. Es decir, prácticas que,
de una u otra forma, se incluyen dentro de los apartados anteriores
reforzándolos y haciendo que la gama de actuaciones a llevar a cabo pueda ser
casi infinita.
Puede ser que alguien se
pregunte cómo se complementa todo esto y Yo le contestaré que, al fin y a la
postre, el medical, la cera, las pinzas, la humillación, etc. no son más que
formas y maneras de demostrar la entrega o de la obtención del placer por
medio del dolor o de generar una situación de disciplina o complementarias
a un bondage.
Debo insistir en una de las
ideas expuesta al inicio y es que, estas prácticas, no son excluyentes entre
sí y que siempre se pueden practicar más de una de ellas a lo largo del desarrollo
de la actividad dada.
También debo de insistir en
que, la utilización de estas prácticas y técnicas, tiene como objetivo la
obtención del placer y de la plenitud personal quedando excluida del BDSM toda
tendencia enfermiza que genere daño tanto al que aplica una de estas técnicas
como al que la recibe o sufre. Considero que tampoco deberíamos incluir en
el BDSM la realización de prácticas de forma ocasional o tendente sólo a tener
una explosión de placer en un momento dado sin que ello afecte a nuestro
sentimiento de plenitud personal.
La razón de evitar incluir
la realización de forma ocasional viene dada por el hecho de que algo que se
realiza con esa falta de frecuencia no responde a un sentimiento de que la
actividad vital se llevará por un camino dado sino que es como el que, sin
haber bebido, brinda una vez con champán francés o como el que practica
paracaidismo o puenting pero… lo ha llevado a cabo dos veces a lo largo de su
vida.
Es evidente que esta última
persona habrá tenido un gran subidón de adrenalina en el momento de llevarlo a
cabo pero creo que nadie consideraremos que esta persona es un paracaidista
sino que diremos algo así como “que valiente es haciendo este salto” o “mira lo
bien que se lo ha pasado en este momento” pero sin considerarlo alguien cuya profesión
o afición es el “paracaidismo”.
Para hacerlo, para
considerarlo como tal, tendrá que tener una disciplina tendente a llevar a cabo
el paracaidismo tanto desde el aspecto físico como desde el emocional. Un entrenamiento,
una práctica continuada que mida y controle los riesgos asumidos y asumibles;
un conocimiento de sí mismo y, en lo posible, de la persona o personas con las
que va a saltar. Pues bien, este mismo esquema es perfectamente aplicable al
BDSM pues, en Mi opinión, también nosotros debemos tener en cuenta todos estos
factores.
No creo que podamos
considerar practicante de BDSM a una persona que tiene una vez cada año o año y
medio una noche o una tarde loca de pasión y placer, mientras que en el resto
de su vida se dedica a arrinconarlo y/o obviarlo; que no se preocupa ni de conocerse
ni de saber el motivo por el que lo hace más allá del placer encontrado de forma
puntual; más aún, que no se preocupa de hablar y conocer a la persona o
personas con las que lleva a la práctica estos hechos, no vaya a ser que se den
implicaciones emocionales.
Creo que queda claro que
esta realización debe ser algo que llene nuestro ser y haga que nos sintamos
realizados. Para que esto sea factible debemos entender que las personas que lo
practicamos deberíamos tender a hacerlo de una forma y manera que sea libre y consecuente,
conociéndonos a nosotros mismos (aunque sigamos descubriéndonos día a día) y
dispuestos a aceptar la libertad de los demás.
Por lo tanto, para Mí, el BDSM consiste en la
realización de una serie de actividades y prácticas de tipo extremo tendentes
tanto al disfrute de los que las llevan a cabo (tanto desde el punto de vista
sexual como sensorial y psicológico) como a la realización personal, pudiendo
llegar a convertirse, como consecuencia de esta realización, en un estilo de
vida.
Dentro de esta denominación
podemos observar a un gran número de personas integrantes que iré definiendo,
en otros artículos, en función de la práctica principal que lleven a cabo.
Deseo dejar claro que, desde Mi punto de vista, todas
las prácticas realizadas son respetables siempre que se cuide del equilibrio y
la integridad tanto física como psíquica y emocional de las personas que las
llevan a cabo.
T x i r i a
El Muro